Lo que pasa en la calle

El rap y la poesía se unen para dar forma a un taller cuyo principal objetivo es tomar conciencia de nuestra voz y nuestra visión poética o crítica de la sociedad.
El poeta y el rapero dan forma a su descontento social en forma de poema o de canción, ambos marcan su territorio, lo hacen suyo, expresan con su arte su visión de la realidad, se miden con otras voces críticas, se hacen ver y escuchar.
También el poeta y el músico están atentos, como el sociólogo o el periodista, a lo que ocurre en la calle. La literatura es un reflejo de la realidad o una forma de evasión de esta.
Son muchos los artistas que han prestado su mirada o sus oídos a la calle. Octavio Paz la refleja de este modo en su poema “La calle”:

Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.

La calle es sinónimo de vida. En ella están presentes todos nuestro miedos pero a la vez todas nuestras aspiraciones. Los deseos de invisibilidad o de notoriedad pública se entretejen en los ánimos de los individuos. La calle se convierte en espejo pero también en laberinto o escaparate.

El escritor Baldomero Fernández Moreno hace un retrato mucho más estético de la calle, un lugar dotado de una inercia particular: la calle empuja y arrastra, ya sea para bien o para mal:

La calle, amigo mío, es vestida sirena
que tiene luz, perfume, ondulación y canto.
Vagando por las calles uno olvida su pena,
yo te lo digo que he vagado tanto.

Te deslizas por ella entre el mar y la gente,
casi ni la molestia tienes de caminar,
eres como una hoja marchita, indiferente,
que corre o que no corre como quiera ese mar.

Y al fin todas las cosas las ves como soñando;
el hombre, la mujer, el coche, la arboleda.
El mundo, en torbellino, pasa como rodando.
Tú mismo no eres más que una cosa que rueda.


Aquí están las miradas de los miembros del taller a la calle:



La calle es espejo de esperanza
En la calle yo te busco cada día.
La calle huele a fragancias de recuerdos y a pétalos de sueños.
Un día soñé con la calle y quise no despertar por no romperlo
Si la calle tuviera alas yo la buscaría en el azul de tu infancia.

Ramón Sánchez Rodríguez


La calle es la sangre de la ciudad
En la calle navego hasta el corazón
La calle huele a pan, periódico y café
Un día soñé con la calle y me desperté en el parque
Si la calle tuviera alas evitaría el callejón sin salida

Alex Rae


La calle es cárcel y libertad.
En la calle vivo y muero.
En la calle huele a perfume y a mierda de perro.
Un día soñé con la calle y me volví loco, y aún no sé si es de ilusión o de miedo.
Si la calle tuviera alas tristemente me dominaría el miedo a caer.

Miguel Ángel Pérez


Después de arrojar un dado (con diferentes palabras) sobre la mesa cada participante del taller tuvo que incorporar al texto que escribió sobre una determinada imagen dichas palabras.




Cruce de destinos

Con las palabras: hachazo, lunar, limón, nana y abeja


Era ya de noche. Había una luz lunar al fondo de la calle.Tomé mi primera curva, aún sentía el dolor del hachazo que había recibido en la pierna derecha la noche anterior.El coche se desvió cuando al tomar la curva, puse en la radio la nana que de niña había escuchado tantas veces.Olía a limón, mi olor favorito, único e indiscutible.Pude acercarme al semáforo y diferenciar el color que marcaba el semáforo.El puente de hierro me esperaba. Allá al otro lado.Dónde me dirigía. ¡Puta abeja!


Iria Costa





La inhumanidad humana
Con las palabras: golpe, cuchillo, vientre, heridos y lunar


¿Por qué tengo que ser yo
el testigo de la inhumanidad humana?
¿Por qué tengo que ser yo
quién ve el golpe del cuchillo en el vientre?
¿Por qué tengo que ser yo
quién ve esos heridos?
El lunar que crece en la cara
podría significar la muerte.
¿Por qué tengo que ser yo
el testigo de la inhumanidad humana?


Alex Rae






Sin título

Con las palabras: limón, caballo, cárcel, golpe y panadera


Pastillitas de limón para mi amor, que me de besos de amor, y cuando te canses dehaberme besado te subas conmigo a lomos de mi caballo y los dos desnudos por la playa con las olas que nos irán salpicando pero tengamos cuidado que tanto amor no nos lleve a la cárcel de la posesión y tanto y tanto amor de golpe, nos puede dejar hambrientos y desfallecidos no perdamos el sentido, no olvidemos al menos ver a la panadera que pan y amor han de ir juntos para andar por buen camino.


Asunción Merchán






Disyuntivas urgentes

Con las palabras: tren, lunar, cuchillo, dolor, vientre.


Habiendo perdido mi tren, me hallo en esta encrucijada, que se clava como un cuchillo en mi vientre, provocando tal dolor en mis entrañas que no deseo otra cosa más que perderme en el vacío lunar.


Miguel Ángel Pérez







15 Palabras para la vida
Arboles/silencio/luz/basura/testigo/vacío/esperanza/sombras/llaves/cielo/publicidad/arte/regreso/solidaridad/arcos



Los árboles alcanzan el cielo
mientras la calle se sumerge en el silencio.
La luz de la puerta brilla
contra la basura de la vida.

La soledad del testigo
se refleja en el parque vacío
pero sigue la esperanza,
aunque el hombre deje su sombra.

Los candados quedan sin llaves
y el cielo se despoja de nubes.
La publicidad de volar se tiende.
¿Lo que pinta esa casa es arte?

El regreso a la cafetería,
solidaridad y bollería
y arcos sin porquería


Alex Rae





Fotografías: Iñaki Sánchez