Anuncios por palabras

En ocasiones la literatura trasciende los márgenes de los formatos habituales y se cuela entre las rendijas del ámbito publicitario o periodístico. Quién no se ha emocionado con algún destello poético en un mensaje aparentemente frío y convencional (mucho más sujeto a la persuasión que a la estética) expresado en la sección de "Anuncios clasificados" de un periódico o revista.
En ese ejercicio de persuasión priman en ocasiones la originalidad o la excentricidad en los mensajes escritos para llegar al hipotálamo del receptor.
El periodista y escritor Luis Carandell recogió en su maravilloso libro Celtiberia Show un variopinto catálogo de textos extraídos en su mayoría de periódicos o revistas. Sorprenden algunos de los anuncios por palabras de la época.
Incluímos aquí una página en la que encontraréis algunos anuncios curiosos. Y abrimos este breve catálogo de textos con uno de Pedro Casariego Córdoba:

Añadir título

Juan Bonilla nos regala una hermosa declaración de amor valiéndose de la estructura formal  de un anuncio clasificado. Su título "Oferta de empleo". Este texto lo encontramos en su libro Partes de guerra:

Preciso señorita de ojos negros,
melena negra derramada en cascada por la espalda,
uno setenta y tres de altura,
estudiante de cuarto de Arquitectura,
domiciliada en Vía Layetana, 17, octavo C, Barcelona,
su teléfono ha de ser el 3 45 67 81.

Imprescindible que haya leído tres veces
La Gran Eulalia de Paola Capriolo
y que cumpla años (24 esta primavera)
el 17 de abril.

Se ha de llamar Marta Trullols Aymé.

Se le propone salir a tomar algo
(aunque no sea en serio).

Interesadas llamar al 4 53 17 04.

Absténganse quienes incumplan uno solo
de todos estos requisitos.



El maestro Gonzalo Rojas era capaz de unir en un mismo verso las palabras Catulo y jazz. En su dilatada producción poética nos encontramos con un hermoso texto escrito como si de un anuncio por palabras se tratase:

Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto
de 32, exige lectura
de Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma,
b) toda su piel liviana
para los besos, c) mirada
verde para desafiar el infortunio
de las tormentas;
no va a las casas
ni tiene teléfono, acepta
imantación por pensamiento. No es Venus;
tiene la voracidad de Venus


Añadimos a estos poemas un breve poema anuncio que publiqué en el libro Consumir preferentemente y titulé "Contactos":

Joven sano, poeta, tierno y cariñoso, desea conocer mujeres muy viciosas que canten en la cama. Higiene y discreción. Enviar foto y partituras. F1- 375

El principal requisito de este tipo de textos que transitan entre el lenguaje publicitario, el telegrama o el aforismo es la brevedad. Y muchos de ellos comienzan con las palabras "Vendo", "Compro", "Alquilo", "Se precisa", "Traspaso"...



Destacamos el proyecto "Textualizaciones" de Antonio Méndez y Emilio Papel, cuyos textos se presentaron en diferentes soportes: carteles, camisetas, anuncios de prensa. El objetivo principal de esta campaña o instalación era llegar al receptor a través del lenguaje publicitario y captar su atención apelando al voltaje poético de las palabras:

VENDO

máquinas visionarias que tatúan en tu alma / la necesidad diaria de tocar / piel metalizada de color malva / piel de ciudad de noches ganadas a la niebla y a la helada / piel ajena que en su escalofrío te guarda / tensando primero la grupa y luego hasta la nuca toda la espalda / piel con pintura de plumas / que son cosquillas de polvos y de cremas afrodisíacas / que por tu piel de esponja vibradora se derraman

BUSCO

miradas directas y miradas furtivas que son ciertamente las mismas / gestos breves casi inmóviles que son auténticos comunicados / como esos roces que valen más que muchos falsos abrazos / choques inesperados capaces de parar la rutina del tiempo / y encuentros fortuitos que son como incendios y cataclismos / te cortan el aliento / busco contactos visuales desde el otro lado del semáforo / de los que expresan algo más que deseo mientras hay tráfico / y pálpitos que se saben mutuos en la cola del supermercado / porque siempre se reflejan mudos en los espejos de los necesitados / busco movimientos que apenas visibles son bailes inauditos / como las posturas estáticas de ciertas estatuas que son las señas / de la lengua de las gigantes y prófugas ganas de cambiar de cara / de las visiones que dejan las manos paralizadas y las retinas quemadas / o de simples tropiezos que se repiten una y otra vez y que te dicen : busco en el ascensor en el autobús en el metro y en el avión o aunque sea en el taxi / solo un casi


En su libro Hacerse el muerto Andrés Neuman publica un relato titulado "Vidas instantáneas" donde nos presenta los anhelos y aspiraciones de diferentes personajes. Mostramos aquí un fragmento:

CABALLERO educado, no gordo, de buena posición, amante de los viajes, busca mujer sencilla, preferentemente con clase, licenciada, segura de lo que quiere, pelirroja, bronceada, ágil, experta en ajedrez, para primer contacto sin ningún compromiso.

MUJER harta de mentiras desea encontrar al fin el amor verdadero. Soy alegre, simpática, dulce, atractiva, generosa, leal, buena compañera, sin complicaciones, alta, buen cuerpo, 120 de pecho, todo natural, no te lo pierdas.

JOVEN delgado, casi tímido, sintiéndose solo, gustando de Internet y la videoconsola, busca chica para lo que sea.

CHICA tierna, dialogante, comprensiva, abierta a todo, busca varón entre 37 y 39 años serio, amable, madrugador, cinéfilo, amante de la poesía y la montaña, sin ex celosas en su pasado, que no fume ni beba ni trasnoche. Abstenerse bromistas, vagos e informales.

SEÑOR de 62 años, formal, afectuoso, responsable, devoto, profesional consolidado, hogareño y de gustos sencillos, busca chicos guapos de 18-25 años para relaciones esporádicas.

Preguntado Andrés Neuman sobre su opinión a cerca de los anuncios clasificados comenta: "Esos anuncios me parecen un ejercicio supremo de micronarrativa: ¡contar quién eres y describir tus deseos en veinte palabras! Se me ocurrió escribir un cuento con ese formato, inventando a sus anunciantes. No sé si los anuncios por palabras surtirán efecto, pero me conmueve verlos todos juntos en la misma página de un diario: tanta gente sola, tan cerca y tan lejos, suplicando compañía."


Tarea de escritura

Escribe tu propio anuncio por palabras. Puedes comprar, vender, alquilar, regalar, subastar o contratar lo que quieras.

Estos son algunos de los trabajos recibidos:

Compro  Robot

Necesito robot para ayuda en las tareas de la casa

1/ A las ocho preparación del desayuno.
2/ Servir el desayuno, y una vez terminado recoger.
3/ Ventilación de la vivienda.
4/ Hará la cama y buena limpieza de la casa
5/ Lavar la ropa y planchar
6/ Preparar la comida
7/ Recoger y fregar
8/ Descanso
9/ Merienda
10/ Lectura
11/ Cena ligera
12/ Abrir la cama, poner música clásica
13/ Descansar

La compra la haría yo para quitarle trabajo

Josefa Redondo
Grupo A


Busco

Busco otro mundo en que no sea
difícil respirar,
en que los niños
retocen juntos en la hierba
sin miedo y sin cuentos de bicho malo;
en que los abuelos vivan
en casa de sus hijos,
respetados escuchados, queridos,
otro mundo de sanidad
pública y democrática,
de educación en un nuevo humanismo,
para que los hombres sean más hombres,
no entes manejados:
“Comprad, comprad, malditos,
qué “like” sois en Instagram.
Ese mundo en que todos compartan
el mismo ser, el arte, el raciocinio,
en el que se critique la maldad
y no reine la envidia, la soberbia.
Y, cuando llegue la desgracia,
vencerla con amor y preparados,
que la ciencia no fuera pura tecnología.
Un mundo que no pueda convertirse
en horrible futuro
de monos tecnológicos.

Emilia González
Grupo B


Anuncios

COMPRO: Carrera vital, con asignaturas repetidas, aprobadas en última convocatoria, con muchas prácticas, poca teoría, y con muchas entradas y ninguna salida.

VENDO (precio a negociar) cuerpo con cerebro imperfecto, corazón por desempaquetar, un derechazo cubierto, una zurda para corretear. De regalo, unas gafas para mirar.

ALQUILO (por horas): Miradas ocultas, sonrisas tapadas, frases largas, calladas sensatas.

REGALO: Maullidos, aullidos, bufidos, ladridos, gruñidos.

Javi Martín
Grupo A


COMPRO

Compro lo que no se puede pagar:

Una sonrisa abierta,
una mirada sincera,
una mano amiga.

Un amor de verdad,
una lágrima de alegría
un grito de felicidad.
El final de una guerra,
el canto a la paz.

¿Dónde estará esa tienda
que no consigo encontrar?

Para contactar:
los lunes a las siete
al final de la calle
cuyo nombre
no consigo recordar.


BUSCO

Busco la mujer que fui
la inocencia que perdí
los besos que no di.
El abrazo que negué,
los amigos que no comprendí
y el amor que dejé partir.

Quien sepa darme razón
de donde dirigirme
le dejo mi dirección en el
apartado de correos 127
de la estafeta más próxima
a mi domicilio.

Marian Pérez Benito
Grupo B


Buscaba

El encargado de la sección “anuncios por palabras”, quedó desconcertado,  lo que buscaba no encajaba en ningún epígrafe, con buena voluntad quiso ayudarme, una llamada y me pasó  a un  despacho: “Dirección”, volví a explicar qué necesitaba. Descartamos a los científicos, entre microscopios, probetas, tubos de ensayo no lo encontraríamos, pensamos en psicólogos, descartados también. Mis ojos se fijaron en aquella pared, en las estanterías llenas de libros, observó mi mirada.  ¡Eureka!, sonó al unísono. Buscaba poetas. “Me acostumbré a vivir con los que ya no estáis”.  

Inés Izquierdo
Grupo A


(NO) BUSCO, (pero) si encuentro…
Que sea un hombre que acompañe en los silencios. Y que al hablar evite declarar:
No pasa nada
Eso es lo que hay
Olvídalo
Olvídate
Olvídame
Requisitos: abandonar la idea de ser feliz por la de ser deseado; la de ser empolvado por ser escuchado; y que amaine, y ayude a amainar en días de lluvia.
Abstenerse los optimistas y pesimistas.

Carmen Elena Ochoa
Grupo A


Palabras que anuncian vendo:

Castillos en el aire y casa de empeños. 
Ref.- exidealista.com 

PERMUTO: Tedio por pasión franca. 
Escribir a H. Miller 

ALQUILO: Caravana de amores en vía muerta. 
Preguntar por juancarlos@complejo zarzuela.es 

COMPRO: Oro/Tiempo, por cierre de establecimiento, hasta liquidación de existencia. 
Contactar con: Sócrates Corro Jr.--C/Corredor de la muerte 5 Huntsville - Texas--USA 

COMPRA-VENTA Por desilusión y hastío: Ofrezco Biblioteca repleta de novelas de amor sórdido.(seminueva) . Abstenerse coleccionistas. 

Urge: Calesa de caballos desbocados para pasear el tiempo que nos quede juntos. 
(Discreción absoluta) 

CalGaRi
Grupo A


Tablón de anuncios en un parlamento cualquiera

Se vende político experto en dejarse comprar.
Se vende partido político bien consolidado en el sistema y con encuestas muy favorables. Ideal para grandes corporaciones mundiales.
Busco secretario general de partido político. Imprescindible sea reversible.
Se venden lotes de votantes recalcitrantes e inmunes a cualquier cambio de rumbo del partido.
Político honesto ofrécese para lo que sea, menos entrar en la política activa.
Por no poder atender, se vende caja “B” semiusada. Ocasionalmente rastreada por la Policía Nacional. Muy barata.
Se organizan manifestaciones de cualquier signo político.
—Pacíficas: 20.000 euros.
—Violentas: 90.000 euros.
—Multitudinarias: consultar.
Empresa líder en el sector ofrece tránsfugas para cambiar mayorías. Discreción hasta el último momento.
Diputado de ideas confusas se alquila por horas. No se garantiza disciplina de voto.

Óscar Martín
Grupo A


Anuncios varios

Urge vender canastilla completa de bebe, todo preparado y a estrenar, contiene:
Varios bodys y  pijamitas, calcetines y unos patucos, una mantita y dos gorritos de algodón, pañales talla 0 y neceser completo con productos de aseo.
El precio no me importa, si  hay alguien interesado regalo también dos sujetadores de lactancia.

Esther Yubero
Grupo A


Vendo emociones varadas,
vuelcos al corazón baldíos,
mariposas desahuciadas
e ilusiones varias,
por no poder atender.

Beatriz Gorjón
Grupo A


Se ofrece...

Ofrezco asesoría en asuntos varios, a cambio de ser escuchado atentamente.

Vendo caro, pues exijo ser escuchado.

Ofrezco escuchar con atención lo que me quieran contar, sin interrumpir ni valorar.
Pueden incluso alguna lágrima derramar.
Es gratis.

José Luis Fonseca
Grupo B


SE BUSCA: chica. Y viceversa

CALCETÍN desparejado busca encontrar a otro calcetín en situación similar, y que no quiera volver a entrar nunca más en una lavadora, por muy sucio que esté

SE BUSCA: recuerdo en frasquito con olor incluido que se me inyecte en el olfato y me devuelva el cerebro a aquel momento...aunque sea por un rato

VENDO: monotonía planificada con algún hueco libre para plan improvisado (si fuera necesario)

COMPRO: cosas sin precio

SE ALQUILA: espacio extraordinario para ocupar un lugar en lo cotidiano

CHICA: acogedora, luminosa, con vistas, perfecta para pasar unas buenas vacaciones. Familias mejor no

Alba Bermejo
Grupo A


Del periódico "Glup glup news"

Poliamoroso busca ocho sirenas para abrazar...Tres corazones dan para mucho...Interesadas, nos vemos cualquier noche en el Faro Barlovento' s Bar.
El Pulpo

. Compartimos cráter en la cara oculta de la Luna para soñar, y corazón partío en la Tierra para volver a reír. Estaremos aquí mismo.
P. Floyd-A. Sanz

Carmen P. Robles
Grupo A


Anuncios por palabras

Señor de 63 años, formal, afectuoso, responsable, devoto del buen vino, jubilado, hogareño y de gustos sencillos, busca chicas guapas de 18-25 años para relaciones esporádicas. (Pago en efectivo).

La Asociación para la Práctica Forzosa del Amor Libre busca nuevas socias. Se ruega a las aspirantes envíen solicitud al Sr. X, Presidente y único miembro masculino de la Asociación. Por favor, acompañen foto reciente en la ducha, DNI compulsado, Declaración de Hacienda, y prueba PCR en las últimas 24 horas. Se advierte de que, debido a la alta demanda de solicitudes, conviene a las aspirantes ponerse a la cola sin demora, insistiendo en la seriedad de la Asociación, que no selecciona a “tontas y a locas”.

Se ofrece jubilado para protagonizar película porno. Sección “Abuelo se lo monta con chica de la limpieza”. Se garantiza disponibilidad para repetición de tomas. “Gratis et Amore”.
P.D. Entre los “gadgets” sexuales se incluye un desfibrilador.

Miembro de la Liga LGTBIXYZ busca algo más. Si ofreces otra cosa, y quieres ayudarme a encontrarla, entra en contacto conmigo por cualquier vía, y reivindica la inclusión NS/NC en las siglas de la Asociación.

Jubilado cariñoso busca “hembra placentera”, para amistad o lo que surja. Principalmente -todavía- para lo que surja. 
 
Se ofrece situación económica holgada, disposición para las tareas de la casa incluidas cocina y plancha, buen nivel cultural, conversación estimulante y ganas de olvidar las penas y disfrutar de la vida. 

Hándicaps: Cargas familiares, y dos perritos. 
 
Si eres guapa de los pies a la cabeza, tolerante con algunas debilidades de mi carácter (que se describen, por su extensión, en archivo adjunto), y no te importa que te despierte de madrugada -cuando venga del baño por exigencias de la próstata- dándote besitos y las gracias por estar ahí, entonces, reina mora, sal de mi sueño y entra en mi vida.

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A


Ofrécese

Ofrécese hombre mayor acostumbrado a navegar entre gente joven, pobre como una rata pero amigos ricos, no poeta pero rodeado de ellos, no cuerpazo, menos de uno sesenta de estatura, feo, nada más que ofrecer. Para relación formal (entiéndase amor ciego). No se garantiza fidelidad. Interesadas: día 14, lunes, cinco de la tarde, Cafetería Olimpia, llevo rosa roja en solapa. 

A las cuatro y media ya esperaba yo. Por supuesto sin rosa roja y ocupando mesa estratégicamente ubicada. Empezaron a llegar antes de las cinco. Tomaban su consumición a la barra sin dejar de consultar el reloj a cada poco y se marchaban cuando ya la espera se les hacía insufrible y las que fumaban habían quemado ya varios cigarrillos. Hasta ocho a la vez llegaron a juntarse, tuve la humorada de contarlas. No dejarían de ser treinta las que desfilaron a lo largo de la tarde. 

Tiene que haber días mejores, me decía yo cuando me retiraba, derrotado. ¿Qué esperanza nos puede quedar a los jóvenes, guapos, ricos, licenciados en medicina, que nos cultivamos en el gimnasio y que medimos uno ochenta y tres? A las mujeres no hay quien las entienda.

Pascual Martín
Grupo presencial


¡Extraviadas!

Antigua memoria y palabras fluidas entre el Camino del Catorce de Mayo y la avenida de Aquellos Maravillosos Años.
Nunca fueron extraordinarias, pero otorgaron felices momentos de dignidad a su dueña; les guarda gran valor emocional.
Si alguien tiene noticias de su paradero, ruego se pongan en contacto con ella. Se recompensará.

Romy Martínez
Grupo A


Anuncios en mi puerta

COMPRO: Nuevas sorpresas, nueva vidas, nuevas muertes; en fin COMPRO VIDA. El reflejo de años pasados y los que vendrán, profundidad en la mirada, nueva manchas en la cara, primeras canas, celulitis en las piernas, en fin COMPRO VIDA.

ALQUILO: Espejo, que refleja la realidad; para aceptarla o poder cambiar.

REGALO: Todo lo que he comprado

VENDO: Una cruel realidad; el deterioro humano y ambiental

A todos los interesados, ponerse en contacto:

Llamando a SU PROPIA PUERTA.

Josefina Félix
Grupo A


Anuncios por Palabras

Regalo; dinero a poderoso caballero, caña de pescar a un hombre para que coma el resto de sus días, una vida para aprender a vivir, felicidad para los que saben ser felices con todo, una existencia para pensar, inspiración para trabajador perseverante, dos cuerpos de buenos amigos para un alma, nada para los que saben no saber nada, sabiduría para los que reconocen su propia ignorancia.
Razón: Frases de Grandes Hombres (modificadas)

Señora mediana edad, buen ver, acomodada y generosa, precisa bombero de calendario, treinta años, discreto, solícito, indulgente y respetuoso, disponible las veinticuatro horas, para apagar los posibles incendios que se originen en su vivienda.
Abstenerse apocados y melindrosos.

Familia numerosa, en paro, cambiaría gato por liebre rolliza. Plazo límite, víspera de Nochebuena.
Abstenerse bromistas.

Caballero a la antigua, defensor de la justicia, intrépido, tenaz, moralista, enamoradizo y desfacedor de entuertos, solo tiene una ilusión en la vida, leer el Quijote. Admite ofertas compra o préstamo.
Contactar: Alonso Quijano.

Pepita Sánchez
Grupo Presencial


Anuncios por palabras

COMPRO: Amistad. Pago al contado con versos de Benedetti.

VENDO: Años bisiestos, para descargar la mochila de los años verdaderos.

REGALO: Zapatilla nueva de deporte, marca NIKE, color azul, número 42 y pie derecho. Ideal para persona amputada de la pierna izquierda, que le guste hacer deporte. A mi me sobra y quiero ser solidario.

Luis Iglesias
Grupo presencial


Anuncios clavados en el vestíbulo de la estación de Hadleyville, presagiando lo que iba a ocurrir en la última escena de “Solo ante el peligro”

Sheriff, alto, moreno, de mirada penetrante y tortuosa, muy adornado de nobles virtudes, hallándose en delicada situación profesional, busca agentes para lo que pueda surgir. Interesados presentarse en la oficina del Marshall antes de que llegue el tren de mediodía. Se ofrece placa, paga extra y pensión vitalicia para la viuda.

Se necesitan pistoleros fuera de la ley, de gatillo fácil y sin escrúpulos para trabajo de media jornada (ajustar cuentas a sheriff indefenso). Se paga en oro y se invita a whiskey en el “Ramírez Saloon” al finalizar el contrato. Interesados presentarse en este vestíbulo a mediodía y preguntar por Frank Miller.

Servicios de barbería Austin Mortley. Cortado, recortado, patillas, afeitado. Un dólar servicio. Abierto de 11:00 a 18:00 horas. (Hoy cerrado a cal y canto de 13:00 a 13:30 horas)

Se alquila balcón de hotel con vistas a calle principal. Ideal para ver tiroteos. Riesgo mínimo. Interesados pasarse por “Ramírez Saloon”.

Se alquila columna de soportal de comprobada eficacia para ocultarse y disparar. Dieciocho impactos la avalan. Pruébela sin compromiso. Un dólar la hora. Sólo hoy, de 13:00 a 13:30 horas, 90 dólares.

Mujer de sheriff busca psicólogo que convenza a mi marido de que va a hacer una locura. Interesados preguntar por Amy en el “Ramírez Saloon”. Imprescindible contactar antes de que llegue el tren de mediodía.

¿Tiene problemas de munición? ¿Se fía de sus armas? Evítese disgustos y contacte con nosotros. Somos profesionales. Hacemos entregas en todo momento, incluso en lo más crudo de la refriega. Tfno 023. Preguntar por Joe Winchester.

Óscar Martín
Grupo A


¡Ofertón!

Vendo ilusiones, todas ellas de alto voltaje, de muy buena calidad, alguna de ellas tan desbordantes que van vendadas con un esparadrapo para que no se escapen, pero fiables al cien por cien. Los precios son de auténtica ganga.

Aproveche esta oportunidad que puede ser única en su vida. Y para mejorar la oferta regalamos un lote de desencantos por cada compra de cien unidades.

Para su adquisición dirigirse a la calle Fantasía Visible s/n bajo A.

Nota importante: Si al ir a buscar esta fabulosa oferta hay cola, cosa más que probable, guarde la vez, no sea impaciente, que hay para todos.

Ramón Sánchez Rodríguez
Grupo Presencial


ANUNCIOS POR PALABRAS

· MARÍA, vuelve, por Dios te lo pido. Tus hijas están desoladas y yo no sé vivir sin ti. Tu esposo, Samuel.

· SE BUSCA. María Gómez, de treinta y ocho años, estatura media y pelo castaño ondulado. Fue vista por última vez el domingo día 3 de agosto en el Paseo Fluvial. Sus desconsolados padres aguardan cualquier noticia que les libere de la zozobra que están sufriendo. Tfno. 923141592.

· AVISO. La asociación de vecinos ZOES convoca a socios y voluntarios a participar en una batida de búsqueda de nuestra vecina María que tendrá lugar el sábado, 8 de agosto a las 10 de la mañana. Punto de encuentro: La entrada al puente romano.

· ENCONTRADO anillo de oro en las tripas de un barbo capturado en la ribera del río Tormes. Lleva grabada una inscripción que comienza: “María y Samuel....”. Se devolverá a quién sepa completarla. Tfno. 656 666 565

· MAMÁ. Papá dice que te has marchado sin dar explicaciones. Alba y yo no podemos creer que te fueras sin darnos un beso. Ella llora todo el tiempo. Yo también. Sofía.

· AVISO. La asociación vecinal ZOES modifica la convocatoria para el sábado, 8 de agosto. El lugar de encuentro será la Plaza Mayor a las 12 del mediodía para tomar parte del minuto de silencio en repulsa por la muerte de nuestra compañera María Gómez.

Pepe Lorenzo
Grupo B


ANUNCIOS VARIOS

- Vendo palabras vacías para silencios incómodos. Si estás interesado, pues eso, vale, está bien, parece que hoy ha refrescado.

- Se vende corazón roto. Apariencia externa impecable, pero algunos daños serios en el interior. Quizás se pueda reparar con un poco de cariño y comprensión. Yo no lo he intentado.

- Alquilo apartamento con vistas al futuro. Si ves que es muy negro, no te preocupes, es un ático y la caída desde el balcón sería definitiva.

- Busco pareja de mus. Abstenerse bizcos y libidinosos.

- Se vende pack de detergente líquido Neutrex. Es el del anuncio de la chica que viene del futuro. Con la compra regalo PlayStation 17. Venía en uno de los botes.

- Realizamos todo tipo de lecturas. De las líneas de la mano, de los posos del té, de las cartas del Tarot… del contador de la luz, de la cartilla, entre líneas, del pensamiento, de una partitura… Leemos todo.

- Joven apuesto e inteligente busca chica para amistad, y lo que surja. Si eres de Madrid, te gusta la literatura y tienes perro… ni se te ocurra llamarme. Soy de Jaén, no he abierto un libro en mi vida y los animales me producen alergia.

- Se recuerda a todo el personal de la oficina que mañana a las 21.00 h celebraremos la fiesta de despedida a Faralla por su jubilación. No se requiere invitación porque, ella es así.

- Asteroide anónimo con gran espíritu de sacrificio busca manager con experiencia para convertirse en estrella.

- Se busca dinosaurio desaparecido. Mide unos 5 metros y es de color azul y fucsia. Responde al nombre de Rexy. La última vez que se le vio bailaba como loco en el pub “El Tripi Mágico”. Si lo ves… pásate algo tío.

- Se vende máquina del tiempo averiada. El condensador de fluzo está roto y solo viaja 1 minuto al pasado. Ideal para futbolistas en mala racha, malos cocineros, estudiantes vagos o amantes descuidados Especialmente indicada para personas impulsivas que no saben mantener la boca cerrada.

- A la venta sarcófago egipcio sellado. Adjunto pergamino de garantía sobre su maldición. Si amas el riesgo y quieres acabar de rematar este 2020, no lo dudes y hazte con él.

- Vendo intermitentes traseros para Volkswagen Golf. Buen estado general. Si estás interesado, llámame. No me llames. Llámame, no me llames, llámame, …

- Alquilo habitaciones en motel de carretera. Cuarto de baño propio y ducha recién instalada. Atención personalizada y servicio 24 horas. Vivo en la casa de al lado con mi madre. N.B.

- Vendo diversos artículos para perro. Correa extensible 3 metros, comedero, juguetes, bozal, mantas varias, comida para un año, … No, no lamento ninguna pérdida. Es que al final me arrepentí y compré un gato.

- Político en paro después de las elecciones busca con urgencia almas caritativas que le puedan ofrecer varios artículos de primera necesidad. A saber: un poco de dignidad, honestidad, credibilidad, sinceridad, … y muchas otras que cosas que acaban en –dad. Como buen político, puedo prometer y prometo que, una vez recuperado, recompensaré a esas personas con un montón de nuevas mentiras y medidas indignantes para su desarrollo vital. Garantizado.

Jorge Martín
Grupo B


Se oye a lo lejos
pito de afilador
en bicicleta

No lo dude, los mejores cuentistas del momento (verdaderos profesionales). Vea los debates parlamentarios

No sabe qué carrera elegir, no lo dude, olvídese de la Universidad, haga una carrera política

Retratos sin photoshop, trabajo artesano, realizado manualmente

Oportunidad única. Vendo libros sin palabras. Usted quedará siempre satisfecho, podrá completarlos a su gusto

Alfredo Domínguez
Grupo B


Anuncios

Caperucita vende al lobo feroz,
cuando no es bien recibido en la casa de la abuela.
Cuando es demasiado exigente con las cenas que prepara la abuela.
Caperucita vende al lobo feroz,
resguardado y peludo.
Valiente y ferozmente.
Caperucita vende al lobo feroz.
Un antes y un después de haberle
prometido que no volvería a vestirse más de rojo.

Iria Costa
Grupo B


Mensajes blancos

Compro dispositivo capaz de anular las vibraciones sonoras que algunas personas emiten en forma de palabras, cuando sus emisores creen que no son escuchadas.

Yo diría que tengo una capacidad auditiva superior a la media. En mi pueblo decían que lo que dios me había quitado en una cosa me lo había dado en otra, o porque he desarrollado más este sentido, por supervivencia, hasta puede que sea por casualidad.

El caso es que muchas veces oigo cosas que quien las dice está seguro de que no las oigo. Se trata casi siempre de mensajes que poco o nada me aportan, al menos, nada constructivo. Estaría muy bien poder dejar de escucharlas en cuanto son identificadas.

Teresa Sanz
Grupo B

Nuestras vidas son los ríos

Dedicamos la primera sesión de este nuevo curso a los ríos y a la memoria. Ambos sustantivos fluyen hacia la mar, que es el morir o hacia el río Lete o Leteo, donde las almas de los muertos bebían el olvido de su vida terrestre.  
Hoy seguiremos el curso de las cosas y del taller, una vez encauzados en nuestra nueva realidad, para recordar cual o cuáles fueron los ríos de nuestra infancia, aquellos que mueven las aguas de la memoria y nos suscitan todo tipo de recuerdos.
Pero también podemos hablar de otros ríos que nos han cautivado por su nombre, como el Río Cuerpo de Hombre en Béjar (Salamanca) o el río Gritos en Cuenca.



Incluímos aquí un par de poemas que nos hablan de dos ríos, el East river, un estrecho de agua del océano Atlántico en la ciudad de Nueva York que cautivó a José Hierro, y el río Tormes (en Salamanca), un río que forma parte de la memoria de Raúl Vacas.


A orillas del East river, de José Hierro (fragmento):

I

En esta encrucijada,
flagelada por vientos de dos ríos
que despeinan la calle y la avenida,
pisoteada su negrura por gaviotas de luz,
descienden las palabras a mi mano,
picotean los granos de rocío,
buscan entre mis dedos las migajas de lágrimas.
Siempre aspiré a que mis palabras,
las que llevo al papel,
continuasen llorando
-de pena, de felicidad, de desesperanza,
al fin, todo es lo mismo-,
porque yo las había llorado antes;
antes de que desembocasen en el papel blanquísimo,
en el papel deshabitado, que es el morir.

[...] 


Río Tormes, de Raúl Vacas

El Tormes se ha colado en el otoño
y canta coplas a los chopos viejos
que cansados del frío y de la lluvia
estornudan semillas y nostalgias.

Como si fuera nieve el polen blanco 
de las flores roza la luz del agua,
y entretiene a los juncos y los patos
y muere entre las sábanas tendidas.

Se oye temblar al viento de la tarde
y un rumor de elefantes y de armas
cruza despacio hasta el Humilladero
donde los niños ladran a la muerte.

Hoy no es lunes pero se oye al fondo
el alboroto de mujeres tristes
que regresan en barca a sus labores
y se lavan el pelo con cerveza.

Muy lejos del amor canta una rana
verde sobre una calavera fría
y en los tejados de las altas torres
se oye chillar de amor a los vencejos.

El cielo golpeado, con las nubes 
moradas, rememora el calor
de la tormenta de las noches últimas
y despide con frío a las urracas.

Y en el agua tiritan los paisajes. 
Y se moja los pies la catedral 
y se mira coqueta en el espejo 
de agua. Sueñan las carpas de oro 
con el humo, con las bellotas rojas,
dulces, en los cabellos de la encina.

Y el Lazarillo ronca recostado
junto al toro de piedra, silencioso.
Y el ciego que abusó, tal vez, del vino
sueña despierto con la primavera.

Todo está en paz. Las horas, los recuerdos, 
la soledad del río con su piel 
de nylon. Ya se durmió el horizonte,
dejo en la orilla seca un par de lágrimas.


En la página de "Futuro del agua" encontramos una breve reseña sobre el poema que Dámaso Alonso escribió en Harvard, cerca del río Charles:


Dámaso Alonso conversa con un río

El insigne poeta, filólogo y académico español Dámaso Alonso viene hoy a narrarnos su experiencia poética junto a un río estadounidense, con su poema del agua “A un río le llamaban Carlos”, perteneciente a su obra “Hombre y Dios” (1955),
El poema desgrana unos versos perfectamente ubicados en el espacio y en el tiempo, pues fue escrito en la vivienda que habitaba Dámaso en la Universidad de Harvard, muy cerca del río Charles, agradable en verano e inhóspito en invierno, pues con el frío, las nubes y la mortecina luz, el río contagiaba su tristeza mientras el poeta paseaba por sus riberas.
Sentado en la orilla, Dámaso conversa con él con la esperanza de quien espera ser escuchado y respondido con alguna solución balsámica que amaine su angustia. Mientras, observa el fluir de la corriente brava y decidida le pregunta que hacia dónde va llamándose así, con un nombre tan diferente al de los demás ríos…¡Carlos!
No sabemos quien estaba más triste, si Carlos o Dámaso cuando descubría entre las aguas que marchaban impetuosas hacia el mar un caudal de lágrimas… ¿de un dios?. No hay respuesta ni aclaración porque los ríos no responden, solo le lavan los pies al paisaje
Dejamos a Dámaso contemplando el agua que discurre sin un instante de reposo. Podría estar toda la vida, a orillas del gran río hasta que llegara la fría y misteriosa noche en la que ya no se distingue entre el río, al que llamaban Carlos, y los pies fríos y el alma cansada del viejo profesor a quien llamaban Dámaso… 

A un río le llamaban Carlos, de Dámaso Alonso

1.

Yo me senté en la orilla;
quería preguntarte, preguntarme tu secreto;
convencerme de que los ríos resbalan hacia un anhelo y viven;
y que cada uno nace y muere distinto (lo mismo que a ti te llaman Carlos).

Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte
por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.
Dímelo, río,
y dime, di, por qué te llaman Carlos.

Ah, loco, yo, loco, quería saber qué eras, quién eras
(genero, especie)
y qué eran, qué significaban «fluir», «fluido», «fluente»;
qué instante era tu instante
cuál de tus mil reflejos, tu ;reflejo absoluto
yo quería indagar el último recinto de tu vida
tu unicidad, esa alma de agua única,
por la que te conocen por Carlos.

Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.
Y el río fluye y fluye, indiferente.
A veces, suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la hierba quemada del invierno para pensar por qué los ríos
siempre anhelan futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.

Y tu fluías, fluías, sin cesar, indiferente
y no escuchabas a tu amante extático
que te miraba preguntándote
como miramos a nuestra primera enamorada para saber si le fluye un alma por los ojos,
y si en su sima el mundo será todo luz blanca
o si acaso su sonreír es sólo eso: una boca amarga que besa.
Así te preguntaba: como le preguntamos a Dios en la sombra de los quince años,
entre fiebres oscuras y los días—qué verano— tan lentos.
Yo quería que me revelaras el secreto de la vida
y de tu vida, y por qué te llamaban Carlos.

Yo no sé por qué me he puesto tan triste, contemplando
el fluir de este río
Un río es agua, lágrimas: mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién la llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, río Carlos,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Carlos.

Era bien de mañana cuando yo me he sentado a contemplar el misterio fluyente de este río,
y he pasado muchas horas preguntándome, preguntándote.
Preguntando a este río, gris lo mismo que un dios;
preguntándome, como se le pregunta a un dios triste:
¿qué buscan los ríos?, ¿qué es un río?
Dime, dime qué eres, qué buscas,
río, y por qué te llaman Carlos.

Y ahora me fluye dentro una tristeza,
un río de tristeza gris,
con lentos puentes grises, como estructuras funerales grises.
Tengo frío en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasar mucho tiempo.
Ha debido pasar el tiempo lento, lento, minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo, como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo, como un río indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo, amigos míos, mucho tiempo
desde que yo me senté aquí en la orilla, a orillas
de esta tristeza, de este
río al que le llamaban Dámaso, digo, Carlos.


Y cerramos este pequeño recorrido por los cauces de los ríos y la memoria con un poema de Ángel González (Por aquí pasa un río) musicado por Pedro Guerra:




Cerramos este breve itinerario de textos con el poema que leí en Oeiras en homenaje al río Tajo y que lleva por título "El río que nos lleva", un homenaje a José Luis Sanpedro y su novela homónima.
El primer verso lo tomo prestado de Alberto Caeiro (Fernando Pessoa) y de su poema "Tajo". Dedico el texto al capitán y la tripulación de la embarcación "Princesa do Tejo":


El Tajo no es el río que corre por mi aldea.
Es el Arganza quien dibuja en la dehesa
su delgada línea azul,
un río que es regato en el verano y deja al descubierto
sus áridas entrañas.

El río que corría por mi infancia ya no es río.
Sólo en el tiempo de crecidas
la lluvia y el deshielo alimentaban
su esqueleto de agua.
Sonaba entonces claro su curso y su discurso
en el empeño de llegar al mar, que es el morir.

Recuerdo, siendo niño, la aventura de cruzar
a la otra orilla.
Había que pisar con determinación
en cada una de las piedras o pontones
como quien pisa en un paso de cebra
solo las líneas blancas.

Cruzaban los valientes con alma de ganchero,
los que nada temían a la zancada larga,
al salto calculado,
a la parábola imperfecta.

Los indecisos saludaban con la mano en la otra orilla.
La emoción, sin embargo, estaba río arriba
en los caozos y las pozas,
en las corrientes cristalinas
donde brotaba el agua.

El río arrastraba en ocasiones unos sacos siniestros
con cinco o seis latidos dentro.
Otros días traía mansamente
el rumor y la calma.

Yo nunca supe donde terminaba el río de mi aldea.
Nunca pasé de aquel coto privado
en la doblez del horizonte
que señalaba el límite de mis conquistas
y era frontera y aduana.

Era el río la promesa de una vida larga,
con sus tristezas y meandros, sus exclusas y silencios,
los márgenes donde escribir el cauce de la vida,
sus zonas remansadas,

El río que corre por mi aldea no es el Tajo
pero soñó con él un día.
Los ojos de los puentes le guiñaban.

Ahora, en otra edad y en otro curso de la vida
miro a este río, el Tajo,
y el mar de cereal de la dehesa
es ahora de paja.

Este río caudal que arrastra la madera
y la memoria,
que nos lleva y nos trae,
que es tierra y es regata.

El Tajo sobre el mapa es un hilván irregular
que une la sierra y el océano,
España y Portugal,
la infancia y el presente,
un largo ovillo con un gato al fondo
que desmadeja su melena clara,
una profunda cicatriz que abre el paisaje en dos
y que revela su costura líquida.

Tajo, en tu corriente fría vierten el llanto
y las palabras los poetas,
todas las vidas que han de dar al morir,
todos los nadies que a acompañarte bajan.

Río Tajo, árbol azul que extiendes en el bosque
tus frondosas ramas:
Alberche, Guadarrama,Tiétar,
Zézere, Jarama,
venas y arterias de una savia común.

Río Tajo, interminable rúbrica de agua,
saluda a las contentas ninfas
que olvidaron su llanto en las orillas.

A ti, río de vida, dedico estas palabras
y este canto,
otro rodado canto más
que dormirá en tu lecho dulcemente
con arrullo de nana.

El Tajo no es el río que corre por mi pueblo,
es el nudo que enlaza este sueño de hoy
con mi lejana infancia.



Propuesta de escritura

Piensa en un río que haya sido, o que sea importante en tu vida. Escribe sobre él. Haz que las palabras naden contracorriente o río abajo, siguiendo el curso de tu historia.


Estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Nana

Duerme mi niño querido, 
sumérgete en un sueño tranquilo. 

Tu vida será como un río 
que nace pequeño 
entre tierra y riscos 
y baja sonoro 
haciendo camino. 

Alimentado por 
el sol, la lluvia y el hielo, 
mostrando su poderío 
a veces turbulento y 
casi siempre, pacífico. 

Reflejando en sus aguas 
paisajes distintos. 

Fluye y fluye 
en silencio y olvido, 
llegando al mar 
que le abraza y recibe, 
como a un hijo. 

Marian Pérez Benito
Grupo presencial


El bravo río de mi vida

Desde el primer momento en el que entré en el apartamento unifamiliar que seria mi hogar durante 10 años entendí por qué se abría ante mi una vivienda de alto nivel a un precio módico, cada descansillo albergaba dos macro pisos para gente que nada tenia que ver conmigo, en ese piso había tres puertas, (habilidad del vecino para desechar la parte del piso que no le gustaba) dormitorio, cocina-salón y baño escaso eran los desechos en los que el coloso edificio no ofrecía las mejores vistas. A pocos metros de las que serian mis ventanas se levantaba una impresionante pared de roca en la que la naturaleza había dibujado una pareidolia en la roca con la cara de Marlon blandón a sus 30 años, abajo, entre el edificio y la pared, la bajada más abrupta de agua que una montaña como aquella pueda imaginar, grave pendiente de estruendoso ruido constante, el Madriú se abría paso para unirse en pocos metros al Valira, afluente del Segre.
Ese sonido al que me acostumbré en una semana, marcaría mi vida durante una década, llegó a arrullar mi sueño como la nana más sutil.
Decidí entonces quedar con amigos y subir por aquella montaña para conocer un poco más mi río, está al lado de mi casa así que un día de excursión seria suficiente.
Llegué a casa agotada, todo el día en la montaña, fue muy divertido.
Encontramos una garganta por donde bajaba el agua en cascadas, no llevábamos traje de baño, ¿pero quien dice que no a un chapoteo semejante?
Las cascadas hacían bañeras semejantes a jacuzzis y bajaba el agua de una bañera a otra.
Tapé con mi enorme culo el caudal del agua en un estrechamiento de la roca aguantando la presión del río que crecía a mis espaldas viendo como solo un hilillo de agua se permitía seguir su camino, cuando la presión era realmente fuerte me levante de golpe... (Bien agarrada a la roca, eso si) y vi como un caudal poderoso arrancaba de repente montaña abajo,
Mis amigos me llamaban “la chica castor” yo simplemente he decidí llamarme “la enorme presa”.
Han pasado muchos años. Ahora necesito una buena ducha... me recreo en ella, me encanta el agua, después, una infusión y a la cama, que mañana toca curro.
Salgo con mi albornoz hasta la cocina...
¡Vaya! Algo siempre falla, no queda agua mineral para mi tisana
Menos mal que tengo mis grabaciones de aguas bravas para poder dormir.

Esther Yubero
Grupo A


Rayo de sol
el agua cristalina
trucha que brilla

Tiempo de otoño
bordeando el arroyuelo
un ciervo berrea

Alfredo Domínguez
Grupo B


El río de mi vida

Antigua corriente que mis lares bañas,
que del agua pura, como yo, estás hecho,
olor y sonidos alegran el pecho,
de niños que juegan con tus espadañas.

Molinos rodeados de juncos y cañas,
Castillos y Villas bordeando tu lecho.
que visto por aves, nunca va derecho.
Cruzado por puentes de formas extrañas.

Lo igual y distinto fluyen en tu entraña
guardián de recuerdos, de los que más quiero
con solo evocarte mi ser se restaña.

Cual telar que entrama la sutil maraña,
que en las vegas hilas a tu paso, Duero,
tu recuerdo amigo, siempre me acompaña.

Carlos García Riesco
Grupo A


“Nuestros mares son las vidas que van a dar a los ríos.”

El pez, mientras nadaba, no sentía el paso del tiempo. Le parecía que el río era el mismo de siempre, y que sus aguas se movían, pero no viajaban. El río, y el pez, eran la misma cosa.
Daba, a veces, saltos, y era como si saliera del mundo, pero enseguida volvía a sumergirse en su reloj de agua, que daba siempre la misma hora. Y, dentro del río, pero fuera del tiempo, él seguía haciendo lo mismo. Buscando pececitos y gusanos, una y otra vez, pero siempre la misma vez. El pez era el río y el río, aunque cambiara, era inmutable. Hasta que, el pez, vio aquel gusanito -no podía saber que era del otro mundo- y le picó.

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A


El río del cafetal
 
El río me es dado. Al llegar a la casa de campo, camino por sus pasillos buscando un recodo apartado. Quiero evitar sus ojos, espuelas sedientas sobre mis glúteos firmes. Luego me hundo en el cafetal, siguiendo el juego preferido de las otras niñas y los niños. Todos, siempre, vamos al río. El camino es un sendero de hojarascas brillantes, con olor a humus y a un jolgorio ácido, que esta vez me detiene. Los niños corren para llegar pronto al río, mientras yo voy sintiendo cómo las hojas de los cafetales rozan mi rostro, humedeciéndolo. Saco mi lengua para tomar el agua pluvial de sus hendiduras. Mientras camino abro mis manos para sentir sus contornos venosos y firmes como el jade. Busco sus frutos rojos, tesoro que otorgan con evidente rendición. Tanteo su escarlata redondez. Las frutas verdes se esconden de mi asecho, como yo de aquellas miradas afanosas. Mordisqueo la metra roja del cafetal para vengar mis miedos. Es amarga la carne y duro su centro. La fruta me inyecta su vivificante droga. Me he apartado, pero en silencio oigo el río. Ahora yo también corro por la confusa arboleda, guiándome por las voces de las niñas y el fluir rumiante. Las alcanzo, se han detenido en el eje anguloso de la bajada hacia el río. Las animo, y sin pensar me lanzo de medio lado por la pendiente, liderando el descenso, manteniendo el ímpetu en mis piernas. Pero resbalo, y caigo como un canto rondado. Un vaho azufrado invade mi respiración, mi boca está tragando la tierra y lame el río. Sin ahogarme en el sueño me inundo más de esa orilla. El agua fría me despierta, tanto como los gritos y risas de las niñas. He llegado al cauce del río desvalida. Pero luego me venzo, me sumerjo y descanso vaciada sobre su corriente. 
Una y otra vez he presagiado las aguas vivas de otros torrentes. Y busco empecinadamente volver a sentir el despojo de sus almas en la mía.

Carmen Elena Ochoa
Grupo A


 Nuestras vidas son los ríos. El fluir de la memoria

¡Qué bien armonizan estas dos frases! Fluir nuestra vida, fluir el río. Los recuerdos, la memoria fluyen, el agua del río fluye y, en ambos casos, la memoria  y el río, recorren un camino que no se puede detener, si bien no se debe forzar,  si el curso natural de un río se modifica, se desvía, si no hay diques de contención, un día la fuerza de la naturaleza se rebela y ese río arrasa, destruye. La memoria, ese ir y venir que nos acompaña, en la que escarbamos para encontrar y revivir  tiempos que pasaron y  que nos hace volver a sentirlos, que a veces quisiéramos que no existieran, no queremos esos recuerdos que como el agua brava del río, arrasan, vuelven a encontrar los surcos, las heridas que quedaron.  Cuando buceamos buscando momentos felices, es entonces, cuando la memoria se asemeja al discurrir del río, ese suave discurrir del agua a través de bosques y praderas, de parajes donde se celebran alegres fiestas que produce  sentimientos y emociones, que nos llevan a esos momentos compartidos y que tanto añoramos. Puede ocurrir, de repente, que después de un suave meandro las aguas se abran camino entre rocas, estruendo de aguas oscuras que arrastran y arrasan, como esos aconteceres de la vida  que arrasan el alma, donde no hubo diques de contención, pero habrá que reconstruir. 

Inés Izquierdo
Grupo A


Revivir

Me vienen los recuerdos de aquel día tan especial… una excursión con gente querida. Entre alcornoques, robles, acebos, castaños ermitas, piedras en el fondo, el rumor del río, por el valle de Las Batuecas.
Como iba diciendo, después de un gran paseo de risas, charlas y caídas y no puedo más llegó el momento de descansar, bajamos a la orilla del río donde sus aguas nos reconfortaron del cansancio. Sacamos las viandas y el buen vino. Los pies metidos en el agua, los peces extrañados se acercaron mordiscándonos la piel.
Las aguas saltarinas transparentes y frescas del río Batuecas tienen el poder de transmitir su dulce música hipnotizante. Por unos instantes olvidamos nuestras vidas cotidianas. Fue un día muy especial y como premio pudimos ver un águila negra.

Josefa Redondo
Grupo A


El río soñado

El río de mis sueños,
se compone de agua de lluvia,
de agua de manantial surgido lentamente de las fuentes de las montañas,
de agua del deshielo de los corazones enamorados,
de lágrimas sinceras del dolor o de la alegría de la vida diaria.

De este río yo quiero beber,
bañarme,
sentarme a su orilla,
oír su murmullo con el roce de las piedras,
leer y escribir a su lado,
y descansar soñando.

Luis Iglesias
Grupo presencial


Perlito

Me tienes que perdonar, no sabes cómo lo siento. Preguntaron en el taller cuál era el río que más nos gustaba y yo dije que el San Lorenzo, muy caudaloso, aguas limpias, navegable… El primero que se me vino a la mente, pero qué me va a mí un río de Canadá, fíjate donde queda Canadá.
Dije que en mi pueblo no hay río y tuvo que ser un compañero del taller quien me recordase que el regato que pasa por Flavoria, su pueblo, nace en Posadas. Qué vergüenza, ser yo nacido y unos años de vivir en Posadas, y que te me fueras de la memoria. Lo que yo tuve que haber dicho es Perlito, aunque el nombre termino de inventármelo ahora, ¿te gusta? Nombre me parece que no tenías; en Posadas decíamos el regato de Flavoria, en Flavoria dirían el de Posadas. Pero desde ahora si te parece, Perlito. Bautizado quedas, ¿vale?
Pues qué bien, oye, me quedo mucho más tranquilo. Solo falta que termine esta puñetera sequía de años y que vuelvas a tener agua. Y cangrejos. De los de antes, por supuesto, nada de estos americanos rojos que parecen de plástico. A ver si hay suerte, cosas más difíciles se han visto. Si llegara el caso ya tengo pensado hablar con los compañeros del taller poetas, que yo de eso nada, y pedirles una oda o algo así. Malo ha de ser que con el nombre de Perlito no se las apañen.

Pascual Martín
Grupo presencial


Oír el ríO

Hasta mi lecho llega el rumor del agua. Hace tiempo corría hacia la ventana a observar el río. Me fijaba en las figuras que dibujaba caprichosa la corriente, los brillos de los pliegues de las ondas que se perdían en la orilla, las rocas que emergían a la superficie en busca de un poco de oxígeno.
Ya no puedo verlo, solo distingo las notas de su música. Mis piernas me han abandonado. El sonido de la corriente me transporta a la infancia. Gruesas espaldas de trabajadas mujeres, de rodillas sobre la banquilla, se doblegan ante la orilla para ahogar, una y otra vez, la suciedad de las sábanas. Los niños corremos, jugando al pillapilla, entre blancos paracaídas desorientados sobre las matas de juncos. Yo ya no puedo correr, ni saltar sobre las piedras, mis piernas flotan en el borde de algún remanso, tan blancas, tan blandas, tan frías como peces boca arriba, ahogados en la superficie.
Qué pena aquel que no ha tenido un río en su infancia, qué pena aquel que no ha tenido un amor en su juventud. Mis mejillas se sonrojan al recordar el primer beso bajo el fresno que daba sombra a la charca de “los renacuajos”. Salté desde el canchal, orgulloso, henchido de amor. Me sumergí en las aguas cristalinas, en el lecho del río una roca traidora detuvo en seco mi zambullida, se apoderó de mi futuro, de mi movilidad, de mi único beso. El agua se tiñó de sangre, flotando como un tronco a la deriva sobre la negra superficie vi nadar río abajo mis extremidades, huían de mí, en busca del inmenso mar. Esa roca traidora me postró en mi lecho para siempre.
Durante años las aguas se volvieron negras ante mis ojos, pero hoy he vuelto a ver brillar los rayos sobre la superficie, me vuelvo a sumergir, consigo avanzar contracorriente, remonto río arriba, he llegado al lugar que vi en mi infancia. Tranquilo, sobre el lecho del cauce, doy profundas bocanadas, solo espero la muerte y que la fuerza del agua me arrastre hasta el deseado mar.

Tomás García Merino
Grupo B


La niebla era tan espesa que incluso daba la desagradable sensación de que faltaba el aire para respirar. El frío y la humedad penetraban en el cuerpo, adhiriéndose a los huesos de los individuos de aquel pequeño grupo que, estando cercano ya el amanecer, temblaban de frío y desasosiego. Llevaban buena parte de la noche andando, tropezando más bien, cruzando riachuelos y entrando en el agua hasta los tobillos, cayendo de rodillas debido a lo irregular del terreno, porque el camino que seguían era invisible a sus ojos. Estaban magullados y se sentían agotados, pero en absoluto silencio seguían hacia el norte, en fila, uno tras otro, encabezados por el explorador que debía de guiarles hasta Cumia.
De repente, cruzando un bosque, el guía cayó de bruces en un nuevo curso de agua, pero no era un simple riachuelo, sino que parecía ser un río. El hombre quedó inmóvil con el cuerpo medio sumergido en las frías aguas. Todos se apresuraron a levantar el cuerpo inconsciente del explorador y arrastrarlo hasta tierra para cubrirlo después con una manta. Se sentaron junto a su guía, muy encogidos y pegados los unos con los otros para darse calor, con las capas bien cerradas.
Con el alba la niebla empezó a disiparse lentamente y poco a poco pudieron descubrir el paraje donde se encontraban. Estaban en la orilla de un gran río, en el interior de un bosque de árboles de ribera que mostraba las primeras hojas en sus ramas. La temperatura era considerablemente baja. El lugar era muy solitario y no daba la sensación de que hubiese gente por las cercanías. Hacia el sur podían divisarse tres grandes columnas de humo. Uno de los hombres del grupo, un individuo delgado, muy fibrado, de pequeños ojos marrones y pelo castaño, se levantó y examinó detenidamente el rostro del explorador que seguía tendido en el suelo.
—Maldito... —se lamentó.
—¿Qué ocurre, Kilias? —preguntó uno de sus compañeros que también se puso en pie.
—Este no es el soldado que debía guiarnos —repuso Kilias.
—¿Cómo que no? ¿Quién es? —preguntaron a la vez tres de sus cuatro compañeros.
—No lo sé. Yo hablé con Hervel dos días antes de salir de Aras.
— ¿Y ahora? —lanzó la pregunta una esbelta mujer de bellos ojos grises, profundos y un rostro blanco y suave, de pelo negro y labios carnosos, que también se levantó.
—¿Ahora qué, Ledenca? —le respondió con otra pregunta Ki- lias.
—¿Dónde estamos? —quiso saber el otro que se había puesto en pie, un hombre fuerte y recio, de pelo castaño claro y grueso mostacho.
—Eso quisiera saber yo, Argo. Pero por mis conocimientos.... Calculo que este no puede ser otro que el río Aras, por tanto estaríamos al sudeste de Cumia, tal vez a unos tres días de camino.
—¿Y éste de dónde ha salido? —insistió Ledenca.
—Eso me gustaría saber —cabeceó con desaprobación—, eso me gustaría saber...

Fragmento inicial del prólogo titulado “La Diáspora” del libro IV de la serie “Aras. Leyendas de la Ciudad Blanca”, titulado “El Trono de Aras”.

Jaume Castejón
Grupo B

Meandros

A mí me gustaría ser un

                                      río

                                         de

       sadilác y seclud sauga

   noc

las

  que poder enamorar

                                 cada

                                    día

          renet y ,rejum im a

   sonu

       cuantos meandros

                                  para

                                   poder

              opreuc us razarba

    artnoc

  el

     mío, desembocando

                                     nu-

                                       estro

       osollivaram nu ne romA

    y

      des-

          bordante DELTA



Óscar Alberto Martín
Grupo A


El río donde aprendí a nadar

Aprendí a nadar en el río Dropt, afluente del Garona.
Un verano, con doce años, fui a Francia a vivir con mis tíos, a cultivar trigo y maíz, a recoger tomates y judías verdes, a ordeñar las vacas, y sobre todo a practicar el idioma.
Mi tío me enseñó a conducir el tractor, a conducir el “dos caballos”, y a nadar.
Yo no sabía nadar, y como mi tío era poco docente, pues me tiró al río y me dijo: sal como puedas, si no lo consigues yo te rescato. Como había visto nadar a los perros, hice unos movimientos similares y conseguí alcanzar la orilla. Al verme valiente me volvió a tirar un poco más lejos, y también conseguí salir. A partir de entonces se ocupó en enseñarme a nadar estilo “braza”, que es el único que mal-domino en la actualidad.
Mi primo y dos amigos suyos me acompañaban casi a diario al río. Después de un día trabajando en el campo, bañarte, chapotear, saltar, jugar en el agua con unos amigos, en un placer difícil de igualar y que recuerdo vivamente.
El río Dropt lo era todo para la familia. Agua para regar el maíz, los tomates y las judías verdes. Agua para la casa. Agua para beber nosotros, las vacas y las gallinas. Agua para vivir.
También íbamos a pescar. No tuve la suficiente paciencia o destreza para la pesca, por lo que no prosperé. Aprendí a pescar en otro río, el Tormes, pero esa es otra historia.
Lo que si recuerdo es que mi tío ponía una especie de jaulas-trampa para pescar anguilas, metiendo en su interior tripas de pollo como cebo. Un día descubrí por casualidad una de aquellas trampas tirando de una cuerda, que estaba atada al tronco de un árbol a la vera del río. Tiré de la cuerda y vi al “monstruo”; me metió miedo, la anguila me miró y me enseñó los dientes, con lo que la volví a tirar rápidamente al río. Acudí a contárselo a mi primo y juntos volvimos para comprobar que el “monstruo” había encontrado la forma de escapar de la jaula. Lo creáis o no, creo que me alegré. 
  
José Luis Fonseca
Grupo A


El río de mi niñez
                    
                La mariposa
                recordará por siempre
                que fue gusano

                    M. Benedetti


Tardes de pesca
luciérnagas y sardas
en el río Yeltes.

Familia feliz
tortilla y flotador
la vida pasa.

Domingos de ayer
siestas bajo la sombra
arrullo de agua.

Río de mi vida
remolino de sueños
el alma canta.

M Pilar Sánchez
Grupo B


El río y la escapada

Pensar en un río me lleva a la infancia y a mi pueblo.
Era una tarde de primavera, el equivalente al lunes de aguas de Salamanca. Allí lo llamábamos la merendilla. Nos gustaba llevar huevos cocidos, (los huevos de pascua de la época) y para darles un poco de color los envolvíamos en una tela durante la cocción. Yo tenía 4 o 5 años, eso lo recuerdo bien. En un momento dado, me fui de allí sola a mi casa, que estaba bastante lejos. No era consciente del peligro, ni tampoco de lo poco que veía. Empecé a darme cuenta de esa diferencia en los juegos con los niños o en el colegio. En los primeros años de mi vida fui totalmente ajena a algo que era evidente para todos los adultos que me rodeaban.

Teresa Sanz
Grupo B


Duero dorado

Un otoño fui a verte,
tu curva de ballesta en torno
a Soria.
San Juan, San Polo, San Saturio,
Machado y Bécquer,
y el discurrir lentísimo
de tus aguas gloriosas,
vestidas de hojas de álamos.
Tu doraste mi alma de belleza,
y la fertilizaste, padre Duero.
Los álamos, las” liras
del viento perfumado”,
son hombres y mujeres vegetales,
cubiertos de oro y poesía,
y me sentí abrazada
por tus ondas de agua para siempre.

Emilia González
Grupo B


El río

Nuestro río está parado, no corre. No es por falta de agua, no, que tiene tanta como un mar o, al menos, eso me dijo mi amigo Luis que viajó una vez a Gijón cuando nació su prima. En mi río la otra orilla está tan lejos que si entrecierro los ojos pierdo de vista las montañas del otro lado y me creo en ese océano sin horizonte que nos cuenta Luis.
Cuando sea mayor quiero tener un velero como los que vemos pasar veloces a lo lejos. Recorreré todas las orillas y todos los puertos por remotos y desconocidos que sean. Esos pueblos que ni yo, ni ninguno de mis amigos conoce, ni sabría localizar en un mapa y de los que cuentan historias de bandidos y contrabandistas: La Pesga, Riomalo, Martinebrón,... Y llegaré hasta las murallas de Granadilla que veo cada mañana desde mi balcón, lejana y vacía, esparcida entre su torre mocha y una iglesia cuyas campanas están mudas.
No suena mi río como otros, pero cuando brama el viento y la espuma desborda las furiosas olas, golpea la orilla tan fuerte y tan seco que me parece oír castañas asándose en una sartén.
Es a veces papel de plata, otras verde de jara y cuando cae la tarde y el viento está calmado tienen sus aguas el color añil de las hortensias de mi abuela.
Mi río se hizo océano porque mi padre y otros muchos hombres construyeron un muro firme como una roca. La corriente que era veloz y ruidosa se detuvo en un remanso azul y silencioso. Dice mi madre que desde la presa se ven dos cielos: uno arriba, el de todos los hombres y otro abajo, igual, pero que es solo nuestro. 

Pepe Lorenzo
Grupo B


Más que un rio 

Mi río, es no solo un río. Mi río es algo más que el fluir de su caudal sobre cantos enquistados por ávidas corrientes, aliento de otros ríos sobre ríos, cuentista de su historia transparente, que escribe en las paredes de sus márgenes la hazaña de sus tierras usurpadas. Mi río es un superviviente de incursiones romanas, que aún se lame las hondas cicatrices de su piedra dorada, y mira con sus ojos de rosario a la alameda verde, de selva traspasada.
Mi río es una fiera Regalía, sepulcro abisal de los ahogados. Es la Fabrica del Sur infatigable, blanqueando las harinas molineras, y un enjambre de moras deleitosas tintando nuestras manos de amapolas negras. Mi río es un león vociferante cuando salta la pesquera con su tormenta de agua.    
Mi río es infancia almidonada de inocencia queriendo ser el agua. Es corona de flores atusando mi pelo, jugando a ser princesa. Son los mástiles leñosos de los álamos libando de sus ubres la sustancia y es un ruidoso patio de recreo, donde la vida discurre entre sonrisas blancas.  
Mi río es más que eso que llamamos por su nombre. Es un tiempo feliz que habita el desván de mi memoria con olores y sabores de dulzuras no olvidadas. Es un mañana no lejano, tejiendo de rigores y de afectos los ignotos senderos que esperan ser mi casa. Nunca mi río fue más mío que el día que lo perdí, en una encrucijada.     

Pepita Sánchez
Grupo presencial


El río de mi pueblo

Mi pueblo no tiene río. Pero el río de mi pueblo ha llevado entre sus aguas secretos de amor, añicos de esperanza, tragedias y milagros. 
Diecipocos años, diecimuchas ilusiones. La vida brotaba a borbotones en cada poro de la piel. No quedaba espacio para el sufrimiento y menos para la tragedia.  Había llegado El Riñones de Bilbao a disfrutar, y rememorar la ilusión de las ferias tantas veces vividas, muchos años atrás.  Las de Vitigudino. En mi pueblo, que es el suyo, nos conformamos con las fiestas, sin más.
  Mi bicicleta era algo  más vieja, pero más rápida. A cada pedalada iba regando el camino con años que se le desprendían de cualquier pieza. Experiencia tampoco le faltaba. Hasta había asistido, espectadora privilegiada, asomada al pretil  del puente de Cerralbo, al golpeo violento de los huesos de mi padre contra el espino que había brotado ocho metros más abajo.  Para El Riñones le pedimos la bici a Tino. Era pesada y consistente. No lo puedo asegurar, pero tengo el convencimiento de que ambas habían asistido juntas a la misma escuela de párvulos. 
La carretera era llana. Lo adelantaba, me adelantaba. Risas. Jolgorio. Nos vamos a esmortolar, le decía.  Luego, comenzó el descenso serpenteante y abandoné el juego. Mi bicicleta y yo conocíamos lo peligrosa y traicionera que se ponía aquella bajada. Con las curvas, El Riñones se escapó de mi vista. Iba como loco. Antes de salir de la última, la que daba entrada al puente, me llegaron gritos desatentos y angustiosos. No entendía nada.  La bicicleta de Tino estaba a caballo en el pretil del puente, mientras  El Riñones yacía tendido, entre un peñasco y una peña, ocho metros más abajo, rodeado de bañistas , quienes, atónitos, habían presenciado su caída.  Cuando llegué hasta él, ni siquiera me angustié. Me quede bloqueado. A un gesto de Ali, nos dirigimos, con la velocidad que imprimen las piernas de diecipocos años, al otro extremo del puente a recabar  ayuda del primer automovilista que pasara. La casualidad o el destino, o tal vez Dios, a quien le dejé claro que El Riñones no había venido para morir, sino para pasar unos días alegres en nuestra compañía, obró el milagro. Y le advertí con firmeza que si consentía su muerte, nuestra relación quedaría muy deteriorada para siempre.  Y se comportó. Otra vez más, Dios se comportó conmigo. Hizo que el automovilista que iba a enfilar el puente fuera  un médico forense, que reanimó, hasta donde pudo, al Riñones y lo llevo al centro médico de Vitigudino. Vinieron horas complicadas; horas de transitar por la frontera de los vivos y los muertos. Mi madre, la señora Esther, la señora Concha y otras vecinas comenzaron, entre suspiros, el rezo del Santo Rosario. Dios entendería que el goteo de gente ávida de novedades, rompía su devoción, al no sustraerse a la curiosidad de qué y quienes preguntaban.  Pero el Riñones no había venido a dejar la vida junto a un  río, lejos de sus padres, y con tanto camino por vivir. 
Cuando regresé a buscar las pertenencias que habían quedado en el lugar del suceso, me paralicé ante la cruz de rollos colocada en el lugar en ,que horas antes, había ocupado el cuerpo inerte del Riñones.  
Mi pueblo no tiene río. Los de Cerralbo se lo han apropiado entero, sin respetar siquiera la orilla que acaricia el límite del mío. Hemos de hacerles abandonar la utopía de que El Huebra les pertenece en exclusividad.  
Diecipocos años, diecimuchas ilusiones. La vida explota vida por cada rincón del cuerpo. No hay lugar para tragedias.
Dos días después aplaudimos con fuerza a los hermanos Peralta, para quienes, desplegando nuestros pañuelos planchaditos, de fiestas señaladas, exigimos para ellos las dos orejas y el rabo. Nos sentimos importantes: se les concedieron.

Evaristo Hernández
Grupo B


Él

Miraba al horizonte mientras el sol se escondía tras el Pico del Casar y observaba cómo sus rayos teñían de todas las gamas posibles de rojos y naranjas las aguas quietas del embalse. Así quería ella colorear sus pensamientos para alejarlos de los matices grises con que se tintaban en los últimos tiempos. Un día más había bajado a la orilla para contemplar el paisaje mil veces visto y otras tantas sentido. Esa costumbre la adquirió cuando estaban juntos, cuando él la cogía de la mano y la invitaba a bordear el río, paseando las diferentes esquinas y vericuetos que se formaban cada día, según subiera o bajara la cota.Desde entonces ese vagar por la ribera al atardecer había sido su principal aliciente para completar la jornada. Una vez contempladas las aguas, revisados los márgenes y despedido el sol, se volvía a casa con el poso de tristeza que deja la constatación de la ausencia y con la satisfacción de haber renovado su compromiso con el río y con él.

Evocaba los veranos, en los que todos se juntaban en el poblado para mantener intacta la pertenencia a este lugar marcado por el río Alagón. Sus aguas y sus riberas habían traído hasta aquí a los padres, después trajeron a sus hijos y, más adelante, seguramente, traerán a sus nietos. Los hijos de aquellos primeros emigrantes consiguieron crear un grupo compacto, aunque diverso, que supo componer una red de afectos, complicidades y lealtades más allá de lo meramente social para convertirse en una verdadera camaradería. La hora del baño en el río era sagrada para todos, excepto para ella, que era poco amiga de las humedades y menos aún de las durezas de los canchos. Desde bien pequeños habían propiciado los encuentros en sus playas, ocupándolas grandes rocas de granito que salpican el paisaje, viendo pasar, año tras año, las aguas que discurren plácidamente hacia el sur. Unas aguas que, engullidas por los mecanismos de las profundidades, traspasan las compuertas para resurgir al otro lado de la presa y continuar su camino, hacia el Tajo. Eran tardes en las que se fraguaban enemistades y despertaban amores, en las que el centro del universo se encontraba allí y en ese momento.

Antes se preguntaba ¿Sería el pantano igual sin éste o aquella? Con el tiempo supo la respuesta. No, no lo sería. Cuando él ya no estaba, necesitó reinventarse a sí misma y a su entorno para seguir adelante. Su relación con el río cambió. La eterna pereza por bajar hasta sus aguas se había transformado en ansia por estar cerca. La cita diaria se convertía en un ritual para la contemplación del crepúsculo hermoso que, indefectiblemente, le regalaba el sol poniente. Después, mojaba sus manos y dejaba que sus dedos, iniciaran una danza acuática de movimientos lentos y sinuosos con la que aspiraban a llegar a la esencia de las aguas. En esa esencia estaban todos, ella, ellos, él…

Los añoraba a todos, uno por uno y en conjunto, especialmente al grupo, por lo que había sido y por lo que aún significaba en el devenir cotidiano. No obstante, la nostalgia dejaba su impronta más cruda, sobre todo, cuando notaba el vacío del amado, haciendo que le sangrara el corazón y las lágrimas asaltaran su rostro. El dolor inicial se había convertido en una alerta permanente ante la adversidad. Se había refugiado en el río, que, aún en continua transformación, se mantenía inmutable en su cuenca. Los amigos, los que iban quedando, seguían a su lado, pero faltaba él, siempre él. Nadie le había advertido sobre la vida, esa que igual que el rio cambia continuamente y permanece siempre invariable.

Maxi Moreno
Grupo B


Río Eume

Frío atardecer,
el agua que surca bajo mi piragua.
Y me acuerdo de las risas en la playa de Cerdeña,
y los besos que antes no di.
Ya te has marchado, no te volveré a ver.
Y el río lleva menos agua que cuando comenzó a bajar, desde el principio de Monasteiro.
Baja la luz del puente, el primero que da a las Fragas de Eume.
Volveré a bajar en piragua, pero tu recuerdo permanecerá.

Iria Costa
Grupo B