Extrechinato y tú

Ya me hubiera gustado a mí entrar sobre un caballo y completamente desnudo, como Manolo Chinato en la portada de "Poesía básica", en la sala de Fondo Local de la Biblioteca. Mi rebeldía y mis conocimientos sobre la monta no llegan a tanto. Y aquí podríamos hacer un juego de palabras con tanto monta, monta tanto.
La sesión de esta semana la dedicamos a Extrechinato y tú, un disco que marcó un hito veinte años atrás, y a dos de sus protagonistas; Manolo Chinato y Robe Iniesta.
Quién iba a decirle a Manolo, cuando apenas lo conocían en Puerto de Béjar (Salamanca), que su poema "Ama, ama, ama y ensancha el alma" recorrería tantos escenarios y tantas gargantas y se convertiría en una de las canciones más conocidas de Extremoduro y casi una proclama libertaria. Y todo porque un día, tras un concierto de Extremoduro, le leyó a Robe ese poema y éste le invitó a subirse a al escenario y leerlo en el siguiente concierto. A partir de ese momento Chinato se convirtió en fiel escudero de Robe.
Esa amistad y esa complicidad en las ideas y los afectos se concretaron en un disco. Robe Iniesta, de Extremoduro y Fito Cabrales e Iñaki Antón (Uoho), de Platero y tú, unieron sus voces y su arte para musicar algunos de los textos de Manolo Chinato. El resultado es "Poesía básica", un disco "para escuchar en casa aunque algunas canciones tienen marchita y se pueden escuchar perfectamente en un bar". No hubo gira con este disco pero Manolo Chinato acompañó a Extremoduro en muchos conciertos y tiempo después a Inconscientes, nuevo grupo de Iñaki.

Manolo Chinato pasó de ser un pastor y dueño del Chinato's Bar en Puerto de Béjar a convertirse en un poeta al que mucha gente joven iba a visitar y conocer en su pueblo.
Leímos en la sesión algunos de los poemas de Chinato recogidos en varios libros como Amor, rebeldía, libertad y sangre o Poeta no quise ser. Dejamos aquí un ramillete:

Ama, ama, ama

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte 
que a veces retumbaran las montañas 
y escucharais las mentes social adormecidas 
las palabras de amor de mi garganta.

Vivís en una noche sin estrellas, 
andáis un mismo camino cuan orugas, 
y os vais dejando pudrir en las entrañas 
los caminos de libertad de vuestra alma.

Hay que dejar el camino social alquitranado 
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas. Hay que volar libre al sol y al viento 
repartiendo el amor que tengas dentro.

De pequeño me impusieron las costumbres, 
me educaron para hombre adinerado, 
pero ahora prefiero ser un indio 
que un importante abogado.

Abrid las mentes y los brazos y repartíos, 
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia 
y, yo quiero que todos como hermanos, 
compartamos amores, lágrimas y sonrisas.

¡Ama, ama y ama y ensancha el alma!

A mi amapola

Soy un grano de trigo tirado en la tierra,
tú eres semilla de amapola roja. 
Brotaremos juntos con lluvias y con soles 
y seremos en verano mar de mieses y amapolas.
Mi espiga de amores dorada 
acariciará con la brisa y con el viento 
tus rojos labios de roja amapola 
de amor enloquecida.
Cuando los segadores 
me destinen a su hambre 
ya estaré locamente de ti enamorado.
Me meterán en oscuros sacos prisionero, 
frías piedras quebrarán mi alma, 
me harán pan o golosina 
y una boca voraz me comerá cualquier mañana 
y no volveré jamás a verte, amapola mía.
Sólo podré pensarte en mi quebrado sueño, 
mas buscaré en el saco un agujero 
y caeré de nuevo a la tierra 
para, en otra primavera, 
junto a ti, roja y preciosa, brotar de nuevo.

Manolo Chinato fue el telonero de la sesión pues a continuación hablamos de Robe Iniesta, exvocalista de Extremoduro, uno de los músicos y compositores más admirados en el panorama musical español y entre el público de una generación que ahora ronda los cuarenta y cincuentas años.
Escuchamos algunas de sus canciones y comentamos sus letras, como la "Nana cruel" que nos dio pie para hablar de Federico García Lorca y la conferencia "Canciones de cuna españolas. Añada. Arrolo. Nana. Vou-verivou" que pronunció en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1928 y que indaga en las letras de dichas canciones, llenas de dramatismo. La compañía teatral El Patio con la colaboración de Momo y Ultramarinos de Lucas hicieron una videocreación que recoge fragmentos de dicha conferencia. Un trabajo magnífico.
Hablamos de las "Nanas de la cebolla" de Miguel Hernández y de las "Nanas de la metralla" de Félix Grande, dos poemas en los que sus autores advierten a sus hijos Manolillo y Guadalupe, respectivamente, sobre los peligros de España y del mundo.
Dejamos aquí la letra de la "Nana cruel" de Robe Iniesta. Esperemos, tal y como el señala antes de cantarla, que hiera vuestra sensibilidad: "A mi, con esta canción, me gustaría herir vuestros sentimientos… Porque de qué sirve un filósofo que no hiere los sentimientos de nadie."

Nana cruel

Duérmete
que ya estás a salvo de todo.
El sol se ha ido entusiasmado,
le ha salido bien este atardecer.
Duérmete
que te voy a cantar una nana tan cruel
como la realidad:
Érase una vez una humanidad.
Yo que, yo que pensaba.
Yo que creía firmemente en el amor
hoy ya sé que no, que ya no importa
y que a la vida hay que buscarle otra razón
y busco en los colores del atardecer
y no la encuentro.
Yo que pasaba las noches en negociación.
Yo, que te espero.
Yo, que hice cada segundo otro mundo mejor.
Yo, que te espero.
Yo, que velaba las noches enteras.
Yo que, yo que querría poder contarte
que ahí afuera está la vida y solo hay gente
que quisiera comprenderte
y abrazarte y alegrarte
y ayudarte siempre.
Yo, que estudié al ser humano te digo que no,
que ya nada espero.
Yo, que intenté comprender sus motivos que no,
que ya nada espero.
Yo, que quisiera encontrarme contigo.
Yo que, yo que pensaba.
Yo que creí firmemente en el amor. No.
Hoy ya sé que no, que ya no importa
y que a la vida hay que buscarle otra razón
y busco en los colores del atardecer
y no la encuentro.
Duerme, que ahí afuera
solo hay monstruos, solo hay gente
que te compra y que te vende
que te odia y que te miente
que roba, que te mata,
que te viola y que no siente nada.
Duérmete, que ya se ha ido el sol,
que tenía que hacer, dijo, y se marchó
y prometió volver al amanecer.

En esta canción Robe escribe "yo que pasaba las noches en negociación" y en otra de sus canciones titulada "Contra todos" señala: "¡Ay-ay-ay-ay!, al camino recto / por el más torcido, vengo directo./ ¡Ay-ay-ay-ay-ay!, a hablar contigo / de nuestros derechos constitutivos. Sobre estas cuestiones también hablamos en el taller. Esos momentos que tenemos de negociación con nosotros mismos, de introspección a cerca de nuestra razón de existir y del sentido de nuestra vida. Hablamos de todo lo que nos constituya, no de nuestra constitución física sino nuestra constitución ética. ¿Luchamos por alguna causa? ¿Dejamos de creer en la utopía? ¿Entendemos la poesía y la escritura como un arma cargada de presente y de futuro? ¿Es preciso volver a una literatura social que cuestione tanta superficialidad, tanta batalla cultural, tanto afán por la guerra, tanta deriva sin freno?
Quizá haya que salirse del camino para caminar, como señala Robe Iniesta.
Otra de las letras que comentamos en el taller fue la de "Si te vas". Que importante sentir que alguien nos acompaña, que perdona nuestros errores, que nos salva de muchas circunstancias. Y que duro el abismo si nos faltara.
Robe Iniesta, el poeta de los poetas. Dice Antón Reixa en el Periscopio: "Hemos pecado de soberbia. Algunos pensaban que Robe era un perro flauta que tocaba para otros perro flautas y nos ha demostrado que es un poeta y nos ha conquistado". 


Propuesta de escritura

¿Has escrito alguna vez algo sobre la paz? ¿Cuentas entre tus textos con algún poema, microrrelato o relato sobre la libertad? ¿Hay algún rastro social en lo que escribes?
Piensa en este espacio como un muro donde dejar tu grafiti, tu grito, tu pensamiento, tu poema, tu reivindicación, tu declaración sobre alguno de los derechos humanos.
O también puedes escribir una nana "cruel" al estilo de Robe o de Félix Grande.

Y estos son algunos de los textos recibidos hasta ahora:


Efímeros

Seremos un instante comparados
con lo eterno del cielo que nos cubre,
pasajeros casuales en un viaje
muy rápido y fugaz, como esas luces
que cruzan por error el firmamento
y mueren al chocar contra las nubes.

Efímeros y breves como un roce,
como la estela suave del perfume
que te toca la piel sin habitarla
y antes de echar raíces se diluye.

Seremos el susurro que se mece
y que busca la inercia que lo impulse
para encontrar el rumbo de sus pasos
y alejarse del ruido que lo funde
huyendo de las guerras de los hombres
que rompen el silencio y solo rugen
atrapando en sus garras la inocencia
y borran del paisaje los azules.

Seremos los colores que dibujan
nuestro futuro incierto que transcurre
en línea paralela a ese pasado
que nunca queda atrás y solo fluye
para llevarnos raudos en sus alas
a ser tan solo polvo del derrumbe.

Y cuando todo acabe y no sepamos
cual será la palabra que perdure
y recuerde el rumor de nuestros nombres
pasando de puntillas por el puzzle
compuesto por las piezas infinitas
que tejen nuestra vida y la consumen
seremos ese fleco en la memoria
que danza con el viento y que sucumbe.

Aurora Zarco
Grupo B


Cómo acabar con las guerras

1. Debemos estar convencidos de que son malas. Parece una perogrullada, pero no lo es. Convencidos absolutamente, sin ningún género de dudas y por parte de todos.

2. Crear una normativa de obligado cumplimiento consistente en castigar con gran severidad al infractor. Si algún país invade a otro, automáticamente será sancionado con un boicot absoluto por parte del resto de las naciones, consistente en el cierre hermético de sus fronteras.

3. Concienciación a todos los militares de abstenerse de luchar en las invasiones. Practicarán una huelga de brazos caídos de forma continua hasta la solución del conflicto. Este artículo se aplicará igualmente en las guerras internas apodadas “guerras civiles”.

4. Creación de una policía internacional, totalmente robotizada, que actuará en caso de producirse una guerra, castigando únicamente a los causantes de esta: capturarán y aislarán en una isla desierta a los políticos, militares, o magnates que hubieran provocado el evento; dejando libres a los ciudadanos de a pie.

5. Si aún y todo seguimos en las mismas, es que nos merecemos un nuevo diluvio.

6. En épocas de paz, sería muy conveniente no provocar odios entre los ciudadanos, cometiendo injusticias e irregularidades por parte de los gobiernos; pues de esta forma cabrearemos a los paisanos, y les entrarán ganas de pelearse con los vecinos de al lado.

7. Que así se escriba y que así se cumpla.

José Luis Fonseca
Grupo A


La minúscula y la versal

El Capital ha tomado el Poder. Antes también lo tenía, pero lo disimulaba escondiéndose tras los poderes públicos. En esa pirámide de dominio, los que estamos en la base buscamos personas e instituciones que nos representen para intentar contrarrestar el impacto grosero de su codicia, aunque, como ya se ve, con poca fortuna. Claro, porque la Fortuna es solo para los que se hallan en la cúspide.
El capital humano, el peonaje de ese sistema -o sea, nosotros- vemos cómo se tambalean los derechos adquiridos, de forma gradual. Vamos perdiendo terreno, tanto, que ni nos extrañamos de ello porque no alcanzamos a distinguir la linde inicial.
Ahora todo es diáfano. Las élites dinerarias han abandonado las máscaras -"van a calzón quitado", diría mi padre- y amenazan a la humanidad con todos los tormentos imaginables si no contribuye a agrandar su riqueza. Los Multimillonarios asaltan a unos cuantos millones de ciudadanos en sus propios hogares robando sus datos y vendiéndoles ficticias necesidades, una forma de recuperar los salarios prestados. Y a los otros millones, a los que no tienen sueldo que retornar, les arrebatan sus vidas y, por supuesto, sus haciendas, para crear con ese expolio nuevos centros de riqueza con los que engañar una vez más a la Hacienda pública.
Incluso la grafía refrenda la desigualdad entre unos y otros. La letra no engaña: la mayúscula o versal identifica no solo a la letra capital, también a lo que tiene entidad propia; por contra, la minúscula se refiere siempre a cosas de pequeñas dimensiones o de muy poca importancia – "ni una pizca de decencia", diría mi madre-.

M. Maximina Moreno
Grupo B


Aguas turbias

Busqué la razón en la ley, y solo la encontré en la física. La equidad había desaparecido de los diccionarios.
El excremento empezó a sustituir al fango, como el día sucede a la noche y las sombras alumbraron las instituciones.
La vejez se convirtió en sostén y referente de la economía doméstica. Los ancianos comenzaron a ser utilizados, no por su experiencia o sabiduría, sino para anticipar si las urnas deberían o no permanecer imparciales.
Me uní a los que decían luchar por la limpieza, pero solo logré discernir las diferentes clases de basura y evitar caer al estercolero.
Contemplé atónito, cómo muchos coetáneos se quedaron a vivir allí, donde aún siguen, liderados por ignorantes que para coronar su lucro, le pusieron tasas a las heces.
La cosa se puso más seria, cuando los guardianes de la transparencia comenzaron a hacer las maletas, al ver a los voceros aceptar la coima. Fue denigrante ver a gran parte del poder del papel, jugando a ocultar hechos y torcer la opinión, para que solo sea una.
Se erigieron en corifeos de la tergiversación de la historia.
Aún así, quedaron unos pocos, esforzados y beligerantes contra la falta de claridad y el exceso de información sectaria y manipuladora.
¡Trataron de contener la contaminación, cuando ya estaba a sueldo!
La Resistencia fue una escasa y testimonial guerrilla.
El resultado de la contienda un amaño incierto, revelador de un futuro opaco.
Lo único que resultó realmente nítido, fue la vacuidad de las promesas de los políticos.
Los que juraron servir al bien común, comenzaron a dictar a los garantes de la voluntad popular, leyes que favorecieran la injusticia, para amparar su impunidad y desviar la atención del perjurio y prevaricación de todos ellos.
Los poderes partidarios, manejando propagandas tipo “ismo”, hicieron lo imposible para sustituir humanidad por egolatría y cultura por doctrina. “Solo querían una clientela apátrida y domeñada”.
Articularon paraísos mediáticos y telemáticos, dirigidos por legos crematómanos convenientemente adiestrados, para influenciar al rebaño y señalarle cuáles son las praderas de la red donde deberán apacentar y por ende, pagar por las consecuencias de la revelación de sus propias debilidades. Ellos mismos se han hecho translúcidos para maleantes y aprovechados.
Concluí que, de una generación que presume, en todos los órdenes, de un desarrollo libre y equilibrado, deviene un legado opaco para la siguiente, a la que convenientemente se le están desdibujando sus referentes históricos.
En este mundo nuevo que les prometen, ni siquiera la hierba es verdadera, ni la amistad, ni el amor o la solidaridad.
Ni siquiera el aire es respirable
Ni siquiera el agua es cosa clara…
Hoy ni siquiera tú, aunque te bendigan o caígas del cielo, eres transparente.

Calgari
Grupo A


La nana de la Rampaya

Duerme de una vez, mi niño,
por favor, que estoy cansada,
hoy me dejaste agotada
no me queda más cariño.
Por ti, voy con desaliño
y cuando vuelvo hasta el lecho,
después de darte mi pecho,
mi esposo no me pretende
y mis ganas desatiende
soy como tierra en barbecho.

Volviste de madrugada
a angustiarme con tu llanto,
no sé por qué aguanto tanto
si vivo casi ignorada.
Antes de quedar preñada,
que feliz era la vida,
ahora estoy… como aturdida.
¡Cállate un poco, mamón!
Y no seas tan llorón,
que me tienes aburrida.

La noche que me estás dando
y tu padre ni se inmuta,
¡El gran comedor de fruta,
lleva tres horas roncando!
Tranqui,...te estás estresando.
Me han trocado la novela...
¿Qué haría en mi caso la abuela?
¿Dar cuarentena al bellaco?
¿Llamar al hombre del saco?
¿Podrá conmigo esta vela?

A monstruos convocaré
que inyectan miedo a la noche
del temor hagan derroche
y con ellos pactaré.
A hijo y padre, espantaré.
El niño que ya no calla,
¡Esto pasa de la raya!
El ogro, la bruja, el lobo
para el padre medio bobo.
Para el pequeño canalla:
¡Invocaré a la Rampaya!

Calgari
Grupo A


De sobra sabes que puedo

                No podía pagar la hipoteca
                y le rompí el corazón a mi chica (…)
                Nunca di problemas a nadie
                pero no es tarde para empezar.
                No quiero romper ninguna ventana
                no quiero quemar tu coche (…)
                tienes derecho a todas tus riquezas
                pero has ido demasiado lejos.
                Navegas por el poderoso océano 
                en un yate diseñado para ti (…)
                pero el océano está lleno de basura
                y no vas a poder cruzarlo.
                Nunca di problemas a nadie
                soy un hombre de ley y orden (…)
                nunca di problemas a nadie
                pero de sobra sabes que puedo.

                Nunca di problemas a nadie
                Leonard Cohen. Traducción de Alberto Manzano


Pensaba que sería suficiente con una pequeña cantidad de explosivo, no hay por qué matar a nadie, se dijo, y siguió planeando el asalto al banco, el secuestro del delegado del fondo de inversión. Las dos acciones ocurrirían sucesivamente, primero se llevaría al pez gordo al piso en donde se había visto obligado a vivir en las afueras de la ciudad; después, se vestiría con su ropa, que hay que parecer respetable para esos propósitos, y esperaría pacientemente a que fuese su turno con el director de la sucursal del banco que había gestionado la venta del edificio en el que vivió en el centro de la misma ciudad. Se sentaría amablemente frente a él y le mostraría la cartera en la que habría puesto el explosivo y los papeles del desahucio. Tras su examen por parte del empleado mayor y responsable de la oficina, extraería el artilugio explosivo que estaba ahora montando. Le advertiría de que no pulsase el botón de la alarma que, con seguridad, tendría a su alcance si no quería que volasen los dos por los aires y que se quedase eternamente preso el responsable del fondo de inversión en un lugar indeterminado, no para él, por supuesto, sino para el asustado director del banco. Después lo desalojaría completamente.
Bueno, tal vez todo quedaría más creíble si, además, tuviese en su mano un revolver o una pistola. No le resultaría muy difícil distraer el arma reglamentaria del coronel de artillería, su tío, que vivía a dos manzanas de su antigua casa. Se acababa de retirar, frustrado y lleno de ira porque no ascendió a general con el resto de los mejores de su promoción, y había guardado su uniforme y su sable en el armario, también una pistola que había recibido como regalo de su mejor amigo, el general X, que no hay por qué ser más explícitos en este caso. Con ella en la mano se alcanzarían los objetivos más fácilmente, tanto el secuestro como el asalto. Definitivamente, iría primero a ver a su tío y le distraería para poder llevarse prestada su arma de fuego, tanto da que estuviese cargada o descargada.
Lo que más le molestaba de todo aquello era la foto que tenía el miserable director de la oficina del banco enmarcada en la pared, bien a la vista de los clientes: varios personajes con amplias sonrisas en la popa de un yate, los dos más sonrientes y abrazados, el soplagaitas del capital y el verdugo de los especuladores, los dos que le habían echado de la que había sido su casa desde hacía más de quince años. Por supuesto, los otros seres sonrientes eran los abogados de ambas organizaciones, cerca de los cuales se veían señoras y señoritas de buen ver. El problema era que él no tenía dinero para viajar al pantalán donde estaba atracado el barquito, ni tal vez deseos de quemarlo, total para qué, aunque ganas no le faltaban de redondear el trabajo.
Bien, el plan estaba completo. Sólo faltaba robar la pistola, comprar los explosivos y localizar al responsable nacional del fondo de inversión, que él sí que era un buitre, más aún que la organización a la que servía. El director de la sucursal del banco estaba localizado. Todo sería coser y cantar.
Tomó aire, lo expulsó con energía y, aunque no lo admitiera, con resignación, y siguió dibujando la historieta. El punto álgido de la novela gráfica sería cuando el personaje contemplase la sucursal bancaria en llamas, sobre la cual habría dibujado en grandes letras el nombre del fondo de inversión, cuyas oficinas también arderían llevándose con ellas todos los documentos que habían hecho tan infeliz al protagonista de la trama y a su chica.
Se dio cuenta de que además debía arder el protocolo del notario hasta los cimientos, y todos los archivos del registrador de la propiedad. Pero en estos tiempos, llevar a cabo una venganza completa contra la trama mafiosa de los que realmente detentan todo el poder no era tarea fácil, ni siquiera para la desatada imaginación de un escritor de novela gráfica. Los datos seguirían a buen recaudo en algún servicio de computación de los que llaman eufemísticamente “nube” en una inmensa nave de trastos y parafernalia de cables y placas de silicio al otro lado del Atlántico.
Siguió dibujando, desarrollando el guion y pensando que tal vez no sería mala idea ir llamando a su tío, el coronel, por si podía prestarle su pistola y asesorarle con los explosivos, que uno nunca sabe cuántas personas de orden son capaces de ejecutar actos de justicia revolucionaria.

Juan Delgado
Grupo A


Recuento

Hay quien sostiene que la humanidad progresa.
Mide su avance en kilos, en toneladas… en riqueza.
Pero hagamos una cuenta
sencilla y concluyente.
Toma un lapicero y tacha
todo lo cierto que encuentres.

Hoy en el mundo hay
menos miseria, menos exilios, menos muertes,
menos hambre, menos llanto, menos pena,
menos secuestros, menos asesinatos, menos mutilaciones,
menos huérfanos, menos abandonos, menos abusos,
menos miedo, menos injusticias, menos violaciones,
menos mentiras, menos robos, menos torturas,
menos balas, menos puñales, menos muñones,
menos tanques, menos disparos, menos metralla,
menos bombas, menos fusiles, menos cañones,
menos terror, menos violencia, menos guerras,
menos sangre, menos heridas, menos cadáveres…

Somos el animal más peligroso
para los demás animales,
para el propio ser humano
y para el mundo que nos sustenta.

Y hay quien quiere llevar
a otros rincones del universo
este virus temible
que llaman civilización

¡Si hubiera un dios…!

Pepe Lorenzo
Grupo B


El Sector Seis

En la Cañada Real, los sueños son de uralita y los deberes huelen a cera de vela.
En el Sector Seis de la Cañada, la luna ofrece una luz proscrita para que, gracias a ella, Fátima lave la ropa, Marwa hierva la sopa, Preciosa dé gracias a Dios y a Europa.
En el Sector Seis de la Cañada, es bueno madrugar, ser primero en las colas del paro, en las del ropero solidario, en las del banco de alimentos. Los que trabajan, que los hay, pagan el alquiler de la chabola, pagan los materiales del colegio y la compra del supermercado al otro lado de la vallas, pero no la factura de la luz, porque no hay, la del gas, tampoco, ni la del agua y alcantarillado.
El Sector Seis es paso de camellos -antes de ovejas- que se calientan delante de hogueras, es paso de yonquis y niños, muchos, que van a la escuela y a clase de inglés.
A la Cañada a veces llegan señores uniformados con máquinas que desalojan el futuro, derriban la miseria, la oscuridad, demuelen la helada y sus rendijas. Y con los escombros, bajo grandes torretas de luz, se construyen otras penas, paredes de frío y plástico, donde se esconden ancianos con fiebre.
El Sector Seis no está en la lista de los Pueblos Más Bonitos de España, ni les visitan señores trajeados. Políticos, pocos, solo cuando van a prometer cielos azules y pedir el voto.
Del Sector Seis se habla a veces en las noticias, se denuncian plantaciones ilegales, inmigrantes ilegales, asentamientos ilegales, construcciones ilegales, instalaciones ilegales, transacciones ilegales, vertidos ilegales, encogimientos ilegales.
En el Sector Seis, el invierno dura doce meses, el aire tirita Filomenas y agua-nieve, y se nota por el olor a butano en los corazones. Los niños no quieren bañarse, aunque creo que eso les pasa también a los del Barrio de Salamanca, pero por diferentes razones.
En el Sector Seis tienen suerte: pueden dormir todos juntos, sentir el calor de la madre y los ronquidos del padre.
En el sector seis alguna vez es verano. Entonces, se derriten el plástico y la uralita, y los ancianos de Fez y de Vaslui caen como moscas bajo el ardiente latón. Las calles sin asfaltar se resecan y queman como la arena de la playa. El Arroyo del Prado no es el mar.
En el Sector Seis, la vida es bastante normal, aunque es hogar de héroes invencibles, vulnerables, marginales, pero invencibles.

Marisa Sánchez
Grupo C


El cielo ya no es azul,
se ha teñido de rojo.
Tiemblan las entrañas
de la tierra.
El silencio de la noche
se rompe con el llanto
de los niños
y el ensordecedor ruido
de las sirenas.
No hay lugar para esconderse,
no hay refugio
para la esperanza.

P.G.
Grupo C


Canción de cuna

Duérmete mi niño chiquito
Duerme hasta el alba.

Duérmete mi niño bonito
Que la sombra te atrapa.
Cierra los ojitos
mamá a los fantasmas espanta.

¿Oyes las cadenas?
Ya flotan las sábanas.
No llores niño mío,
que vienen a beberse tus lágrimas.

Cierra los ojitos mi vida,
cierra los ojitos mi alma.
La noche está tan oscura,
que ni los grillos cantan.

Duérmete mi niño chiquito,
Duerme hasta el alba.

Bocas

Calman su sed con vacuos adjetivos.
Su hambre se colma de verbos prometedores.
Pero sólo cumplen años y lenguas.
Las promesas largas y rizadas se cubren de canas.
¡Qué traguen, sin llegar al vómito!
Los espantosos berretes se deslizan por ellas
sonrientes…
En la cima de la montaña es de día,
mientras en el valle reinan las tinieblas.

Eva Hernández
Grupo A


Nana

Mi mano mece la cuna
de quien está por venir
cubierta con colcha de seda
y encaje chantilly.

Que larga se hace la espera
cuanto tardas en venir.

Quizá, tú seas quien pueda:
derribar los muros de la sinrazón
y devolver la infancia perdida
a niñas casadas sin elección.

Que larga se hace la espera
cuanto tardas en venir.

Quizá, tú seas quien pueda:
parar con la palabra la guerra,
acabar con las armas letales,
y las bombas infernales.

Que larga se le hace la espera
a tu caballo de cartón.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Por más

Por menos poemas sobre su feminidad y más sobre su fuerza obstinada.
Por menos versos sobre la dulzura de su voz y más sobre la importancia de sus palabras.
Por menos metáforas sobre ojos hechiceros y más sobre sus comentarios incisivos.
Por menos rimas sobre la turgencia de sus pechos y más sobre su extraordinario sentido del humor.
Por menos lírica sobre el deseo que despierta y más sobre lo inventivo de su ingenio.
Por menos sonetos sobre su delicadeza que enamora y más sobre su tenacidad que intimida.
Por menos odas sobre su boca tentadora y más sobre su envidiable resiliencia.
Por menos estrofas sobre la tersidad de su piel y más sobre los callos de sus manos.
Por menos loas a su silueta incitante y más sobre su creatividad codiciable.
Por menos hipérbole sobre su vientre fértil y más sobre su lucha.
Por menos reflexión sobre su enigma y más introspección al trato otorgado.
Por menos palabras que la adornen y más que la reconozcan.

Vanina Palomo
Grupo C


Canto a la sororidad

Hermanas, ¡a la carga!
Que nos quieren dormidas
y nos tendrán levantadas.
Que nos quieren sirvientas
y nos tendrán liberadas.
Que no quieren calladas
y nos tendrán con la voz alzada
para gritar por las que fuimos
para gritar por las que somos
para gritar por las que seremos.
Hermanas, ¡a la carga!

Sara GL. Terrén
Grupo C


Ángelus

A Enrico y a todas las mujeres del mundo, pero especialmente a María, nuestra madre, en este 8 de Marzo.

Entre las once y las doce
Vino a visitarme un bello ángel azul de hielo
Con sus enormes alas
Alas negras, negras de temibles infiernos
Y me habló al oído
Y susurró mi nombre
Y heló mi sangre con su aliento
Y yo volé a su lado
Y me elevé entre las nubes
Y por momentos miré la tierra desde muy, muy alto

Atiende, atiéndeme ya, ya, princesa
No busques más diamantes, no, no princesa


Y me perdí en su mirada azul, azul como el hielo más cruel de todos
Y palpé su dolor
Acariciando las negras, negras plumas de sus infiernos

Atiéndeme ya, muñeca
Escucha de una vez la voz del Dios verdadero
El verdadero Dios que hoy, hoy, reina, a ti te reclama, frágil muñeca
Abre ya, ya de una vez, reina
Que serás por siempre, por siempre mía, María…
Sabes bien que de la mierda, nena, de la mierda nacen las flores

Y de los diamantes linda, de los diamantes, nada nace
Siguen tañendo a la luz del mediodía, campanas al viento
Y eternamente brilla la luz del sol en lo alto
Mientras el ángel de hielo se aleja volando
Y yo , yo sola, sola y muda, solo cierro los ojos

Un ángel de hielo vino a visitarme
Me llevó volando, volando en lo alto
Transformó mi nombre
Me condenó al silencio

Calla!
Atiende, atiéndeme ya, princesa
No busques más diamantes, no, no, princesa
Serás desde ahora mi novia, novia de un ángel, un ángel de hielo que lleva a sus espaldas el infierno.


Poema/canción inspirada en Princesa de Joaquín Sabina e Il Sogno de María de Frabrizio De Andrè.

Esperanza García
Grupo A


El secreto

Cualquier tiempo pasado fue mejor, nos decimos a menudo .
La sensación de estar viviendo una época difícil, especial y única, siempre ha existido y los problemas también han ido variando, pero hemos pasado situaciones que entonces creíamos muy graves, y lo eran, guerras, exilios, campos de concentración, inmigración y emigraciones, abandonos, todas ellas situaciones complicadas que en cada época cada cual se sobreponía con sus propios recursos.
Y ahora, aquí estamos, quien les iba a decir a nuestros abuelos que vivieron aquellos contratiempos, que otras guerras diferentes vendrían , que aquellos que vinieron para quedarse se irían, vendrían otras maneras de dirigir nuestro país pero con otras dictaduras que tendríamos que manejar.
Los cantautores que ayer cantaban a la libertad, a los sueños inalcanzables, en el presente han cambiado sus inquietudes.
Capitalismo, consumismo, la inteligencia artificial y el calentamiento global nos arrollan como una locomotora.
El hoy no se puede entender, si olvidamos el ayer. Comprender nuestras raíces y no olvidarlas, nos hace avanzar con sentimientos contradictorios que tenemos que reordenar.
Cuando pienso qué hemos perdido, me contesto, la ilusión, y lo comparo a las personas que llegando a la tercera edad , mueren cuando pierden esas ansias de anhelar soñando dejar un mundo en paz , y ven solamente un futuro de tinieblas.
Este tiempo no es peor, es distinto, solamente aprendiendo a sortear el abatimiento, el pesimismo, veremos a las nuevas generaciones conquistar su propia manera de vivir a gusto en concordancia con lo que escuchaban decir a sus padres y abuelos, y otros pensamientos les ayudarán a saltar y volar hacia su propia libertad.

Carmen Lazcano
Grupo B


Entonces llegó la riada

Entonces llegó la riada y se lo llevó todo y a mí no me dejó nada. Se llevó mi casa entera, que construí con mis dos manos a fuerza de ladrillo, cemento y pala. Allá se fue todo mi esfuerzo, toda mi ilusión y mis recuerdos.
Entonces llegó la riada y se llevó mi vaca, no me dejó ni una oveja, ni una gallina, ni mi cabra. Se llevó las provisiones, todo lo que yo guardaba para mantener la familia hasta la próxima otoñada.
Entonces llegó la riada sin que nadie me avisara. Se llevó a la mujer y a la hija, que era lo que más amaba. Con ellas se fueron mi felicidad y mi alegría. Me he quedado viudo, sin la Elvira y la Susana, mi niña del alma.
Antes llegó la pandemia y me quedé sin los padres. Unos y otros hablaron palabras de gran consuelo, pero todas desprovistas de emoción y sentimiento. Mi hermano también cayó en una acción terrorista, pero no hubo explicación y tampoco hubo justicia.
Entonces llegó la riada y se llevó mi hacienda, mis ahorros, la familia que quedaba, mi ilusión y mi esperanza. Ya han pasado cuatro meses y sigo esperando. Unos y otros prometieron mucho. Un futuro de ilusión y de abundancia.
Entonces llegó la riada y aquí no ha pasado nada. Ahí siguen intercambiando culpas unos y otros. ¡Qué me cuentan! Ellos siguen sentados, discutiendo, y yo estoy solo y arruinado. Únicamente las buenas gentes me ayudan.
Entonces llegó la riada y se lo llevó todo, menos los sillones que unos y otros ocupan.

Manuel Medarde
Grupo A


Canciones

Reina,
donde habitan las mujeres
hay un coro de voces que cantan,
entonan una canción aquietada,
un susurro delicado,
un arrullo conmovedor
que se eleva
rebotando por las paredes.
Reina,
esta es la canción que compusieron,
con el alma transida por el dolor
de los días aciagos,
para dormir a los hijos
que venían sin saberlo,
llenando de hambre
las estancias familiares.
Reina,
en tu castillo,
no puedes alcanzar su significado,
son los sentimientos del pueblo,
las penas que oprimen
a los pobres,
el dolor de la tierra,
el dolor de la vida.
Reina,
ellas cantan las nanas para tus hijos
y tú aprecias la belleza de su melodía,
el esplendor de sus voces,
el lirismo de sus letras
e ignoras la aflicción
de su mensaje,
su profunda pena.
Pero nunca,
Reina,
nunca,
llegaras a captar la sensibilidad,
ni desentrañarás el misterio
de la grandeza del pueblo llano.

Manuel Medarde
Grupo A


Utopía

No quiero dormir,
Sólo despertar.
Crear un mundo mejor,
soñar.
Tener dulces mañanas
en paz.
Sin audios, sin vídeos,
sin whatsapps
Oír las hojas
sin más.
No quiero luchar,
sólo hablar.
Sentir las palabras
volar.
Notar manos amigas
al azar
y descubrir un mundo
ideal.

JB
Grupo C