¿Qué fue de los clásicos? Esa es la pregunta que nos hicimos en la mesa redonda, o cuadrada, que con el título "Cualquiera tiempo presente" convocó a Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y Anónima. Este es el texto que anunciaba la actividad:
Los libros clásicos, los autores y autoras clásicos siguen vivos en la memoria colectiva. No podríamos entender la literatura sin ellos como tampoco, muchas de las obras literarias que se han escrito después, habrían podido ver la luz.
Sin embargo, cada vez se leen menos a aquellos autores que crearon grandes obras universales. Poco a poco, se han ido relegando al desván de la memoria y, aunque sigan siendo grandes “gigantes” de la historia de la literatura, parecen, en muchas ocasiones, como si hubieran muerto.
¿Muerto? ¿De verdad que podemos creer que han muerto?
Cinco escritores, cinco, se reunirán con nosotr@s en una mesa redonda (o cuadrada) para intercambiar experiencias y resolver enigmas. Cinco escritores, cinco posturas, cinco miradas, para arrojar un poco de luz sobre las sombras del pasado.
Don Lope Félix de Vega Carpio, dramaturgo y poeta se presentó de este modo:
Permitidme que os hable de tú. Al fin y al cabo soy hombre moderno, un renovador de las formas y del lenguaje. "Tú puede llamarme Lo, querida" (mirando a la moderadora del coloquio).
Me siento contrariado. Yo, la más alta instancia de la Literatura. El mayor portento que hayan dado las letras. Yo que a los cinco años leía latín y a los doce escribí mi primera comedia. Yo que tuve 2 esposas , 6 amantes y 15 hijos documentados, que escribí 3000 sonetos, 3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos y 1800 comedias. Yo, el monstruo de la naturaleza, no puedo ser presentado con una mísera e infelice frase. Qué desaire. Vive Dios.
Escuchen lo que dicen que escribí. Es escena entre un rey y el condestable:
REY
Amor con ardiente lazo
llevó la fiebre a mi frente.
¡Abrásome, don Vicente!
CONDESTABLE
¿No será cosa del bazo?
REY
No es del bazo, que cautivo
de una belleza rural,
me encuentro aquí , por mi mal,
a pesar de ser altivo.
Piensa, pues, y considera
que tan grande es mi pasión,
que a perder voy la razón.
Condestable de Albatera.
CONDESTABLE
Entra en casa de esa bella
que esquiva triunfa y se engalla,
y urde con tu faramalla
el asalto a esa doncella.
Ella es pura. Pura es ella,
y sencilla es la batalla;
al fin entrará en la malla
de tus redes; has de vella.
Y si no logras vencella,
ni rendilla, ni logralla,
ni siquiera avasallalla
o en un apuro ponella,
mejor harás en dejalla,
porque un hombre de tu talla,
digno de mejor estrella,
cuando una bella le falla,
se aparta corriendo della,
y al punto, para olvidalla,
ingurgita una botella
de aguardiente de Cazalla.
¡Qué yo escribí esto! ¡Vive Dios! Lo escribiría Cervantes, antes.
Lope (Raúl Vacas) nos dejó una versión, o una perversión de su Soneto 126. La escribió para referirse a lo jóvenes: esos vagos, esas almas errantes de pasillo, esa burriciega juventud que solo piensa en el twerking y el en el trap.
Soneto XII. 2.0 (versión Premium)
Descentrarse, amuermarse, estar ocioso,
zángano, harto, holgazán, perdido,
cachazudo, indolente, distraído,
haragán, impasible, perezoso.
No hallar en el colchón más que reposo,
mostrarse hastiado, vago, necio, huido,
flemático, tedioso, distraído,
relajado, poltrón, infructuoso.
Pasar el costo en un cuarto de baño,
beber chupitos por no haber jarabe,
tatuarte en el pecho, hablar extraño,
creer que el hielo en un cubata cabe,
dar la brasa y la chusta a algún extraño,
esto es el trap, quien lo probó lo sabe.
Propuesta de escritura
Tomando como ejemplo esta parodia del poema de Lope de Vega escribe tu propia versión de un cuento, una fábula, un libro o un poema clásico.
Versión postal del poema 20 de Neruda
Puedo repartir las cartas más tristes esta tarde.
Repartir, por ejemplo: las facturas del agua,
y también las de la luz. Las facturas del gas
como si fuera Barrabás.
Puedo repartir las cartas más tristes esta tarde.
Yo las eché, y a veces ellas también me echaron.
En las tardes como ésta las tuve entre mis brazos.
Las miré tantas veces bajo el cielo infinito.
Puedo repartir las cartas más tristes esta tarde.
Pensar que no las tengo. Sentir que las he perdido.
Como para acercarlas mi mirada las busca.
Mi corazón las busca y ellas no están conmigo.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto las quise.
Mi voz buscaba el timbre para decir: ¡cartero!.
De otro. Serán de otro. Como antes de mis dedos.
Su voz, su cuerpo opaco. Su tacto infinito.
Ya no las quiero, es cierto, pero tal vez las quiero.
Es tan carta el amor y es tan largo el olvido.
Porque en tardes como ésta las tuve entre mis brazos,
mis cartas no se contentan con haberlas olido.
Aunque éste sea el último olor que me emanan
y éstos sean los últimos recibos que yo envío.
Jaume Castejón
Grupo B
A un hombre y su móvil
Versión libre del poema "A una nariz" de Francisco de Quevedo
Érase un hombre a un móvil pegado,
Érase un cerebro a medio hacer,
Érase un esclavo del Twitter,
Érase un zombi mal adiestrado;
Era la tarjeta SIM su bien más preciado,
Érase el deseo de un influencer ser,
Érase una voluntad fácil de convencer,
Un títere por los pixeles hechizado;
Érase el dedo índice su cerebro principal,
Érase la cobertura y el wifi su obsesión,
Una vida atrapada en una jaula digital;
Érase un borrego en procesión,
Ignorante de lo carnal, amante de lo virtual,
Pendiente siempre de la bendita notificación.
Jorge Martín
Grupo B
Pintemos un cuadro
Versión del Poema de Mario Benedetti “Hagamos un trato”:
Pinturera
ya sabe
que puede
pintar en vivo
empiece
yo le sigo
ya digo
pintar en vivo
si supone
observa
con desquicio
que le pinto la cara
y con amor
los ojos miro
mientras
contempla a su pupilo
acabe con todo
sin armas
con olvidos
es igual no importa
puede
pintar en vivo
si ahora
contento y altivo
entre sentires
cautivo
crea fervientemente
que
estoy loco
y
puede
pintar en vivo
mas
pintemos un cuadro
deseo
pintar en vivo
en ti
junto a ti
ya sé
¡que atrevido!
estando a su lado
cerquita,
apenas
me ha reconocido
y
callas olvido
imagina recuerda
que supongo
que observo
mi desquicio
que le repinto la cara
y con amor
atrapo
envuelvo
revuelvo
sus sentidos.
y así cerca
abrazados
despacito
me ayude
a comprender
a desvelar su luz
mientras
puede
pintar en vivo.
que puede
pintar en vivo
empiece
yo le sigo
ya digo
pintar en vivo
si supone
observa
con desquicio
que le pinto la cara
y con amor
los ojos miro
mientras
contempla a su pupilo
acabe con todo
sin armas
con olvidos
es igual no importa
puede
pintar en vivo
si ahora
contento y altivo
entre sentires
cautivo
crea fervientemente
que
estoy loco
y
puede
pintar en vivo
mas
pintemos un cuadro
deseo
pintar en vivo
en ti
junto a ti
ya sé
¡que atrevido!
estando a su lado
cerquita,
apenas
me ha reconocido
y
callas olvido
imagina recuerda
que supongo
que observo
mi desquicio
que le repinto la cara
y con amor
atrapo
envuelvo
revuelvo
sus sentidos.
y así cerca
abrazados
despacito
me ayude
a comprender
a desvelar su luz
mientras
puede
pintar en vivo.
María José Arrojo
Grupo B.
Odisea de lo cotidiano
Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de rosa,
Penélope colgó el chal, que entre destejer y tejer andaba con flecos;
púsose el abrigo y llamó a un taxi, su coche estaba en el taller, cambio de aceite;
y la hermosa Penélope hacia allí se dirigió.
En esto Atenea, la diosa de claras pupilas, tomando la forma del taxista, así le habló:
Grupo B.
Odisea de lo cotidiano
Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de rosa,
Penélope colgó el chal, que entre destejer y tejer andaba con flecos;
púsose el abrigo y llamó a un taxi, su coche estaba en el taller, cambio de aceite;
y la hermosa Penélope hacia allí se dirigió.
En esto Atenea, la diosa de claras pupilas, tomando la forma del taxista, así le habló:
-Este otoño volveremos a votar, es probable que te toque mesa. Si es así, no lo rechaces,
un dinerito extra no vendrá mal a tu mermada Hacienda. Ahora, ve al Mercado y busca
a Menelao, el de grito potente; mientras, piensa en cómo librarte de tus pretendientes,
se discreta e ingeniosa, la Ley les ampara. Hazlo sola, pues tu hijo intachable
anda de fiestas, que está en la edad, es por esto que no cuentes con él.
Así habló la hija del Crónida, la que porta la égida.
La valiente Penélope, siendo consciente que quien se ocultaba tras aquella barriga
y olor a tabaco del año anterior, era la excelsa, la divina sin igual, diosa entre diosas: Atenea,
se dispuso a seguir sus consejos y dirigióse al Mercado que,
por suerte, estaba al lado del taller.
Aquel día, como predijo la diosa de claras pupilas, se encontraba en el puesto de verduras
Menelao, el de grito potente, que le habló de este modo:
- Penélope, ¿qué te trae por aquí?
A esto repuso la itacense, la serena Penélope:
- Ponme tres chirimoyas y mira a ver si tienes un rato, que tenemos que hablar.
¡Pues si yo tejo y destejo; tú que lías, deslía!
Y así habló la paciente Penélope.
Ángela Mayor
Grupo A
Cien noches de soledad
Muchos años después, frente a las expectantes miradas de los alumnos de la que sería su última clase, Lorenzo García había de recordar aquella mañana remota en que su madre lo llevó al colegio donde iba a permanecer interno durante cuatro años. Plasencia era entonces una ciudad obscura, con paredes de piedras desparejas y muros cuarteados. Pero para el niño era un universo desconocido, como recién estrenado. No había en ninguna calle recuerdos que pudieran apresarle, los objetos ofrecidos en las tiendas no carecían de nombre pero él los desconocía y para mostrar su asombro a la madre, los señalaba con el dedo, detenido momentáneamente ante la titubeante luz de los escaparates. La madre despachó su curiosidad con un súbito tirón de la mano y un displicente “¡Vamos! Que ya tendrás tiempo de descubrir todos estos inventos”.
Un hombretón corpulento, de movimientos osunos y embutido en una americana de botones dorados, se asomó a la portería de aquel zaguán oscuro. Se presentó a la madre como Melquíades y le hizo saber con mucha prosopopeya que el hermano Tomás les recibiría enseguida. Abandonó el cuchitril por una puerta lateral y dejó a los dos en la entrada del claustro, la madre con gesto ansioso y el niño petrificado ante la nueva vida que tanto había anhelado pero que en ese momento, a punto de comenzarla, le producía un intenso temblor en las rodillas y un inquietante hormigueo en la tripa. El niño levantó la cabeza amedrentado y recorrió con la vista las paredes vacías de aquel umbrío vestíbulo. Solo un cartel inscrito sobre una placa de descolorida cerámica rompía la desnudez de los muros: “Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles el ánima”. Y ante la inscripción, tan críptica, tan inquietante, Lorenzo sintió el mismo estremecimiento, el mismo temor a lo desconocido que le embargaba hoy, en la clase que culminaba su carrera, justo el día en que alcanzaba su jubilación.
Pepe Lorenzo Blanco
Grupo B
Versión del poema
Cien noches de soledad
Muchos años después, frente a las expectantes miradas de los alumnos de la que sería su última clase, Lorenzo García había de recordar aquella mañana remota en que su madre lo llevó al colegio donde iba a permanecer interno durante cuatro años. Plasencia era entonces una ciudad obscura, con paredes de piedras desparejas y muros cuarteados. Pero para el niño era un universo desconocido, como recién estrenado. No había en ninguna calle recuerdos que pudieran apresarle, los objetos ofrecidos en las tiendas no carecían de nombre pero él los desconocía y para mostrar su asombro a la madre, los señalaba con el dedo, detenido momentáneamente ante la titubeante luz de los escaparates. La madre despachó su curiosidad con un súbito tirón de la mano y un displicente “¡Vamos! Que ya tendrás tiempo de descubrir todos estos inventos”.
Un hombretón corpulento, de movimientos osunos y embutido en una americana de botones dorados, se asomó a la portería de aquel zaguán oscuro. Se presentó a la madre como Melquíades y le hizo saber con mucha prosopopeya que el hermano Tomás les recibiría enseguida. Abandonó el cuchitril por una puerta lateral y dejó a los dos en la entrada del claustro, la madre con gesto ansioso y el niño petrificado ante la nueva vida que tanto había anhelado pero que en ese momento, a punto de comenzarla, le producía un intenso temblor en las rodillas y un inquietante hormigueo en la tripa. El niño levantó la cabeza amedrentado y recorrió con la vista las paredes vacías de aquel umbrío vestíbulo. Solo un cartel inscrito sobre una placa de descolorida cerámica rompía la desnudez de los muros: “Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles el ánima”. Y ante la inscripción, tan críptica, tan inquietante, Lorenzo sintió el mismo estremecimiento, el mismo temor a lo desconocido que le embargaba hoy, en la clase que culminaba su carrera, justo el día en que alcanzaba su jubilación.
Pepe Lorenzo Blanco
Grupo B
Versión del poema
"Cayó una hoja y dos y tres"
Federico García Lorca
Cayó una lágrima
y dos
y tres.
Por la acera caminaba mi sombra.
El amigo quiere un café
y el amante mucho más té.
El alma
no encuentra calma.
Qué congoja
encontrarse dispareja.
La cigüeña
aún sueña.
Y el asno
enfermó del ano.
Pero el adulador
sobrevivió al amor.
Y yo también
porque cayó una lágrima
y dos
y tres.
M Pilar Sánchez
Grupo B
La zorra y el cuervo
Hallábase un hermoso cuervo de plumaje brillante posado en la rama de un árbol.
Al cabo de un tiempo vió acercarse una preciosa zorra de pelo dorado. Enseguida la conoció; se acordó de su madre y de su abuela. Ambas con su especial astucia habían engañado a su padre y a su abuelo tiempo atrás. Ambas habían inducido a sus antepasados, mediante el pecado de la vanidad a soltar el queso que tenían en el pico.
Mediante un corto vuelo, el cuervo se acercó a un tronco de árbol hueco donde tenía escondido el queso. Queso contaminado con listeria a máxima concentración. El cuervo quería asegurar resultados.
Lavó el queso con cuidado para no contaminarse al contacto y emprendió el vuelo.
Al cabo de unos momentos se repitió la escena de años atrás con otros protagonistas: la zorra le saludó amablemente; el cuervo asiente con un movimiento de cabeza.
La zorra ensalza su bello plumaje; él asiente. Entonces la zorra piensa para si: ¡ ya te tengo!.
Comienza a insinuar que un ave tan bella debe cantar de forma majestuosa. El cuervo se hace el remolón...
La zorra insiste perseverando en sus alabanzas, y por fin el cuervo comienza a graznar.
Abre el pico y el queso cae al suelo.
La zorra sonriendo lo muerde y se marcha pensando: ¡Tan tonto como tu padre, tan tonto como tu abuelo!
José Luis Fonseca
Grupo A
Versión de "Miré los muros de la patria mía"
Francisco de Quevedo
Miré el tobillo del vecino mío
antes cubierto, ora destapado
de las modas humanas ya vendado
cautivo y desalmado, me sonrío.
Estamos en invierno te porfío,
¿Loco es acaso o irá colocado?,
de puro esnob parece trastornado
y a causa de estos tiempos se ha hecho un lío.
Salime al bar: coño qué frío hacía
vencida por la edad y hecha despojos
aunque me hablas no entiendo lo que dices.
En Salamanca helar más no podía,
pero no hallé otro en quien poner mis ojos,
del hipster moderno hasta las narices.
Libertad Luengo
Grupo A
Era infeliz en su matrimonio,
Porque su marido era el mismo demonio.
Tenía el tipo "algo más " que mal genio,
Y ella le pedía que fuese un poco más tierno.
Desde hace ya más de tres años,
Sólo reciben cartas del Banco,
Deudas, letras, impagados
Que han soterrado su amor de enamorados
(Estribillo)
Dónde quedaron los versos, dime, dónde quedaron
Si volverán a besar esos labios ajados,
Y como cada primeros de mes, puntual y sin demora,
El fantasma del alquiler dormitará en mitad de su alcoba.
A veces sueñan y se imaginan,
Que un inesperado cambio sobrevendrá a mejorar sus vidas,
Será un tío rico que no conocen,
El Euromillón, la Bonoloto o el cupón de la ONCE.
Quién será quien se acuerde de ellos,
Quién aflojará la soga de sus agarrotados cuellos,
Y así pasan día tras día,
Sin esperanza, sin alegría.
(Estribillo)
Dónde quedaron los versos, dime dónde quedaron,
Si volverán a encontrar la pasión esos labios ajados,
Y como cada primeros de mes, puntual y sin demora,
El fantasma del alquiler dormitará en mitad de su alcoba.
Carmen Pedrero Robles
Grupo A
Primer monólogo de Segismundo
Versión de La Vida es un Sueño por Calderón de la Barca.
¡Ay qué miserable soy, somos!
parece que un delito cometimos
los que al nacer sin plan
nos culpan de sus desagracias.
El placer es cosa seria
y no se encapucha como ladrón
sino que se da rienda suelta
como macho cabrío en aluvión.
Entonces, qué delito cometimos
que sin juicio y sin razón
nos machacan sus enfados
sus torpezas y macarrón
relleno de estupideces y
excusas buenas un montón,
que si ahora falta la perra
que si no se aguanta la inflación
debiste haberlo pensado
y gastarte sin desvelo
protectores de látex duro
que mi abuelo nunca tuvo.
Sin gala ni consciencia
han malentendido su desgracia
¿y teniendo yo más alma que esa
tengo más culpabilidad?
Nacen alimañas y gusanos
nacen los cuervos y los zorros
¿y yo, con mejor instinto,
tenía menos posibilidad?
Nacen nuevas tecnología
redes sociales y virtuales
¿y yo, con más albedrío,
condicionan mi libertad?
Nacen muchos dictadores
los narcisistas y ladrones
los políticos sin temple
y psicópatas como en serie
¿y teniendo yo más vida,
recibo menos amabilidad?
¿Qué razón tienen esos hombres
para calzar sus estupideces
como tema de infelicidad?
Segundo monólogo de Segismundo
Es verdad, reprimamos
esta furia, esta absurda desazón,
porque aun así todos soñaremos:
sí lo haremos aun estando
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
sueña hasta despertar.
Sueña el Rey, sueña el hijo
Sueña el loco y el más lúcido
Sueña el enfermo y el atleta
sueña el pobre y el más rico
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Carmen Elena Ochoa
Grupo A
El Ocupa
Versión en forma de soneto de mi texto "El sexto sentido", trabajo que realicé para la tarea propuesta en "El chico de la última fila"
Eran sus anchurosos ventanales,
y de sus muros el color rosado,
el jardincito siempre acicalado
tentación para un jeta sin cabales.
Siendo yo, bravucón como el Pernales,
queriendo ser ocupa regalado,
a su dueña mentí como un pringado
con una abuela incierta en Castro-Urdiales.
Que Isabel se llamaba y fue su amiga.
quien sus perlas le envía hoy cual presente
y su grata amistad por siempre abriga.
Dijo no querer perlas ni en pendientes.
Ni a Isabel como amiga ni enemiga,
Y en la calle me puso al vil relente.
Pepita Sánchez
Cayó una lágrima
y dos
y tres.
Por la acera caminaba mi sombra.
El amigo quiere un café
y el amante mucho más té.
El alma
no encuentra calma.
Qué congoja
encontrarse dispareja.
La cigüeña
aún sueña.
Y el asno
enfermó del ano.
Pero el adulador
sobrevivió al amor.
Y yo también
porque cayó una lágrima
y dos
y tres.
M Pilar Sánchez
Grupo B
La zorra y el cuervo
Hallábase un hermoso cuervo de plumaje brillante posado en la rama de un árbol.
Al cabo de un tiempo vió acercarse una preciosa zorra de pelo dorado. Enseguida la conoció; se acordó de su madre y de su abuela. Ambas con su especial astucia habían engañado a su padre y a su abuelo tiempo atrás. Ambas habían inducido a sus antepasados, mediante el pecado de la vanidad a soltar el queso que tenían en el pico.
Mediante un corto vuelo, el cuervo se acercó a un tronco de árbol hueco donde tenía escondido el queso. Queso contaminado con listeria a máxima concentración. El cuervo quería asegurar resultados.
Lavó el queso con cuidado para no contaminarse al contacto y emprendió el vuelo.
Al cabo de unos momentos se repitió la escena de años atrás con otros protagonistas: la zorra le saludó amablemente; el cuervo asiente con un movimiento de cabeza.
La zorra ensalza su bello plumaje; él asiente. Entonces la zorra piensa para si: ¡ ya te tengo!.
Comienza a insinuar que un ave tan bella debe cantar de forma majestuosa. El cuervo se hace el remolón...
La zorra insiste perseverando en sus alabanzas, y por fin el cuervo comienza a graznar.
Abre el pico y el queso cae al suelo.
La zorra sonriendo lo muerde y se marcha pensando: ¡Tan tonto como tu padre, tan tonto como tu abuelo!
José Luis Fonseca
Grupo A
Versión de "Miré los muros de la patria mía"
Francisco de Quevedo
Miré el tobillo del vecino mío
antes cubierto, ora destapado
de las modas humanas ya vendado
cautivo y desalmado, me sonrío.
Estamos en invierno te porfío,
¿Loco es acaso o irá colocado?,
de puro esnob parece trastornado
y a causa de estos tiempos se ha hecho un lío.
Salime al bar: coño qué frío hacía
vencida por la edad y hecha despojos
aunque me hablas no entiendo lo que dices.
En Salamanca helar más no podía,
pero no hallé otro en quien poner mis ojos,
del hipster moderno hasta las narices.
Libertad Luengo
Grupo A
Sin ramito
Ramito de Violetas, canción de Cecilia 1974.Era infeliz en su matrimonio,
Porque su marido era el mismo demonio.
Tenía el tipo "algo más " que mal genio,
Y ella le pedía que fuese un poco más tierno.
Desde hace ya más de tres años,
Sólo reciben cartas del Banco,
Deudas, letras, impagados
Que han soterrado su amor de enamorados
(Estribillo)
Dónde quedaron los versos, dime, dónde quedaron
Si volverán a besar esos labios ajados,
Y como cada primeros de mes, puntual y sin demora,
El fantasma del alquiler dormitará en mitad de su alcoba.
A veces sueñan y se imaginan,
Que un inesperado cambio sobrevendrá a mejorar sus vidas,
Será un tío rico que no conocen,
El Euromillón, la Bonoloto o el cupón de la ONCE.
Quién será quien se acuerde de ellos,
Quién aflojará la soga de sus agarrotados cuellos,
Y así pasan día tras día,
Sin esperanza, sin alegría.
(Estribillo)
Dónde quedaron los versos, dime dónde quedaron,
Si volverán a encontrar la pasión esos labios ajados,
Y como cada primeros de mes, puntual y sin demora,
El fantasma del alquiler dormitará en mitad de su alcoba.
Carmen Pedrero Robles
Grupo A
Primer monólogo de Segismundo
Versión de La Vida es un Sueño por Calderón de la Barca.
¡Ay qué miserable soy, somos!
parece que un delito cometimos
los que al nacer sin plan
nos culpan de sus desagracias.
El placer es cosa seria
y no se encapucha como ladrón
sino que se da rienda suelta
como macho cabrío en aluvión.
Entonces, qué delito cometimos
que sin juicio y sin razón
nos machacan sus enfados
sus torpezas y macarrón
relleno de estupideces y
excusas buenas un montón,
que si ahora falta la perra
que si no se aguanta la inflación
debiste haberlo pensado
y gastarte sin desvelo
protectores de látex duro
que mi abuelo nunca tuvo.
Sin gala ni consciencia
han malentendido su desgracia
¿y teniendo yo más alma que esa
tengo más culpabilidad?
Nacen alimañas y gusanos
nacen los cuervos y los zorros
¿y yo, con mejor instinto,
tenía menos posibilidad?
Nacen nuevas tecnología
redes sociales y virtuales
¿y yo, con más albedrío,
condicionan mi libertad?
Nacen muchos dictadores
los narcisistas y ladrones
los políticos sin temple
y psicópatas como en serie
¿y teniendo yo más vida,
recibo menos amabilidad?
¿Qué razón tienen esos hombres
para calzar sus estupideces
como tema de infelicidad?
Segundo monólogo de Segismundo
Es verdad, reprimamos
esta furia, esta absurda desazón,
porque aun así todos soñaremos:
sí lo haremos aun estando
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
sueña hasta despertar.
Sueña el Rey, sueña el hijo
Sueña el loco y el más lúcido
Sueña el enfermo y el atleta
sueña el pobre y el más rico
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Carmen Elena Ochoa
Grupo A
El Ocupa
Versión en forma de soneto de mi texto "El sexto sentido", trabajo que realicé para la tarea propuesta en "El chico de la última fila"
Eran sus anchurosos ventanales,
y de sus muros el color rosado,
el jardincito siempre acicalado
tentación para un jeta sin cabales.
Siendo yo, bravucón como el Pernales,
queriendo ser ocupa regalado,
a su dueña mentí como un pringado
con una abuela incierta en Castro-Urdiales.
Que Isabel se llamaba y fue su amiga.
quien sus perlas le envía hoy cual presente
y su grata amistad por siempre abriga.
Dijo no querer perlas ni en pendientes.
Ni a Isabel como amiga ni enemiga,
Y en la calle me puso al vil relente.
Pepita Sánchez
Grupo B
Don Juan Tenorio
Vive Dios doña Inés, que vengo desconcertado,¿ no es el día de todos los santos? ¿Recuerda vuesa merced que el día de ánimas representábamos la obra de José Zorrilla? ¡Don Juan Tenorio! Ahora no, Doña Inés, ahora se celebra el día de Halloween, una fiesta que hemos adoptado venida de América. Van con disfraces, pintadas y vesti@s de negro que al verl@s dan tanto miedo que ni los difuntos no salen.
A ver, a ver don Juan no se da cuenta que estamos en otro siglo, las modas cambian nosotros debemos cambiar no anclarnos en el pasado. Ellos se divierten se reúnen los amigos, e intentan hacerse el disfraz más original. ¿Qué es mejor vivir el drama, o ver la alegría que lleva la juventud? ¡Ay don Juan! ¡Cuánto tenemos que aprender!
Josefa Redondo
Grupo A
Soneto a las Musas
Inspirado en el “Soneto a Jesús Crucificado” anónimo siglos XVI-XVII
No me mueve el taller para escribir ,
ni el blog que me tienes prometido,
ni me mueve el halago tan querido,
para dejar por eso de sentir.
Tú me mueves, Musa, me mueve hallarte
oculta en un rincón, muy escondida ,
muéveme, descubrirte, enardecida ,
muévenme tus palabras y tu arte.
Muéveme, en fin, tu ingenio, de tal modo,
que aunque no hubiese premio te buscase,
y aunque no hubiera alma te sintiera.
No tienes que esperarme en el recodo,
pues aunque lo que escribo no gustase,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Rosa Celia González
Don Juan Tenorio
Vive Dios doña Inés, que vengo desconcertado,¿ no es el día de todos los santos? ¿Recuerda vuesa merced que el día de ánimas representábamos la obra de José Zorrilla? ¡Don Juan Tenorio! Ahora no, Doña Inés, ahora se celebra el día de Halloween, una fiesta que hemos adoptado venida de América. Van con disfraces, pintadas y vesti@s de negro que al verl@s dan tanto miedo que ni los difuntos no salen.
A ver, a ver don Juan no se da cuenta que estamos en otro siglo, las modas cambian nosotros debemos cambiar no anclarnos en el pasado. Ellos se divierten se reúnen los amigos, e intentan hacerse el disfraz más original. ¿Qué es mejor vivir el drama, o ver la alegría que lleva la juventud? ¡Ay don Juan! ¡Cuánto tenemos que aprender!
Josefa Redondo
Grupo A
Soneto a las Musas
Inspirado en el “Soneto a Jesús Crucificado” anónimo siglos XVI-XVII
No me mueve el taller para escribir ,
ni el blog que me tienes prometido,
ni me mueve el halago tan querido,
para dejar por eso de sentir.
Tú me mueves, Musa, me mueve hallarte
oculta en un rincón, muy escondida ,
muéveme, descubrirte, enardecida ,
muévenme tus palabras y tu arte.
Muéveme, en fin, tu ingenio, de tal modo,
que aunque no hubiese premio te buscase,
y aunque no hubiera alma te sintiera.
No tienes que esperarme en el recodo,
pues aunque lo que escribo no gustase,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Rosa Celia González
Grupo B
Amores furtivos
Nos atrapó el deseo por sorpresa
quisimos ser y fuimos un instante
saber que nos tuvimos ya es bastante
¿qué duende en nuestro espíritu hizo presa?
Amores furtivos
Nos atrapó el deseo por sorpresa
quisimos ser y fuimos un instante
saber que nos tuvimos ya es bastante
¿qué duende en nuestro espíritu hizo presa?
Tu escueta lencería quedó impresa
en mi retina como luz brillante
al ver como esperabas anhelante
que el morbo nos montara en su calesa
Fue una tórrida atracción, tan solo eso,
que concluimos con pactos elegantes
no debes devanarte mas el seso.
Fue excelso coincidir en el exceso
el Edèn reservado a los amantes
con secretos sellados por un beso.
Carlos García Riesco
Grupo A
Llamadme Isabel
Llamadme Isabel. Hace unos años –no importa cuánto hace exactamente- teniendo poco o nulo interés por lo profesional ni por lo material, pensé en pasar a discurrir por la esfera de lo emocional y/o espiritual. Trataba de oxigenarme, de “echar pa’ fuera las telarañas” y de reconciliarme conmigo misma.
Por eso, abandoné la casa, el coche, los trajes de negocios y las herramientas de trabajo, me fui de la ciudad, me apunte a yoga y planté un huerto en el jardín de la casa del pueblo en el que me refugié, aunque no puse un animal/mascota en mi vida porque no me gusta su convivencia. Todo ello para sumergirme en el mar de lo inmaterial: los sentimientos, las emociones, el alma, en definitiva.
Aunque no lo sepan, o no hayan sido conscientes, casi todas las personas, en una u otra ocasión, han abrigado sentimientos muy parecidos a los míos respecto a esa necesidad de dar un nuevo rumbo a su existencia.
Por muy snob que parezca –que lo es- se convirtió en una nueva forma de vida que me ha permitido descubrir un mundo desconocido para mí, en el que lo sensorial se impone sobre lo corporal, lo espiritual a lo terrenal, lo íntimo a lo público… Ignoro cuál es el propósito, ni si existe como tal, no obstante sé que el camino es revelador y que el recorrido en sí es un objetivo.
Maxi Moreno
Grupo B
Vientos del pueblo me llevan (Miguel Hernández)
Notas del reggaetton les llevan,
goles del fútbol les arrastran,
les matan el corazón
y les vetan la garganta.
Los jóvenes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los jubilados la levantan
y al mismo tiempo reclaman derechos
con su clamorosa zarpa.
No soy un de país de cobardes,
que soy de un país de zombies
yacimientos de chorizos,
desfiladeros de tarjetas black
y cordilleras de buitres
con el orgullo en la estafa.
Nunca medraron las hachas de justicia
en los páramos de España.
¿Quién habló de librarse de este yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto a los políticos
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al ladrón detuvo
prisionero en una jaula?
Los asturianos de braveza,
Los vascos de piedra blindada,
Los valencianos de alegría
y los castellanos de alma,
todos callados bajo la tierra
y asfixiados sin poder mover las alas;
ni andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
dieron torrenciales de protestas;
ni extremeños de centeno,
ni gallegos de lluvia y calma,
ni catalanes de firmeza,
ni aragoneses de casta,
ni murcianos dinamitaron
la dejadez propagada,
leoneses, navarros, y los demás, dueños
del hambre, despojados de su sudor y sus hachas,
otros se hacen reyes de su minería,
señores de su labranza,
hombres que se esconden entre las raíces,
ya no son raíces gallardas,
vais de la muerte en vida,
vais de la crisis a la nada:
yugos os quieren poner
políticos de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de libertad y justicia
debe despuntar al alba.
Los ladrones deben morir vestidos
de ajusticiados y con olor de pueblo liberado;
las jóvenes, los jubilados
y los desempleados de orgullo,
y detrás de ellos, el futuro de España
ya ni se enturbia ni se acaba.
La agonía del pueblo
tiene pequeño el calendario,
la del animal político
todos los días acortados.
Si morimos, que muramos
con la cabeza muy alta.
Muertos y veinte veces muertos,
la boca contra la injusticia,
tendré apretados los dientes
pero decidida la barba.
Cantando espero al despertar,
que hay jóvenes que cantan
encima de las mordazas
y más allá de las manifestaciones.
Pilar Zanfaño
Grupo A
Al modo de Juan de la Cruz
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste confundida?
Sin un adiós te fuiste,
dejándome aquí herida;
y aún vago yo en tu busca tan perdida.
Estrellas, si encontraseis
rastros de aquel que amé en vuestro camino,
si su rostro atisbaseis,
enviadme algún signo,
y decidle que honro su destino.
Marian de Vicente
Grupo B