Aprender a mirar

La sesión del día 11 de marzo la dedicamos al haiku. Aprendimos a mirar con los poetas de 5 a 11 años que forman parte del libro La inocencia del haiku (Selección de poetas japoneses menores de 12 años) de Vicente Haya, un excelente libro publicado en la editorial Vaso Roto.


Vicente Haya señala en el prólogo: "Un verdadero haijin (poeta de haiku) lo primero que debe hacer es buscar la inocencia dentro de sí. Solo o con ayuda. El haiku que hacen los niños puede ayudarnos a encontrarla. El haiku no son solo palabras. La mirada limpia es esencial, el saber estar sin esperar nada es esencial, la ausencia de juicio al género humano es esencial. Todo es necesario en el haiku. Los niños nos enseñan también a seleccionar de entre la infinidad de objetos poéticos que nos rodean los asombros más elementales, los que pasan más desapercibidos. Todo merece un haiku, pero hay asombros más imperceptibles que otros. Se trata de que nuestra atención sea plena y eliminemos los obstáculos entre nuestra percepción y eso que hay ahí fuera y se llama “mundo”. En cierta ocasión escuché a un anciano pintor decir: “Si fuéramos capaces de percibir de un golpe todo lo que hay ahí fuera reventaríamos”. Por eso se nos da la oportunidad de hacer un proceso, de seguir un camino de agigantamiento, una vía para aumentar nuestra capacidad de sentir. Sentir más, ser más lo de fuera y menos lo que ahora somos [...]"

Y estos son algunos haikus de los participantes en el taller:

La lagartija
fijada en la rendija,
tomaba el sol.

En lo más alto
del cielo estrellado
brilla la luna.

Ramón Sánchez Rodríguez


Fregando el suelo,
durante la mañana,
! Que tranquilidad¡.

El Vaticano,
lleno de cardenales,
¡Ché, qué bonito!

Los dos hermanos
practicaban natación
en la piscina.

Luis Iglesias


El arco iris
Sale y el sol pasea
Con un paraguas

Mi perro quiere
Azúcar, lo encuentra
Y nieva en casa

Si Adrián riega,
El diluvio mundial
Llega a casa

Cuando las nubes
Lloran, las botas de agua
Cantan contentas

Mi hermano manda
Mis padres también mandan
Y yo ni caso

Mil hormigas hacen
Un desfile de modas
Por mi pasillo

Esa abeja
Tiene en vez de culo
Una inyección

Un rayo de sol
Va a ganar la carrera
A Usain Bolt

Las casas pareadas
Son siameses
De hormigón

En la camilla
Ato juntos zapatos
Y caminos

A mi hermano le
Salen los dientes que
Se caen del abuelo.

Mi perro tiene
Un arma letal en el
Culo, sus pedos.

Mis cinco dedos
Juegan con el sol, pero
No lo atrapan.

El aire canta
En mi oreja, pero no
Sé que me dice.

Elena Vicente


Lavo los platos
después de la comida,
luego la siesta.

Truenan los cielos,
relámpagos eléctricos
rompen la paz.

Es un encanto
ver jugar a los niños
mientras sonríen.

Vicente M. Martín


Sobre escenas cotidianas

Ropa mojada
ondea a sol y viento
en la terraza.

Sobre fenómenos sorprendentes de la Naturaleza

A la primera
las flores del almendro
retan al frío.

Salta la rana
y se hace invisible
en un solo ‘croac’

Sobre los niños

Al sol del parque
alegre escandalera
montan los críos.

Cabeza abajo
sus primeras lágrimas
vierte al mundo.

Miguel Ángel Pérez


Luz de interior
florece en la mirada,
duerme en la sombra.

Trigos de luz
alumbran la mañana
con el silencio.

En mi almohada,
cristales de la noche
lucen llorando.

Lápiz de cielo
camina con el tiempo,
guardián de luz.

Sofía Montero García


Tarde de lluvia
Solo por la avenida
Camina un perro

Alguien pequeño
Asoma la cabeza
La madre empuja

Termina el día
De color rojo y azul
Se tiñe el cielo

Fresas maduras
Olor a ropa limpia
Comer miel con pan

Noche de lluvia
La pizarra resbala
Nacen los ríos

Antonia Oliva


Corazón roto
Araña tejedora
vuelve a mi vida

Haciendo café
los ruidos de la casa
anuncian el día

Recordándote
Atravieso el arco iris
muy suavemente

Lourdes Hernández


Camino lento
por el camino largo
de los almendros

Después de comer
se adormece en el sofá
la tele puesta

El niño ríe
los dos pies metiditos
en el charquito

Ana Isabel Fariña


El niño canta
Ya suspira cansado
Duerme tan feliz

Tiene cosquillas
Ríe a carcajadas
Queda sin fuerzas

Corre el balón
Regatea el niño
Contento corre

Como el pulpo
Extiende ocho brazos
Mamá en casa

Sentado lee
Extendidas las piernas
Está abstraído

Vuela un avión
Corren los cochecitos
Jugando se ríen

Abre y cierra
Masticando chuleta
Traga la boca

Color de barro
Rabiosa la lluvia
Devora árboles

Sara Pérez

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