En mi vida me he visto en tal aprieto

La sesión del lunes, 23 de marzo, la dedicamos al soneto, ese difícil arte de colocar las palabras y los acentos métricos en catorce versos y organizar las ideas y la rima.
Abrimos la sesión con las palabras de Charles Baudelaire:

“¿Quién es, pues, el imbécil (puede que sea un hombre célebre) que trata de manera tan ligera al soneto y no ve su belleza pitagórica’ Es lo forzoso de la forma lo que hace que la idea brote más intensa. todo va bien al soneto, la broma, la galantería, la pasión, el ensueño, la meditación filosófica. En él se dan la belleza del metal y del mineral bien trabajados. ¿No habéis observado que un trozo de cielo, visto por un tragaluz, o entre dos chimeneas o dos rocas, o a través de una arcada, etc., daba una idea más profunda del infinito que el gran panorama visto desde lo alto de una montaña?”

Después hicimos un breve repaso por la historia del soneto, desde Petrarca, Boscán y Garcilaso hasta los sonetistas actuales –pasando por Baltasar de Alcázar y Lope de Vega y sus sonetos relativos al arte de elaborar esta complicada estrofa– y, tras hablar del endecasílabo y los diferentes tipos de versos de once sílabas, leímos un amplio repertorio de textos tomados del libro “Un siglo de sonetos en español” una extraordinaria antología compilada por Jesús Munárriz y publicada en la editorial Hiperión.

Dejamos aquí varios botones de muestra:

Un soneto me manda hacer Quevedo

Desayunos noticias opiniones
martes lluvias atascos “buenos días”
clases fichas cafés bibliografías
facturas doctorados macarrones

semanas conferencias comisiones
alumnas primaveras guerras trajes
adioses onomásticas viajes
cartas amigos libros vacaciones

y se me van los años y me meto
ya en los últimos versos del soneto
y me alejo de mí en veloz huida

y contemplando tanta nada junta
mi casi medio siglo se pregunta
dónde demonios estará la vida

Miguel D’Ors

Divertimento

“Asísteme en tu honor, oh tú, soneto.”
“Aquí estoy. ¿qué me quieres?” “Escribirte.”
“Ello propuesto así, debo decirte
que no me gusta tu primer cuarteto.”

“No piedo tu opinión. Sí tu secreto.”
“Mi secreto es a voces. Advertirte
le cumple a estrofa nueva al asistirte.
Ya me basta de lejos tu respeto.”

“Entonces…” “Era entonces. Ahora cesa.
Rima y razón, color y olor, tal rosa,
tuve un día con Góngora y Quevedo.”

“Más Mallarmé…” “Retórica francesa.
En plagio nazco hoy, muero en remedo.
No me escribas, poeta, y calla en prosa.”

Luis Cernuda

Soneto

Es media noche y un soneto ensayo:
no es nada fácil, yo no soy poeta,
no viene a socorrerme el mes de mayo
ni me consuela, Lope, tu receta.

Procuro, pues, un quiebro isabelino
ante una inspiración tan torpe y parca
a ver si acaso es este el buen camino
para dejar la senda de Petrarca.

Pero también, ay, Fabio, aquí me pierdo,
me equivoco, tropiezo, cambio el paso
y oigo el eco lejano, dulce acuerdo,
dolorido sentir, de Garcilaso

Permitidme, por tanto, que concluya
en triste réquiem más que en aleluya.

Gonzalo Hidalgo Bayal


Propusimos como tarea escribir un soneto de encargo siguiendo el esquema métrico clásico ABBA ABBA CDC DCD con tema libre.Y estos son los trabajos de algunos de los componentes del taller de escritura:


Perdido

La calle se salpica de farolas,
estrellas presumidas leen la noche.
Otra vez me siento como un fantoche
que busca entre roídas caracolas,

trompas sin sombra que siempre hablan solas,
sonidos que se clavan con reproche.
El recuerdo me rasga como un broche
sobre el mismo bordillo del rompeolas.

Planto la cara a la oscura muerte,
le doy mis manos y mi corazón.
No sé si es una madre o si es la suerte,

algo transforma mi torpe razón.
Recuerdo que soy hombre y que soy fuerte,
tu sonrisa logra mi redención.

Vicente Martín


Mi primer y último soneto

Véome inmerso en este desafío
de escribir un soneto por encargo.
Si acaso antes de acabar no me amargo,
juro que después de éste no más lío.

De salir con bien de ésta no me fío,
que el cuadrar tanta sílaba va largo,
de hecho ya no hallo rima para “argo”
y aún no llegue a los versos en trío.

Jamás me vi en tal lío de palabras
si trato sólo de filología
y no es de la vida de lo que hablamos.

Al mínimo descuido descalabras,
y aunque no me sirva la teoría,
a trancas y barrancas rematamos.

Miguel Ángel Pegarz


El Grito

Solo Munch supo ver el alma ajada.
El lamento invisible y canceroso.
El compás preso. El verbo cenagoso
que gangrena una estrofa apasionada.

Solo Munch supo ver en mi alma ajada
el aullido que enturbia mi reposo.
Remolino letal. Lúgubre foso.
Vil soneto vil. Voz de luz capada

Yo era abeja. Mi reino, miel y flores
Tinta oscura cayó sobre mis alas
Mil batallas libraron mis colores

Una gota de más guió las balas.
El panal se hizo celda sin olores.
Todo es hiel: huracán febril sin calas.

Ana Isabel Fariña


Sonidos de una vida

El músico recita una canción
y canta con arpegios de laúd,
cargados de frescor y de salud,
unidos a una ciega sensación.

El ritmo le conduce a la ilusión
de no llegar a ver la senectud,
pues siente que la vida es finitud,
muriendo con un baile de pasión.

La historia, siempre viva en cada humano,
se canta con alegre juventud;
más tarde, cuando escucha el ciudadano

sonidos de dolor y de inquietud,
abraza el amor entre sus manos,
melódico sabor a plenitud.

Sofía Montero


Un maldito soneto mentiroso

No penséis que desdeño su gran arte,
mas la vida me quema las entrañas
y horas pierdo buscando entre marañas
de estos versos, si lucho por rimarte.

Ya quizás no es opción el que yo me harte
del malvado soneto, pues me engañas:
¨No te harán los tercetos mil migrañas
si de buenos cuartetos creas baluarte¨

¡Ay, la rima pervierte mi buen juicio!
Encontré mal perdida mi vigilia
creando, triste este encargo, vil indicio
de tu engaño, y nadie me auxilia.

Me rebelo al penúltimo y a ti, rima,
mi corsé opresor, yo, te asesino.

Leticia Vicente


Soneto

Capital de Lanzarote, Arrecife.
donde el olor a rosa
hizo de la zona amorosa
mi último verano en Tenerife.

Fue donde visité Matarife
mi última visita fue contagiosa
y realmente dolorosa
El silencio, en Almojerife.

Fui al cementerio de los ingleses
en la costa de la muerte
tal vez unieses
aquel pequeño fuerte.

El agua del mar movieses
para así cogerte
y que nunca correspondieses.

Iria Costa


Lo que hay

Dimitió pronto de la vocación
y se enroló en un barco submarino,
dejó le gobernara un vil mezquino;
de la vida perdió su dirección.

No encontró en el padre una explicación,
abandonó amigos por el camino,
vio, sin querer, su espectro mortecino,
despojado de toda solución.

Infeliz, ni de su destino dueño,
de su alma, tan siquiera un azafato;
asido en alta mar a un fútil sueño,

cubriendo sus vergüenzas por recato,
piensa que un día fue un niño risueño.
Su último suspiro fue un alegato.

(Contra la vida)

Juan José Nieto


Soneto para Sara

(Cumple tres años)

Te despiertas y vas hasta la reja.
Has soñado ratones de colores:
jugaban escondiéndose entre flores,
intentando llegar hasta una teja

Pretendía escribirte hoy un poema,
pero no tengo a mano la libreta
donde busco palabras de poeta,
donde siempre se encuentra algún fonema.

Voy sacando los versos del armario
y llenando de ripios mi bolsillo;
voy echando los peces al acuario

y, las letras hilando como ovillo,
finalmente pasando este calvario,
voy abriendo la puerta del pasillo.

Fernando de Castro


Eclipse, invierno , primavera...

Apareces orgullosa, lejana
poniéndote el disfraz de Luna buena,
el día silencioso ya no truena,
perezosa le bajas la persiana.

Inerte, ya vencido :moribundo,
Exhalas viento gris, granizo frío,
invierno:en otro tiempo tanto brío,
te alejas decidido, vagabundo.

Pálida , de colores despojada
coleta sin peinar alborotada,
en cielo gris oscuro reflejada.

Llegaste presurosa sin atajo,
vestida con la ropa de trabajo,
bendita primavera ¿ quien te trajo?

Fernando de Castro


Soneto con verso alejandrino

Raúl nos ha encargado componer un soneto

arduo trabajo para amateurs de la escritura

Don Quijote, como él, sufría grave locura

para practicar, dice, superar un gran reto.    

¿Podré yo escribir siquiera un hermoso cuarteto?

¡si para ello se precisa una diestra soltura!

voy creándolo paso a paso pero sin hermosura        

contando sílabas, lo tengo casi completo.

Me resultó costosa la propuesta del vino

pero algo endeble salió pese a mi gran torpeza

aunque para esta labor se pide mayor tino.

Como se requiere una gran excepcional destreza,

para que no me acuséis de brutal desatino                                                              

prometo crear otro que contenga más belleza.

Toñi Martín del Rey

Soneto endecasílabo

Raúl pide componer un soneto

ardua labor dentro de la escritura

¿sufrirá de una incurable locura?

¡hay que esforzarse y superar un reto!

¿Podré escribir un hermoso cuarteto?

¡si para ello preciso de soltura!

Despacio lo hago, mas sin hermosura

contando sinalefas, ¡vaya aprieto!

Fue costosa la propuesta del vino

pero salió pese a mi gran torpeza

para esto necesitamos más tino.

Pues se requiere una mayor destreza,

no me digáis que es feroz desatino,

prometo crear otro de más nobleza.

Toñi Martín del Rey


Ni soneto, ni narices, perdices

Mientras te veo pasar por la ventana,
trataré hacer canciones de amor,
y que las cante el mejor trovador,
yo tomaré un café de madrugada.

Compondré sonetos para ti Elisa,
que hagan olvidarte el triste desamor,
sustituyendo la alegría por el dolor,
así tendrás en la cara una sonrisa.

Te veré en mi espejo por la mañana,
compartiré tus ratos de la tarde,
te contaré un cuento de madrugada.

Cuando sonríes me encanta tu mirada,
si te callas parece que me abrazas
si duermes sueño que soy tu almohada.

Luis Iglesias

Eclipse en blanco y negro

Como la gota de lluvia en el mar,
como el grano de arena en el desierto.
Si tú me tocas, en gas me convierto,
de la nada… ¿me podrán reclamar?

Tan claro es el reflejo en las ventanas
Donde ahora se asoma el beso ausente.
Transparente el cristal y no la mente,
tu deseo muerde el aire con ganas.

Desasosiego de amor destilado,
matices de la lógica, inherente
al aviso de un roce despuntado.

Abrocho la tarde más insurgente,
mientras despliego un tiempo segmentado
que dilapidamos entre la gente.

Tina Martín Mora


Soneto de fragancias

rosa verbena adelfa adormidera
amapola madreselva sabina
margarita anís hierba buena encina
violeta melisa menta acedera

tomillo cannabis jara plantago
madroño euforbia lavanda hortelana
hipérico camomila bardana
pamplina salvia lavanda borago

cantueso digitalis saponaria
genista frángula zarzaparrilla
malva romero tilo pulmonaria

brezo quiruela erica manzanilla
malvavisco verónica arenaria
artemisia retama campanilla

Antonia Oliva


No soy Cyrano

Yo nací con otro don de poeta
aunque con poca soltura me muevo
con el teatro vacío, me atrevo
salga lo que salga: una saeta

Entro, afino, despliego, y miento
“en el calvario con la cruz y el sayo”
“cesará esto que me habita, un rayo”
me impaciento pero sigo, no siento

En el reparto soy yo el de hojalata
el que tira la piedra y queda ausente
pero a hierro muere el que a hierro mata

zafio, insensible, inconsecuente
mi inigualable estilo me delata
con poco caché, más bien soy Torrente

Antonia Oliva


La senda no define mi destino.
Busca el alma refugio contra el frío.
Es la hora de crear otro camino,
de seguir la ribera de otro río.
Es de suponer que hoy no ando muy fino.
No soporto sentirme como un crío
ni tampoco quedar quieto y mohíno,
metiendo siempre la pata, en el lío.
La pena está abrasando mi cabeza,
derramar ya más lágrimas no puedo,
Suicidarme sería una vileza,
no arrastraré esa carga por el ruedo.
Me dejaré llevar de la belleza.
Le plantaré cara sin sentir miedo.

Marcé Venttini

Comenzar otro soneto, perfecto.

Si todo es un ponerse, un empezar.

Búsqueda de palabras al azar,

que se sienta al rimar cual es su efecto,

como jugar a ser un arquitecto,

de esos que saben bien armonizar

y  cuales elementos engarzar

para que todo quede muy correcto.

Eso trato con esos dos cuartetos.

Me dejo llevar de una fácil rima

para ver si los pongo más completos

y tener más alta la autoestima.

Busco no parecerme a los catetos

​Y aquí otro me quedó sin escatima.

​Marcé Venttini​

¡Qué alegría un soneto al día!

Dibujé marionetas con palabras,

recorté monigotes con los dedos.

Siempre me metí en todos los enredos,

por los montes subí como las cabras

y soñé que con los abracadabras,

perfumados saldrán los  mismos pedos.

Alardeo no ser de  muchos credos

y no dejo a  las  bromas  ser macabras.

Recorto palabras, dedos dibujo.

Enfrascado, enredado en monigotes,

tal vez pienso que soy un poco brujo.

Es que a los lados tengo muchos zotes.

Pero hubo una mirada que me adujo

y olvido por completo a amigotes.

Marcé Venttini

Qué ocurre que no se ríe ya el mundo,

que las bromas y gracias se desfasan

y que las mismas risas también pasan,

todo bien oculto en un mar profundo,

donde es fácil sentirse vagabundo

y arrastrar tristezas que nos abrasan,

pensamientos e ideas que fracasan.

Todo puede pasar en un segundo.

La cuestión es buscar una sonrisa,

que refrene las penas y los llantos,

que a andar enseñe sin tener prisa

y  a dejarse llevar de dulces cantos

y a respirar del mar la suave brisa

que hace llenarse a la vida de encantos.

Marcé Venttini

Un vuelo que me acerca a...

En el paseo vi las avutardas,
volaban elegantes y lejanas.
¿Por qué las sentí en mi alma tan cercanas?
Hay sentimientos que siempre los guardas,

los cierra el corazón igual que albardas.
Son cantos puros, sol en las mañanas.
Susurros de viento, palabras sanas.
Nunca vuelan las alegrías pardas.

Abiertas al aire, las alas baten.
Sus ecos tallan lágrimas partidas,
motivos y deseos que debaten.

Hay cielo en el volcán de mis heridas.
Tristes y ciegas creen que combaten,
siempre esperan encontrar las salidas.

Marcé Venttini