Después de leer y comentar brevemente el maravilloso álbum titulado ¿Nada? de Patrick Mc Donnell emulamos a su protagonista, el gatito Morro, y parte del taller le regaló de todo a la otra parte y éstos le devolvieron su nada más valiosa.
Tienes más información sobre este libro aquí.
Comentamos después algunos textos como "Sobre la nada" de Ángel Crespo:
La nada: ese inmenso cajón, alacena o lago del que Dios ha exiliado a todas las cosas; bosque en el que se escucha el balido de todos los pájaros habidos y por no haber.
Desgraciado de aquel que no tiene su nada, habrá de conformarse con lo que le den los demás, sacando de sus bolsillos o de sus terribles armarios; vivirá como nuncio, como vicario, como ministro, pero jamás con soberanía, porque no tendrá nada.
La mía es el recuerdo, las escamas de los pescados que platean en los mares de medianoche –y del mediodía en que el sol nada–; la nada por crear.
O bien el largo olor a vida de la nada.
Y propusimos como tarea imitar el juego que el poeta José Hierro hizo con las palabras "todo" y "nada" en su soneto "Vida":
Desgraciado de aquel que no tiene su nada, habrá de conformarse con lo que le den los demás, sacando de sus bolsillos o de sus terribles armarios; vivirá como nuncio, como vicario, como ministro, pero jamás con soberanía, porque no tendrá nada.
La mía es el recuerdo, las escamas de los pescados que platean en los mares de medianoche –y del mediodía en que el sol nada–; la nada por crear.
O bien el largo olor a vida de la nada.
Y propusimos como tarea imitar el juego que el poeta José Hierro hizo con las palabras "todo" y "nada" en su soneto "Vida":
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada).
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Vimos algunas versiones de dicho soneto publicadas en el libro homenaje Todo y nada (Cuadernos del Episcopio, Aula de Poesía José Hierro) como el soneto firmado por Carlos Aganzo con el título "Todo o nada":
Quiso del ansia preso tomar todo,
beberse el mundo y no dejarse nada,
mas no logró saber apenas nada
más que dudar de todos y de todo.
Quiso jugarse el todo por el todo
y al final su ganancia no era nada
pues el que suma nada sobre nada
en su locura va perdiendo todo.
Quiso mirar y comprenderlo todo,
y más miraba más veía nada.
¿Cómo saber que al fin nada era todo?
Acabó así perdiéndose en la nada,
paso a paso lo fue entendiendo todo;
lo tuvo todo al fin, y tuvo nada.
O el soneto de Jorge Arco:
Ser cuanto somos y saber que todo
lo que Dios no consienta será nada.
Ser cuanto somos y saber que nada
habrá tras el dolor y el frío. Todo
será tan solo de un color. Pues todo
tendrá una luz tan blanca que ya nada
ni nadie dictarán su olvido: nada
que no sea el ciprés que enluta todo.
¿Pero dónde termina aquella nada,
pero dónde comienza el fugaz todo
que finge vida y que se llama nada?
Los años serán sombra; y cuando todo
se haga cristal, aliento roto, nada,
galopará la muerte sobre todo.
Escribe un texto, en verso o en prosa, en el que aparezcan las palabras “todo” y “nada” al menos cinco veces. Procura que el texto sea legible. Toma como ejemplo los trabajos de la ficha.
Todo nada
Todo es siempre,
Nada es nunca.
Pero nunca es nada siempre ,
nunca es todo a la vez.
Nada y Todo,
baile eterno,
lleno y vacío,
el todo lleno de nada,
la nada impregnada de todo
en simbiosis perfecta.
Y nosotros , intentando descifrar si es mejor Todo o Nada,
como si todo fuera posible…
cuando nada nos pertenece.
Pilar Sánchez Barbero
Grupo C
¿Quién soy yo que buscándolo todo
me quedé sin nada?
Yo, que no soy nada por quererlo todo,
que busco consuelo en tus ojos
y solo encuentro el reflejo de la nada.
Tú, para mí lo eres todo.
Yo, para ti no soy nada.
En mi silencio recurro a todo y,
recibo sombras, soledades, NADA.
Llegué a este mundo sin nada
dispuesto a realizar un largo viaje.
En mi maleta deposité todo lo necesario:
Alegrías, tristezas, sin sabores, éxitos;
luché por conseguirlo todo
y al llegar al final del viaje
tendré que abandonar mi maleta
para irme como llegué, sin NADA.
P.G.
Grupo C
Todo por la pasta, nada sale gratis
Todo se fue a la mierda. Nada le quedaba, nada tendrían en el futuro. Todo estaba en manos del siniestro y cabrón picapleitos del que nada les empezaba a extrañar. Ahora todo estaba claro. Allí estaba ese tipo contando todos los cuentos sin nada de verdad. Seguía sin aclararnos nada del accidente, todas las mentiras salían intactas de su boca. Exigía cobrar todo antes del juicio y, además, no devolvería nada si el pleito se perdía. Jodido picapleitos, siempre dispuesto a quedarse con todo. Nada de ética había en su cabezota, ni es su sebosa barriga.
Pero ella no estaba dispuesta a permitirle ese abuso, prefería perderlo todo, antes de que este aprendiz de leguleyo les dejara sin nada. Decidida, levantó la mano dispuesta a hablar.
–Es mejor que vayamos por nuestra cuenta antes de que lo perdamos todo, de que no consigamos nada
–dijo bien alto, sacando todo lo que tenía dentro.
Nada dijeron los demás; sólo asentían, mientras todos se miraban entre sí. Al final, efectivamente, todo se torció esa tarde plagada de negros nubarrones. A la vez, nada importante perdieron, sólo al gordo abogado que quería todo su dinero. Por el contrario, se alejaron contentos pues ahora el futuro estaba en sus manos, nada estaba totalmente perdido, todo volvía a ser posible.
Gabriel Risco
Grupo C
Todo o nada, el juego eterno
Todo se rompió sin hacer ruido. Ocurrió sin darnos cuenta, sin apreciar nada extraño. Lo habías dado todo, decías con tristeza. Pero yo no quería renunciar a nada. Siempre había sido así: tus ojos veían sólo los extremos, todo o nada. Todo el tiempo, todo el dinero, todo el placer. Nada era suficiente, nada quería ya compartir contigo, nada querías si no era todo. Así nos quedamos sin nada después de tenerlo todo. ¿Todo? ¿Nada? Elegir todo el tiempo para tener la nada
Gabriel Risco
Grupo C
Nada dijeron los demás; sólo asentían, mientras todos se miraban entre sí. Al final, efectivamente, todo se torció esa tarde plagada de negros nubarrones. A la vez, nada importante perdieron, sólo al gordo abogado que quería todo su dinero. Por el contrario, se alejaron contentos pues ahora el futuro estaba en sus manos, nada estaba totalmente perdido, todo volvía a ser posible.
Gabriel Risco
Grupo C
Todo o nada, el juego eterno
Todo se rompió sin hacer ruido. Ocurrió sin darnos cuenta, sin apreciar nada extraño. Lo habías dado todo, decías con tristeza. Pero yo no quería renunciar a nada. Siempre había sido así: tus ojos veían sólo los extremos, todo o nada. Todo el tiempo, todo el dinero, todo el placer. Nada era suficiente, nada quería ya compartir contigo, nada querías si no era todo. Así nos quedamos sin nada después de tenerlo todo. ¿Todo? ¿Nada? Elegir todo el tiempo para tener la nada
Gabriel Risco
Grupo C
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