Animaladas

La sesión del lunes, 16 de junio, la dedicamos a los animales y las animaladas. Tomamos como referencia los libros de Daniel Nesquens "Hasta (casi)100 bichos" y "ABeCebichos". Pero también hablamos del "Animalario Universal del profesor Revillod" y "Abezoo" de Carlos Reviejo. 




Reproducimos aquí la "Nota del autor"

Todos mis amigos y conocidos saben de mi cariño por los animales, por todos los animales. Ya tengan dos
patas, tres, cuatro o cien. me encantan.
Nadie quiere venir a mi casa porque temen ser mordidos por Maika, una serpiente pitón de más de tres metros de longitud; cuando no, acorralados por Oscar, un león nacido en Tanzania; o atravesados por Delicado, un puerco espín que me traje de un viaje al Asia Central; o golpeados por un balonazo de Rafa, mi hijo, que tiene una pierna izquierda que ya la quisiese algún jugador de Primera División.
El cartero renuncia a pasar por delante de mi casa desde el día en que Escocia, una tarántula de más de veinte centímetros de pata a pata, lo capturó en su telaraña.
No hay fontanero que me quiera realizar un presupuesto, ni vendedor de seguros que se atreva a tocar el
timbre.
A todos los animales que viven conmigo los quiero por un igual. Todos me respetan, y todos me escuchan atentamente cuando les tengo que decir algo. No puedo señalar a ninguno de ellos como mi preferido. Por eso, y generalizando en la especie, quise redactar unas líneas con alguna de sus características más divertidas. Digo quise, porque estos folios quedaron en el cajón que tengo de asuntos pendientes hasta hace unos meses, en que, mientras tomaba café con hielo debajo de la sombrilla Estevenson, una cacatúa macho de plumaje verde con la cabeza naranja y la cola verde, estiró su cabeza y con voz de loro me preguntó por los folios que había estado escribiendo.
-¿Y los folios? ¿Y los folios?- me preguntó sujeta a la cuerda donde mi mujer tiende la ropa.
-¿Qué folios?, Estevenson- le pregunté, sorprendido por su pregunta.
-Los que escribiste de todos nosotros. Los que escribiste de todos nosotros- repitió como si no lo hubiese oído.
Terminé mi café con hielo y fui a mi despacho. Allí estaban, en el cajón de asuntos pendientes, debajo de un
catálogo de coches de una prestigiosa marca mundial.
Los volví a leer. Me sonreí. Retoqué algunas cosas y esa misma tarde reuní a todos mis animales y se los leí. Chumi, la hiena, no paraba de reírse; todos los demás también.
Alentado por todos ellos me vi obligado a mandárselos a un amigo editor, para se él lo creía oportuno publicarlos con la intención de que todos vosotros paséis un buen rato de lectura amena y divertida.

Muchas gracias

La propuesta de escritura de la sesión fue doble. Por un lado trabajamos con los tautogramas, tal y como hace Nesquens, en su libro "ABeCebichos". Y por otro, propusimos escribir sobre algún bicho o animal real o inventado. Aquí estás los trabajos de algunos de los participantes en el taller:


Águila alada alcanza ávida al ave aturullada al atardecer.
Cerdo come cascaras, conchas, cuscurros con comedido candor.
Mono malo manosea mandioca molida mientras masca moras, manzanas, mondas
León loco lanza largos lamentos lastimeros.
Pez pescado piensa: poco pan puso.

Carmen Alonso


Asno andaluz anda abriendo albaricoques apuradamente
Foca feliz fantaseaba fumando fortuna frente fotógrafo.
Toro tremendo tranquilizaba torero triste todas tardes
Jabalí jugaba jabonera justificándose
Zorro zoo zanjaba zafiamente zurriagazo

Luis Iglesias


Dinosauros

Doctor, después del disgusto del desahucio, de despertarme diariamente decaído, descubro dinosaurios detrás del dormitorio, debajo del desván, delante del descansillo...
¿Delineante? Desempleado desde diciembre. ¿Duerme? Demasiado. ¿Dolores? Depende del día. ¿Desamores? Desilusiones. ¿Desdichas? Desalientos, desánimos...
Descripción detallada: desaliño, desarraigo,desvanecimientos, delgadez (digestiones difíciles, desnutrición), decaimiento, desconfianza, débil desmemoria...
Descartado delirio. Diagnóstico: depresión. (Dispondrá del diagnóstico definitivo dentro de diez días). Descanse. Desaconsejo disgustos, drogas, desengaños, dormir demasiado...
Distraído divisó desconcertado decenas de diminutos dinosaurios danzando dentro del despacho, detrás del diván. Dañinos diceraptores, dilaphosurus de doce dientes, desafiantes dicraeosaurus, demoníacos dromaeosaurus, divertidos diplodocus... deambulaban diciendo despacio, débil, delicadamente: despierta, dinosaurio, despierta.

Enrique Galindo


RATA: Roedor, rescatado (del) relato revelador (de) ruidos roncos, reside relativamente (en) rodapiés.
OSO: Osado original organizador (de) objeciones (que) otros obedecen.
SERPIENTE: Sencillo ser sobrado (de) sebo (que) sabe salir (de) sí. Suele serpentear significando sudores sobre seres sociales
ZORRO: zoquete (del) zoológico (que) zozobra (en) zigzag zurciendo zalamerías.

María Teresa Mendoza


Sibila serpiente saborea sol sin sal.
Libélula liba, lame la lila.
Corta casa carga caracola.
Gato gris golosea gamba gabardina.

Aronbanda


SAPONA

Siete sapitos sollozan
Su señora Sapo, "Sapona", salió
Siete sapitos solitos, sin silueta, sin senda, sin sombra, suspiran.
Su señora Sapo, "Sapona", salió
Sintiendo su sombrio sentir, su señora, su "Sapona", susúrrales su serenata:
"Silencio sapitos, sapitos silencio...
Si sollozáis seréis sollozo
Si suspiráis suspiro seréis
Si sollozais, si suspirais... sin sentido sucumbiréis
Silencio sapitos, sapitos silencio...
Solitos... solitos... siempre seréis siete sapitos, siete sapitos solitos...
¡Sonreid sultanitos! Sois siete sultanitos, siete sapitos-sultanitos...
Sapitos... sapitos...
Sois siluetas sin silueta
Sois semillas sin sendero
Sois sonrosadas sendas, sois... sois... sois siete sorpresas
Silencio sapitos, sapitos silencio...
Sabéis sentir... ¡saltad!... sedosa seda seréis.
Sabéis saltar... ¡sentid!... sonetos sin sombra solfearéis"
Suave sopla su susurro.
Siete sapitos, siete sapitos solitos, se serenan
Sentaditos sobre sábanas silvestres, sueñan. Son siete sueños. Siete sueñecitos solitos.
Siete sueñecitos sin sombra, sin silueta, sin sendero.
Siete saltitos, siete sinfonías, siete sorpresas, siete sonetos

Ana Isabel Fariña


DUENDESAURIOS

Doce descomunales dinosaurios dormitan dentro de dos diminutos duendecillos.
Dos duendecillos diminutos dormitan dentro de doce dinosaurios descomunales.
Dormidos desean...
Desean descubrir dónde...
Dónde descansar despiertos.
Dónde decapitar dolores de destrozos delegados.
Dónde disfrutar daikiris diferentes.
Dónde despistar dictaduras, déspotas, doctos doctores deshumanizados.
Dónde deambular despistados.
Dónde disfrutar diferencias.
Dónde deleitarse dibujando diminutos dinosaurios, descomunales duendecillos despiertos, divertidos, descansados.
Dónde "daikirear" disfrutando
Dónde decir desenvueltos: danzaremos desnudos, danzaremos descalzos, disfrutaremos danzando
Durante décadas de décadas doce descomunales dinosaurios, dos diminutos duendecillos dormitan, dormitan deseando, deseando despertar desnudos, danzar desenfadados... delante, detrás, dentro de distintos descampados.

Ana Isabel Fariña


TORTUGAS

Tres traviesas tortugas, tomaban té tierno. Trasteando, trasteando... tras tres truncados troncos, tropezaron. Tremendo tamparrantán, terrible tropezón tuvieron.
Tras tragar tan tormentoso té, tosieron.
Tosieron tanto, tanto, tantísimo, tanto... tantísimo tosieron... Turbadas terminaron tartajando.
Tras tres tiempos tornasolados, tornaron tres timbres tersos, tisulados.
Tozudas, tras tener todo tasado... trasteando, trasteando.... tomaron té túrbido, tumefacto, terriblemente trenzado... Todo tras tres troncos truncados... Tropezaron, tropezaron, tropezaron...
Trepidantes tiempos trascurrieron... turbulentos... tortuosos... trasnochados...
Tres traviesas tortugas, tanteando, tanteando...; trastendo, trasteando...; tosieron. Tosieron tanto, tanto, tantísimo, tanto... tantísimo tosieron... turulatas terminaron, terminaron tartajando.
Tullidas tornaron tatuando troncos, tuneando tropezones, travistiendo temporadas, tejiendo tapaderas...
Tropezando, tropezando, tropezando.., tres terribles tiempos terminaron.
Tres traviesas tortugas, treparon.
Treparon tanto, tanto, tantísimo, tanto..., tantísimo treparon... "trepacistas" titularon...
Tras tornarse tripudas, tras tornar " trabajadoras" ... tomaron trajes troquelados... Tradicionalmente trajeadas, trasmitieron tres testigos. Tímidas testimoniaron : "tuvimos tiempos tormentosos... tranquilas trabajamos. Trabajamos tanto, tanto, tantísimo, tanto... tantísimo trabajamos... triunfadoras terminamos."
Tuturutú....

Ana Isabel Fariña


GERMÁN GODOY

Germán Godoy gatea grácil.
Germán Godoy gentil gatea.
"Guando" Guillermo García González, gallardo galopa, gime.
"Guando" Guillermo García González "gegresa", gozoso "gongonea".
Germán Godoy, griposo gime.
Guillermo García González, gigantón galeno, grandioso guardián guardavela, gatuno "ge" "gongonea"

Ana Isabel Fariña


FOCAS

Fragatas fúnebres fondean.
Fríos funestos fecundan fábricas.
Figuras fantasmales fusilan... flagelan futuros frutos festivos.
Focas felices fallecen.
Frívolos financieros fabuladores fulminan feroces "ferocidades".
Feos forros festonan feligresas flacuchas, feligresas fornidas, fondonas... fervorosas figurillas furtivas.
Francesas, Finlandesas, Florentinas, Flamencas... flores fatuas fanfarronéan.
Fétida fragancia femenina fluye. Fatigada fala.
Febriles focas fantasean: "Fallecerán fieros fantasmas filibusteros. Feneceran frias fragatas furtivas. Focas felices, felices focas... festejarán felices fiestas, fiestas felices, frutos futuros, fríos frondosamente fértiles."

Ana Isabel Fariña


* * *


El oso

El oso es aquel ser capaz de inspirar ternura y a la vez mostrarse osado y valeroso. Si en algo es el número uno es en la capacidad de protección. Hay diversidad de razas de osos, animales que se han adaptado a las circunstancias.
Normalmente son herbívoros pues comen semillas y frutos, pero también he oído hablar de osos carnívoros aunque no sé a ciencia cierta si son reales o fruto de leyendas sobre asesinatos a cazadores un tanto desorientados. El oso es capaz de hibernar medio año huyendo de la climatología propia de zonas frías incluidos los glaciales. Se cobija en su cubil y se reserva para durante el buen tiempo, ayudar a sus crías en su desarrollo como futuros ejemplares tan asombrosamente nobles como grandes. Tan patriarcas defensores de la vida como maestros de la supervivencia.
El cuento que más nos gustaría escuchar hoy es el de ese niño que crece conviviendo con animales… el llamado Mogli, quién tiene en Baloo un instructor, un consejero, un defensor. Me pregunto qué habría sido del cuento si en vez de un niño la protagonista fuese una niña. Quizás ella pecaría enamorándose o encariñándose. Si bien con alma de niña encuentra a su padre… un oso responsable que cuida de ella. Si bien con alma de mujer encuentra al hombre en el oso que cuánto más feo… más hermoso.
El oso además de todo esto es goloso y busca con serenidad la oportunidad de encontrar en las gachas de mamá osa un bocado a pedir de boca para satisfacer su paladar.
Oso precioso… no seas perezoso y ven conmigo a un lugar ocioso a disfrutar de lo grande de la vida. La vida salvaje en un mundo de verdad.

María Teresa Mendoza


El quesseyo

El quesseyo es un animal de especie rara y a extinguir, se encuentra protegida por Greenpeace. No tiene sexo definido ni se le conoce su época de reproducción.
Es un animal con muchas incertidumbres, no distingue frío ni calor, ni cuando dormir, por lo que lo podemos encontrar dormido en cualquier momento del día o la noche.
No emite ningún sonido por lo que suponemos que se comunica con seres de su misma especie por telepatía.
No sabemos si tiene patas debido a la especie de pelaje o lana larga que le cubre todo el cuerpo y con lo que se desplaza penosamente.
Su alimentación es escasa, nunca sabe como llegar a ella por lo que sobrevive con lo que le va llegando a su boca cuando se mueve.
Vive en solitario por su inseguridad. Difícil de localizar lo podemos encontrar por los barrancos o lugares prácticamente inaccesibles debido a que no sabe por donde salir.

Carmen Alonso

El loro verde

El loro Sebastián, aparentemente era un loro corriente, de color amarillo y algo parlanchín. Pero Sebastián tenía algunas diferencias que le hacían ser un loro peculiar. Durante el día solía dormir e imaginar historias fantasiosas, picantes y exageradas a más no poder. Además tenía un defecto en el habla, se le encasquillaba la lengua con el pico al querer hablar deprisa y se le producía una especie de tartamudez que le hacía muy divertido al contar sus historias, sus aventuras y sus ligues.
Los loros del barrio, por la noche, cuando sus dueños se iban a la cama, abandonaban sus jaulas y se reunían de tertulia hasta altas horas de la madrugada. Como ya conocían a Sebastían, a este le dejaban que contara sus andanzas en último lugar, el cual siempre conseguía la máxima atención, el mayor suspense, por el carácter picante y exagerado, y por la tardanza en narrarlos por su tartamudez; unos se quedaban dormidos y otros se tenían que ir pues empezaba a amanecer, con lo que Sebastián siempre posponía el final para el día siguiente, lo que hacía que todos acudieran intrigados.

(Continuará.....)

Luis Iglesias


Negrito

Te añoro en el presente donde habito.
Tu voz entrecortada recuerda mi pasado.
Tus patas en mi pecho
saciaban mi vacío.
Ojos de placer,
acurrucados en mi piel,
desviaban la mirada al infinito.
Tu imagen duerme,
anida entre mi piel,
descansa en mi regazo.
Los días se hacen miel
con el recuerdo de mi infancia
que grita tu cuerpo
de sueños y de vida.

Sofía Montero García
Poema dedicado a mi gatito negro de la infancia.


Polli-nomio, el pollito de biblioteca

Polli-nomio es un pollito que vive en la Biblioteca de las Conchas, se esconde entre las hojas de los libros. Hoy se paseaba por “La canción desesperada” de Pablo Neruda, acariciaba los versos: “Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,// el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.” En cuanto me vio escapó volando hacia la estantería de poetas actuales, creo que se introdujo en “Consumir preferentemente” de Raúl Vacas, lo abrí con mucho cuidado justo donde se notaba una pequeña protuberancia, ahí estaba, era la página 21, deletreaba: “aún sigo rebañando tu último beso”. Polli-nomio es un soñador fruto de las intensas lecturas a poetas. Todos los lunes lectivos a eso de las 7 de la tarde se acerca por la Sala Fondo Local, se coloca en la estantería que le recuerda los gallineros de sus ancestros y cómodamente disfruta del taller de escritura creativa. Es muy culto. A veces para cambiar de aires se cuela en algún libro de préstamo y va a la casa del
lector, allí se dedica a recorrer todas las habitaciones y a examinar todos los objetos que se encuentra. A polli-nomio le gustaría ser un poco más alocado como algunos de sus colegas que las saben liar de órdago. Lleva una temporada preparando la estrategia y tomando datos para introducirse dentro de los ordenadores. Allí se le abrirán oportunidades ilimitadas, entonces si que las podrá liar como sus colegas. Pero eso ya es otra historia.

Vicente M. Martín


Kundalini

Serpiente que amanece
de la adormecida del invierno.
Rayo que baña su cuerpo.
Silueta que ronronea y se deja acariciar.
Pálpito de sangre.
Kundalini se estremece.
Sabe del verano…
Le traerá el verdor, el frescor, el agua cercana…
Ya escucha el cascabel de las hojas al aire,
del manantial de luz.
Desplega la espiral.
El infinito dentro.
Arrastra su frío invierno.
Tirita, se estira, se retuerce.
Ha salido el sol.

Aronbanda


Sueños

Junto al charco
salta la rana.
Juega a ver
el pez estancado.
Peonza.
La rana croac.
El pez run ran run ran.
Espiral.
Junto al charco
salta el pájaro verde.
Juega a ver el pez estancado.
Peonza.
El pájaro verde aletea.
El pez run ran run ran.
Espiral.
El pico naranja
le trae al caudal.
Brinca el pez.
¡Chaaas!

Aronbanda


Zoquetis Bipedus

El zoquetis bipedus es un bicho muy curioso. Entiéndase curioso por extraño.
La curiosidad como tal, como deseo de aprender lo que no se sabe, es un atributo que el zoquetis pierde en sus primeros años de desarrollo.
El por qué de esta pérdida es una cuestión oscura. Así, aunque son muchas las teorías elaboradas al hilo de esta dramática mutilación, nada se sabe con certeza.
La escuela hipocrática ha opinado y opina que el hecho de alejarse del suelo y erguirse puede ser el detonante. La Soberbium Erecti, es una bacteria neurotóxica bastante común, sus esporas pueden penetrar a través de una fisura mínima y gangrenar el centro de interés del sujeto en formación necrosándolo. Sus secuelas no hace falta decirlo, aunque lo diremos, siempre son devastadoras.
Por su parte, la escuela beringuei graueri, defiende con la misma fuerza que esa erectud característica del zoquetis es fruto de su curiosidad innanta, y que por lo tanto, resulta imposible achacar a ella su extravio. Resulta complejo defender -argumentan- que la causa de su evolución sea la misma que la de su regresión.
Ambas doctrinas mantienen una pugna tan brutal como atractiva de la que cualquiera que no haya sobrepasado sus primeros años de desarrollo puede disfrutar.
Lo que es incuestionable para ambas es su realidad.
Su realidad y sus consecuencias: merced a su pérdida, el zoquetis, hijo directo de Prometeo, con tal menoscabo, se extravía, olvida su promesa de futuro y fuego y se convierte en un bipedus simplicísimus. Un bicho curioso que se diferencia del resto únicamente por erguirse sobre sus ancas traseras y liberar las delanteras.
A modo de anecdotario reseñar que a este animal una de las actividades que más le entretiene es utilizar sus ancas delanteras para quitarse los mocos. Cuando es infante lo hace casi constantemente y sin disimulo. Es más, si puede se los come. Cuando llega a la edad adulta, continúa haciéndolo, si bien procura que tal hacer se realice con discreción, considerando el bicho que tal reserva habita en la chatarra del vehículo que usa casi diariamente para casi todo . Es allí, donde creyéndose a salvo, hurga con placer en sus orificios hasta dejarlos lisos.
Otro uso tan frecuente como llamativo al que este bicho destina sus ancas delanteras es al de espantar moscas, mosquitos e insectos voladores tan minúsculos como potencialmente fieros. Cuando la potencialidad de la posible agresión se apoya en terroríficas historias como las que clásicamente protagonizan las abejas, las avispas y sus similares, el zoquetis se asusta tanto que prefiere utilizar las ancas inferiores para correr y acompañar su huida con gritos estridentemente estridentes.
Se ha demostrado que en muchas ocasiones esa estrepitosa disonancia es o ha sido la responsable de la sordera del presunto atacante. Siendo así, si el agresor es una abeja, tras los alaridos, nos encontraremos con una abeja sorda (que no es lo mismo que una abeja gorda, que por serlo y dar más miedo terminará más sorda). Abeja que como cualquier animal desorientado libará donde no debe y polinizará lo que no le corresponde, con el consiguiente desequilibrio universal que ese hecho siempre genera. Recuérdese la epidemia de "humus" que se vivió hace dos décadas en Tokio. Peste que como todos bien saben, nació de la jalea ocasional que se obtuvo con la anómala fertilización de las chimeneas.
Anécdotas aparte, el zoquetis sano es un animal omnivoro (puede comer de todo) Su dotación genética se lo permite. Nadie podría demostrar lo contrario. Ahora bien, dependiendo del grupo en el que se enciendan sus primeras luces, verá como ciertos manjares se excluyen de su dieta. Un Dios omnipotente y omnisapiente, siempre territorial, indicará en cada zona o región aquello que no es adecuado y lo prohibirá. En ocasiones, también prescribirá los días en que se debe ingerir y la forma en que se debe manipular el alimento desde el contacto inicial con el mismo hasta su tratamiento final. Lo habitual es que ese conjunto de indicaciones se conviertan en tradición, en dogma capaz de movilizar a toda la manada contra él o los supuesto infractores. La condena más habitual a cualquier comportamiento contrario al clan es el ostracismo, el destierro. Nombre que tiene su origen en aquel zoquetis anafalbeto que el día de su boda, ante sus invitados, se negó a comer ostras por estar vivas y las lanzó a la mar. Ningún comensal se lo perdonó.
A mayores, ahondando en el tema de la nutrición y relacionándolo con el anterior, la erectud (tema recurrente en este animal); conviene recordar que el bicho, este bicho, utiliza sus extremidades superiores para proceder a la ingesta. Uso que de nuevo carece de un proceder uniforme para la especie.
Un subgénero de la misma, "el zoquetis bipedus exquisitus", limpio "in extremis" , acopla a sus ancas delanteras unas prolongaciones cada vez que ingiere alguno de los bocados permitidos en su territorio. La finalidad de estas prótesis altamente ergonómicas, es evitar en la medida de lo posible, el roce con el sustento. Parece que la textura del elemento o el olor que desprende pueden resultarle asquerosamente repugnante.
Otro subgénero, "el zoquetis bipedus primitivus" cuando procede a nutrirse, utiliza directamente una de sus extremidades, la derecha. Con ella prepara la pitanza y con ella la deposita en la boca. Esta terriblemente mal visto y puede ser duramente castigado (amputación) el uso del anca izquierda para la realización de la actividad descrita. Su misión es otra, y aunque también tiene que ver con el cuidado de orificios, en su caso el cuidado ha de ceñirse a su aseo. Es así que lo que la derecha introduce en el cuerpo, una vez que destila sus nutrientes a las distintas células que lo conforman, la izquierda lo recoge cuando lo abandona.
Su extraordinaria capacidad adaptativa le permite sobrevivir en los ambientes más hostiles, incluidos aquellos donde se amontonan los cadáveres de millones de congéneres. Puede comer mientras ve como se matan sus iguales a través de un aparatito cuadrado que a modo de altar venera en alguna de las habitaciones de su guarida. También puede matar y comer sobre sus víctimas sin perder el control de ninguna de sus ancas.
En condiciones no tan extremas, cuando se encuentra en un hábitat que ha hecho suyo (hielo, lava, desierto, selva, sabana....) allí donde su rutina se desarrolla sin demasiados sobresaltos, suele ser un animal sociable. Gusta del trato con otros miembros de su especie, con ellos comparte tiempos de ocio y disfrute que le satisfacen, máxime cuando consigue ser el centro de atención de ese grupo con el que ha decidido relacionarse. Y es que, una vez que el zoquetis bebe del agua del pozo de los Narcisos, suele desarrollar un afán por sí mismo, una complacencia tan desmesurada con todo lo que hace, que la fiebre del encantado de conocerme le abrasa, noqueando en la mayor parte de las ocasiones el acercamiento sincero. Se han dado casos ( consultar textos apócrifos) donde grupos enteros de zoquetis sobrevivieron a ese patógeno acuoso. Épocas doradas de las que apenas alguien sabe. Y es que el zoquetis, puede parecer un bicho poco entrañable, un animal al que ningún miembro de otra especie envidiaría. Pero el zoquetis, tal como acabamos de indicar, no siempre es un zoquetis enfermo. Estudios científicos extremadamente rigurosos han demostrado que el curioso bicho que hoy examinamos puede ser un animal sano, maravillosamente maravilloso, y protagonizar sin saberlo actos cotidianos de dimensión heroica.
El apareamiento de esta bestia bípeda es un ritual soberbio, de duración indefinida, ajeno a patrones, pautas o preceptos, cuya finalidad excede los límites meramente reproductivos. Una ceremonia primitiva, salvaje y animalesca donde el macho y la hembra despliegan por igual el color de sus talentos para conseguir el acoplamiento. El placer que produce este juego puede llegar a ser de tal magnitud, que un macho o una hembra hagan pivotar su respiración y sus pasos en torno a él.
Consciente de ello, la manada a lo largo de la historia ha enfajado su proceder, ensalzando hasta el altar o denostando hasta la lapidación determinados cortejos.
Esta dicotomía entre el deseo natural y la conveniencia ha sido causa directa de múltiples males que van desde el suicidio Tolstiano a la invasión Troyana.
Por último, y ya para concluir -que el tiempo apremia-, reseñar que de todos los animales, el zoquetis es el único consciente de su dimensión mortal. Sabe que su tiempo es finito. Sabiduria que los dioses le concedieron con el fin de hacerle más libre y permitirle disfrutar de cada nanoinstante como si fuera el primero y el último.* Sabiduría que se convierte en su esclavitud en tanto de su garganta sale temerosa la palabra "No" y orienta su proceder a una continúa elusión del peligro que pudiera materializar ese conocimiento heredado de los dioses en una realidad fria y luctuosa.
Como habrán podido comprobar aquellos que hayan tenido la paciencia suficiente para llegar conmigo al final de esta disección, el zoquetis bipedus es un animal curioso. Entiéndase curioso como extraño, cuya evolución tal vez pase por resolver esa cuestión oscura que centró nuestra atención al inicio (La Soberbium Erecti) y por desenfajar costumbres y comportamientos enquistados en territorios minúsculos que le empequeñecen. Porque el zoquetis bipedus sano, no lo olviden amigos de "descubriendo la naturaleza" es un espécimen entrañable capaz de los actos más heroicos sin saber de su heroicidad.
Este será el tema que centrará nuestra mirada en el programa de mañana , cuando ustedes y yo, acompañados del equipo de profesionales que diariamente nos acompañan pasemos 21 días con el zoquetis bipedus en distintos hábitats y podamos presenciar en todos ellos sus diarias muestras de afecto, entrega o amor. Si pueden, no se lo pierdan. Ya saben les estaremos esperando.

*(Entiéndase disfrutar por el acto de diluir los límites materiales y temporales en la actividad que se realiza, siendo así que a veces el disfrute resulta doloroso)

Ana Isabel Fariña


Una relación muy familiar


Los zánganos viven tres meses rodeados de atenciones.
Se despiertan por la mañana y se dan la vuelta en el lecho de cera virgen. Acompañan con un buen bostezo su primer batido de alas y crean una corriente de aire refrigeradora necesaria en la colmena por las elevadas temperaturas que generan las abejas obreras con su intenso trabajo desde el amanecer.
Diariamente se les proporciona alimentos ricos en fructosa, principal nutriente de los espermatozoides, proteínas y vitaminas y se someten a sesiones de masajes y gimnasia pasiva con una entrenadora personal que descarga sus vibraciones para tonificar su musculatura. Así se preparan para el paso decisivo que es el de copular con la reina.
Cuando la seleccionadora reconoce en el exterior el zumbido de la reina buscando compañía, lanza al vuelo al grupo de zánganos que considera mejor dotados para que le entren. La reina aceptará en vuelo a un buen número de ellos hasta saciarse y asegurar la descendencia.
Eso si, después del apareamiento uno tras otro irán cayendo muertos con los órganos genitales desgarrados.

Antonia Oliva

2 comentarios:

  1. Los tautogramas ya no tienen secreto para los "escritorescreativosdelasconchas", destaco el de Enrique y los de Ana (por supuesto). Todos sobresalientes.

    Teresa: Los osos siempre son preciosos, cariñosos, mimosos… si son de peluche. Con los de verdad no me gustaría encontrar de frente en un sendero… Muy bien por tu tarea.

    Carmen: Yo conocía a “comonolosepastú” también protegido por Greenpeace… curioso muy curioso el animalito: “quesseyo”. Muy bien por tu tarea. Disfruta de la playa.

    Luis: Simpático el loro Sebastián ¡me cae bien!. Muy bien por la tarea, Luis

    Sofía: Entrañable recuerdo de Negrito. Muy bien

    Aronbanda: Así me gusta desplegando tu poesía a la naturaleza. Muy bien

    Ana: Hay un espécimen de esa especie que describes al lado de mi casa, y cuando paseo por la ciudad los hay “a patadas” sobre todo en la “chatarra del vehículo”. Una irónica disección de nuestro “ser social centro del universo”. Para mí es magnífico… respeto lo que puedan pensar los demás, pero, por favor, que no se queden en la superficialidad… que ahonden un poquito. No creo que nadie se ofenda si digo que eres la mejor…

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  2. Antonia: No es mala la manera de morir de los zánganos, je...je. Es que estas reinas abejas son insaciables. Muy refrescante tu relato, de esos que hacen que se dibuje una sonrisa de oreja a oreja mientras lo lees. Genial, Antonia

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