Cortázar sabía mucho de instrucciones. Por eso acudimos a sus Historias de cronopios y de famas para aprender a subir una escalera, a cantar, a llorar o darle cuerda al reloj. Veamos cómo hay que proceder para llorar de forma correcta:
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. (Instrucciones para llorar)
Antes de dar cuerda a un reloj es preciso escuchar algunas consideraciones previas. Oigamos a Julio Cortázar:
Antes de dar cuerda a un reloj es preciso escuchar algunas consideraciones previas. Oigamos a Julio Cortázar:
Ahora sí podemos darle cuerda al reloj, después de saber qué significa en nuestra muñeca este objeto:
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa. (Instrucciones para dar cuerda a un reloj)
Hablamos de la vida cotidiana, de la rutina, de cómo las acciones que nos acompañan en nuestro latir cotidiano están impregnadas de literatura, de arte.
Gustavo Martín Garzo también se suma a esta fiesta con un texto en el que nos ofrece las claves para despertar el gusto por la lectura en los niños: Instrucciones para enseñar a leer a un niño
Propusimos como tarea escribir un texto a la manera de Julio Cortázar y combinar en él ternura e ironía. Y dejamos como sugerencia algunos títulos por si la inspiración no nos alcanza:
Instrucciones para coser un botón
Instrucciones para poner la lavadora
Instrucciones para planchar una corbata
Instrucciones para programar el vídeo
Instrucciones para fregar un suelo
Instrucciones para tirar de la cadena
Instrucciones para apagar el televisor
Instrucciones para saltar a la comba
Estos son los trabajos enviados por algunos de los participantes en el taller:
Instrucciones para morir en una cama de hogar o de Hospital (según las circunstancias)
Sentado en el sillón, frente al televisor después de haber comido algo, comida más o menos normal, de un supermercado al uso, corriente, con sus productos equilibrados en número y diversidad, en contraposición a otros, dónde la amalgama de variedades culinarias sobrepasa con holgura la perpetua insatisfacción humana, quedo petrificado ante las personas que aparecen diseminadas por campos baldíos, tirados por el suelo y comiendo restos de algo con trazas de arena. Me pregunto cómo dormirán a la noche...
Al momento, el periodista cambia de tercio y aparecen algunos corruptos que andan de un juzgado al otro, tratando de engañar a un juez, para que les metan los menos años posibles en el trullo, mientras, algunos viejos, parapetados por una fila de policías les mandan recados cargados de ira. Me pregunto, que será de sus ahorros y si alguno de ellos ha tenido que salvar a sus hijos de la puta crisis...
Trago como puedo las onzas de chocolate negro y respiro profundamente. No me doy cuenta y cambio de canal. Una niña, con la cara pixelada aparece en una cama de Hospital. Es un Hospital limpio, blanco, con enfermeras y médicos que hablan tras una mesa muy bien ordenada. A su lado unos padres manifiestan que su hija no tiene salvación y quieren que muera de una manera digna. Pienso en mis hijos y desconecto la televisión.
Me incorporo inmediatamente y reflexiono sobre mi final, en el mío propio, el que deseo no llegue a la mayor brevedad, pero que tampoco se dilatase en tiempo de más y en forma calamitosa, que pudiera llegar consciente a una cama, quitarme las zapatillas sin dolor y que un buen profesional me tapase con cariño. Y fijarme mucho, en los rostros jóvenes de los becarios y las becarias, en los últimos compañeros de cama y apostar con ironía quien pasaría primero esa gran meta final, dónde los de acá, te apretujan y te besan desconsolados, entretanto, expectante, especulas como los de allá se preparan para darte una cálida y gloriosa bienvenida.
José Luis Moreno Gutiérrez
Instrucciones para tirar de la cadena:
Primero mírese en el espejo y piense en todo aquello que le sobra. Piense en lo más evidente, el contenido de sus intestinos. Siga por esos dos kilos de más que le impiden ponerse su vestido rojo. En el corazón encontramos ese amor que no lo fue y que usted se empeña en llamar “su primer amor”, sabiendo que esa frase no es más que una pavada “jolivudiense” ( “pá” que se jodan los anglófilos). En la garganta tiene atragantado un “ váyase al carajo” que no se atrevió a soltarle a su jefe. Y la culpa, esa gran culpa que arrastra desde que creyó aquello del pecado original. Esas dos amigas a las que no soporta pero que sigue empeñada en utilizar para rellenar su soledad, más sola con ellas. La intención de todos los años de aprender inglés, que para qué demonios querrá usted aprender inglés, si ni tan siquiera viaja a la playa. Y terminando por los 347 amigos de Facebook. Nunca fue más cierto eso que dice el poeta González Iglesias “líbrame del reino de la cantidad”.
Y ahora, haga todo lo que tenga que hacer. Excepto lo de perder los dos kilos. Mejor cómprese un vestido nuevo, rojo también.
No se olvide nunca. En la vida hay que tirar de la cadena, no poner ambientadores.
Elena Vicente
Instrucciones para saltar a la comba
Desplazamiento del pie,
coordinado por el tiempo,
da paso al objeto inanimado.
La mente mecaniza su cuerpo
en un acto placentero.
El iris fija la mirada
desplegada en el entorno.
Las manos,
ancladas en la cuerda,
impulsan el salto en un segundo.
Piernas y brazos
coordinan el compás.
Manos en la cuerda,
pies en el suelo
ascienden y descienden
con un ritmo de sonidos
en sintonía con el viento.
Sofía Montero García
Instrucciones para no tener pesadillas
Proceda a sentarse en el borde de su cama, asegúrese de estar vestido con el pijama adecuado según la época del año en la que nos encontremos, que no nos aporte demasiado calor ni nos arrecie de frío.
Póngase un antifaz oscuro que cubra bien los ojos, túmbese y tápese con las mantas hasta el cuello. Este punto es importante, intentaremos dejar la menor parte de nuestro cuerpo en contacto con el exterior para evitar contagios de los durmientes que nos acompañen, si se da el caso. Apague la luz.
Si hemos seguido correctamente los pasos anteriores y coincide que además tenemos una vida plena y satisfactoria, usted debería dormir a pierna suelta, o lo que es lo mismo, disfrutar con sus sueños. Seguramente podrá vislumbrar allá en el fondo una zona oscura y sucia, se trataría de los suburbios oníricos a donde usted nunca debería acceder bajo ningún concepto.
Sin embargo, si al cerrar los ojos de repente percibimos una sombra a lo lejos, ¡precaución! Se trataría de una pesadilla. Seguramente se haya escapado del cajón catalogado como “miedos” de nuestro cerebro. Como el camino desde los suburbios es largo, está usted a tiempo.
Intente echarle un vistazo, pero no la mire directamente a los ojos. Si ve que dobla su propio tamaño, tiene un andar ondulante y amenaza con acercarse, gírese inmediatamente y centre su atención en cualquier otro cajón: “viajes”, “colores”, “amigos”…, e intente ir hacia el elegido con rapidez.
No debería, pero lo peor que puede pasar es que en medio de esa huida, usted note el dedo huesudo de la pesadilla tocando su hombro, instándole a que se dé la vuelta. En ese caso, no queda más remedio que despertarse agitadamente y darse unos minutos para recomponerse.
Si llegamos a este punto, volver a empezar por el principio.
Chus García
Instrucciones para planchar una corbata
La primera vez que alguien decida planchar una corbata, debe seguir unos criterios ya definidos:
1º) La corbata debe ser fea a rabiar, y tenerla una tirria exagerada.
2º) Extender la corbata todo lo larga que sea, por el lado bueno, en la tabla de planchar.
3º) Olvidar adrede, colocar una tela de retal de sábana, encima de la corbata.
4º) La plancha debe humear un vapor abrasador, como si fuera el de la máquina de un tren de carbón de los de antes.
5º) Agarrar la plancha con ganas, con firmeza, con la mano derecha ( con la izquierda los que sean zurdos o del P.S.O.E), y darle siete pasadas rápidas a lo largo de toda la corbata, y sin apenas descanso, hacer lo mismo por el otro lado.
6º) La faena realizada generará un vapor exagerado, por lo que habrá que tener preparada una pinza de las de colgar las camisas y en el tendedero se deberá colgar la corbata, esperar media hora, ¡Y a ver qué pasa!
7º) Si la corbata no ha quedado bien, la próxima vez se debe probar con la corbata que mas aprecio tengamos, hacer todo lo contrario, ¡Y, a ver qué pasa!
Luis Iglesias
Instrucciones para arrancarse el corazón.
Cuando las lágrimas pesan por la carga de la pena, la incomprensión o el desgarro.
Cuando el aire se espesa con noticias de corrupción, violencias y guerras.
Cuando las personas son traídas y llevadas como simples mercaderías y
el mar las escupe yertas a la arena de la playa donde otras tuestan sus ombligos al sol.
Cuando la montaña es ceniza huera.
Cuando la vida se asfixia.
Cuando mirar al cielo se hace un lujo.
Es el momento de arrancarse el corazón y ponerlo encima de la mesa…
Las instrucciones a seguir son fáciles:
Si el torso está cubierto por una camisa, olvidar los botones. Agarra con fuerza la prenda, una mano a cada lado de la botonadura, a la altura del pecho. Inspirar con fuerza y cuando el aire embriague cada poro de la piel, soltar un grito y a la vez un tirón seco que haga a todos los botones saltar por el aire, luego percibir el “tin” de cada uno de ellos al besar el suelo. El pecho quedará al descubierto (De ser camiseta u otra prenda sin botones desgarra sin compasión la tela, acompaña la acción con gritos y tacos sonoros de esos que desahogan).
Mirar fijamente los dedos de la mano derecha, la mirada tiene que ser cruzada, la frente arrugada, el gesto adusto… notar como los dedos se afinan, se afilan con lentitud pero sin pausa, hasta sentir que ya no son dedos lo que tiene la mano, sino 5 finísimos bisturís de corte tan preciso capaces de partir un pelo de pestaña que flote en el aire.
Llegó el momento, sin titubeos, hundir la mano derecha sobre el costado izquierdo, agarrar al corazón sin miedo y arrancarlo… depositarlo encima de la mesa… después de admirarlo durante un rato y sentir los pálpitos saltarines (poner cuidado no se caiga de la mesa)… llorar… llorar… llorar… sin lágrimas. Pensar: si la vida es bella por qué la ensuciamos… seguir llorando.
M. Venttini
Instrucciones para asistir a un entierro
Elija ropa oscura, no muy ajustada (evitando así lo libidinoso), para el evento.
Camine y entre en la iglesia con paso decidido y afectado, pero no altivo,
de manera tal que ante todo su asistencia quede patente.
En caso que se decida usted por llorar, sea consciente de su lugar y papel dentro de la ceremonia. Llore bajito y sin dar cabida a los mocos si es usted un mero conocido del muerto o su profesor de la secundaria.
Permítase el hipo y los temblores a él acompasados si es un antiguo amor (verdadero) o un amigo. No llore bajo ningún concepto si es usted el cura.
Procure que el beso a los familiares sea liviano y corto, pero afectuoso.
Recuerde no traer a colación defectos ni episodios embarazosos del muerto, ahora que éste ya no puede defenderse.
Haga inventario, por el contrario, de sus múltiples virtudes, excepto en caso de ser usted mismo el fallecido, a riesgo de parecer jactancioso.
En ese particular, mejor no asista a su entierro. De serle esto posible.
de manera tal que ante todo su asistencia quede patente.
En caso que se decida usted por llorar, sea consciente de su lugar y papel dentro de la ceremonia. Llore bajito y sin dar cabida a los mocos si es usted un mero conocido del muerto o su profesor de la secundaria.
Permítase el hipo y los temblores a él acompasados si es un antiguo amor (verdadero) o un amigo. No llore bajo ningún concepto si es usted el cura.
Procure que el beso a los familiares sea liviano y corto, pero afectuoso.
Recuerde no traer a colación defectos ni episodios embarazosos del muerto, ahora que éste ya no puede defenderse.
Haga inventario, por el contrario, de sus múltiples virtudes, excepto en caso de ser usted mismo el fallecido, a riesgo de parecer jactancioso.
En ese particular, mejor no asista a su entierro. De serle esto posible.
Ana Rivero
Instrucciones para no molestar al de al lado en el cine
Instrucciones para no molestar al de al lado en el cine
Es de esperar,que la persona que va a ver una película,busque sobre todas las demás cosas,entrar en un mundo hasta el momento ignorado.
Regla 1ª
No comer palomitas,si el hambre te tienta,deja que se disuelvan en tu saliva,así evitarás despertar los jugos gástricos de los q te rodean.
Regla 2ª
Si algo te sorprende enormemente,siéntelo en tu interior.No es necesario que los demás se enteren de tus emociones.Déjalos a ellos disfrutar de las suyas sin interferencias.
Regla 3ª
Si es posible,descansa tu cabeza en la butaca.De no ser así,no marees al espectador de detrás.También él ha pagado tu saber estar.
Regla 4ª
No comentes,no pienses en voz alta,tus pensamientos no interesan en la proyección.La película ya está hecha.
Siente,sólo siente....Déjate llevar...Sorpréndete...
Disfruta...,y deja disfrutar.....
Gracias
Lucía Centeno
Instrucciones para bajar una escalera
Si usted se encuentra en disposición de bajar una escalera, previamente ha debido realizar necesariamente el ascenso de la misma. Obviaremos pues las aclaraciones sobre el concepto de escalera. En caso de que precise aclarar este concepto, recurra a las “Instrucciones para subir una escalera”. Como recomendación adicional, si precisa consultar dichas instrucciones, es muy recomendable que las lleve consigo si en un futuro inmediato pretende regresar al punto inicial.
Aunque carece de aplicación práctica, a nivel teórico existen dos clases de descensos. El primero nos conduce a pie de calle desde una altura superior. El segundo nos conduce por debajo del nivel del suelo desde la superficie. En cualquiera de los casos la técnica es la misma. En el segundo supuesto, se recomienda acompañarse de una fuente de luz si no tiene la seguridad de que exista una en su destino.
Desde el punto de vista técnico, el proceso es muy similar al de ascenso. Si está consultando estas instrucciones es probable que haya consultado las directrices de subida en nuestra indicación. Aplique la misma técnica, corrigiendo únicamente unos detalles. En vez de flexionar la rodilla y elevarla ligeramente hacia el plano horizontal más próximo frente a usted, flexione la que no se desplaza, y estire la contraria hasta alcanzar el plano horizontal inmediatamente inferior. Sólo cuando el extremo de la pierna no flexionada haya alcanzado su objetivo abandonará la flexionada el plano que ocupa, corrigiendo la flexión hasta colocarse junto a su par. Cuando adquiera soltura en esta técnica, puede desplazar directamente la pierna flexionada inicialmente al plano horizontal inmediatamente inferior a la estirada, cuidando en todo momento que una de ellas mantenga contacto con el suelo en todo momento. Para ello alterne el orden de flexo-extensión indicado. Repita esta operación hasta alcanzar un plano horizontal más amplio. Proceda entonces a consultar “Instrucciones para caminar”.
No se preocupe de la aparente complejidad de estas instrucciones; una vez adquirido ritmo, desempeñará estos movimientos de forma armoniosa y natural.
Aunque carece de aplicación práctica, a nivel teórico existen dos clases de descensos. El primero nos conduce a pie de calle desde una altura superior. El segundo nos conduce por debajo del nivel del suelo desde la superficie. En cualquiera de los casos la técnica es la misma. En el segundo supuesto, se recomienda acompañarse de una fuente de luz si no tiene la seguridad de que exista una en su destino.
Desde el punto de vista técnico, el proceso es muy similar al de ascenso. Si está consultando estas instrucciones es probable que haya consultado las directrices de subida en nuestra indicación. Aplique la misma técnica, corrigiendo únicamente unos detalles. En vez de flexionar la rodilla y elevarla ligeramente hacia el plano horizontal más próximo frente a usted, flexione la que no se desplaza, y estire la contraria hasta alcanzar el plano horizontal inmediatamente inferior. Sólo cuando el extremo de la pierna no flexionada haya alcanzado su objetivo abandonará la flexionada el plano que ocupa, corrigiendo la flexión hasta colocarse junto a su par. Cuando adquiera soltura en esta técnica, puede desplazar directamente la pierna flexionada inicialmente al plano horizontal inmediatamente inferior a la estirada, cuidando en todo momento que una de ellas mantenga contacto con el suelo en todo momento. Para ello alterne el orden de flexo-extensión indicado. Repita esta operación hasta alcanzar un plano horizontal más amplio. Proceda entonces a consultar “Instrucciones para caminar”.
No se preocupe de la aparente complejidad de estas instrucciones; una vez adquirido ritmo, desempeñará estos movimientos de forma armoniosa y natural.
Miguel Ángel Pérez
Instrucciones para coser un botón
Instrucciones para coser un botón
1. Lea cuidadosamente todas las instrucciones antes de hacer nada.
2. Tómese su tiempo.
3. Considere, por si acaso, la posibilidad de padecer fobia a los botones, o sea, si pudiera ser kompounofóbico
4. Seleccione un botón adecuado a la prenda y ojal que piensa abrochar.
5. Valore su grado de temor a las agujas, es decir, su grado de belonefobia.
6. Tome una aguja de su costurero y también un hilo, ni largo ni corto. Elija con criterio el color.
7. Póngase sus gafas de cerca si es que ya tiene presbicia.
8. Enhebre el hilo a través del hondón de la aguja y hágalos pasar inseparables por uno de los agujeros del botón.
9. Acerque el conjunto a la prenda donde quiera coserlo y traspase la tela con la aguja hasta el fondo, en dirección a la parte inferior del botón, siempre con el lado punzante de la aguja a la cabeza. Emprenda el camino de vuelta, atravesando la tela y acierte a salir por un nuevo agujero.
10. Si está cosiendo el botón sentado, desnudo en el sofá, cuide de no engancharlo por descuido a su piel, podría pasar un mal rato con una camisa colgando de su nalga, por ejemplo.
11. Continúe arriba y abajo con la aguja y el hilo según su grado de compulsión (una vez más por si acaso) o hasta que el agujero se haya cerrado por completo.
12. Por último, abandone los orificios ya sin vida del botón y sitúese por debajo del mismo estrangulando con el hilo su punto de unión con la prenda y dando tantas vueltas al eje como su nivel de ansiedad le dicte (que sepa que con 3 es suficientes)
13. Profane de nuevo la tela y por seguridad, remate con dos o tres puntadas más encabalgadas ( el número de las mismas dependerá de su conducta obsesiva)
14. Si no tiene miedo a las tijeras, si no sufre de Aicmofobia, de un corte limpio e independice al botón de la aguja y su hilo.
15. Haga pasar el botón suavemente a través del ojal y compruebe que su prenda queda con firmeza abrochada, mientras el botón se luce original y oportuno, si esta fuera éste el objetivo o simplemente si es a resultas funcional.
16. Si ha terminado de leer cuidadosamente todas las instrucciones y cree poder estar afectado de cierta hipocondría, respire hondo y lleve a cabo solamente lo sugerido en el apartado 2.
11. Continúe arriba y abajo con la aguja y el hilo según su grado de compulsión (una vez más por si acaso) o hasta que el agujero se haya cerrado por completo.
12. Por último, abandone los orificios ya sin vida del botón y sitúese por debajo del mismo estrangulando con el hilo su punto de unión con la prenda y dando tantas vueltas al eje como su nivel de ansiedad le dicte (que sepa que con 3 es suficientes)
13. Profane de nuevo la tela y por seguridad, remate con dos o tres puntadas más encabalgadas ( el número de las mismas dependerá de su conducta obsesiva)
14. Si no tiene miedo a las tijeras, si no sufre de Aicmofobia, de un corte limpio e independice al botón de la aguja y su hilo.
15. Haga pasar el botón suavemente a través del ojal y compruebe que su prenda queda con firmeza abrochada, mientras el botón se luce original y oportuno, si esta fuera éste el objetivo o simplemente si es a resultas funcional.
16. Si ha terminado de leer cuidadosamente todas las instrucciones y cree poder estar afectado de cierta hipocondría, respire hondo y lleve a cabo solamente lo sugerido en el apartado 2.
Paz Mateos
Instrucciones para tirar de la cadena
Evacuar periódicamente los desechos orgánicos es una necesidad. Nadie lo cuestiona. El cuerpo es una nube de longitud y grosor variable, un sueño carnoso y carnal multicromo, una flor única en su aroma. Que surque el cielo en paz, siembre ilusiones hasta en los infiernos y regale su perfume sin saber que lo hace, demanda la ingesta de una cantidad de alimentos, nutrientes de calidad variable, que un sofisticado engranaje procesa y discrimina con mimo. No todo es asimilable. Las sustancias nocivas no deben almacenarse. De hacerlo, el veneno se hace dueño, rey de un reino sin futuro, monarca de corona efímera y cetro inclemente. Evitarlo supone permitir que los depósitos específicamente diseñados para su acogida y expulsión, funcionen de forma natural. Es irrefutable.
Optar por la contención es un error. Disimular el apremio y posponer su eliminación un dislate. Los residuos no conocen el término ocupado. La carencia de espacio no evita su llegada continua. Donde eran cien serán millares.
Manejarse en esa variable es una condena. Ante su invasión, los diques de contención ceden y con su desmoronamiento, el fango exporta su gangrena. La tierra enloquece. La música escarlata que la sostiene se pudre. La nube se desvanece. Las quimeras vomitan una pesadilla recurrente. La flor se marchita: su aroma se pierde. Es el preludio del fin, el remate luctuoso de una comedia donde el escenario devora a sus personajes. La sala entera huele a muerte.
Eludir este desenlace supone aceptar con humildad que el proceso de defecación, aunque apeste, es inevitable. Ningún héroe es ajeno a sus miserias. Sólo proclaman su valentía los cobardes. La gloria es ajena a proclamas y camuflajes.
En un mundo de escasos titanes, se diseñan trajes para vestir este trance. Eufemismos que visten el grito animal con galas de seda razonable. Tules con los que se confecciona un espacio, un ambiente exclusivo, un universo de dimensiones variables donde el actor -ante el menor indicio de tirantez abdominal, estén o no estén sus depósitos repletos- acude. Allí, en el excusado -tal es el nombre con el que se designa al lugar indicado-, en la más absoluta intimidad, abandona esa carga potencialmente letal.
No es exagerado afirmar que la mayor parte de las veces, el abandono se realiza sin percatarse del valor que el hecho posee. Solo en situaciones límite, el hacedor omite el espejismo de pureza artificial que le cobija y es consciente de su hazaña.
Sea como sea, una vez libre de cargas, comienza su carga: borrar huellas.
Conseguirlo supone conjurar a la cascada, el salto de agua que vive oculto. No siempre es fácil. Acertar demanda reconocer el terreno.
No hay dos estancias idénticas. Su variedad abarca cuestiones de forma infinitas, y lo que es más importante, diversos rituales. Lograr lo que se pretende supone acertar con la invocación adecuada. Obstáculo para muchos insalvable. Es por ello, que cada vez son más los excusados que entre sus rasos ocultan un mago. Un hechicero invisible que ante el simple alzamiento de nalgas provoca el aullido acuoso de la catarata a la par que entona melodías primaverales y despeja el aire con su aliento de rosas, jazmines, lavandas y falsedades.
Si tras el alzamiento todo es silencio, el nigromante no está.
Ha de ser el propio autor del abandono quien suplique al trueno que rasgue los cielos.
Lo más importante es mantener la calma haya lo que haya alrededor y no salir corriendo.
Cualquier conjuro que se realice en este tema puede comenzar con dos simples palabras: cordel o botón. Hay que encontrarlas. Existe la posibilidad de utilizar el término cadena, pero su evocación es equívoca.
De movernos en el primer supuesto, un cabo más o menos roñoso, colgará de un techo más o menos frágil.
Verlo es sencillo. Le gusta columpiarse cerca del ángulo que dibujan las paredes. Asirlo es algo más complicado. Puede ocurrir que tenga el nido muy alto o la piel escurridiza. No pasa nada. Si el invocante posee una decisión clara y un ánimo férreo, puede proseguir. Los recursos para ello siempre están a su alcance. Un ligero tirón y el manantial queda libre.
De no hallarlo, hay que concluir que no hay madriguera ni larva colgante. Estamos en un escenario distinto, y de ser así, el sortilegio ha de comenzar de forma diferente.
Un botón metálico es la llave. Su ubicación es variable.
En los espacios menos trabajados, suele aletargase en una caja que sobresale de la pared, un muro que de estar sentado el invocante queda a su espalda y de encontrarse ya en pie, frente a su cara. Solo hay que presionar.
Si tras hacerlo no se escucha el bramido el agua, hay que tirar hacia arriba de él. Ha de ser un impulso vertical y suave. Un arrastre delicado. Es esa sacudida la que consigue que un palito de metal no muy grande se trasforme en varita mágica. El diluvio llega. No hay canoa. No hay paloma. No hay laurel. Nada se salva.
La ausencia de caja puede desorientar al oficiante. El extravío dura el caer de una arena. La desnudez del habitáculo únicamente indica un hacer camaleónico más refinado. Una evolución en el diseño.
En este caso, Neptuno espera su reclamo tras el propio muro. La llave es parte del alicatado. Un resalte discreto. El dedo, normalmente el anular, ha de convertirse en flecha, la pieza localizada es la diana. Cuando se unen, el mar vomita su furia. Una furia cristalina y mansa.
Evacuar periódicamente los desechos orgánicos es una necesidad. Nadie lo cuestiona. El cuerpo humano es una nube de longitud y grosor variable, un sueño carnoso y carnal multicromo, una flor única en su aroma. No todo es asimilable. Las sustancias nocivas no deben almacenarse. La corona del veneno es efímera. Su cetro inclemente. La música se pudre. La tierra enloquece. La gangrena se extiende. El aroma se pierde. Es irrefutable.
Hay quien lleva en sus ojos residuos de tristezas carroñeras. Restos de un dolor que se enquistó en sus pupilas y canceró la alegría. Negra es su sangre. Día y noche evocan el muerdo de la serpiente. Noche y día refuerzan los diques con bailes de disfraces. Su calendario es un carnaval de disimulos permanente. Orgullosos, esconden sus miserias. Optan por la contención. Camuflan el apremio y se condenan. La cicuta no conoce el concepto espacio. El fango acumulado trasforma su sueño en pesadilla recurrente. La peste se extiende. Tienen miedo: la vergüenza de reconocer el frio, que solo la mentira les defiende, que son falibles, que son débiles. El escenario les devora. Su sombra huele a muerte.
En este supuesto no hay excusado, ni seda, ni botón, ni mago. El abandono ha de ser consciente. Da igual que sea en un espacio abierto o cerrado. Poco importa que queden huellas de la proeza. Lo fundamental es conjurar el llanto originario. Una vez hecho, el oficiante, puede surcar los cielos en paz, sembrar ilusiones hasta en los infiernos y regalar su perfume sin saber que lo hace. La gloria es ajena a camuflajes.
Ana Isabel Fariña
Sin instrucciones para dejar de sangrar o no sangrar demasiado
Todo a nuestro alrededor es sangre.
Recuerdo el día en que nací. Sí, es cierto que mi memoria alcanza hasta ese extremo. Recuerdo cómo la sangre brotaba desde el interior de mi madre en el momento en que abrí los ojos y vi la habitación azul. Fue entonces, cuando empecé a comprender que la vida es sangre, rojo amanecer e intenso fuego.
Tiendes a mirar en la lejanía y, apenas unas cuántas gotas de lluvia se detienen sobre la mancha que cercó el suelo, evitando así la desaparición inmediata de aquello que ocurrió, en aquel momento. Porque la sangre ha de dejar rastro, si no… ¿dónde hallamos su recuerdo?
Te despiertas de tus cinco minutos de siesta, que ya se han convertido en casi veinticinco, sobresaltada por el sonido que produce la olla a presión. Inútilmente, comprendes cómo se puede echar a perder, en un descuido, aquello en lo que invertiste un espacio de tu tiempo, y lo comparas con la propia vida. El olvido dibuja rostros que sangran, de aquellos que desaparecen tras pronunciar su nombre. Mientras tanto recoges, con manos húmedas y frías, tu pelo suelto e intentas despejarte de tu sobresaltado despertar, con un leve bostezo.
Respiras, acompasando tu lento caminar a tus vagos pensamientos, hacia los que atraes esos nombres propios que conoces y desconoces, que sangran por cada poro de su piel, producido por la soledad, la tristeza, la pobreza o, la peor herida cuya profunda hendidura les desangra: La mentira. Y no sabes cómo detener ese chorro que desde la yugular emana los efluvios de un cuerpo sin sentimiento, enfermo de risas irónicas que hacen desangrar el alma.
Sabes detener a tiempo la olla a presión, si no lo haces, explota. Mas no encuentras por ninguna parte ese libro de instrucciones de la vida, que llevas buscando tanto tiempo, y te vuelves loca y te quedas sola entre las mentiras de la gente y la tuya propia, mientras la propia vida explota.
Tina Martín Mora
Instrucciones para digerir una noticia
Una vez relajado (condición indispensable) en su aposento, colocado el periódico en su mejor ángulo de visión y junto a él, un vaso de agua, respire profundamente y lea el primer titular. En efecto, un sentimiento, mezcla de perplejidad, ansiedad y enfado, recorrerá su interior. Esfuércese, usted es fuerte, que no le invada. Para ello haz provecho del vaso de agua, pero beba solo un trago, existe riesgo de atragantamiento. Levántese y no lea más si no es masoquista devoto. Una noticia al día, o a la semana, acorde a su grado de sensibilidad, es suficiente. Sustituye el vaso de vino tradicional, aunque la ingesta de dos de estos inmediatamente después de leer la noticia, disminuye las consecuencias nocivas de dicho hecho y, por lo tanto, lo recomiendo en las situaciones más delicadas. Si, aun así, le ha sobrepasado el titular, siga las instrucciones para llorar de Cortázar, e inténtelo de nuevo el mes siguiente.
Arturo Carrasco González
Instrucciones para levantarse de la cama
Suena el despertador, lo sé, no es de su agrado. Su primer pensamiento es el de posponer el inicio de su día, cuestionando su fidelidad a los planes de los que estaba convencido la noche anterior. Pero como usted es fiel a sí mismo, estire su brazo y busque con las yemas de los dedos el interruptor de la luz y púlselo. Esta le ciega, se dará la vuelta instintivamente impidiendo que lo haga por completo a la vez que emite una especie indistinguible de gemido que indica que se está más cerca del objetivo. Aún no ha vencido, la duda continua, incluso se hace más fuerte. Para vencerla tire su almohada al suelo. No es una medida aparentemente convencional, pero funciona pues su comodidad disminuye notoriamente. Por último, tírese usted también, es infalible.
Otro método más rápido, pero no recomendable es despertarse con las noticias de la radio siguiendo las instrucciones anteriores, pero no dispone de un vaso de agua y menos de vino, por lo que no conseguirá digerir la información y tendrá que llorar.
Arturo Carrasco González
Instrucciones para coser un botón
Lo primero de todo para enfrentarse a la ardua tarea de coser un botón es tener ganas.
¡Sí! Como suena, se necesitan muchas, muchas, ganas; te libra el hecho de saber que solo es uno, porque si te tienes que enfrentar a una larga hilera de botones, desistes seguro en el empeño.
Hechas las ganas ,la decisión de si coserlo de pie o sentado puede llevarte un rato, lo mejor es hacer la prueba y decidirás sin lugar a dudas , que es más cómodo hacerlo sentado . Una vez hecho esto y con la prenda en la mano a la que le tengas que coser dicho botón, tienes que tener el material necesario para llevarlo a cabo, en ese mismo momento te percatas de que te falta todo lo demás, a saber: aguja e hilo y por supuesto un dedal, porque de todos es sabido que costurera sin dedal cose poco y cose mal. Asegurarse aquellos que necesiten gafas que las llevan puestas y ¡manos a la obra!
Lourdes Hernández
Instrucciones para fregar un suelo:
En primer lugar, decida que habitación o que estancia de su hogar quiere fregar. Presupongamos que desee fregar la cocina:
Empiece por coger un palo cilíndrico en cuyo extremo inferior hay un trapo dispuesto y recortado en tiras alargadas. A este palo se le conoce habitualmente como fregona. Coja luego un cubo de plástico que generalmente se vende de manera conjunta a la fregona y rellene con agua limpia un tercio o la mitad de su capacidad. Compruebe que el cubo tenga un escurridor. En caso contrario, o lo ha perdido o le han timado en la tienda.
Deposite el cubo en el suelo, cerca de donde va a comenzar a fregar e introduzca con cuidado la fregona en el cubo. Mójela y, a continuación, presione la fregona sobre el escurridor moviéndola, según su preferencia, en el sentido de las agujas del reloj o en el sentido inverso. Acto seguido, coloque el trapo situado en el extremo inferior de la fregona sobre el suelo. Agarrando el palo de la fregona con las dos manos realice un movimiento oscilante de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, desplazándose así mismo por la cocina. Comprobará como en poco tiempo el suelo estará mojado y, lo que es más importante, limpio. De vez en cuando remoje el trapo de la fregona en el agua del cubo y escúrrala. Tenga especial cuidado en no encharcar el suelo; en no tirar el cubo y en no quedarse aislado en mitad de la cocina, rodeado por un suelo mojado. Para evitar este problema puede fregar en último lugar la zona cercana a la puerta de la cocina.
Deje la puerta o una ventana abierta para que el suelo se seque más rápido. Y, por supuesto, acuérdese de que la cocina está mojada antes de entrar en ella a por un vaso de agua.
Óscar Fernández
Instrucciones para apagar la televisión
Mientras estoy viendo la televisión , me levanto hasta la mesa en donde esta el manual, cojo el manual para leer las instrucciones de como va el manual, para el funcionamiento de la televisión.
Después de probar con las instrucciones apago la televisión hasta el día siguiente...
David Álvarez
Instrucciones para conseguir acariciar a un gato que venga por sí mismo
Lo primero que debemos tener en cuenta es plantearnos la finalidad: ¿Para qué? Si pretendemos sentirnos superiores y dirigir su voluntad para obtener una falsa sensación de éxito como consecución de una meta o, considerar que alguien nos hace caso tras un día de fracasos, es mejor que directamente desistamos. Empleemos nuestro tiempo en ayudar a los demás, ir a una ONG o simplemente ver el rosco de Pasapalabra. No habremos conseguido acariciar un gato, pero nos sentiremos mucho mejor con nosotros mismos y no pondremos en duda aún más a la autoestima.
Un gato no sólo es un ser vivo y perspicaz, no sólo es completamente independiente. Tiene además de voluntad propia a cada momento, un amplio concepto del libre albedrio de manera genética. Y es listo, muy listo pero también veleidoso, imaginativo, suspicaz y curiosón. Por aquí conseguiremos nuestro objetivo ya que es incapaz de negarse jugando, a inspeccionar qué fenómeno consigue obtener la atracción de todos, incluso más atención de la que él mismo consigue.
Ya sabemos un poco más, cómo piensa un gato. ¿Pero cómo pensamos nosotros? Estamos acostumbrados a ser caprichosos, muy caprichosos. A conseguir lo que queremos sin apenas esfuerzo. A ordenar y acto seguido, que se nos obedezca. Nada más lejos de la realidad de un félido. Por eso si le llamamos por su nombre podrá parcialmente darse por aludido, pero salvo que otro instinto aún mayor le venza no conseguiremos que se acerque (nada de darle latitas de comida, buscamos ofrecerle cariño no provocarle desórdenes alimenticios).
Para acariciar a un gato que venga por sí mismo al entrar en una estancia, lo más rápido es salir de la habitación y volver a entrar como si él no estuviera. Acercarse a la estantería más cercana, extraer un libro y sentarse a leer sin mirarle siquiera. Si nos dirigimos a la más lejana quizá nos entre hambre, vayamos a la cocina; o quizá nos llame alguien por teléfono y nos olvidemos completamente de qué estábamos pergeñando.
El contenido del libro es lo de menos, salvo que analicemos de nuevo el primer punto y lo que realmente deseábamos era leer un libro. Repito, el truco reside en cogerlo con soltura de la estantería, ignorando completamente al felino en cuestión. Los gestos de concentración en la lectura, ayudarán a crear el condicionamiento propicio para que nuestro amigo se acerque sin posibilidad de evitarlo. Su curiosidad va a ser superior al miedo a que su interlocutor vea que el propio félido va detrás de alguien, y no al revés. Cuando se acerque, en un leve y aparentemente descuidado movimiento debemos dejar caer un brazo y cerrar el puño. Conviene no hacerlo al revés, puesto que si se cierra el puño y se suelta el brazo podemos conseguir golpear al gato y, aparte de arañarnos en defensa propia, permanecerá a la defensiva por un largo espacio de tiempo (y ya ni con latitas…).
Debemos aguardar a que nos olfatee el puño, a que nos mire con esa intensidad desbordante en sus iris, incluso a que emita un ligero maullido para captar nuestra atención. Es el momento más delicado, no debemos flaquear aún (ser fuertes no vale decir que no podéis evitarlo). Acto seguido el gato se subirá violentamente en nuestro regazo y tratará incluso de desplazar físicamente al libro, para ponerse en su lugar y que lo acariciéis por un breve espacio de tiempo. Se recomienda escoger un libro de tapa dura por si el félido la emprende con él y consigue su objetivo. Acariciarlo no durará mucho pero será intenso y merecerá la pena.
Chema García
Preámbulo a las instrucciones para nadar al estilo braza
¿Ya está lista para un buen chapuzón matinal? ¿Tiene todo preparado: bañador, gorro, gafas, zapatillas, toalla? Si es así, encamínese hacia la ducha. Se desaconseja distraerse por el camino con los masculinos cuerpos atléticos y musculosos que se encuentran a su alrededor. Piense que observar con detenimiento estas figuras puede llegar a desmotivarla ya que nunca alcanzará una mirada o sonrisa de parte de ellas. Se trata de figuras a las que nunca podrá aspirar. Créame, no sueñe con ellas. Si le sirve de consuelo, debe saber que los dueños de la piscina coloca estos cuerpos “Danone” dentro del recinto para impulsar a los incautos a alcanzar y luchar por una figura similar. Pero no se engañe: no son reales, apenas salen a la calle y sus cerebros no son proporcionales al tamaño de sus bíceps, pectorales, glúteos, aductores, abdominales o cualquier músculo que se le ocurra.
Una vez avisada de ello, acérquese a la ducha, gire el grifo situado a la altura de su pecho hacia el lado derecho y deje caer el agua caliente mientras nota cómo ésta golpea intensamente su cuerpo.
Instrucciones para tirar de la cadena
Evacuar periódicamente los desechos orgánicos es una necesidad. Nadie lo cuestiona. El cuerpo es una nube de longitud y grosor variable, un sueño carnoso y carnal multicromo, una flor única en su aroma. Que surque el cielo en paz, siembre ilusiones hasta en los infiernos y regale su perfume sin saber que lo hace, demanda la ingesta de una cantidad de alimentos, nutrientes de calidad variable, que un sofisticado engranaje procesa y discrimina con mimo. No todo es asimilable. Las sustancias nocivas no deben almacenarse. De hacerlo, el veneno se hace dueño, rey de un reino sin futuro, monarca de corona efímera y cetro inclemente. Evitarlo supone permitir que los depósitos específicamente diseñados para su acogida y expulsión, funcionen de forma natural. Es irrefutable.
Optar por la contención es un error. Disimular el apremio y posponer su eliminación un dislate. Los residuos no conocen el término ocupado. La carencia de espacio no evita su llegada continua. Donde eran cien serán millares.
Manejarse en esa variable es una condena. Ante su invasión, los diques de contención ceden y con su desmoronamiento, el fango exporta su gangrena. La tierra enloquece. La música escarlata que la sostiene se pudre. La nube se desvanece. Las quimeras vomitan una pesadilla recurrente. La flor se marchita: su aroma se pierde. Es el preludio del fin, el remate luctuoso de una comedia donde el escenario devora a sus personajes. La sala entera huele a muerte.
Eludir este desenlace supone aceptar con humildad que el proceso de defecación, aunque apeste, es inevitable. Ningún héroe es ajeno a sus miserias. Sólo proclaman su valentía los cobardes. La gloria es ajena a proclamas y camuflajes.
En un mundo de escasos titanes, se diseñan trajes para vestir este trance. Eufemismos que visten el grito animal con galas de seda razonable. Tules con los que se confecciona un espacio, un ambiente exclusivo, un universo de dimensiones variables donde el actor -ante el menor indicio de tirantez abdominal, estén o no estén sus depósitos repletos- acude. Allí, en el excusado -tal es el nombre con el que se designa al lugar indicado-, en la más absoluta intimidad, abandona esa carga potencialmente letal.
No es exagerado afirmar que la mayor parte de las veces, el abandono se realiza sin percatarse del valor que el hecho posee. Solo en situaciones límite, el hacedor omite el espejismo de pureza artificial que le cobija y es consciente de su hazaña.
Sea como sea, una vez libre de cargas, comienza su carga: borrar huellas.
Conseguirlo supone conjurar a la cascada, el salto de agua que vive oculto. No siempre es fácil. Acertar demanda reconocer el terreno.
No hay dos estancias idénticas. Su variedad abarca cuestiones de forma infinitas, y lo que es más importante, diversos rituales. Lograr lo que se pretende supone acertar con la invocación adecuada. Obstáculo para muchos insalvable. Es por ello, que cada vez son más los excusados que entre sus rasos ocultan un mago. Un hechicero invisible que ante el simple alzamiento de nalgas provoca el aullido acuoso de la catarata a la par que entona melodías primaverales y despeja el aire con su aliento de rosas, jazmines, lavandas y falsedades.
Si tras el alzamiento todo es silencio, el nigromante no está.
Ha de ser el propio autor del abandono quien suplique al trueno que rasgue los cielos.
Lo más importante es mantener la calma haya lo que haya alrededor y no salir corriendo.
Cualquier conjuro que se realice en este tema puede comenzar con dos simples palabras: cordel o botón. Hay que encontrarlas. Existe la posibilidad de utilizar el término cadena, pero su evocación es equívoca.
De movernos en el primer supuesto, un cabo más o menos roñoso, colgará de un techo más o menos frágil.
Verlo es sencillo. Le gusta columpiarse cerca del ángulo que dibujan las paredes. Asirlo es algo más complicado. Puede ocurrir que tenga el nido muy alto o la piel escurridiza. No pasa nada. Si el invocante posee una decisión clara y un ánimo férreo, puede proseguir. Los recursos para ello siempre están a su alcance. Un ligero tirón y el manantial queda libre.
De no hallarlo, hay que concluir que no hay madriguera ni larva colgante. Estamos en un escenario distinto, y de ser así, el sortilegio ha de comenzar de forma diferente.
Un botón metálico es la llave. Su ubicación es variable.
En los espacios menos trabajados, suele aletargase en una caja que sobresale de la pared, un muro que de estar sentado el invocante queda a su espalda y de encontrarse ya en pie, frente a su cara. Solo hay que presionar.
Si tras hacerlo no se escucha el bramido el agua, hay que tirar hacia arriba de él. Ha de ser un impulso vertical y suave. Un arrastre delicado. Es esa sacudida la que consigue que un palito de metal no muy grande se trasforme en varita mágica. El diluvio llega. No hay canoa. No hay paloma. No hay laurel. Nada se salva.
La ausencia de caja puede desorientar al oficiante. El extravío dura el caer de una arena. La desnudez del habitáculo únicamente indica un hacer camaleónico más refinado. Una evolución en el diseño.
En este caso, Neptuno espera su reclamo tras el propio muro. La llave es parte del alicatado. Un resalte discreto. El dedo, normalmente el anular, ha de convertirse en flecha, la pieza localizada es la diana. Cuando se unen, el mar vomita su furia. Una furia cristalina y mansa.
Evacuar periódicamente los desechos orgánicos es una necesidad. Nadie lo cuestiona. El cuerpo humano es una nube de longitud y grosor variable, un sueño carnoso y carnal multicromo, una flor única en su aroma. No todo es asimilable. Las sustancias nocivas no deben almacenarse. La corona del veneno es efímera. Su cetro inclemente. La música se pudre. La tierra enloquece. La gangrena se extiende. El aroma se pierde. Es irrefutable.
Hay quien lleva en sus ojos residuos de tristezas carroñeras. Restos de un dolor que se enquistó en sus pupilas y canceró la alegría. Negra es su sangre. Día y noche evocan el muerdo de la serpiente. Noche y día refuerzan los diques con bailes de disfraces. Su calendario es un carnaval de disimulos permanente. Orgullosos, esconden sus miserias. Optan por la contención. Camuflan el apremio y se condenan. La cicuta no conoce el concepto espacio. El fango acumulado trasforma su sueño en pesadilla recurrente. La peste se extiende. Tienen miedo: la vergüenza de reconocer el frio, que solo la mentira les defiende, que son falibles, que son débiles. El escenario les devora. Su sombra huele a muerte.
En este supuesto no hay excusado, ni seda, ni botón, ni mago. El abandono ha de ser consciente. Da igual que sea en un espacio abierto o cerrado. Poco importa que queden huellas de la proeza. Lo fundamental es conjurar el llanto originario. Una vez hecho, el oficiante, puede surcar los cielos en paz, sembrar ilusiones hasta en los infiernos y regalar su perfume sin saber que lo hace. La gloria es ajena a camuflajes.
Ana Isabel Fariña
Sin instrucciones para dejar de sangrar o no sangrar demasiado
Todo a nuestro alrededor es sangre.
Recuerdo el día en que nací. Sí, es cierto que mi memoria alcanza hasta ese extremo. Recuerdo cómo la sangre brotaba desde el interior de mi madre en el momento en que abrí los ojos y vi la habitación azul. Fue entonces, cuando empecé a comprender que la vida es sangre, rojo amanecer e intenso fuego.
Tiendes a mirar en la lejanía y, apenas unas cuántas gotas de lluvia se detienen sobre la mancha que cercó el suelo, evitando así la desaparición inmediata de aquello que ocurrió, en aquel momento. Porque la sangre ha de dejar rastro, si no… ¿dónde hallamos su recuerdo?
Te despiertas de tus cinco minutos de siesta, que ya se han convertido en casi veinticinco, sobresaltada por el sonido que produce la olla a presión. Inútilmente, comprendes cómo se puede echar a perder, en un descuido, aquello en lo que invertiste un espacio de tu tiempo, y lo comparas con la propia vida. El olvido dibuja rostros que sangran, de aquellos que desaparecen tras pronunciar su nombre. Mientras tanto recoges, con manos húmedas y frías, tu pelo suelto e intentas despejarte de tu sobresaltado despertar, con un leve bostezo.
Respiras, acompasando tu lento caminar a tus vagos pensamientos, hacia los que atraes esos nombres propios que conoces y desconoces, que sangran por cada poro de su piel, producido por la soledad, la tristeza, la pobreza o, la peor herida cuya profunda hendidura les desangra: La mentira. Y no sabes cómo detener ese chorro que desde la yugular emana los efluvios de un cuerpo sin sentimiento, enfermo de risas irónicas que hacen desangrar el alma.
Sabes detener a tiempo la olla a presión, si no lo haces, explota. Mas no encuentras por ninguna parte ese libro de instrucciones de la vida, que llevas buscando tanto tiempo, y te vuelves loca y te quedas sola entre las mentiras de la gente y la tuya propia, mientras la propia vida explota.
Tina Martín Mora
Instrucciones para digerir una noticia
Una vez relajado (condición indispensable) en su aposento, colocado el periódico en su mejor ángulo de visión y junto a él, un vaso de agua, respire profundamente y lea el primer titular. En efecto, un sentimiento, mezcla de perplejidad, ansiedad y enfado, recorrerá su interior. Esfuércese, usted es fuerte, que no le invada. Para ello haz provecho del vaso de agua, pero beba solo un trago, existe riesgo de atragantamiento. Levántese y no lea más si no es masoquista devoto. Una noticia al día, o a la semana, acorde a su grado de sensibilidad, es suficiente. Sustituye el vaso de vino tradicional, aunque la ingesta de dos de estos inmediatamente después de leer la noticia, disminuye las consecuencias nocivas de dicho hecho y, por lo tanto, lo recomiendo en las situaciones más delicadas. Si, aun así, le ha sobrepasado el titular, siga las instrucciones para llorar de Cortázar, e inténtelo de nuevo el mes siguiente.
Arturo Carrasco González
Instrucciones para levantarse de la cama
Suena el despertador, lo sé, no es de su agrado. Su primer pensamiento es el de posponer el inicio de su día, cuestionando su fidelidad a los planes de los que estaba convencido la noche anterior. Pero como usted es fiel a sí mismo, estire su brazo y busque con las yemas de los dedos el interruptor de la luz y púlselo. Esta le ciega, se dará la vuelta instintivamente impidiendo que lo haga por completo a la vez que emite una especie indistinguible de gemido que indica que se está más cerca del objetivo. Aún no ha vencido, la duda continua, incluso se hace más fuerte. Para vencerla tire su almohada al suelo. No es una medida aparentemente convencional, pero funciona pues su comodidad disminuye notoriamente. Por último, tírese usted también, es infalible.
Otro método más rápido, pero no recomendable es despertarse con las noticias de la radio siguiendo las instrucciones anteriores, pero no dispone de un vaso de agua y menos de vino, por lo que no conseguirá digerir la información y tendrá que llorar.
Arturo Carrasco González
Instrucciones para coser un botón
Lo primero de todo para enfrentarse a la ardua tarea de coser un botón es tener ganas.
¡Sí! Como suena, se necesitan muchas, muchas, ganas; te libra el hecho de saber que solo es uno, porque si te tienes que enfrentar a una larga hilera de botones, desistes seguro en el empeño.
Hechas las ganas ,la decisión de si coserlo de pie o sentado puede llevarte un rato, lo mejor es hacer la prueba y decidirás sin lugar a dudas , que es más cómodo hacerlo sentado . Una vez hecho esto y con la prenda en la mano a la que le tengas que coser dicho botón, tienes que tener el material necesario para llevarlo a cabo, en ese mismo momento te percatas de que te falta todo lo demás, a saber: aguja e hilo y por supuesto un dedal, porque de todos es sabido que costurera sin dedal cose poco y cose mal. Asegurarse aquellos que necesiten gafas que las llevan puestas y ¡manos a la obra!
Lourdes Hernández
Instrucciones para fregar un suelo:
En primer lugar, decida que habitación o que estancia de su hogar quiere fregar. Presupongamos que desee fregar la cocina:
Empiece por coger un palo cilíndrico en cuyo extremo inferior hay un trapo dispuesto y recortado en tiras alargadas. A este palo se le conoce habitualmente como fregona. Coja luego un cubo de plástico que generalmente se vende de manera conjunta a la fregona y rellene con agua limpia un tercio o la mitad de su capacidad. Compruebe que el cubo tenga un escurridor. En caso contrario, o lo ha perdido o le han timado en la tienda.
Deposite el cubo en el suelo, cerca de donde va a comenzar a fregar e introduzca con cuidado la fregona en el cubo. Mójela y, a continuación, presione la fregona sobre el escurridor moviéndola, según su preferencia, en el sentido de las agujas del reloj o en el sentido inverso. Acto seguido, coloque el trapo situado en el extremo inferior de la fregona sobre el suelo. Agarrando el palo de la fregona con las dos manos realice un movimiento oscilante de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, desplazándose así mismo por la cocina. Comprobará como en poco tiempo el suelo estará mojado y, lo que es más importante, limpio. De vez en cuando remoje el trapo de la fregona en el agua del cubo y escúrrala. Tenga especial cuidado en no encharcar el suelo; en no tirar el cubo y en no quedarse aislado en mitad de la cocina, rodeado por un suelo mojado. Para evitar este problema puede fregar en último lugar la zona cercana a la puerta de la cocina.
Deje la puerta o una ventana abierta para que el suelo se seque más rápido. Y, por supuesto, acuérdese de que la cocina está mojada antes de entrar en ella a por un vaso de agua.
Óscar Fernández
Instrucciones para apagar la televisión
Mientras estoy viendo la televisión , me levanto hasta la mesa en donde esta el manual, cojo el manual para leer las instrucciones de como va el manual, para el funcionamiento de la televisión.
Después de probar con las instrucciones apago la televisión hasta el día siguiente...
David Álvarez
Instrucciones para conseguir acariciar a un gato que venga por sí mismo
Lo primero que debemos tener en cuenta es plantearnos la finalidad: ¿Para qué? Si pretendemos sentirnos superiores y dirigir su voluntad para obtener una falsa sensación de éxito como consecución de una meta o, considerar que alguien nos hace caso tras un día de fracasos, es mejor que directamente desistamos. Empleemos nuestro tiempo en ayudar a los demás, ir a una ONG o simplemente ver el rosco de Pasapalabra. No habremos conseguido acariciar un gato, pero nos sentiremos mucho mejor con nosotros mismos y no pondremos en duda aún más a la autoestima.
Un gato no sólo es un ser vivo y perspicaz, no sólo es completamente independiente. Tiene además de voluntad propia a cada momento, un amplio concepto del libre albedrio de manera genética. Y es listo, muy listo pero también veleidoso, imaginativo, suspicaz y curiosón. Por aquí conseguiremos nuestro objetivo ya que es incapaz de negarse jugando, a inspeccionar qué fenómeno consigue obtener la atracción de todos, incluso más atención de la que él mismo consigue.
Ya sabemos un poco más, cómo piensa un gato. ¿Pero cómo pensamos nosotros? Estamos acostumbrados a ser caprichosos, muy caprichosos. A conseguir lo que queremos sin apenas esfuerzo. A ordenar y acto seguido, que se nos obedezca. Nada más lejos de la realidad de un félido. Por eso si le llamamos por su nombre podrá parcialmente darse por aludido, pero salvo que otro instinto aún mayor le venza no conseguiremos que se acerque (nada de darle latitas de comida, buscamos ofrecerle cariño no provocarle desórdenes alimenticios).
Para acariciar a un gato que venga por sí mismo al entrar en una estancia, lo más rápido es salir de la habitación y volver a entrar como si él no estuviera. Acercarse a la estantería más cercana, extraer un libro y sentarse a leer sin mirarle siquiera. Si nos dirigimos a la más lejana quizá nos entre hambre, vayamos a la cocina; o quizá nos llame alguien por teléfono y nos olvidemos completamente de qué estábamos pergeñando.
El contenido del libro es lo de menos, salvo que analicemos de nuevo el primer punto y lo que realmente deseábamos era leer un libro. Repito, el truco reside en cogerlo con soltura de la estantería, ignorando completamente al felino en cuestión. Los gestos de concentración en la lectura, ayudarán a crear el condicionamiento propicio para que nuestro amigo se acerque sin posibilidad de evitarlo. Su curiosidad va a ser superior al miedo a que su interlocutor vea que el propio félido va detrás de alguien, y no al revés. Cuando se acerque, en un leve y aparentemente descuidado movimiento debemos dejar caer un brazo y cerrar el puño. Conviene no hacerlo al revés, puesto que si se cierra el puño y se suelta el brazo podemos conseguir golpear al gato y, aparte de arañarnos en defensa propia, permanecerá a la defensiva por un largo espacio de tiempo (y ya ni con latitas…).
Debemos aguardar a que nos olfatee el puño, a que nos mire con esa intensidad desbordante en sus iris, incluso a que emita un ligero maullido para captar nuestra atención. Es el momento más delicado, no debemos flaquear aún (ser fuertes no vale decir que no podéis evitarlo). Acto seguido el gato se subirá violentamente en nuestro regazo y tratará incluso de desplazar físicamente al libro, para ponerse en su lugar y que lo acariciéis por un breve espacio de tiempo. Se recomienda escoger un libro de tapa dura por si el félido la emprende con él y consigue su objetivo. Acariciarlo no durará mucho pero será intenso y merecerá la pena.
Chema García
Preámbulo a las instrucciones para nadar al estilo braza
¿Ya está lista para un buen chapuzón matinal? ¿Tiene todo preparado: bañador, gorro, gafas, zapatillas, toalla? Si es así, encamínese hacia la ducha. Se desaconseja distraerse por el camino con los masculinos cuerpos atléticos y musculosos que se encuentran a su alrededor. Piense que observar con detenimiento estas figuras puede llegar a desmotivarla ya que nunca alcanzará una mirada o sonrisa de parte de ellas. Se trata de figuras a las que nunca podrá aspirar. Créame, no sueñe con ellas. Si le sirve de consuelo, debe saber que los dueños de la piscina coloca estos cuerpos “Danone” dentro del recinto para impulsar a los incautos a alcanzar y luchar por una figura similar. Pero no se engañe: no son reales, apenas salen a la calle y sus cerebros no son proporcionales al tamaño de sus bíceps, pectorales, glúteos, aductores, abdominales o cualquier músculo que se le ocurra.
Una vez avisada de ello, acérquese a la ducha, gire el grifo situado a la altura de su pecho hacia el lado derecho y deje caer el agua caliente mientras nota cómo ésta golpea intensamente su cuerpo.
Una vez familiarizada con el líquido elemento, diríjase al hueco comúnmente conocido como piscina. Introduzca levemente la parte inferior de su pie derecho para controlar la temperatura, que nunca será la misma que encontrará en la ducha, no se haga ilusiones. Baje las escaleras preparadas para este menester e introduzca su cuerpo hasta que sus pies se asienten en el suelo. Si siente la necesidad de resoplar al estilo de un equino y piensa “¡Quién me mandaría a mí, con lo agustito que estaba yo en la cama!”, hágalo. Sólo en caso necesario, recurra a la imagen musculosa previamente desaconsejada. De esta manera se motivará a continuar sin arrepentirse de haber abandonado su lecho. A continuación siga las siguientes instrucciones que le permitirán entrar en calor.
Instrucciones para nadar al estilo braza, rana o pecho
1º - Inspire profundamente como si le fueran a robar todo el aire contenido en el recinto.
2º - Sitúe todo su cuerpo de forma horizontal, brazos y piernas extendidos de forma paralela.
3º - Introduzca la cabeza debajo del agua y comience a expulsar, por la nariz y la boca, el aire que previamente ha recogido del exterior. Ese aire se transformará en burbujas que acariciarán suavemente su cara en su subida hacia la superficie.
4º - Al mismo tiempo que esto ocurre, separe las palmas de su mano y gírelas hacia fuera empujando el agua hacia los lados como si quisiera apartarla de su camino y abrirse paso al estilo “Moisés”.
5º - Siga el movimiento de los brazos y trace un círculo hasta que pueda recogerlos a la altura del pecho como si quisiera dejarlos descansar.
6º - Mientras éstos se van recogiendo, saque la cabeza levemente del agua como una tímida rana. Inspire de nuevo llenando sus pulmones de aire.
7º - Encoja sus rodillas, lleve los pies hacia las nalgas. Inmediatamente estire las piernas e intente dar una patada al agua como si quisiera escapar de alguien que fuertemente le está sujetando. Esta patada le servirá para impulsarse y deslizarse por el agua como si de un pez se tratara.
8º - Repita este proceso una y otra vez. Vaya hacia delante y hacia atrás por la calle ocupada por usted hasta toparse con el muro perpendicular que indica su final. En ese momento, dé la vuelta y repita la operación tantas veces como crea oportunas para expulsar de su cuerpo el estrés acumulado durante la semana.
La coordinación, en un principio, parece complicada. Sin embargo, una vez adquirida la técnica, la simplicidad del estilo le permitirá evadirse y centrar su pensamiento en las tareas pendientes, soñar con su media naranja, siempre que exista, o incluso con el monitor musculoso que le está enseñando las instrucciones del nado.
Una vez acabado el tiempo, o las ganas, según el caso, salga de la piscina por la escalera antes mencionada. Agárrese fuerte a ella pues el exceso de ejercicio, sobre todo si no está acostumbrada, le causará tal flaqueza, que sus piernas se habrán convertido por breves instantes en extremidades de goma. Sentirá flojear su cuerpo, sentirá que no es suyo, pero no se confunda, es su cuerpo levitando por el recinto hasta volver a la realidad. Si por realidad se entiende toparse con esos cuerpos impresionantes que no se encuentran en casa.
Toñi Martín del Rey
Manual de instrucciones para apagar la televisión
Para apagar la televisión es necesario lo siguiente:
Primero.- Tener una televisión que esté encendida. No importa si es ud. propietario o propietaria de la misma, poseedor o simplemente usuario ocasional, lo que es imprescindible es que la televisión esté encendida en el momento exacto que ud. quiera apagarla.
Segundo.- Aunque no es necesario, resulta muy cómodo tener cerca una mando a distancia. No sirve cualquier mando a distancia, debe ser el mando a distancia de la televisión encendida que ud quiere apagar. Para evitar retrasos y dilaciones, este mando deberá estar claramente identificado y separado, a ser posible, del resto de mandos a distancia que ud. tenga.
a) Si se pregunta ¿ Qué es una televisión? ¿ y para qué sirve? Es probable que tenga ud. menos de 34 años, y considere la televisión un trasto muy antiguo.
b) Si no tiene ninguna televisión-ni encendida ni apagada – es posible que considere la televisión un trasto inútil, que desinforma y atontona la mente.
En cualquiera de estos casos, se aconseja no seguir leyendo estas instrucciones ya que, al final, le resultaran completamente innecesarias. En caso contrario, deberá seguir los siguientes pasos:
Primer paso.- Visualice el botón de apagar la televisión. Dependiendo de cada modelo, el botón puede estar ubicado en cualquier sitio. No obstante, por regla general, el botón de apagar es el mismo botón de encender, y está colocado bajo la pantalla del televisor o en la parte superior del mando a distancia, bien a la derecha o bien a la izquierda.
Segundo paso.- Presione el botón de apagar la televisión. La combinación sofá o sillón más televisión encendida puede crear adicción, y en muchos casos resulta imposible dar al botón de apagar, incluso si el programa que está viendo es insoportable. Por tanto, si ud se encuentra a las 2 de la madrugada con la televisión encendida, muerto o muerta de sueño, y se pregunta ¿ Qué hago yo a estas horas viendo estas payasadas? Respire hondo. Abra los dos ojos adormilados todo lo que pueda, y visualice el botón de apagar el televisor. En el dedo índice de cualquiera de las dos manos, concentre todo el valor y la fuerza de voluntad de que sea capaz, y presione con determinación el botón de apagar. Verá que enseguida la pantalla queda oscura, podrá levantarse del sillón o sofá sin ningún problema, y marcharse a la cama, tranquilamente.
Inmaculada Román Allende
Instrucciones para cortar el pelo a un mozo noble
1. Comience buscando un buen ejemplar de mozo rubio de pelo crespo, al estilo de noble de alta cuna.
2. Espolear el pelo con las manos hasta que quede como si viniese de un acantilado de Zumaia, agitar cual ruleta hasta visualizar el corte idóneo.
3. Fragmentar el corte estilo rotura de cáscara de pistacho, a lo moderno, con ternura, sin calvas por las chuflas.
4. Acuclillarse a unos metros y observar con los ojos entornados de artista desde la puerta, procurar no asemeje cabeza de ánade, ni forma de lima.
Aronbanda
Instrucciones para lavarse los dientes.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta si la dentadura es propia o postiza parcial, puente, o total, castañuelas.
En el caso de dientes naturales prepare un cepillo ad hoc y pasta dentífrica. Con los postizos totales, es preferible un cepillo de uñas fuerte y jabón LagartoR o Escamas SaquitoR; la lejía puede ser excesiva, y se aconseja realizar la operación fuera de la boca.
El acto se inicia con la extensión de la pasta sobre el cepillo, la introducción de éste en la boca y la realización de un movimiento mixto, semirrotatorio y vertical, con suavidad pero con determinación. No es necesario dejar el hueso al aire.
Dado el tempo de acumulación de partículas, el lavado de dientes se considera apropiado llevarlo a cabo después de las comidas; una, dos tres, cuatro, n veces al día. O ninguna, como acontece en un importante segmento de la humanidad, ya sea por falta de comida, de agua, de cepillo, de pasta o de dientes.
Por eso, la higiene dental considerada en el amplio marco de un mundo globalizado, es, sin duda, un problema político.
Dionisio Alonso
Instrucciones verbales para poner la montura a un caballo
-¡Samuel! ¡Levántate! Tienes que aprender a poner la montura al caballo… ¡De hoy no pasa! En lo que desayunas y coges fuerzas, que las vas a necesitar, yo le voy sacando de la cuadra.
¡Bien Samuel! Primero lo hago yo y al mismo tiempo te daré las instrucciones básicas y a grandes rasgos de cómo se hace…Tienes que mirar de que el lomo está limpio y seco... ¡No me mires así! Hay que madrugar para limpiar al caballo. Primero le pones el cabezal. Asegúrate de que el bocado… ni le baila entre los dientes, ni le hace daño en la boca. ¡Ten cuidado a ver si te muerde! Aunque… no te vendría mal un pequeño mordisco, a ver si despiertas. A continuación le pones la montura o silla, como quieras llamarla. El Pecho Petrales, no hará falta que le pongas, ya que he sacado el caballo más dócil de la cuadra. Cundo pongas la baticola, no te demores, corres el riesgo de que el animal te cague los pies o te de un repentino golpe en la cara con el rabo. Pasa la cincha por la barriga, asegura las albillas hasta formar media circunferencia perfecta… ¡ves!...así, de lo contrario, cuando estés arriba puedes volcar. En cuanto a los estribos, los tienes que regular a tu medida, no dejes uno más largo que el otro, si no lo haces como te digo, parecerás cojo…y… ¡tú no estás cojo! ¿Verdad?...
¡Esto ya esta! ¡Fin de mis instrucciones! Se lo quito todo al caballo y ahora tú…
¡Bueno! Si crees que ya está listo… ¡Sube!
¡Cuidado que te vuelcas! ¡Cuidado! ¡Cuidado!..¡Ya te volcaste! ¿Te has hecho daño? Pero vamos a ver Samuel… ¿Me quieres decir que parte de las instrucciones no has entendido?
Nicolás Hernández López
Instrucciones para reír
Siéntate, respira hondo, toma aire.
Lleva la respiración tranquila y lo más ajena posible al ruido de la calle.
Cierra los ojos, no los abras, déjate llevar.
Estira todos los músculos de la cara.
Y haz una mueca.
Sonríe.
Iria Costa
Instrucciones para elegir una manzana del frutero
Se debe elegir una manzana que no esté ni muy dura ni muy blanda pero, en lugar del manoseo alterno de la fruta, es aconsejable adivinar su estado por el color de madurez. De entrada se rechazarán las verdes y, si se preseleccionaran dos, se optaría por la que más apeteciera.
Si alguna de las manzanas tuviera ojos, zonas reblandecidas o semiputrefactas, si no son muy extensos, la manzana es válida pero si ocuparan aproximadamente el cincuenta por ciento de la superficie total, posicionar el pie derecho en el pedal de apertura del cubo de basura y realizar una pisada a fondo para dejarla caer junto con los demás desperdicios cuando se levante la tapa.
En el caso extremo de que fuera necesario realizar una labor de limpieza de las piezas del frutero por que por inapetencia habitual, la fruta estuviera medio podrida, cabría la opción de comer varios restos de manzana saneados. Este hecho es especialmente frecuente en el caso particular de las personas golosas que de diez veces nueve, van a preferir chocolate o “algo dulce” en lugar de una manzana, por perfecta que sea.
Antonia Oliva
Instrucciones para olvidar
Lo primero es recordar. Recordarlo todo, hasta que la memoria desborde como un pantano muy lleno. Entonces, se abren las compuertas y se deja que el agua lo arrastre todo al exterior.
Si cuando terminamos aún quedan recuerdos que no se quieren conservar, lo mejor es dar una capa de pintura sobre todo. Iniciar con el negro y, cuando esté bien seca, pintar de blanco. Queda sobre los recuerdos una capa gris, como la niebla cerca del mar, que creará una cierta indiferencia hacia ellos.
Por último, en este lienzo habrá que ir pintando nuevos recuerdos, se recomienda hacerlo con pincel y pinturas a estrenar, para no cometer los mismos errores.
Leticia Vicente
Nota aclaratoria: mis comentarios son eso, comentarios, apreciaciones estrictamente personales… nada de crítica… no soy crítico, ni comentarista, soy ¡aprendiz de poeta!
ResponderEliminarJosé Luis:
Enhorabuena por ser el primero en culminar la primera tarea de este curso.
Realmente real, amigo José Luis… La vida es vida porque existe muerte… si este trayecto es corto, si muerte está ahí… vamos a dejarla y vamos a procurar que la vida la vivamos todos de manera satisfactoria… ¡cuánto energúmeno que se dice persona anda suelto “jodiendo la marrana” a la mayoría…! ¡mecagoensusmuelas! Lo siento José Luis es que me enciendo…
Tu texto impecable y extraordinario. ¡a continuar!
“Pienso en mis hijos y desconecto la televisión”
Elena Vicente:
Enhorabuena por ser la segunda en culminar la tarea de este curso.
“No se olvide nunca. En la vida hay que tirar de la cadena, no poner ambientadores.”
Genial Elena, me encanta tu texto… demasiados “carajos” se nos quedan atragantados en la garganta… ¡Qué carajo, hay que soltar amarras, vaciar…!
Lo dicho, espero seguir disfrutando de tus textos… ¡gracias!
Sofía:
Enhorabuena por ser la tercera en culminar la primera tarea de este curso.
Siempre dejas esos versos tuyos con sabor a nube blanca de otoño…
Fabuloso Sofía.
“Manos en la cuerda,
pies en el suelo
ascienden y descienden
con un ritmo de sonidos
en sintonía con el viento.”
Chus:
Enhorabuena por ser la cuarta en culminar la primera tarea de este curso.
Me encantan tus instrucciones… esta noche fijo que las sigo… correctamente escrito, muy bien y si es tu primera tarea en el taller… prometes, vaya que si prometes… Encantado.
“Seguramente podrá vislumbrar allá en el fondo una zona oscura y sucia, se trataría de los suburbios oníricos a donde usted nunca debería acceder bajo ningún concepto.”
Luis:
Enhorabuena por ser el quinto (no hay quinto malo) en culminar la primera tarea de este curso.
Tú siempre tan práctico Luis. Fantástico. Este es nuestro quinto año de taller… pues eso que no hay quinto malo, a por la matrícula de honor, aunque me da que lo tenemos difícil… je…je.
“5º) Agarrar la plancha con ganas, con firmeza, con la mano derecha (con la izquierda los que sean zurdos o del P.S.O.E), y darle siete pasadas rápidas a lo largo de toda la corbata, y sin apenas descanso, hacer lo mismo por el otro lado.”
M.Venttini
Sexto en culminar tarea…
Agradecería cualquier tipo de comentario… me da lo mismo lo que sea… pero algo… lo decía mi amigo W.Whitman: “no caigas en el peor de los errores, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso, no te resignes, huye…” pues eso.
Ana Rivero.
Enhorabuena por ser la séptima en culminar la primera tarea de este curso.
Otra Ana, ¡qué bien!
Humor e ironía, me gusta, un tema escabroso bien llevado. Creo que este es tu primer trabajo… ¡esto promete! No decaigas, es un buen comienzo. Genial.
“Permítase el hipo y los temblores a él acompasados si es un antiguo amor (verdadero) o un amigo. No llore bajo ningún concepto si es usted el cura.”
De mi tarea:
ResponderEliminarmis disculpas el porqué... es separado... "por qué..."
Lo siento Pilar... je...je, se me pasó.
Corregido, amigo Venttini
ResponderEliminarMuchas gracias Taller de Escritura Creativa "Casa de las Conchas"... ¡usted si que sabe!
EliminarCon estos mimbres y con Raúl al frente, se puede ganar la Copa de Europa. Animo chicos y chicas que sois muy buenos.
ResponderEliminarMuchas gracias "Anónimo"... pero no me gusta mucho tu nombre por qué no lo cambias... que te parece si eliminas "no", quedaría "Ánimo"... más bonito, donde vas a parar... ánimo te animo a modificar tu nombre... además se ve que tienes mucho ánimo porque los das... ja...ja (es una "brometa", cada cual se llama como le da la gana)
Eliminar¡mejor comentar que callar!
Lucía:
ResponderEliminarEnhorabuena por ser la octava en culminar la primera tarea de este curso.
Ideales instrucciones para pegar en los respaldos de las butacas de cines. Muy bien llevado.
“Siente, sólo siente.... Déjate llevar... Sorpréndete...
Disfruta..., y deja disfrutar...”
Miguel Ángel:
Enhorabuena por ser el noveno en culminar la primera tarea de este curso.
“No se preocupe de la aparente complejidad de estas instrucciones; una vez adquirido ritmo, desempeñará estos movimientos de forma armoniosa y natural.”
Qué tal si ponemos ascensor o escaleras mecánicas… je…je
Muy bien Miguel Ángel, nos volvemos a ver en los escritos… y ¿en los comentarios? Lo digo porque me lo paso bien respondiendo tus comentarios… je…je. Este año no habrá confusión, Vicente se ha quedado en Cantalapiedra, allí es feliz… soy Venttini, Marcé Venttini (aprendiz de poeta)… te espero.
Paz:
Enhorabuena por ser la décima en culminar la primera tarea de este curso.
Hola guapa… qué bien verte por el blog.
Me han entrado unas ganas locas de coser un botón, te lo juro… porque ni soy kompounofóbico ni belenofóbico ni aicmofóbico. Genial Paz.
“Por último, abandone los orificios ya sin vida del botón y sitúese por debajo del mismo estrangulando con el hilo su punto de unión con la prenda y dando tantas vueltas al eje como su nivel de ansiedad le dicte (que sepa que con 3 es suficiente)”
Pues salvo que vea más movimiento en los comentarios, algo de espíritu crítico, no creo. Aunque lo leo. Ando siempre mal de tiempo además.
EliminarEs más, ni siquiera tengo clara mi participación en el Taller aún.
Veo que sigues lloriqueando como el "grifo"...
Eliminar¡allá tú y tu espíritu crítico!
Cada cual es como es, y comenté por alusiones.
EliminarEstás en tu derecho, sí señor. Disculpa.
EliminarAna Isabel:
ResponderEliminarMás que un manual de instrucciones es un verdadero tratado escatológico, elaborado con maestría y genialidad que no le falta de nada, cargado de ironía y buen humor, es un trabajo exquisitamente realizado. ¿Qué voy a decir que no haya dicho de tus escritos? Me ratifico una vez más. Gracias, sigue haciéndonos disfrutar.
“El cuerpo es una nube de longitud y grosor variable, un sueño carnoso y carnal multicromo, una flor única en su aroma.”
“No todo es asimilable. Las sustancias nocivas no deben almacenarse. De hacerlo, el veneno se hace dueño, rey de un reino sin futuro, monarca de corona efímera y cetro inclemente.”
“Eludir este desenlace supone aceptar con humildad que el proceso de defecación, aunque apeste, es inevitable.”
“Hay quien lleva en sus ojos residuos de tristezas carroñeras. Restos de un dolor que se enquistó en sus pupilas y canceró la alegría. Negra es su sangre. Día y noche evocan el muerdo de la serpiente. Noche y día refuerzan los diques con bailes de disfraces. Su calendario es un carnaval de disimulos permanente.”
Pues eso magnífica.
Tina:
ResponderEliminarBravo Tina, tu sensibilidad está a flor de piel, muy al ladito de las venas por donde circula la sangre roja e intensa. Un verdadero placer volver a disfrutar de tus escritos y de tu sensibilidad.
Gracias.
“Recuerdo cómo la sangre brotaba desde el interior de mi madre en el momento en que abrí los ojos y vi la habitación azul. Fue entonces, cuando empecé a comprender que la vida es sangre, rojo amanecer e intenso fuego.”
Intensa, viva. Bien.
Arturo:
Muy bien Arturo. No estaría mal añadirle al vaso de agua un poco de bicarbonato, ayuda a digerir. La verdad es que hace falta mucho vino para desayunarse las noticias…
“En efecto, un sentimiento, mezcla de perplejidad, ansiedad y enfado, recorrerá su interior. Esfuércese, usted es fuerte, que no le invada.”
“Para vencerla tire su almohada al suelo. No es una medida aparentemente convencional, pero funciona pues su comodidad disminuye notoriamente. Por último, tírese usted también, es infalible.”
Bienvenido a las tareas, te invito a participar en comentarios…
Lourdes:
ResponderEliminarProfesionalidad, mucha profesionalidad en tus instrucciones…
“Lo primero de todo para enfrentarse a la ardua tarea de coser un botón es tener ganas.”
Estupendo Lourdes, un buen comienzo de taller enviando tu tarea. Hasta la próxima
Oscar:
Instrucciones clarísimas, he tomado nota. Muy bien Oscar.
“Empiece por coger un palo cilíndrico en cuyo extremo inferior hay un trapo dispuesto y recortado en tiras alargadas.”
David:
Me ha quedado muy claro. Contundente. No hay lugar a errores.
“Después de probar con las instrucciones apago la televisión hasta el día siguiente...”
Muy bien, David.
Chema:
Muy original tus instrucciones. Hay que ver, tiene que haber instrucciones para todo. Bien escrito Chema. Nos veremos.
“Si pretendemos sentirnos superiores y dirigir su voluntad para obtener una falsa sensación de éxito como consecución de una meta o, considerar que alguien nos hace caso tras un día de fracasos, es mejor que directamente desistamos. Empleemos nuestro tiempo en ayudar a los demás, ir a una ONG o simplemente ver el rosco de Pasapalabra.”
Toñi:
ResponderEliminarMuy bien Toñi, instrucciones precisas para nadar y no perderse en la piscina. Perfectamente llevado y escrito. Volvemos a disfrutar de tus textos, gracias.
“La coordinación, en un principio, parece complicada. Sin embargo, una vez adquirida la técnica, la simplicidad del estilo le permitirá evadirse y centrar su pensamiento en las tareas pendientes, soñar con su media naranja, siempre que exista, o incluso con el monitor musculoso que le está enseñando las instrucciones del nado.”
Inmaculada:
Claro, muy claro me ha quedado completamente claro cómo apagar la “tele”. Si es tu primera participación en el blog, enhorabuena, y si no también. Espero seguir “degustando” tus textos.
“Primero.- Tener una televisión que esté encendida. No importa si es ud. propietario o propietaria de la misma, poseedor o simplemente usuario ocasional, lo que es imprescindible es que la televisión esté encendida en el momento exacto que ud. quiera apagarla.”
Aronbanda:
ResponderEliminar“Fragmentar el corte estilo rotura de cáscara de pistacho, a lo moderno, con ternura, sin calvas por las chuflas.”
Muy bien Aronbanda me gusta leerte de nuevo. Con soltura, sencillo, bien hecho.
Dionisio:
Si es tu primer trabajo en el blog… bienvenido. Ironía no le falta a tu texto. Bien escrito.
“Por eso, la higiene dental considerada en el amplio marco de un mundo globalizado, es, sin duda, un problema político.”
Nico:
Ingenioso tu texto. Veo a Sancho Panza siguiendo las instrucciones de Don Quijote. Ingenioso muy ingenioso. Me gusta.
“¡Cuidado que te vuelcas! ¡Cuidado! ¡Cuidado!..¡Ya te volcaste! ¿Te has hecho daño? Pero vamos a ver Samuel… ¿Me quieres decir que parte de las instrucciones no has entendido?”
Iria:
ResponderEliminarInstrucciones precisas. ¡Vamos! Que desde que las leí no paro de sonreír, lo mismo se han encasquillado los músculos. Muy bien.
Antonia:
Así me gusta fiel a la cita.
¡Qué buena fruta la manzana! Es muy sana y muy recomendable, aunque yo sería de esos que optaría por un chocolate con leche rico y si tiene almendras mejor que mejor. Tampoco le hago “ascos” a una buena manzana “golden”. Genial Antonia, dejando las cosas “claritas”.