Flor de todo lo que queda: las greguerías

La sesión de hoy la dedicamos a Ramón Gómez de la Serna y a sus greguerías.
Aprovechamos la ocasión para hablar del libro Flor de todo lo que queda, una antología de greguerías que nos encargó a Isabel Castaño y a mí la editorial Edelvives para su colección "Adarga".
El trabajo que ha hecho Isabel Castaño es espléndido pues no se trata de una recopilación sin más, como en otros libros de greguerías, sino que las ha organizado por categorías temáticas, en forma de abecedario, y ha creado con todas ellas ficciones breves. El propio Gómez de la Serna afirmaba que las greguerías “deben defenderse en conjunto –por eso deben ser muchas–, que sean panorama no minusculería”,
El trabajo gráfico de Pablo Amargo, muy afín al universo de Gómez de la Serna, también es sorprendente.


Este es el texto que aparece en la contraportada del libro, o mejor aún, en la cuarta de cubierta, tal y como se define a este espacio en el lenguaje editorial:

Una noche, en mitad de un sueño, Ramón Gómez de la Serna lanzó todas sus papeles al aire y exclamó: “que los ordenen otros”. Este ejercicio de prestidigitación, digno de un autor que perfumó nuestro idioma con la nueva fragancia de las vanguardias, es el que Isabel Castaño y Raúl Vacas nos ofrecen en esta antología, donde las greguerías no solo están agrupadas por categorías temáticas sino tejidas entre sí para formar ficciones breves. 
Ramón, tildado de iconoclasta y blasfemo de las letras por algunos y de genio por la mayoría, vivió entre acontecimientos históricos de gran magnitud como el inicio de la I Guerra Mundial y la Guerra Civil española. Adscrito a la Generación de 1914 o Novecentismo, su principal legado son las greguerías. Hay quien señala que no se trata de un género como tal sino de la expresión natural y espontánea de su humor.
Las ilustraciones de Pablo Amargo, llenas de ingenio y poesía, completan un libro hecho para ver, oír, oler, tocar y gustar.

Y aquí tenéis una muestra de dos de las categorías temáticas: la P de "Profesiones" y la G de "Gastronomía":


P de profesiones
El creador guarda la llave de todos los ombligos.




I
En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado. • El rey cree que su calavera es de marfil y ningún cortesano se atreve a pronunciar la palabra «hueso». • «Hay oro en la luna», dijo el astrónomo, y comenzaron a subir como alpinistas los buscadores de oro. • El alpinista parece que tiene prisa en dar un recado a Dios. • Las monjas pasaban por el claustro como cerillas que se habían salido de la caja. • La mano que pide limosna muestra sin rubor las líneas de un destino aciago. • Usan melena el poeta, el músico, el pintor y el que da miguitas a los pájaros. • Al barrer la peluquería se mezclan todos los pelos caídos y se forma el gris verdaderamente humano.

II
Si vais a la felicidad llevad sombrilla. • La vendedora de violetas da el ramito como si nos condecorase. • La linterna del acomodador nos deja una mancha de luz en el traje. • El pianista tiene el piano lleno de papeles como si siempre estuviese en vísperas de examen. • Atacaba con tal furia las notas, que parecía tocar a cuatro manos. • La cantaora tiene voz de mujer adormecida que canta mientras la peinan. • Cuando la bailarina flamenca levanta los brazos, todos aprovecharíamos el momento para hacerle cosquillas. • El arco del violín cose, como aguja con hilo, notas y almas, almas y notas. • El amor es algo así como bordar juntos.

III
El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales. • El gesto que hace la planchadora al acercarse la plancha a la mejilla tiene coquetería de mirarse en un espejo de mano. • La criada tiene un alma con música de acordeón. • La campesina no se pinta, pero enseña sus rojas encías al reír. • El campesino que lleva un conejo colgando de la mano lo lleva con la elegancia con que un inglés lleva un paraguas. • El jardinero invisible saca el reloj y sabe a qué hora en punto debe abrir tal flor o morir tal otra. • No tiene importancia que el cazador mate un pichón, sino que haya matado un vuelo. • ¿Qué vieron los locos para volverse locos?

IV
El hombre más seguro que hay sobre el mundo es ese que en la tarde cabalga lentamente sobre un burro. • El único que cambia de verdad la faz del planeta es el que ara modestamente el terruño. • El arador desentierra el tesoro pobre de la tierra, pero que al fin y al cabo es un tesoro. • Millonaria. Los alrededores del descote llenos de moscas de oro. • Cuando el que está arando encuentra un esqueleto parece que lo hace revivir. • Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado. • Era una de esas mujeres peligrosísimas que nos toca la nariz con una flor. • Siete balas de rouge llevaba en la cartera para las distintas horas del día, desde el amanecer hasta la alta noche.

G de gastronomía
Lo más difícil de digerir en un banquete es la pata
de la mesa que nos ha tocado en suerte.





I
Hay mesas frías en las que lo único que tiene alguna gracia es el salero. • En el poema del menú siempre están tachados los mejores versos. • Hay especialistas en pedir el único plato que se ha acabado en el menú. • Entre el género epistolar no hay que olvidar la «carta de los vinos». • El vino blanco se olvida. El vino tinto se recuerda. • Vinos «gran reserva» quiere decir que no dirán a nadie cómo han sido mixtificados. • Me pusieron tantos cubiertos alrededor del plato, que esperé con atroz apetito la víctima de mi cirugía.

II
El que afila un cuchillo con otro en la comida del restaurante es como si se desafiase consigo mismo. • El pescado nace con el cuello abierto, como si estuviese preparado para que le degüelle el cuchillo del comilón. • El tono de las conversaciones del restaurante va subiendo hasta que parece hervir como una cazuela de mariscos. • El langostino huele a todo el mar. • Las ostras son de rústica peña por fuera, pero por dentro son de la más fina porcelana. • A la media botella de vino siempre le faltará la otra mitad.

III
Los violinistas de café reparten lonchas de jamón de violín. • Al servirnos una ración de jamón parece que nos sirven un bello crimen en lonchas. • En el vinagre está todo el mal humor del vino. • El que come patitas de cordero parece volver a cuando de niño se le caían todos los dientes de leche. • Hay una azulosidad en los huesos jóvenes de algunos animales que nos comemos que se ve que aún estaban llenos de ilusión. • El humillo de la botella de champaña recién descorchada es como el de la pistola de desafío recién disparada.

IV
Las rosquillas tienen una forma votiva, bíblica, antigua, ingenua, simpatiquísima, exquisita. • Hay unos tipos de restaurante que no miran a las mujeres de las otras mesas hasta la hora del cigarro y el café. • Elegía el puro como si eligiese una flauta en vez de un cigarro. • La única disculpa de que sea tan chica la taza de café es que preconiza la repetición: —¿Otra tacita? • Los que esperan que se vacíe una mesa en el restaurante lleno logran que nos atragantemos. • Lo más difícil de digerir en un banquete es la pata de la mesa que nos ha tocado en suerte.


Y aquí podéis ver al gran Ramón Gómez de la Serna en acción:




Ernesto Giménez Caballero produjo el poema documental de Madrid en 12 imágenes "Esencia de Verbena". Dice así la sinopsis del vídeo:

Descripción desinhibida de lo que son las verbenas y, sobre todo, de lo que es su esencia, aquello que las nutre y constituye tanto en territorio lúdico y popular como en institución tradicional: autómatas, pasacalles, puestos de fruta, bailarinas, mercados, imágenes religiosas, organillos madrileños, gigantes y cabezudos, barracas de feria, carruseles, caballitos, órganos mecánicos, balancines, güitomas, tiro al "pim, pam, pum", danzarines, enanos, escaparates, teatros maravillosos, abanicos, disfraces, corridas de toros, toreros, mecánicos, fuegos artificiales, barracas fotográficas...; y también una boda, procesiones, la mirada a los muslos de una muchacha que se ajusta una medida, una pareja que pasea y se besa, la multitud...

En el participa Ramón Gómez de la Serna haciendo de Don Quintín en una atracción de feria:





Propuesta de escritura

Escribe una breve antología de 10 greguerías sobre objetos o circunstancias con las que te encuentres a lo largo de la semana.


Y estos son algunos de los trabajos enviados:


Primer amor

Primer amor, muy bien, pero lo importante es que no haya un último.

Para el primer amor todos los semáforos están en verde.

Ese primer amor, ¿te lo has cuestionado?, a lo peor no es tan amor.

Años llevo tratando de acordarme de a quién quise antes de aquel primer amor.

El primer amor te hace poeta en verso libérrimo.

Pepitas, Piluchis, rubias y morenas, bajitas y buenas mozas, de Jaén, de Soria. Nadie ha dicho que el primer amor haya de ser solo uno.

Claro, claro, el primer amor es el que está arriba de la lista.

Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante, y luego viene otra vez luna nueva; ¿por qué no pasa lo mismo con el primer amor?

El primer amor es el que abre la puerta.

Los bichitos que solo viven unas horas, ¿tendrán también su primer amor?

¡Umm! Me acuerdo de mi primer amor cada vez que lamo un helado.

Al primer amor le sobra el tiempo.

Siempre pasa lo mismo, el primer amor te deja en disposición de creer en lo que negabas el día anterior.

Para estrenar primer amor, las chicas deberían pintarse con lápiz de labios adherente.

Con el primer amor, acabas de despegar y ya te están avisando de que te pongas el cinturón, que vas a tomar tierra.

Hay que ver lo poco que dura el primer amor y lo que dura una suegra.

¿Cuánto dura la eternidad del primer amor? ¿Y qué ocurriría si te lo cuestionaras al principio?

El primer amor, es el que deja mejor sabor de boca; debería ir al final.

Siempre me extraño de que a los partidos políticos no se les ocurra incluir en su programa reediciones del primer amor para cada votante.

Pascual Martín
Grupo B


En la calle y en casa

El silbido del afilador, corta el viento y rechina en mis oídos.

El suelo de la calle lleno de colillas y papales, me ensucia el alma.

El viento y la lluvia, nos hace antipáticos.

Con los pantalones rotos, se ven elegantes.

Un cheposo, camina tras su centro de gravedad.

Un estirado, mirando al cielo, tropieza.

La grúa corta el aire y baila un vals.

Moviendo los pinceles , se crea belleza.

Con la mirada y la meada, convierto el váter en un estanque.

Las palomas de la paz, esparcen porquería y malestar.

Cuando dejo de ser vago y escribo, me olvido del lumbago.

José Luis Fonseca
Grupo A


Greguerías

La luna llena reflejada en un mar en calma, es el alimento espiritual de las sirenas.

Las mariposas son las acuarelas del espacio en primavera.

El agua mansa de las lagunas, es el espejo del cielo.

La lluvia son las lágrimas de las nubes doloridas por estar colgadas.
El reloj es el verdugo del tiempo.

Ramón Sánchez Rodríguez
Grupo B


Greguerías

Un estornudo es una afirmación enfática y virulenta.

El mundo es un Chupachups cuyo palito se inserta en mi ombligo.

Hay un dedo en la mano específicamente diseñado para indicar dónde están los agujeros de nuestra nariz.

Es extraño que la “Ñ” en el teclado se haya extrañado tan lejos y esté aledaña a la “L”.

El fuego del mechero enardece el ánima del cigarro.

La tecla ENTER es una sentencia inapelable.

Para proclamar nuestro amor al dinero hacemos la Declaración de la Renta.

Quién reprime nuestros excesos con la cerveza es el cinturón.

La percha es el patíbulo de nuestros trajes.

El tarot. Hay cartas sin sello que algunos creen que sellan el destino.

El paraguas es un cielo sujeto con andamios de fino metal.

La cortina es una guillotina lenta que corta las cabezas de los curiosos.

Andar es una obstinada competición en la que cada pierna pretende adelantar a la otra.

Un maniquí es alguien que no pudo escapar de un escaparate.

Pepe Lorenzo
Grupo B


Greguerías

Los libros son los ladrillos de las estanterías

La leche es agua bañada en luna

Las hierbas entre los adoquines son vecinas inesperadas

En los cipreses se columpian sueños de eternidad

Los viejos depositan sus sueños en los bancos

Las calles son las venas y arterias de las ciudades

Tras las puertas viven las ausencias y los huecos

En las nubes blancas hay monjas que se desvanecen

Vela encendida, flor que se extingue

Los gatos y las rosas forman buenas parejas.

Emilia González
Grupo B


Mis ¿greguerías?

Cuando las nubes están tristes, se desahogan llorando.

Las sepulturas llenas de flores, forman un jardín para los que ya no están.

Un maniquí desnudo piensa de qué le tocará vestirse hoy.

Los zapatos en un escaparate, no saben qué caminos recorrerán.

Una sonrisa, como una caja de bombones, siempre es bien recibida.

De un plato de fresas con nata, un niño puede pensar que así es el cielo.

Un paraguas cerrado, es el estoque que ataca a la lluvia, pero no acaba con ella.

Un abrazo amigo, es el apoyo que no te deja caer cuando el viento sopla fuerte.

Desayunar con un poema sería la prescripción de un nutricionista que ganaría el Nobel de medicina.

Poner fin a una tarea, es como cerrar la puerta.

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


1. La cafetera en marcha es , en la mañana, el gorjeo del despertar.

2. La ducha es una nube a punto de descarga.

3. El despertador es el traidor de los sueños.

4. Las zapatillas son el colchón de los pies.

5. El ascensor es una estación meteorológica.

6. El paraguas es el parachoques de la lluvia

7. Unos labios pintados son el escaparate de la boca.

8. El reloj es el marcapasos del día.

9. La luna es el lunar que ilumina la noche.

10. La almohada es el reposo de los sueños.

Rosa Celia González 
Grupo B


Greguerías mías

Mi perro es una alfombra, suave y calentita.

La cola de mi perro es un plumero.

Mi perro es un peluche que se mueve.

Mi madre tiene voz de bizcocho, blandito y dulce.

Los envases de plástico lloran, cuando están a punto de vaciarse.

Las olas son los rizos del mar.

Las nubes son las arrugas del cielo.

Alguien ha escrito algo en braille en el rallador del pan

Las semillas de los albaricoques son sus almendras sorpresa.

La masa de bizcocho protesta si se le hunde el dedo.

Teresa Sanz
Grupo B


Greguerías varias

La sal de la vida es el picante de determinados momentos

El mar se pasa la vida en salmuera

El camello tiene seguro de sol

El zig -zag es el sendero del beodo

Los árboles son el whatsapp de los perros

Nada como ser botón o cremallera para entender la dualidad permanente.

El polen es semen que no sabe de censuras

El viento arenga la ropa tendida.

El viento es el eterno antagonista del silencio

“Montar el número”, no tiene porque ser “eso que estás pensando”

La posesividad es a una relación, lo que la ortiga a la piel

La Duda, es la autora intelectual de los crímenes contra el sentimiento

y la única que, curiosamente, ha hecho progresar al ser humano.

Las sombras son los espejos del lado oscuro de los objetos.

Los sueños son las telenovelas del inconsciente.

Las dos formas más comunes de falsificar la historia son, la mentira repetida y el silencio cómplice.

La razón es el verdugo de los sueños.

La razón es la equidistancia entre dos ideas contrapuestas pero válidas.

La sinrazón desencadena la injusticia, esta al odio y paren el conflicto.

La guerra es fruto del matrimonio entre la injusticia y el odio oficiado por la sinrazón.

A pesar de que los gatos negros han logrado sobrevivir a la “mala suerte”, los hombres siguen fascinados por la superstición.

La libido es amiga de la aventura y enemiga del hastío.

Una ventana abierta es una invitación al fresco(sobre todo en pisos bajos)

Carlos García Riesco
Grupo A


Greguerías

1. El estrabismo es la paranoia de la mirada.

2. El tonto piensa por defecto.

3. La lengua pone el lazo al regalo de los labios.

4. El divorcio de mutuo acuerdo es el último sí, quiero, de los novios.

5. En los embotellamientos, los conductores borrachos hacen botellón.

6. Los labios apagados dan besos de humo.

7. La promiscuidad es una enmienda a la totalidad del matrimonio.

8. Las tripas del hombre son las cadenas de su espíritu.

9. Era un conductor tan indeciso que se quedaba sin gasolina en las rotondas.

10. El beso tiene la palabra deseo en la punta de la lengua.

Ignacio Aparicio
Grupo A


La luna es un gran almacén de sueños.

En un portalápices descansa un arcoiris.

El número "pi" es un trino infinito.

Estado civil: civil (izada)

El hielo se derrite cuando le besa el sol.

Calendario de cocina: reducción de pasado, presente y futuro.

Interior con plantas: jardín con aspiraciones.

A través de las ventanas se hace compañía al gato que anda por los tejados.

Hijo: principio sin fin.

Llegué, te ví y perdí.

Puro amor: egoísmo puro.

El canto del gallo es el big bang de la madrugada.

Un contable es cualquier persona dispuesta a oír a un chismoso.

La música es un ascensor sin techo.

Hombre: resuelto misterio irresoluto.

Mercedes González
Grupo A


El hombre fue a la Luna y la mujer llego amarte.

En el comienzo solo existía el hombre, la mujer vino de otro planeta.

Cuando todo acabe, quedaremos tu y yo.

No me atrevo a mirarte, porqué me lees el pensamiento.

Cuando todo es agradable, aparecen los nubarrones.

De las discusiones, salen las bodas.

El aire de la mañana, se lleva todos los sueños.

Cuando un hombre está con una mujer, solo ella sabe lo que va a pasar.

Luis Iglesias 
Grupo B


Una peluquería es una carretera por la que raramente una mujer llega donde quiere ir.

El pelo recién lavado huele a la primera vez de todas las cosas buenas.

El mayor admirador del peluquero son sus propias tijeras, que no dejan de aplaudirle; aunque también las hay que se dedican a cuchichear si está cortando bien o está cortando mal.

El cepillo es el administrador de una comunidad que desenreda los problemas vecinales; pero el peine tiene una diligencia superior, pues hace raya.

Los dedos del peluquero son diligentes nadadores que esperan con paciencia su premio: nadar en un mar de seda brillante.

Solo hay un tipo de moscardón capaz de rondar sobre la cabeza de alguien durante un cuarto de hora sin que ese alguien se inmute lo más mínimo: el secador.

La gomina es un coronel que sabe poner firmes a sus soldados.

La laca es un prestidigitador que, mientras manda callar (shhhhh), deja ensimismados a todos los que toca.

El tinte del pelo no es más que una mentira líquida.

El superlativo "fenomenal" probablemente nació en una peluquería; el superlativo "fatal", con total seguridad.

Cuando el peluquero termina su trabajo, el recogedor le pregunta a la escoba:¿me concede este baile?

Óscar Martín
Grupo A

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