Ouvroir de Littérature Potentielle (OULIPO)


Esta semana dedicamos el taller de Escritura Creativa de la Casa de las Conchas al Taller de Literatura Pontencial OULIPO.
Aquí tenéis un artículo en el que se resumen muy bien la historia y los propósitos de Oulipo. Está tomado del blog
Papel en blanco.

El término OuLiPo hace referencia al Taller de Literatura Potencial (en francés Ouvroir de Littérature Potentielle) creado en noviembre de 1960 por Raymond Queneau y François Le Lionnais, y secundado por un variopinto grupo de escritores, matemáticos y pintores. En realidad, el Oulipo resultó ser la refundación del Seminario de la Literatura Experimental que debía incluirse en la Comisión de Composiciones del Colegio de Patafísica (“ciencia de las excepciones”).
Le Lionnais expresa en estos términos el método de trabajo al que aspiraba el Oulipo:

“Es posible componer textos que tendrán cualidades poéticas, surrealistas, fantásticas u otras, sin tener calidad de potenciales. Así, es este último carácter el que es esencial para nosotros. Es lo único que debe guiar nuestra elección… El fin de la literatura potencial es proveer a los escritores futuros de técnicas nuevas que puedan reservar la inspiración de su afectividad. De allí la necesidad de una cierta libertad”.

En definitiva: Llamamos literatura potencial a la búsqueda de formas y de estructuras nuevas que podrán ser utilizadas por los escritores como mejor les parezca.

Aunque pueda encontrarse alguna similitud con los métodos empleados, por ejemplo, por el surrealismo, el Oulipo negó afiliarse a las vanguardias.

¿Por qué contentarse con viejas recetas y no explorar nuevas fórmulas? Para sus propósitos, el Oulipo se concentró en dos tareas:

1. La invención de nuevas estructuras y retos mediante la combinación de Literatura y Matemáticas.
2. Examinar obras literarias antiguas con el objetivo de encontrar rastros del uso de estructuras, formas o restricciones.

Los primeros trabajos fueron publicados en los archivos del Colegio de Patafísica. La editorial Gallimard editó dos volúmenes que resumen gran parte de los escritos ‘oulipianos’: La literatura potencial (1973) y Atlas de la literatura potencial (1981).

El Oulipo no genera normas, sino procedimientos de creación. Ya lo había empleado Queneau en sus Ejercicios de estilo (99 formas de contar un mismo episodio) y lo repetirá después en Cien mil millardos de poemas, compuesto de diez sonetos combinables entre sí. Otra de las obras representativas del Oulipo es La desaparición de Georges Perec, historia policíaca en donde no existe la letra “e” [en la traducción al castellano se prescindió, en su lugar, de la “a”].
Probablemente sea Perec uno de los autores adscritos al Oulipo que más han trascendido. En la mayoría de sus obras encontramos algún tipo de “juego literario” que, en realidad, es el que articula la composición del texto (aunque no seamos conscientes de ello). Si en La desaparición no utilió la letra “e”, en Les revenentes sólo empleó esa vocal. En ‘Alphabet’ no repitió ninguna consonante sin haber usado antes todas las restantes, y en su novela más conocida, La vida: instrucciones de uso, la historia del edificio se articula mediante el movimiento del caballo en el ajedrez.

Italo Calvino fue otro de sus representantes literarios. En El castillo de los destinos cruzados utilizó la técnica combinatoria: un grupo de viajeros se encuentran en un castillo y cada uno narra una historia utilizando las cartas del tarot, toda la estructura de la novela se articula en torno a los arcanos y a elementos del Orlando Furioso de Ariosto. Sin duda, una de sus obras más lúdicas es Si una noche de invierno un viajero, en la que cada capítulo es el comienzo de una novela que siempre queda interrumpida.
En la actualidad, el Oulipo cuenta con 36 miembros, que se siguen considerando como tales tras su muerte. En palabras de Marcel Benabou y Jacques Roubaud:

¿Oulipo? ¿Qué es esto? ¿Qué es eso? ¿Qué es OU? ¿Qué es LI? ¿Qué es PO? OU es Taller (Ouvroir) o atelier. ¿Para fabricar qué?
LI. LI es Literatura, lo que leemos y tachamos. ¿Qué tipo de LI? LIPO. PO significa potencial. Literatura en cantidad ilimitada, potencialmente producible hasta el fin de los tiempos, en cantidades enormes, infinitas para todo fin práctico.
(…)
¿Y qué es un autor oulipiano? Es una rata que construye ella misma el laberinto del cual se propone salir. ¿Un laberinto de qué? De palabras, sonidos, frases, párrafos, capítulos, bibliotecas, prosa, poesía y todo eso.


Los juegos del Oulipo
www.papelenblanco.com/


Y aquí tenéis los trabajos del taller:


"Tres tristes tigres comen trigo en un trigal"

Tras tanto tiempo... ¡total torsión tautográmica!:

Tres trajeadas tortugas, tragan transgénicos tras tararear: tra-tra-tra.

Antonio Ledesma


Ternura taladrada

Tanta tristeza tras tenerte tomé.
Tiemblo todavía, turbado, tornando travestido.
Tenías todo: tesoros, tramas,
tentaciones, transparencias…
también tetas totémicas, tangenciales.
Tontamente, tomando té tabacalero,
te tracé torpemente, transformándote toda.
¿Torcerás transfigurada tras tiempos tortuosos?
Tulipanes trenzarán tus
temerarios traspiés.
Ternura taladrada
tras telones tumefactos.
Todo terminó.

Antonio Ledesma


FUN, FUN, FUN

Fatales falacias fisuran faces furibundas: faltan felicidades familiares. Festejan fútiles formalidades fastidiosas; fuera, farfullan filosos follajes.

Paula Zumalacárregui Martínez


Tautograma-haiku

Marcha Mercedes
mientras mi mente mece
memorias muertas.

Miguel Ángel Pérez


La ele

Lidia Luz León lee lentamente las letras lamiendo los labios lechosos. Lejos la lluvia limpia las losas largas luego lava las linternas ligeras lagrimadas. Luego la llovizna limpia la lujosa limusina lavando la luna. La lucida luna llena lleva los lobos locos librando líos lastimando los ladrones lerdos.

Alex Rae


Bola de nieve

y
yo
voy
cada
lunes
taller
conchas
contento
orgulloso
satisfecho
ilusionando.

Luis Iglesias


Tautograma

Saly, sueca, soltera, solía salir sola, sus salidas solían ser sábados salteados, siempre seria, sumisa, solía silbar sonidos suaves, si se sentaba sobre su sillón señorial, susurraba sonetos, suspiraba ser, Serrat, Sabina, sudaba seriamente sobre su sauna salmantina saboreando sirope.

Luis Iglesias


TAUTOGRAMAS

Con la a
Fin de la Ley matrimonio homosexual
Ardientes amantes andan asustados ante astucias antiliberales.

Con la b
Políticos y sus acólitos
Babosos babosean viendo borricos borreguiles
(¡Y la v vale, que para eso suena como b!)

Con la c
Hipoteca
Cada casa casada con cuentas cadavéricas.

Con la d
Bancos
Divisas dividen demócratas decentes de demagogos delincuentes.

Con la e
Bobada 1
Elefantes enseñan estrategias extrañas entre endemoniados enanos eléctricos.

Con la f
Ley del tabaco
Fuman fuera furibundos fumadores.

Con la g
Bobada 2
Gráciles gatos gorgotean graciosamente grrrrrrrrrrrr.

Con la h
Bobada 2,5
Huevos horribles hamacan harapos hebreos…

Con la i
Turistas accidentales
Idiotas ignoran islas ignotas.

Con la j
Jugadores del Madrid
Juerga jamonera jugadores jetas.

Con la k
¿Qué componer con K?
¿Kaká, keké, kiki, koko, kuku? ¿Jugador de fútbol y humorista se dan un revolcón, uno es muy feo y el otro juega al escondite? ¡Cosas mas raras se han visto!

Con la L
Sindicato de liberación animal
Loros libres lanzan lastre.

Con la M
Desalojos
Muchos mangan mucho, miles moran malamente.

Con la N
Bobada 3
Nadal nada en Noruega, no nada nada,…uhmmmmmmmm… porque juega al tenis.

Con la O
Bobada 4
OH. Ostras y ósculos ondean orzuelos, ¿ondé?

Con la P
Piñoniana
Pero perros pateados protestan por pardillos pejigueros pis-pisantes, proponiendo punzantes patadas para posaderas.

Con la Q
Ver X

Con la R
Quien ríe el último ríe mejor
Ríanse rudos rufianes, reiremos risas rubicundas

Con la S
Sensiblería
¿Saldrá? Seres sencillos sufren silenciosamente. Pues no. Una generación entera marcada por el anuncio de Hemoal.

Con la T
Canción del verano
Todos tontos tararean tonterías tontamente.

Cun lu U
Cundu Furnundu Sutumu usubu puntulun.

Con la V
Bobada 5
Ve vieiras veladas, bebe vino bueno, vive bien bebido (ver nota en B, aplicable a V)

Con la X
Ni de coña
No soy capaz ni de colocarla en el scrable…

Con la Y:
Versión argentina
Yolanda yora yamando yeguas………. Buf, ver X

Con la Z
Un zazo anunciando el final ¡Zin!

Elena Vicente



Pequeña avalancha

Y
la
más
loca
sabía
gritar
sílabas
casadas
asustadas

Y
su
voz
como
impío
llanto
ansiaba
refugios,
suplicaba
guarecerse

Mayte García


S + 7 (Como siempre, de Mario Benedetti)

Aunque hoy cumplas
trescientos sesenta y seis meses,
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instaurativo en que vencen los cruentos
entrás a averiguar la alejandría del municionero
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre los focos
o desarbolás los nudosos rendibús

buen edema para cambiar estebas y horquillas
para que tus manazas manen amoratado sin misil
para que te enfrentes al espelta que exige
y pienses que estás lineamiento
y estés lineamiento

casi no vale la penadilla desearte judaicas y lebranchos
ya que te van a rodear como angelines o velillos

es ocapi y comprensible
que las manzanillas y las jedas
y las cuijas de autobuses y los ciclomotores
y las hijuelas de los vimbreros
y los cachudos extraviados
y las bielitas de san antonio
y las cajetas de fósiles
te consideren uncidora de los tabacaleros

de modrego que desearte un felpeado cumplimiento
podría serafina tan inmanejable con tus felices
cumplediablas
acordate de esta lía de tu vídeo
si hace algún tierno fuiste desgranada
eso también ayuda a que hoyo se afirme
tu bienfechoría

de todos modregos para vos no es novelería
que el municionero
y yoga
te queremos de verbalismo
pero yoga siempre un porquerizo más que el municionero.

Silvia Iroldi


Simulacro intelectual

Si intentara saber interrogantes,
sostenidas por irreprochables socios inseguros,
y secuaces insidiosos.
Si intentara solucionar incógnitas,
sinuosas, intensas, similares a irresolutos
sueños inútiles,
sumamente irrelevantes,
seguramente iniciaría sesiones interminables de
sintéticas intervenciones y simétricas imposiciones de
sensibles e insoportables seres irresolutos
sin integridad social inclusive.
Sabido es, que infelices soluciones inoportunas
sabría implementar,
en semejante intríngulis de serios instantes,
sumamente indecisos y sicológicamente inmaduros.
Sinsabores inocuos en sobrias e indefinidas
siluetas indecorosas,
sostendrían imperturbables cenáculos increpantes
los siempre idólatras,
siniestros individuos, sistemáticos inquisidores
de sinceros indicios de sociales inquietudes.
Seguiría involucrando sentencias inapelables,
sintiendo inapreciables, serenos, idílicos y
severos intentos de superar instancias
simultáneamente incluidas en los
siguientes ínfimos segundos insustanciales.
Sin influencias, suerte inquebrantable de
simulacros inconsistentes
siguiendo los indicios suficientemente indicados.
sin interrupciones, sin integrar sílabas ineficaces,
sin improperios, sin insinuaciones
subidas a ilegales sitios ínternautas,
los saluda infinitamente.

Silvia Iroldi

Leer con la mirada

En esta sesión nos acompañó Victorino García Calderón (profesor del mirar y fotógrafo)

Podéis seguir sus artículos en TRIBUNASalamanca.com

Victorino García Calderón
Nacido en Retortillo, provincia de Salamanca, en 1953.
Es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, intenta enseñar a mirar a los estudiantes que así lo deseen, en el I.E.S. Vaguada de la Palma desde hace 19 años. Anteriormente lo hizo en diversos institutos de Alba de Tormes, Toro y Coslada (Madrid). En los ratos libres se dedica a la fotografía, su gran pasión que le ha llevado a realizar, aproximadamente, unas 60 exposiciones, tanto individuales como colectivas, por toda la geografía española, Portugal y América. De entre todas ellas caben destacar: La Raya Rota, una reflexión sobre el abandono de las estaciones de la línea del ferrocarril que va desde La Fuente de San Esteban (Salamanca) a Pocinho (Portugal) y desde aquí a Miranda do Douro; Cárcel, una mirada a la transición del edificio carcelario salmantino antes de ser Centro de Arte (Da2); Con Cien Ojos, una búsqueda de la pérdida de identidad de los pueblos cercanos a la ciudad de Salamanca; El Silencio del Gigante, un acta notarial sobre la demolición de una de las edificaciones más emblemáticas del siglo XX en Salamanca: el depósito de aguas de la calle Campoamor; Sombras de la Memoria, un recorrido por la memoria colectiva del pueblo salmantino, una constatación del abandono que sufren los pueblos de esta provincia en los que quedan casi exclusivamente ancianos. Las cinco exposiciones han ido acompañadas de una publicación.También ha recibido una veintena de premios, entre los que cabe destacar el otorgado al mejor retrato por el El País Semanal.

Tarea propuesta
Escribe un breve relato, una reflexión o un poema sobre la fotografía de Victorino García Calderón que te haya tocado en suerte.
Mírala con detenimiento, piensa en ella, ¿qué muestra? ¿qué esconde?
Anota la referencia que aparece en la parte posterior de la imagen.


Aquí están algunos de los trabajos del taller:




Naturaleza “asesinada”

Llora…
Deja caer las lágrimas, que humedezcan el duro asfalto...
Ahora ya no hay remedio.

Vicente M. Martín






Amor matinal en la Plaza Mayor



Abrázame mujer, abrázame
Sigue besándome sin temor
Aparte de la lluvia solo existe
Amor matinal en la Plaza Mayor

En un día tan gris y oscuro
No me siento ningún rencor
Debajo tu paraguas tan blanco
Amor matinal en la Plaza Mayor

Con tu brazo tu me encubres
Yo me entrega a tu calor
Con tu cuerpo tu te me rindes
Amor matinal en la Plaza Mayor

Bendito soy yo de perderme
En tu piel, tu pelo, tu olor
Con esos yo sueño desayunarme
Amor matinal en la Plaza Mayor

En este silencio tan ruidoso
Solo quiero sentir el sabor
En mis labios tus labios carnosos
Amor eternal en la Plaza Mayor

Alex Rae


Tronco varado
Vomitona marina y
Frío infinito

Elena Vicente



Lava que lava
Pinta ropa con jabón
Frota sus penas

Elena Vicente



Sueños de mar

De pliegues,
de agua,
de luz
se llena la inmensidad del recuerdo.
Perfil de libertad en el aire
salpica la lejanía del cielo.
Arenas de luz y sombra
Caminan con la piel abrazada a un objeto.
Viva quietud,
en la expresión sensible del espacio,
duerme los sonidos de un silencio
para soñar palabras en la plenitud de una imagen.

Sofía Montero García



Sin título

"Los dos amores de su vida
Retratados.
Con cariño mira uno
Que se cierra el corazón, como quien guarda algún secreto
Nos receta el segundo
De alma destripada"

Miguel Ángel García González



Una dimensión más

Al mirar fijo unos segundos a la foto, sobre todo, al agujero que queda en el centro en el superficie, surgió una pregunta en mi mente: ¨¿Qué pasó?
Si no tuviera este defecto, sería un ladrillo normal, tan normal que ni siquiera la prestaríamos la atención.
Pero, el agujero cambió la situación y nos transmite un mensaje.

Sucedió algo, y el agujero es la evidencia que quedó.

Así que, ya deja de ser un ladrillo cualquiera, y se convierte en un objeto misterioso que tiene una historia oculta.

El agujero atrae la mirada, y te conduce a imaginar y sospechar algo más…..

Es un algo más profundo, que presenta la tercera dimensión de esta simple superficie de dos dimensiones.

El defecto es un agujero que te enseña una dimensión más…

Ling Ling Yang


¿A qué te recuerda la mar?

Rodeado de retratos anónimos,
compartimos una misma lanza,
el viaje a un país remoto
comienza a pedalear.
Fotografía predican los sabios,
realidad suspiramos los locos.
El espacio es minúsculo,
en blanco y negro apolillado;
no hay opción a rebobinar.
Descubro los párpados cosidos
y recojo entonces el pestañear de las olas,
con cada uno de sus granos afilados,
la salitre con sus espuelas,
las caracolas con trazos de alquitrán.
Mis pies arañan el barro pedregoso,
se agarran insistentemente como latas desvencijadas,
mientras un velero pirata cruza la dulce mar,
mientras un niño con parche
construye un castillo únicamente de sal,
mientras un gigante asfixia los brotes verdes.
Sólo un mástil varado
aflora entre las ruinas.
Herrumbroso, solitario, retorcido,
y a punto de ser devorado
por el mito del eterno retorno.
Más no quiero olvidar:
ciego, de alcohol y de melancolía,
pinto un nombre sobre el latón,
un valle que nunca más quisiera acariciar,
antes que las aguas engullan de nuevo
un mar salado que no existe,
una fotografía que ya no está.
Sólo nos queda la memoria
de aquel instante.

Antonio Ledesma


Espíritu

Una familia humilde se encontraba muy preocupada por que uno de los más longevos troncos de su dote se encontraba decolorado y reseco. Este tronco era el enlace de todas las generaciones de dicha familia.
Acordaron llamar al escultor para intentar sanarlo. Después de dar vueltas y más vueltas a su alrededor durante muchos días, el escultor decidió que para salvarlo debía de sacrificarlo partiéndolo.
Nada más talarlo, de la parte aún viva enraizada a la tierra, con su magia de escultor, comenzó a extraer espinas, agujas, más espinas, más agujas, astillas que crecían desaforadamente y así había conseguido que medio tronco sobreviviera.
Una vez expulsado todo el sufrimiento acumulado, el tronco retomó brío y esculpió catedrales góticas con velas, árboles, casitas con chimenea, insectos con antenas y patas, santuarios en montañas y barro y rosas y observaron la magnitud de lo pequeño y como aquello, las grandes espinas, se perdían escondidas entre lo más pequeño.

Antonia Oliva




Ventana a una obsesión


La casa siempre fue demasiado alta, y por ende, su ventana siempre estuvo más elevada de lo normal. Poseía además la particularidad de presentar una celosía en forma de hexágonos, muy similar a un panal. Él tenía una casa enfrente de dos plantas.
Por aquel entonces acababa de divorciarse. Fue un proceso largo y tortuoso, en el que compitieron encarnizadamente por ser más incivilizado que el otro. Con estas decidió ir allí una temporada. Pidió una excedencia y marchó al pueblo. Dedicaba los días a pasear, fotografiar flores y pájaros y nimiedades diversas. Por la noche trataba de dar salida a una vocación frustrada de poeta, para la que nunca tuvo realmente talento.
Sería ya la una de la madrugada cuando la vio la primera vez: una sombra tras el cristal ocre de aquella ventana. Se fue a la cama, pensando que demasiado aguardiente le hacía ver ya alucinaciones; nunca se supo que fuera nadie a aquella casa. La noche siguiente, más o menos a la misma hora, le sobresaltó un resplandor en la ventana. Ese día estaba sobrio, y trató de averiguar qué pasaba allí, sin éxito. Al día siguiente indagó en el bar del pueblo, más que supieran los parroquianos, la casa seguía vacía. La misma escena se repitió esa madrugada. Al despertar, tarde, a la mañana siguiente, tomó un café y fue a llamar a la puerta. Nadie contestó y sólo consiguió que uno le tildase de loco por aporrear tanto la puerta de un caserón que todos sabían vacío.
Esa noche montó guardia. Pudo distinguir una silueta femenina, adivinando exuberantes pechos y marcada cadera. Cada noche observó ensimismado la escena, tratando de componer versos a la erotizante silueta. Montó guardia, evitando el descaro, tratando de averiguar quién era su sensual vecina. Cada vez le absorbía más aquella silueta, la esperaba con más ansia. Llegó incluso a sorprenderse de la fuerte erección que sentía minutos antes de la hora prevista.
Una mañana tuvo una idea. Si sacaba una fotografía a la ventana a proximando el zoom quizá distinguiese de quién se trataba. Esa noche, cuando el reloj del salón dio la una, la cámara, bien afianzada sobre el trípode, disparó compulsivamente sobre aquella ventana. Seleccionó, desechó y ese día se acercó a la ciudad con el único fin de revelar la imagen más nítida. Inútil, no aparecía rostro alguno.
Aquella se convirtió en su obsesión. Pasaba cada vez más horas tratando de componer sonetos para su musa. Esperaba excitado y ansioso el momento de verla. Su sueño era cada vez más breve y agitado. En el pueblo ya captaba murmuraciones sobre su demacrado aspecto.
Debía llevar cerca de un mes así, cuando despertó sobresaltado. Aún sólo amanecía, y su cabeza sufría la tempestad propia de la borrachera de la noche que agonizaba. Se levantó al baño y no pudo evitar una mirada: ¡la ventana estaba abierta!. Despertó súbitamente y fijó sus ojos cargados de deseo en el alféizar, garabateando sin mirar versos sueltos, libres y obscenos. Y al fin la vio, con sus pechos turgentes, su cintura fina y sus glúteos rotundos. Llevó las manos a su pecho, trató inútilmente de coger aire y cayó fulminado. Sobre ese cuerpo perfecto, un monstruoso rostro de avispa le clavó la mirada. Lo encontraron azul y frío. Sobre el escritorio una foto de la ventana de enfrente surcada por una mancha de tinta.


Miguel Ángel Pérez