La vida y la resurrección

La sesión de esta semana la dedicamos a los inicios y los finales de las historias. Andrés Neuman en uno de sus decálogos señala que "en las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto". Tomamos prestada esta afirmación para titular nuestro encuentro con el nombre "La vida y la resurrección"

Hablamos del significado de la palabra "íncipit" y compartimos algunos inicios de poemas, cuentos y novelas que nos gustan como los que transcribimos aquí

1. Me siento viejo. Decaído. Ayer tuve la certidumbre y hoy me pongo a contarlo. Saberse viejo no es fácil. Sobre todo, porque nunca quiere saberse. 

Adriano González León. Viejo

2. Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertid en un monstruoso incesto. 

Franz Kafka. La metamorfosis

3. En casa había una enciclopedia de la que mi padre hablaba como de un país remoto, por cuyas páginas te podías perder igual que por entre las calles de una ciudad desconocida. 

Juan José Millás. El orden alfabético

4. Los corazones son como los perros: hacen bastante compañía, pero supone un fastidio tener que ir recogiendo en bolsitas de plástico toda la mierda que van dejando por ahí.

Alejandro Cuevas. La peste bucólica

5. Al día siguiente no murió nadie. 

José Saramago. Las intermitencias de la muerte

6.  Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo

Gabriel García Márquez. Cien años de soledad

Nos detuvimos a comentar brevemente el microrrelato de Max Aub titulado "La uña", un texto cuyo incipit nos sitúa en un cementerio y nos invita a recorrer el trayecto que sigue una uña para ejecutar su particular venganza. Lo transcribimos aquí:

El cementerio está cerca. La uña del meñique derecho de Pedro Pérez, enterrado ayer, empezó a crecer tan pronto como colocaron la losa. Como el féretro era de mala calidad (pidieron el ataúd más barato) la garfa no tuvo dificultad para despuntar deslizándose hacia la pared de la casa. Allí serpenteó hasta la ventana del dormitorio, se metió entre el montante y la peana, resbaló por el suelo escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared para seguir tras la mesilla de noche y subir por la orilla del cabecero de la cama. Casi de un salto atravesó la garganta de Lucía, que ni ¡ay! dijo, para tirarse hacia la de Miguel, traspasándola.
Fue lo menos que pudo hacer el difunto: también es cuerno la uña.

En el trabajo titulado "La corporeidad de los elementos fantásticos en Aub, Cortázar, García Márquez y Süskind" Laura Hatry relaciona el procedimiento narrativo usado por Max Aub en su microrrelato con otros textos similares. Merece la pena leerlo.

Para reflexionar sobre los finales de las historias tomamos prestado el texto "Cómo termina un cuento" de Clara Obligado.

Y recomendamos, por último, el libro "En un lugar de la mancha", de Jordi Vicente y Carlos Cubeiro publicado por Comanegra, un libro en el que se recogen -tal y como reza el subtítulo- "50 grandes inicios de la literatura ilustrados y comentados-



En el transcurso del taller propusimos seis incipit correspondientes a seis microrrelatos publicados en la antología Por favor, sea breve. Antología de relatos hiperbreves de cuya edición en Páginas de Espuma se encargó Clara Obligado. Publicamos aquí los microrrelatos originales y después las versiones escritas en el taller a partir de cada uno de los inicios.

Microrrelato 1

Armisticio, de Juan José Arreola
Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación. Me desentiendo de todos los invasores en cuerpo y alma. Nos veremos las caras en la tierra de nadie. Allí dónde un ángel señala desde lejos invitándonos a entrar: Se alquila paraíso en ruinas.

Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

Con fecha de hoy retiro de tu vida
mis tropas de ocupación..

Avasallarte a ti con sentimientos,
sojuzgándote yo
dictando humillaciones
no es justo y necesario.
Hoy me he visto en mi propio espejo,
acuchilló mis ojos la vergüenza,
orgullo de cuchillo
que quema el corazón,
un corazón de niño que me ama.
Tú me ayudaste a cultivar las rosas
como fiel jardinero,
por eso ya te debo
las rosas de mi mundo
que, avara, te he negado.
Sentimientos dictados nunca fueron amor,
son invisible asesinato y suicidio
de ti, de mí, no quiero
equivocarme más.
Ya se marcha el ejército vencido,
nunca quise en verdad
que tú fueras yo sin los dos.

Emilia González. Grupo B


Veintiuno de octubre de dos mil veintiuno

Con fecha de hoy, veintiuno de octubre de dos mil veintiuno, retiro de tu vida mis tropas de ocupación. Antes arrancaré de mi pecho cada medalla ganada en nuestras batallas siempre perdidas, y con el sigilo silencioso debido, desplegaré mis besos furtivos como alas, para irme lejos, muy lejos de ti.

Carmen Pedrero. Grupo A


Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación, me llevo la máquina de fotos, los libros de micología, la colección de botellines de cerveza, las novelas de Zane Grey, la equipación del club de futbito, los palos de golf, la estantería con los vinilos, la bicicleta estática y las pesas, la guitarra eléctrica, los esquíes, la videoconsola...

Manuel Medarde. Grupo A


Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación, hago entrega de todas las armas que esgrimí, abandono las posiciones que arduamente conquisté y firmo, rendido, todas las capitulaciones que me exiges. Acepto el veredicto que dicta la evidencia: Nuestra historia ha terminado.

Pepe Lorenzo. Grupo B


Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación, entierro las trincheras que cavamos a nuestro alrededor y te reclamo todas las armas que te entregué.

Beatriz Gorjón. Grupo A


Con fecha de hoy, retiro de tu vida mis tropas de ocupación.
No pienses que es un armisticio, si no la estrategia lógica ante tu continuo asedio.

Calgari. Grupo A


Microrrelato 2

El sueño del violinista, de Ramón Gómez de la Serna
Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua para que se oyese arriba, creando los nenúfares musicales.
En el jardín abandonado y silente y sobre las aguas verdes, como una sombra en el agua, se oyeron unos compases de algo muy melancólico que se podía haber llamado “La alegría de morir”, y después de un último “glu glu” salió flotante el violín como un barco de los niños que comenzó a bogar desorientado.

Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua. Y el deseo de su celoso vecino, que cuando comprobó el engaño, le invitó a pescar en el lago.

Tomás García Merino. Grupo B


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo el agua. Allí lo encontró la policía, con un bloque de cemento en los pies para que no flotara, vestido con frac y pajarita y con el violín y el arco atados a sus manos con alambres. Una fantasmagórica estampa causada por su otro gran sueño: el juego y las apuestas.

Jaume Castejón. Grupo B


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua, cuando al fin lo consiguió miles de cetáceos le dieron una gran ovación.

Manuel Medarde. Grupo A


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua. Nunca imagino que sería su último concierto

Áfrika Gómez. Grupo A


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua, no sabía porqué, quizá había algo de premonitorio en aquel sueño. Ese funesto día de abril, se encontraba en la cubierta del Titanic , tocando sin pausa, junto a otros violinistas, mientras el transatlántico se hundía.Fue de los últimos en ser engullido por el mar, aferrado a su amado violín...

Rosa Celia González Monterrubio. Grupo B


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua y escuchar la canción de las olas. Como no sabía nadar ni contener la respiración consumió su vida intentando lograrlo. Todo su esfuerzo fue infructuoso pués cuando ya había alcanzado cierta pericia, todo el agua desapareció de la faz del planeta...

Nieves Martín. Grupo B


Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua y para ello, busco y urdió la manera de hacerse amigo de un delfín.

Calgari. Grupo A


Microrrelato 3

El pozo, de Luis Mateo Díez
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior. Éste es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje

Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

Olvido
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía 5 años. Era algo que siempre pensé podía suceder. Le gustaba jugar por ese lugar, donde ese pozo, nunca fue tapado correctamente, desde que hicieron la expropiación de la finca.
Una vez más la administración olvidó hacer bien su trabajo.

Pepa Agustín
. Grupo B


Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años, al cabo de seis horas lo sacaron hecho un hombre.

Manuel Medarde. Grupo A


Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años, pudimos sacarlo vivo. Desde entonces la familia empezó su sinvivir.

Calgari. Grupo A


Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía 5 años. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer mismo. Estábamos jugando en el corral del pueblo y, sin apenas darme cuenta, dejé de verle. Primero le llamé a voces y, al no contestar, le busqué por toda la casa, pero no lo encontré. Al ver la trapa del pozo caída, me asomé y allí lo vi flotando. Nunca se me olvidará esa imagen, es hoy mismo y me siento culpable por no haber cuidado de mi hermano, conociendo lo inquieto que era.

Luis Iglesias. Grupo B


La mina de oro
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía 5 años.
Tras buscarlo durante horas por todo el pueblo, a Juan, el alguacil, se le ocurrió echar un vistazo en el pozo que teníamos en nuestro corral, aledaño a la casa que habitábamos.
Tras la izada del cadáver, de un color pálido azulado, recuerdo a mi madre, sentada en el suelo entre la multitud, meciendo a Alberto en el halda, mientras le susurraba con dulzura al oído.
Y aún escucho también, de una forma nítida y precisa, los gritos extemporáneos y groseros de mi padre, obcecado por lavar y amortajar a su hijo en la intimidad. Insistiendo en que él y solo él lo haría, con la única ayuda de mi madre. Un empeño, todo sea dicho, que entendí un par de días más tarde, el día del entierro.
Ese día, tras el funeral, recogidos los tres ya en casa y cuando toda la tristeza del mundo se alimentaba en nuestra cocina, mi padre sacó de la petaca de cuero desvaído lo que parecía medio cigarro liado con cuarterón. Lo deshizo ante nuestros ojos y mostró el polvo, de un color amarillo intenso, que contenía.
– Esto– dijo enjugándose las lágrimas – estaba por toda la cabeza de Alberto.

Tomás C. Grupo B


Microrrelato 4

Instrucciones para dar cuerda al reloj, de Julio Cortázar
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa

Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo, la acompañaremos en todo el proceso para evitarle sufrimientos innecesarios-, le dijeron los médicos.
Ella salió de la consulta y se dirigió a la armería más próxima. Compró una pistola y decidió resolver el problema.

M. Maximina Moreno. Grupo B


Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo, el fondo está a más de cien años de distancia.

Manuel Medarde. Grupo A


Allá en el fondo esta la muerte, pero no tenga miedo porque a ella le va a dar igual.

Calgari. Grupo A



Microrrelato 5

La ruleta de los recuerdos, de Alfredo Castellón
Cargo mi revólver marca Browning, con un montón de recuerdos de mi vida. Giro un par de veces su cilindro como queriendo alejarlos de la memoria, pero al fin, coloco el cañón sobre mi sien y disparo. El recuerdo que me tenía quer matar falla. Tengo curiosidad por conocer el contenido que me ha perdonado la vida. Intento abrir el proyectil fallido, pero enseguida me arrepiento y lo dejo. Quizá el siguiente aclare las cosas y me brinde la oportunidad de la muerte. Me preparo y... Esta vez no falla.
Sin duda era uno de los recuerdos más queridos de mi vida, piensa mientras muere.


Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

Cargo mi revolver marca Browning con un montón de recuerdos de mi vida, y empiezo a disparar a diestro y siniestro haciéndome daño con alguno de ellos. Son heridas que no sangran, pero duelen de forma distinta.

José Luis Fonseca. Grupo A


Cargo mi revolver marca Browning con un montón de recuerdos de mi vida para defenderme a tiro limpio de la soledad.

Manuel Medarde. Grupo A

Desesperanza

Cargo mi revolver marca Browning con un montón de recuerdos de mi vida. Especialmente los más tormentosos y sórdidos. Aquellos que me alejan de mi yo autentico… ¡Pummmmmm!

Pilar Sánchez. Grupo B


Cargo mi revolver marca Browning con un montón de recuerdos de mi vida. Ese revolver que tenía ante ella, le trajo a la memoria el Smith Wesson, que estuvo en el cajón de la mesilla, el tambor estaba cargado, siempre quería verlo así, que no faltara ninguna bala, tan nuevo, sin usar, sin estrenar. Hoy se prepara a cargar este Browning, coge seis balas especiales, van a proyectar; concordia, paz, tolerancia, diálogo, comprensión, armonía y, en la recámara meterá amor.

Inés Izquierdo Pérez. Grupo A


Tengo mi revólver marca Browning cargado con un montón de recuerdos de mi vida, ante la certeza de que ya gasté la mayor parte de mi pólvora.

Calgari. Grupo A
 
 
Microrrelato 6

La fama, de Enrique Anderson Imbert
El poeta la vio pasar, aprisa; y aprisa corrió tras ella y se quejó:
-¿Y nada para mí? A tantos poetas que valen menos ya los has distinguido: ¿y a mi cuándo?
La Fama, sin detenerse, miró al poeta por encima del hombro y contestó sonriéndole mientras apresuraba la carrera:
-Exactamente dentro de dos años, a las cinco de la tarde, en la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, un joven periodista abrirá el primer libro que publicaste y empezará a tomar notas para un estudio consagratorio. Te prometo que allí estaré.
-¡Ah, te lo agradezco mucho!
-Agradécemelo ahora, porque dentro de dos años ya no tendrás voz.

Y estas son las versiones escritas a partir del íncipit:

El poeta la vio pasar aprisa; y a prisa corrió tras ella y se quejó de que todavía no le hubiera pagado los derechos de sus tres últimos libros de poemas.

Manuel Medarde. Grupo A


El poeta la vio pasar aprisa y aprisa corrió tras ella y se quejó:
¿Adónde vas corriendo como siempre? ¿Por qué corriendo siempre y no me ves?
¿Adónde escapas siempre que no alcanzo a darte compañía? ¿Por qué huyen tus pies?
¿Acaso mi presencia no te agrada o son estas palabras las que evitas?
¿Adónde vas corriendo, y son ya tantos años, y sigues siempre sola, y no me ves?

Marian de Vicente. Grupo B


El poeta la vio pasar aprisa y aprisa corrió tras ella y se quejó por no haberle devuelto el pañuelo
que él había dejado caer, delicadamente.

Calgari. Grupo A


Propuesta de escritura para casa

Tomamos como referencia el incipit del microrrelato "Revolución de letras" de José Ángel Barrueco (El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.) y construimos a partir de él un nuevo texto.

Estos son los trabajos recibidos hasta ahora


1

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución
. La luz se cortó de repente. Todo empezó a temblar. Afuera se podía oír, claramente, el silbido de las bombas y su detonación. Allí corría gran peligro, pues su apartamento estaba junto al palacio del gobierno. No había manera de recuperar el cuerpo de su novela. Cogió libreta y bolígrafo y se lanzó a la calle para escribir, a la vieja usanza, una nueva historia: el diario de la revolución.

Jaume Castejón
Grupo B


El literato cobarde

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Una fuerte corriente de rebeldía se había apoderado de los circuitos internos del aparato. La pantalla se iluminaba y se apagaba con ráfagas de luz y el teclado no respondía a las pulsaciones: si marcaba la a, aparecía la palabra adelante, con la b, bancos y sucesivamente: corrupción, desigualdad, esclavitud, finanzas, gobiernos, hambre, indigencia, JAQUER, levantamiento, medioambiente, naturaleza, odio, prevaricación, quiebra, REVOLUCIÓN, sistema, tumulto, UNETE, victoria, xenofobia, yermo y ZAFARRANCHO.
El escritor, confuso, decidió desactivarlo todo completamente, como tantas otras veces había hecho para solucionar problemas informáticos fuera de su alcance y de su comprensión. Esperó dos minutos para iniciar de nuevo la sesión y el monitor se había convertido en un escenario teatral por el que desfilaban personajes enmascarados vestidos con túnicas blancas. Las caretas se asemejaban a los clásicos antifaces griegos de la risa y el llanto. Cada actor llevaba una de las palabras escrita en la toga y se movía de un lado a otro, juntándose y separándose con otros, cruzándose entre sí, uniendo vocablos y creando conceptos.
En el proscenio se estaba produciendo un movimiento hipnótico del que no era capaz de sustraerse. La imagen le atrapaba de tal manera que creía estar allí dentro, moviéndose entre los enigmáticos personajes. Las palabras formaban imágenes en su mente y los circuitos de su cerebro se aceleraban acompasándose con los de la computadora. Podía distinguir claramente el mensaje de aquellos fantasmas en sus carteles humanoides. Pensó que podría ser el argumento de una próxima novela, pero su cabeza ya no daba para más. Desenchufó de nuevo todo el sistema electrónico. Cogió el vaso vació y lo rellenó de güisqui hasta el borde. Se apartó del escritorio y se tumbó en el sofá, intentando sustraerse de esa cadencia inquietante.
Le despertó el sonido de la pantalla al encenderse. Sorprendido y asustado miró hacia ella y se encontró con un baile de letras mayúsculas que al ordenarse decían: COBARDE.

M. Maximina Moreno
Grupo B


Cascada

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. No daba crédito a lo que veía. Comprobó la botella de whisky, estaba vacía. Observó el caos a su alrededor: ceniceros colmados de colillas, botes de cerveza vacíos sobre la moqueta, papeles grasientos de los bocadillos de calamares. Ese había sido su hábitat durante los últimos meses.
Se lavó la cara con agua fría y volvió frente al ordenador con el deseo de que todo fuera producto de su imaginación. Nada podía fallarle, esa misma tarde finalizaba el plazo para entregar su manuscrito. Se frotó los ojos y vio como las letras seguían cayendo lentamente por la pantalla. Una S mayúscula que, hasta ese momento, formaba parte del título caía rebotando en una i de la primera línea. Al segundo, la i siguió el mismo camino que la S. Las letras se perdían en las profundidades de la pantalla. Levantó el teclado y vio el camino que seguían las letras desertoras. Atravesaban la mesa del escritorio y descendían por la pata izquierda hasta la moqueta. De rodillas, siguió la caravana de signos que escalaban la pared junto al radiador. Alcanzó a leer la palabra que habían formado: “Síguenos”. Abrió la ventana y comprobó como caían al vacío.
En la portada del periódico las letras formaron el siguiente titular: “El prestigioso novelista local y amante de las letras, falleció en el día de ayer, víctima de un virus”

Tomás García Merino
Grupo B


En otro lugar

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Su pluma de ave del Paraíso, no pudo aguantar más, y sintiéndose repudiada durante aquel último año, se puso en jarras delante del teclado. Más dudosos que nunca, los interrogantes abrían y cerraban a su antojo frases inexistentes en la pantalla, acrecentándose a cada segundo, un murmullo atronador de mayúsculas y minúsculas: ¿PERO QUÉ DESCARADA? ¿qUién se ha creído qué es? ¿nI que fueRA sU MUsa?...¡Pardiez! ¡Yo así no puedo!, dijo Miguel, y dando un monumental golpetazo encima de la mesa, volvió a perderse en la portada del releído libro de cabecera de Alonso, a la espera de que en otro lugar (del que en un futuro sí quisiera acordarse) pudiera acabar apaciblemente su obra, aunque fuese a pedal.

Carmen Pedrero
Grupo A


Autor de recursos

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Un estremecimiento recorrió su cuerpo. Eso lo cambiaba todo, pero Amelio Castrela no es hombre al que desalienten las dificultades; rápido se llegó al balcón cerrando puertas y contraventanas. Instalado en su asiento de nuevo, llamó al personaje principal de la obra. 
—A ver, Nicolás, te cuento —procuró su tono más convincente— imposible que la novela termine como lo tenía proyectado. Sabes el cariño que te fui cogiendo a medida que ideaba para ti las situaciones más favorables apartándome del esquema que tenía elaborado. Sabela por ejemplo, ni siquiera iba a existir y sin embargo la pinté justo como pensé que te gustaría, solo rasgos positivos pese a que siempre dan más juego literario las mujeres que se alejan de la virtud. Pero esta revolución ahora, Nicolás… No puedo sacar a la luz una obra en la que todo acaba felizmente para los protagonistas. Al fin al cabo no dejáis de ser personas de un elevado status social, con lo que eso entraña en el mundo que nos ha tocado vivir; ya sabes en qué suelen acabar estos altercados. He pensado recomponer el final evitando así… 
—Un momento, Amelio —interrumpió el protagonista de la historia— no te precipites. Aquí hay algo que no cuadra, lee de nuevo y con detenimiento el comienzo, lo que os propusieron para luego continuar escribiendo; es eso ¿no? Pues bien, siglo XVIII, mi amigo, estamos en el siglo XVIII, todavía no se han inventados los ordenadores.

Pascual Martín
Grupo B


El protagonista

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador, cuando se produjo la revolución.
Alguien llamó a la puerta y él abrió un poco sobresaltado, luego de mirar la mirilla. En el dintel apareció Pablo, un amigo de infancia y de bar, que le miraba arrobado, aunque sus manos temblaban.
En un momento, después de la parálisis inicial, notó los brazos de su amigo como una boa cariñosa sobre sus hombros: “Me he decidido después de una noche de insomnio, te quiero y creo que tú lo sabes”.
Se la jugaba Pablo porque sus miradas constantes en el bar, por encima del vidrio de los vasos, emitían señales un poco furtivas, pero evidentes
El escritor sintió que le habían abierto las entrañas, su yo oculto emergió y respondió a Pablo con un beso en el que vaciaba todo su sentir.
“Pasa y espera, tengo algo urgente que hacer, he mentido en esta novela autobiográfica, siempre prometimos no escribir falsedades sentimentales”
Pablo se arrellanó feliz en un sillón, mientras el escritor, su ya casi amante,
añadió, jubiloso y liberado, feliz como en su vida, una frase llameante, en letras mayúsculas y nerviosas “ PAULA ES PABLO, cambiar todas las mentiras”.
El final ya estaba escrito.

Emilia González
Grupo B


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. El silencio le abrazó con sus gélidas manos dejándole mudo. Todo ha cambiado. Su perpleja mirada se clavaba en la brillante pantalla mientras intentaba repasar mentalmente todo lo escrito.
- No puede ser, no puede haber salido de mí todo ésto- la atmósfera no era como en tantas películas nos han enseñado, no había coches ardiendo ni una jauría reventando la ciudad puño en alto. Simplemente el mensaje había calado después de tanto. Él estuvo encerrado en su escritura durante tanto tiempo que no formó parte de ello, pero sí, se gritaba que la revolución sería feminista o no sería, y fue. Vaya que fue. El literato con su obra acabada se dió cuenta que, a pesar de la dilatada experiencia, su pluma tenía más que aprender que contar.

Edwing Domínguez
Grupo A


Una revolución menor

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Porque revolución era, sin duda, la vuelta de sus hijos adolescentes a casa, lo cual se producía invariablemente cada tres meses, cuando abandonaban el internado por mor de las vacaciones. Su sola presencia le agobiaba y producía en su ánimo un efecto disolvente como agua vertida sobre azucarillo. Y no se trataba sólo de que el bullicio y la algarabía, tan nefastos para su concentración, se instalaran en el hogar, en forma de constantes idas y venidas y hasta carreras, charlas telefónicas a grito pelado que traspasaban los más gruesos muros de hormigón, músicas de radio a todo volumen y otras pesadillas diversas pero muy hermanas de las anteriores; se trataba, sobre todo, de una cuestión de inteligencia y de invasión de la intimidad que actuando como una pinza solía tener efectos demoledores. Sí, era consciente de que sus dos hijos, Laura y Gerardo, eran más inteligentes que él, tanto que se las habían apañado para dar con la novela que estaba escribiendo, y que el muy infeliz pensaba que escondía a buen recaudo en algún lugar recóndito del disco duro de su ordenador. Y una vez que supieron de su existencia, le apretaban las tuercas a su padre para que les dejara leer lo que había escrito durante su ausencia, con ánimo de someterlo a su exigente crítica. Y como no tenía carácter para negárselo hasta al menos tenerla terminada, pues se comportaba con ellos más como abuelo que como padre, accedía entre apenado y resignado, teniendo que sufrir luego sus embates inmisericordes contra el texto, de los que de todos modos tomaba el hombre buena nota para hacer luego las pertinentes rectificaciones. Sin embargo, y a falta de un par de páginas para concluirla, había hecho esta vez un esfuerzo tan grande por darle a la novela un final limpio y sin tacha, ante el que no cupiera otra plegarse y alabar, que incluso se podría decir que estaba deseoso de que lo leyeran sus hijos, de modo que cuando se la solicitaron, se precipitó sobre una carpeta y sacó dos ejemplares grapados que les entregó sin vacilar.
Una hora después nuestro literato hubo de reconocer, casi sin aliento, que la muerte del protagonista era absurda, que había un desfase de fechas irreparable, que la actitud última de la mala de la novela no era verosímil y que había dos preguntas trascendentales que quedaban sin responder, con todo lo cual no se podrían salvar más que las primeras cuarenta páginas de las cuatrocientas de que constaba. Y pensó, en fin, el pobre hombre con amargura, que no en vano las revoluciones se lo llevaban siempre todo por delante.

Óscar Martín
Grupo A


9 de noviembre de 1989

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. En todas las emisoras de radio y televisión del mundo se escuchó la noticia: están destruyendo el muro de Berlín. El" muro de la vergüenza", cómo le llamábamos entre los muchachos cuando era un niño. Tenía 10 años cuando lo pusieron una noche. Partieron Berlín en dos, separando familiares y amigos por el capricho de unos dirigentes estúpidos, que, ateniéndose a criterios absurdos, decidieron partir Alemania en dos. Nunca logre entenderlo, por más que me lo explicaron compañeros, profesores y familiares.
A la vista de aquellos acontecimientos, empiezo a entender Plauto con aquel "homo homini lupus", y a Einstein con lo de "solo hay dos cosas infinitas...
Me alegré sobremanera de la liberación de la Alemania del Este, pues intentando ponerme en el lugar de los allí encerrados, en ocasiones me veía convertido en esclavo del sistema, y en otras me veía corriendo por aquel pasillo entre ambos muros, siendo acribillado por las balas, y muriendo en el intento de escapar; obteniendo así la libertad mediante la muerte.
Ambas soluciones me parecen lícitas, todo depende de la prisa que uno tenga en alcanzar la libertad.

José Luis Fonseca
Grupo A


Novela sin título

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Sabía que eso iba a pasar y había escrito todo lo que había podido, pero no pudo acabarla a tiempo. Temía que su trabajo desapareciera debido a los acontecimientos que pasarían a partir de ese día. Comenzó a imprimirla para mantenerla a salvo y retomarla cuando todo estuviera estabilizado de nuevo, pero se le acabó la tinta y no tenía ningún cartucho de repuesto.
Salió a la calle y se dirigió hacia la tienda de su amigo donde este le facilitaría uno. La tienda estaba cerrada. Diez segundos de máxima angustia se apoderaron de su mente hasta que rompió el cristal y cogió el cartucho salvador. Corrió hasta su casa y continuó con su labor. Cuando faltaban unas cinco páginas por imprimir, golpearon fuertemente a su puerta. <<¿Me necesitan para escribir nuestros manifiestos o me buscan para acabar conmigo?>> Se preguntó.
No abrió. Rompió el ordenador y huyó, sin destino, por el jardín. Su inseparable bolso de cuero marrón golpeaba su costado derecho con cada zancada que daba.

José Carlos Arroyo
Grupo C


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo una revolución. Todo comenzó con la premeditada inacción de las conjunciones que, solapadamente, impedían la unión natural de unas oraciones con otras. Se agravó después de que adverbios y adjetivos decidieran rebelarse contra la aviesa tiranía a la que les sometían verbos y sustantivos.
El escritor presenciaba atónito como su texto se deslavazaba y se trastocaba irremisiblemente. Nada resultaba como había imaginado, las frases, confusas e inconexas, no eran las que él había concebido y tecleado.
Cuando preposiciones y determinantes se dejaron arrastrar a la protesta el caos era ya incontrolable. Temió el autor que fueran sus propios dedos los que estuvieran desobedeciendo los dictados del cerebro y se demoró mirándose las manos desconcertado. Sacudió enseguida la cabeza desechando por absurda tal idea, pero los siguientes intentos de construir frases coherentes volvieron a fracasar.
Se percató en ese momento de que, de todas las categorías de palabras, solo le quedaban bajo control las interjecciones y entonces, temiendo que quizás fuera la última palabra de su novela, tecleó letra a letra, cerciorándose de no cometer ningún error: ¡Socorro!

Pepe Lorenzo
Grupo B


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Tiempo después, apilaba bajo el colchón, tres rollos de papel higiénico. El último capítulo escrito a escondidas tras los barrotes de una celda donde nunca amaneció.

(A Miguel Hernández y su nana de la cebolla)

Mamen Somar
Grupo C


Desenmascarado

“No queda nada de lo que fue nada” (José Hierro)

El literato ultimaba su última novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. En dos horas debía enviar en archivo adjunto el borrador a su editorial. El plazo se cerraba. En ese tiempo una última revisión, para examinar si cumple sus expectativas. La casa y todo él en silencio. Con precipitación enciende su portátil. No hay nada. Todo vacío. Absolutamente nada… Hiperventila, exorciza sus demonios… Corre al dormitorio y desierto .Ni rastro de ella.

Pilar Sánchez
Grupo B


Rebelión

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. La pantalla empezó a emitir unos intensos destellos, acompañados de fuertes pitidos que sorprendieron al atónito escritor. Su sorpresa fue mayor al contemplar que las páginas de su novela recorrían de izquierda a derecha y arriba a abajo la pantalla sin ningún control. 
Empezaron a mostrarse los personajes de su novela, que no contentos con su papel, decidieron rebelarse y provocar una gran revolución para acabar, una vez por todas, con la tiranía del insigne escritor. 
El personaje protagonista, no quería serlo y exigía un papel menor. La criada, quería ser señora y lucir muchas joyas. La señora, se veía mejor de maestra en una gran escuela. El soldado se convertiría en lo que siempre añoró, ser objetor. El niño, en persona mayor y además, en un afamado tenor. Su hermana en primera bailarina del Bolshoi. El jardinero prefería ser arquitecto, el perro, león y hasta el gato siempre soñó con ser ratón. 
¡Dios Mío, qué caos! -exclamó el pesaroso autor- Mi novela se ha ido al traste. He aprendido la lección. Desde ahora crearé personajes más sumisos y que se atengan al papel que Yo, su creador, les tengo asignado en cada renglón. Y por supuesto, nada de escribir con ordenador. Volveré a poner, el papel y el lápiz en su lugar de honor.
 
Marian Pérez Benito
Grupo A


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
El mundo había quedado a oscuras, no porque el sol no siguiera saliendo cada mañana, pero el universo de las conexiones en red había terminado: el apagón tecnológico llegó tan inesperado como su encendido se había ido sigilosamente colando en nuestras vidas hasta llegar a hacerse imprescindible.
El literato no había hecho copia de seguridad y el mundo de la nube se había esfumado. Era la que creía su última novela, la única en la que se había atrevido a expresar aquello a lo que siempre apuntaba pero nunca hasta ahora había afrontado: hablar directamente de su vida.
El relato de todo lo que era, o creía ser, o le importaba, estaba ¿dónde ya? Y sin embargo reconoció el valor de esa escritura que ya nunca nadie vería, leería, en su propio ser. Por fin, se había visto a sí mismo, se había reconocido. Y en ese arriesgado y arduo solitario ejercicio de tantos, tantos meses, se había ido gestando su sanación.

Marian de Vicente
Grupo B


Inteligencia artificial

El literato ultimaba una novela escrita ordenador cuando se produjo la revolución. Le quedaba sólo el último párrafo, el final memorable para la novela en la que llevaba trabajando cinco años. Su gran obra maestra. Pero lo que escribió en el teclado no era lo que leía en la pantalla, era totalmente distinto. Aporreo con furia la tecla Supr, Supr, Supr, que se le pusiera rebelde el ordenador cuando le quedaba tan poco para terminar le enfureció. Volvió a escribir y de nuevo no se correspondía, Supr, Supr, Supr aporreo con violencia otra vez. Se levantó y dio un paseo nervioso por la habitación. ¿Qué pasaba?,¿sería un virus?, menos mal que tenía varias copias guardadas en diferentes formatos. Intentó relajarse y escribir lo que tenía en la cabeza para el final desde hace meses. Esta vez lo escribió del tirón, sin levantar la vista del teclado y cuando puso el punto final, esperó unos segundos con miedo antes de levantar la vista. Empezó a leer, no coincidía con nada de lo que había escrito, y ya con el dedo encima del Supr siguió leyendo hasta el final y la boca se le abrió en una mueca de asombro. Volvió a leerlo otra vez y otra y otra, hasta cinco veces más y por fin la cerró. Lo que había escrito su ¿ordenador? era mucho mejor que su final, infinitamente mejor, era el final redondo que necesitaba su novela. Y tras volver a leerlo una vez más y de sentirse idiota porque no se le hubiera ocurrido a él, con dedos temblorosos escribió FIN y esta vez sí las teclas escribieron lo que quería.

Beatriz Gorjón Martín
Grupo A


El resplandor.

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
Para aquel otoño que se avecinaba tenía grandes planes, faltaban dos días y el calendario marcaría su comienzo. Iba a iniciar su gran sueño, su proyecto, ¡cuántas sensaciones ante esa perspectiva!, solo le quedaba poner fin a su novela, pero antes tenía que escribir la última decisión que adoptaría Mario ¿le daba otra oportunidad o su marcha era sin retorno? Y, de repente una gran explosión, un gran resplandor, junto a una gran columna de humo, y se olvidó del Mario de su novela, porque la tierra empezó a rugir. Todo está esperando poner la palabra FIN. 

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


El último libro

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Las mujeres, que se sentían maltratadas por los varones en la trama, como venganza estaban empezando a eliminarlos del texto. Cuando ya solo quedaba el protagonista -que era su alter ego-, supo que ya no iba a tener tiempo de finalizar su relato.

Manuel Vara
Grupo C


El literato ultima una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución..Sí, podría denominarla así porque lo que estaba ocurriendo revolucionaría su vida de tal modo que ya nunca volvería a ser la misma.
Absorto como estaba buscando el final de su novela, no había reparado en el fragor que se oía exteriormente hasta que se hizo tan atronador que su cuerpo empezó a temblar y tuvo que aferrarse a los brazos de su sillón para poder levantarse y acercarse al balcón. Cuando lo abrió , se quedó petrificado al ver que una colada de lava incandescente avanzaba, imparable, no muy lejos de su casa. No pudo evitar que unas lágrimas resbalaran libremente por sus mejillas. No daba crédito !!!
Ahora sí, reaccionó con rapidez, tenia que salir con urgencia pero, antes de abandonar su casa, cogió solamente su pequeño portátil, quería salvar su novela ; el tiempo diría si algún día podría darle fin..

Rosa Celia González Monterrubio
Grupo B


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución
Fue rápido, apenas en unos minutos, el desorden se apoderó de la situación. A la voz de ¨Control mas Alt¨, en un “Escape” perfecto, junto a un “Suprimir” seguido de “Pausa”, los adjetivos movilizaron a los sustantivos, y apoyados por los artículos, en clara mayoría, redujeron al novelista preso de pánico.
Los médicos determinaron, el novelista falleció por sobredosis…

Guadalupe Sanchón
Grupo C


El literato última una novela en el ordenador cuando se produjo la revolución. Ruido de cacerolas, silbatos, gran avalancha de personas mucho ruido, todo eso percibió de pronto nuestro literato, que estaba centrado en su deseo de terminar la novela. Molesto se levantó, y salió de su tranquila, cómoda y silenciosa habitación. Ver la ruidosa manifestación, le hizo recordar y tomar conciencia de la gran revolución que estaba anunciada, y vio que ya había empezado. Mucho se pedía últimamente al ciudadano, y la paciencia termino.
Ayer el gobierno anunció nuevas subidas, pero No salariales. Y seguir cumpliendo con tantas peticiones... Que la ciudadanía ya no aguantaría más. había decidido iniciar una revolución.

Josefa Agustín
Grupo B


Revolución y punto final

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. No podía creer lo que estaba ocurriendo allí delante de sus propios ojos. Las letras, palabras, frases, párrafos, todo lo escrito se empezó a desdibujar después de un baile endiablado.
Al principio el literato pensó que todo aquello era producto de su extrema debilidad ya que llevaba varios días sin tomar nada sólido. Había decidido que no perdería tiempo en comer hasta que no pusiera el punto final a la novela.
Se dirigió al baño a refrescarse la cara, después a la cocina para hacerse un café bien cargado. Mientras esperaba a que la taza se llenase reflexionó sobre lo ocurrido. Después de darle vueltas y más vueltas llegó a la conclusión de que la razón para aquel despropósito era que los personajes de la novela no estaban conformes con el final que él había ideado. De modo que la única salida era buscar otro final.
El literato encontró la solución, esta vez escribiría un final a lo Flannery O’Connor, sería un final misterioso, con un mensaje cifrado y una modificación de los personajes. De esa forma para cuando los personajes llegaran a darse cuenta de los cambios ya sería demasiado tarde, la novela ya estaría en los escaparates de las librerías.
No sería posible una revolución o éso creía él ...

Nieves Martín
Grupo B


Revolución interna

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
Desde el momento en que vio en él la manzana mordida , comprendió que ese había sido el instante en que el ser humano fue consciente de su propia obsolescencia.
Tuvo la certeza de que este era el motivo, el principio, la coartada, de cuántos miedos, evoluciones, desesperanzas, anhelos y revoluciones, se han producido desde el principio de los tiempos… y así empezó la suya propia.

Calgari
Grupo A


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
Un ruido ensordecedor proveniente del piso de arriba, empezó a inundar la habitación donde estaba escribiendo. Miro el reloj y son las dos de la mañana. Llamo por teléfono al vecino del cuarto para preguntar si está pasando algo en su casa y la respuesta me deja anonadado: “Estoy barnizando el piso, ¿ocurre algo?”.
A continuación, me comunico con la Policía Municipal: les indico el motivo de mi llamada para que acudan a ver a mi querido vecino y le pongan una multa si se lo merece, pues es su labor.
Dos policías municipales se personan en menos de diez minutos y, después de hablar con ellos, suben al piso de arriba. Oigo decir a mi vecino a los agentes, con toda la cara del mundo, que está barnizando su piso y que si yo no quiero ruido que me vaya a vivir a un chalet a Valdelagua.
No conozco el resultado de lo que le dijeron, pero cesó el ruido y, por fin, pude seguir escribiendo, si bien el final del relato lo tuve que cambiar.

Luis Iglesias
Grupo B


Pásalo!

El literato última a una novela escrita a ordenador, cuando se produjo la revolución.
"De momento" –decía el correo electrónico que usaron para comunicárselo –"eres el único que lo sabe. Sí pasados unos días no recibes más noticias al respecto, teme lo peor y siéntete libre de difundir la noticia.
Posdata: en el anexo adjunto encontrarás direcciones de varios blogs, donde podrás pregonar la buena nueva, de una forma masiva y sutil.
¡ Felices y revolucionarios días!

Tomás C
Grupo B


Un día cualquiera

El literato ultimaba una novela escrita en el ordenador, cuando se produjo la revolución. Una alarma sonó a las cinco de la mañana. Martina se despertó emitiendo un largo y agudo llanto de desconsuelo. Su mujer le hablaba desde la habitación, ya voy cariño, ya voy, mientras soltaba un interminable chorro de orina sentada en el váter. El escritorio de Francisco estaba frente a la ventana del cuarto principal. Llovía torrencialmente. En ese instante llegó una ambulancia con una sirena ronca a la casa de los vecinos del frente. La señora Paquita abrió la puerta llorando. Los paramédicos corrieron hacia adentro. Sacaron al señor Martín sujeto a una camilla. Paquita lloraba y la lluvia no cesaba. Martina tampoco. Pedrito y Alejandra se despertaron más rápido que de costumbre . Se acercaron al escritorio, le pidieron agua a su padre. Las dos últimas frases estaban por escribirse, sus dedos en el aire sobre el teclado. Se dirigió a la cocina y se fue la luz. La lluvia estaba haciendo estragos. Dos vecinos en sus coches estaban saliendo de retroceso y chocaron, no se vieron, no se escucharon. Francisco sintió el golpe. Los niños se asomaron a la ventana. Regresó la luz. Frank intentó regresar al escritorio, su mujer le pidió que le diera desayuno a los niños, Martina no se sentía bien. Los chicos se tomaron su leche con galletas. Ya estaba amaneciendo. Aún se escuchaban las voces de los vecinos discutiendo por quién tenía la razón. Dejó de llover. La luz del amanecer se asomó en el vecindario. Los niños, por primera vez, se vistieron a tiempo para ir al colegio. Frank continuaba con su bata, y pensó que quería tomar café. Pero no. Su mujer le dijo que se apurara para llevar a los niños al colegio. Cambió la bata por un abrigo, salió con los niños. Las últimas frases le rondaban en la cabeza. Los niños peleaban, gritaban, y por fin se bajaron. De regreso a casa por la autovía pudo dar con aquellas palabras finales de la novela. Comenzó a buscar cualquier papel y un boli para anotarlas. El asfalto estaba muy mojado. Frank continuó buscando, y encontró una factura del supermercado. Comenzó a escribir sobre el volante. El coche comenzó a deslizarse. Frank descuidó por unos segundos el volante. La última frase no la pudo terminar. En algún momento había pensado en un final abierto. Así quedó.

Carmen Elena Ochoa
Grupo A


Pequeña revolución

El literato ultima una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución. Lo primero que se le viene a la mente cuando lo recuerda fue el sonido del teléfono y la voz entrecortada de su mujer anunciando el veredicto del ginecólogo: son gemelos.
Reunió la energía y la concentración justa para guardar la última versión del documento que contenía su novela. Le había ocupado el último año de su vida y el plazo de la editorial estaba al límite.
Aquel día lo pasó con su mujer en casa, compartiendo la emoción del momento, la alegría y ¿Por qué no reconocerlo? El vértigo que le produjo la noticia sin saber por qué. Ella estaba contentísima. Su ilusión era tener gemelos y criarlos juntos.
Decidieron de común acuerdo no decir nada hasta que el embarazo hubiera superado los 3 meses, por si había complicaciones.
Pasado ese tiempo todo fue un no parar. La familia preguntando, queriendo comprarlo todo, los cambios en la casa, el reposo absoluto que le prescribieron a su mujer los dos últimos meses, el adelanto del parto.
Sus hijos vinieron al mundo una semana después de la publicación de su novela. ¡una locura!

Teresa Sanz
Grupo B


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
El escritor ya no era joven por lo que las palabras absolutas no conseguían emocionarlo, él prefería utilizar palabras más modestas, más relativas. María, su hija pequeña le había comunicado el triunfo de unos militares revolucionarios en la isla de la que procedía la familia y de la que tuvieron que salir huyendo hacía demasiados años. En ocasiones anteriores, otros militares revolucionarios también habían prometido el establecimiento de una democracia formal con sus libertades y un reparto más justo de la riqueza . Transcurridos unos años todo seguía igual. Sus novelas así lo habían contado. Los cambios sucesivos trajeron el establecimiento de condiciones más duras para la población en general y para los suyos en particular. Nada hacía pensar en que en esta ocasión las cosas fueran a ser diferentes. En los primeros momentos, todas las declaraciones eran esperanzadoras pero transcurrido un tiempo, los nuevos dirigentes se preocupaban únicamente en llenar las alfojas para cuando unos nuevos revolucionarios los hicieran salir del poder recién conquistado. Al menos ese era el final de la novela que estaba acabando de escribir.
El novelista pensó que debería dar una oportunidad a las esperanzas de su hija pero sintió al mismo tiempo una pereza inmensa. Se sintió hastiado por tantas promesas incumplidas.
A la mañana siguiente, llamó a su editor desde la estafeta de correos para comunicarle el envío de la novela, urgiéndole a publicar el libro sin dilación.

Enrique Martínez
Grupo C


Un grito en la tormenta

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador, cuando se produjo la revolución, su cordura se torno en delirio, su estabilidad se aparto de el, su corazon abrupto queria escapar del pecho, y su mente difusa se quebraba por momentos, cuando se percato que aquel maldito ordenador, que durante tanto tiempo había sido su fiel compañero y confesor de sus ideas, le había traicionado, al borrar uno por uno todos los capítulos de su libro.

Juan Carlos Zarco
Grupo C


Libertad

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador, cuando se produjo la revolución.
Como cada día se encuentra delante del ordenador, esa maquina en la que tecla a tecla va narrando sus pensamientos, ideas, vivencias…
Pero un día se bloquea, la sudoración es fuerte, la pantalla, las teclas le superan, le pueden, tiembla. Se asoma a la ventana y viendo pasar la vida delante de él, se relaja.
Vuelve otra vez a su medio de vida, a su pasión y sigue sin entender nada.
Después de un tiempo comprende. Su mente se niega a colaborar, sus teclas ya son unas desconocidas, la pantalla no le acompaña, lo único que le unirá a su existencia será seguir “asomado a una ventana”.

Ana Isabel Diéguez
Grupo C


El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución...
Y, tuvo que empezar de nuevo porque se había perdido el final. Esta vez la escribió en papel, unas veces con lápiz, otras con boli y para el final coqueteó y eligió la pluma. Cuando terminaba de reescribir la novela se produjo la contrarrevolución. Y, entonces, decidió pasarla al ordenador. No pudo contener el llanto.

Araceli Sebastián


Reproducimos a continuación el microrrelato original del que tomamos el inicio para nuestra propuesta de escritura

Revolución de letras

El literato ultimaba una novela escrita a ordenador cuando se produjo la revolución.
Las letras del teclado, comenzando desde los extremos (la cu, la a y la zeta en la izquierda, la pe y la eñe en la derecha), ascendieron en orden por las yemas de sus dedos. Como un veneno disuasor de avance veloz, contaminaron sus venas con la ne3grura de sus signos, prosiguiendo su discurrir por los antebrazos, los hombros y el cuello, regiones en las que iban depositando palabras completas que fueron engordando su piel hasta conferirle la apariencia de un viejo pergamino sepia. La acumulación de frases y oraciones formaron sobre su carne un libro maldito de sentencias y anatemas, de referencias cruzadas que trató de leer en vano en el papel que era su cuerpo. Pero un hombre no puede ser libro y la tinta clausuró su respiración.
El literato expiraba en la alfombra, enfermo de literatura y saber, cuando las letras regresaron obedientes al teclado, al acecho de otra víctima.


José Ángel Barrueco

Escribir un árbol

Comenzamos una nueva andadura del taller de escritura creativa con la sesión "Escribir un árbol". En ella hablamos de lo que nos mueve a escribir y de lo que significa la escritura.
Tomamos como referencia dos libros: Escribir un árbol, plantar un hijo y tener un libro. Un diálogo sobre escritura creativa, de Cristina Sánchez-Andrade y Alberto Echavarría y Por qué llora la maestra. Carta larga para ti, que quieres escribir, de Gonzalo Moure.




¿El escritor nace o se hace? Esta es un pregunta típica, y tópica, que muchos periodistas hacen en sus entrevistas a escritores. Cristina Sánchez-Andrade señala que la mejor respuesta a esta cuestión es la que en su día ofreció Augusto Monterroso: "No recuerdo a ningún escritor que no haya nacido". 

Pero también apunta:

"En general, creo que la escritura trata de desenterrar ese territorio inexplorado de nosotros mismos (C.G. Jung lo llamaba “la sombra”) que nos da miedo. Porque escribimos para saber lo que no sabemos que sabemos; por eso a menudo nos sorprendemos de lo que hemos puesto y nos preguntamos de dónde lo hemos sacado, por eso, sospecho, suceden todas esas casualidades tan extraordinarias. Y es que te subconsciente sabe mucho más de lo que tú sabes."

Gonzalo Moure, por su parte, afirma:

"No escribí este libro para enseñar, sino para compartir lo que aprendí. La mejor lección de literatura me la dio una niña que estaba escribiendo un libro... para saber por qué. Y me di cuenta de que esa debía ser mi intención, la intención de todos lo que escriben. Y también de los que quieren escribir, la inmensa marea de nuevos escritores que se mueve bajo la superficie de la vida y un día gozoso nos dirán... por qué llora la maestra."

Yo añado que escribir es "un trabajo de reforestación permanente".



Propuesta de escritura 1

Al ver la nota que le han dejado sus padres en la nevera, una niña está superfeliz y su hermano está llorando. ¿Qué pone en la nota? ¿Por qué la niña se ha puesto tan contenta y el niño tan triste?

(Ejercicio 17, Cuadernito de Escritura Divertida, El Hematocrítico / Olga Capdevila, Blackie Books)

Y estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Nota en la nevera

"Como hace mucho frío, en vez de ir al fútbol iremos al ballet"

Óscar Martín
Grupo A


Nota en la nevera

"Lola, no hace falta que metas la pizza en el horno. Come lo que quieras y así tendrás tiempo para ver tu serie. Queda crema de verdura, dasela a Marco. Volveremos pronto. Mamá".

Calgari
Grupo A


La nota en la nevera

Me levanto de la cama y percibo la ausencia de mis padres.
Después de ir al cuarto de baño, acudo a la cocina y encuentro a mi hermana que está desayunando.
Me mira, sonríe, la veo eufórica y no entiendo por qué.
Me prepara el desayuno muy amable. No entiendo qué está pasando.
Al terminar, mi hermana con sonrisa de oreja a oreja, me dice: ahora vas a fregar los cacharros y luego haces tu cama y ordenas la habitación antes de ir al colegio.
Me rebelo, me enfurezco, pataleo y me niego a obedecer.
Mi hermana, sin perder la sonrisa, me agarra del brazo y me planta en la cocina delante del frigorífico.
Allí puedo leer con lágrimas en los ojos lo siguiente: vamos a faltar todo el día, María, quedas al mando.

José Luis Fonseca
Grupo A


En la nevera

Os quedasteis dormidos antes de la prórroga. Real Madrid 0- Barcelona 3

Pepe Lorenzo
Grupo B


Nota en la nevera

"Hay pizzas en la nevera para cenar. Son 4 quesos. No volveremos tarde"

Jaume Castejón
Grupo B


Reacción a la notificación

Llevar a Andrea a Eurodisney.
Luis disfrutará más en los Campos Elíseos, Nôtre Dame, la Torre Eiffel y Versalles.
Descartado ir a ver a Messi jugando con el PSG. Muy alto precio para alguien tan bajito.

Javier Martín
Grupo A  


Nota en la nevera

"Os he dejado la merienda, hemos ido al colegio a por vuestras calificaciones, hablamos en la cena."
Mamá y papá.

Esther Yubero
Grupo A


Nota en la nevera

Alberto , no olvides que el abuelo te espera a la salida del cole para ir al Odontólogo.
María , tú irás con la abuela a buscar el patinete de tu cumpleaños a la juguetería.

Áfrika Gómez García
Grupo A


¿Por qué llora Javi?

Ana no es tan mala como nos puede hacer pensar con su comportamiento, pero es que aquel día Javi, su hermano, le había gastado una broma muy pesada y, le prometió que se la pagaría, así que no pudo más que soltar una sonora carcajada, ponerse contenta, era su venganza, cuando vio encima de la mesa un traje de Blanca Nieves.
Os cuento. Llegaban las vacaciones y con ellas la fiesta de fin de curso, la maestra propuso que pensaran en qué personaje querrían ser y ese iba a ser su papel. Cuando se lo contaron a su madre aplaudió la elección que habían hecho, esos personajes les iba ni que al pelo, Ana sería una perfecta Pipi Calzaslargas, sabía cantar, bailar y hacer trastadas como ella, tenía su particular “Pequeño tío”, El”Señol Nilson”era un peluche, era imaginativa , como ella. Le compró el disfraz perfecto. Javi había elegido ser Spiderman, quería ser el superhéroe, que creando sus superpoderes solucionaba con su suero los problemas de los demás.

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


Nota en la nevera

Volvemos enseguida.
Hemos ido a comprar tres entradas para el Madrid-Barça.
Quien no haya finalizado por completo sus deberes cuando lleguemos a casa, se queda sin partido.

Maxi Moreno
Grupo B


Nota en la nevera

Sabemos quién robó el dinero que había en el cajón.

Teresa Sanz
Grupo B


Nota en la nevera:

La abuela ha fallecido. Lo siento cariño. Volveremos a la noche. Ya sabes que hacer con Mario.

Tomás García Merino
Grupo B


Tendremos un gato, no tendremos perro

Manuel Medarde
Grupo A


Relato familiar

"Lo siento, no me he podido aguantar".
Contaba mi tío que su hijo, cuando era pequeño, cada vez que tenía un examen en el instituto se levantaba un poco antes para repasar la asignatura, hasta que descubrió que, con la ansiedad que le provocan los exámenes, se comía el desayuno de sus hermanas y luego les dejaba un folio escrito en la mesa de la cocina con dicho mensaje.

Luis Iglesias
Grupo B


Nota: 

" Cariño, recoge la habitación. Hoy es sábado y le toca dormir Contigo"

Tomás C
Grupo B


Nota en la puerta de la nevera

Cuando Lucía y Marcos se levantaron, lo primero que hicieron fue ir a la nevera . En la puerta de la misma, figuraba la siguiente nota:
“ Vais al cole. Papá trabaja.”
La noticia llenó de alegría a Lucía y causó gran tristeza a Marcos que quería ir a disfrutar de la montaña.

Ramón Sánchez Rodríguez
Grupo B


Los niños acaban de leer que la televisión está averiada por lo que no podrán verla esa noche. El niño se alegra mucho porque ese día televisan un partido de la Champions que su hermana no quiere perderse ya que es una hincha de uno de los equipos participantes y él no soporta el fútbol, así que podrá dedicarse a la lectura, su afición favorita, sin tener que aguantar el ruido insoportable que siempre hay en casa en esas ocasiones.

(Me he permitido cambiar las reacciones de los niños, espero os parezca bien)

Rosa Celia González
Grupo B


Nota en la nevera

Cariño, la operación de tu hermano no nos ha dejado pasar tiempo juntas. Lo siento. Este finde es solo para las chicas, te lo prometo.

Toñi Martín del Rey
Grupo B


“Chicos: Tenemos que irnos a cuidar del abuelo. Vendrá a estar con vosotros Javier hasta que regresemos. Llamamos luego. Portaos bien, besos.” Este fue el mensaje que Mavi y Mateo se encontraron pegado a la nevera aquella mañana. El desayuno estaba medio preparado sobre la encimera. Mavi cogió una magdalena y se puso a prepararse un cola-cao como si nada; de hecho, canturreaba, aunque bajito, y Mateo, que tenía la garganta y el estómago encogidos, se sublevó ante la media sonrisa que percibió en su hermana. ¿Cómo puede comer ahora, y cantar, y sonreír? se preguntó mientras sintió que brotaban las lágrimas y su garganta se quejaba en silencio? No lloraba por la ausencia de los padres, ni por el abuelo, que no imaginaba muy enfermo y al que sólo veía un par de veces al año, pero el nombre de Javier había rebotado en su cabeza como un inesperado balonazo. ¿Por qué confiaban tanto en él sus padres, por qué se volvía loca de alegría su hermana cada vez que aparecía por casa? ¿Por qué no sentían ese escalofrío, ese miedo que le paralizaba a él cada vez que se acercaba, con sus sonrisas y palabras mentirosas, con sus asquerosos abrazos?

Marian de Vicente
Grupo B


Propuesta de escritura 2

¿Cuáles son tus razones para escribir? ¿Qué significa para ti la escritura? Exprésalo en un breve texto



Decálogo de un escritor (¿Por qué escribo?)

Escribo porque me obliga el cuentista que llevo dentro.
Escribo porque no recuerdo cómo se habla.
Escribo porque es como el aire que respiro
Escribo porque los personajes que hay dentro de mi se amotinan sino les dejo salir.
Escribo porque tengo la ilusión, siempre fallida, de alguna vez entender algo.
Escribo porque es como saltar al vacío sin red.
Escribo porque así la herida me duele menos.
Escribo porque así los sueños duran más.
Escribo porque me pagan...los escritores también tenemos que comer.
Escribo porque solo se escribir.

Manuel Vara
Grupo C


Rimando horas

Pleno de la pasión que me consume
el pasar de las horas entretengo
y solo a endecasílabos me atengo
temiendo que la Musa se me esfume.
Y siempre que la noche no me abrume,
de intentar un soneto no me abstengo
y aunque a veces la rima no mantengo,
me complace el olor de este perfume.
Son las tres y en silencio está mi casa
mis ritmos circadianos contravengo
y aún cansado el insomnio no se pasa.
A veces mi cerebro se extravasa,
¡debo finalizar!. Me reconvengo,
por no darme ni daros más la brasa.

Calgari
Grupo A


FILIGRANAS

Escribo para contemplar
la danza de las palabras
que solas o abrazadas,
llenan un blanco escenario
de armoniosas filigranas
transmitiendo, sutilmente,
alegrías o tristezas,
lágrimas o risas
dudas o certezas,
preguntas o respuestas.

Escribo para encontrar
el misterio de tu profunda mirada,
de tu sonrisa franca
y de tu piel aterciopelada.

Escribo para saber
que hay más allá de los sueños,
del consuelo,
del miedo y del silencio.

Escribo para responder
las viejas cartas de amor
que guardadas en un cajón,
releo cada vez que la nostalgia
invade mi corazón.

Escribo para ti y para mí
para los que me amaron,
y yo amé.
Para los que me olvidaron,
y yo olvidé.

Escribo para que la belleza
y el alma de las palabras,
se admiren en nuevos escenarios
regalando emociones,
a los que todavía no han llegado.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Monólogo

En esta vida que vivimos el tiempo es muy importante. Está constantemente en el verbo de todos. Sabemos medirlo y por eso creemos que lo tenemos controlado y luego están las otras: personas, plataformas o redes sociales, que, también, quieren parte de nuestro pastel temporal. A los hechos, frases, preguntas y demás composiciones gramaticales me remito:
· ¿Me concede 5 minutos? Terminamos enseguida. Esta pregunta se puede realizar telefónicamente o bien después del timbrazo en el umbral de tu puerta. La cosa dura de 20 a 30 min.
· Dedique 1 minutos a nuestra encuesta de satisfacción. Vale
· Rellene nuestra encuesta, no le llevará más de 2 minutos.
· 10 minutos al día le bastará para aprender un idioma.
· Otros 10 minutos conseguirán que tengas una salud inconmensurable o un cuerpo 10.
· 15 minutos, como mínimo, de caminar serán para tu corazón una bomba de vida.
· Si tiene un minuto escúcheme, le interesa.
· No pierda un minuto y venga. ¿Qué puede perder?
· El tiempo es oro, abrevie.
· ¡No me haga perder el tiempo!. Luego no sé dónde lo pongo.
· Le faltó tiempo para venir a contármelo, y, a mi para escucharlo.
· El tiempo pasa nos vamos haciendo viejos. Dedique 10 minutos diarios a contemplarse el ombligo y a escuchar su música.
· Dame un tiempo. Si. Mejor que toda la vida.
· El tiempo corre, no lo pares.
· Se paró el tiempo. Quizás pasó un ángel.
· Tuvimos tiempo de sobra. ¡Dadme 5 minutos!. Por favor.
· El tiempo vuela, canción de Los PeKenikes (https://youtu.be/DQp2QdZftv4). ¡Que tiempos aquellos!
· Ahora tiene todo el tiempo del mundo. Ayer me concedió una entrevista de una hora.
· Cocina rápido pero come lentamente.
· ¿Cuanto tarda? ¿Cuándo llega? ¿cuándo pasa? ¿Cuándo termina?
· La velocidad es la relación espacio/ tiempo pero si te aceleras el tiempo es al cuadrado.
· ¡Un segundo!
· El tiempo no perdona. Tiene su canción pero es de mucho llorar.
· Pasa el tiempo y sin ti no sé vivir.
· El tiempo lo cura todo.
· Al reloj le faltan pilas ¿No iba por el pulso? Mira el móvil.
· No time to die (https://youtu.be/7yJ328yi55c). En el último momento termina de morir.
· No tengo tiempo pá ná.
· Gracias por el suyo, su tiempo me refiero
· Adiós, ¡hasta otro día!, ¡hasta más tarde!.

Araceli Sebastián González
Grupo C


Mi examen más difícil

¿Cuántos granos de arena hay en la playa de Piran, de Eslovenia?
La respuesta siempre está en Google. Para empezar, no tenía ni idea de donde quedaba la playa de Piran. Una vez satisfecha esa curiosidad, se me ha ocurrido buscar cuantos granos de arena hay en un metro cúbico. Para mi sorpresa, hay un señor que ha estimado cuantos granos hay en todas las playas del mundo. Concretamente ¡56 X 10 elevado a 20! Creo que, también yo, voy a pensar un número muy grande y el que no se lo crea que los cuente.

Explica qué hizo Fernando II el 3 de marzo de 1147
Todo el día de preparativos. Esa noche apenas pudo dormir. El día siguiente iba a ser una jornada histórica.

¿Cómo es el primo segundo del calamar gigante que vive más profundo de todo el océano?
Ya sé a quien te refieres. Es un chulín, siempre queriendo ser más que nadie. A mí no me cae bien.

Explica cómo es la Supernova DES16C2nm
Es una vieja engreída: distante, brillante y rara.

Enrique Martínez Monteagudo
Grupo C


Mi examen más difícil

¿Cuántos granos de arena hay en la playa Pinan, de Eslovenia?
Me habían hablado muy bien de la playa de Pinan y quise conocerla. La transparencia del agua me invitaba a disfrutar de dicha playa. Deseaba poder tumbarme en la arena a escuchar esa agua y a disfrutar de la belleza de la naturaleza. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue la ausencia de arena. A penas pude permanecer allí cinco minutos, pues las piedras me hacían surcos en las plantas de los pies y lo que pretendía ser un momento placentero se estaba convirtiendo en un momento doloroso.

Explica qué hizo Fernando II el 3 de marzo de 1147.
Nada más levantarse aquel día de finales de invierno, Fernando II decidió pasar todo el día a solas. Estaba harto de que todo su séquito y su personal deambularan a su alrededor con aires excesivamente serviciales. Se sentía atrapado. Pensaba que era más un objeto que un sujeto. De manera que ordenó que todos desaparecieran de su vista. Dedicó el día entero a pensar cómo sería el resto de su vida. Se sintió libre y humano por un día.

¿Cómo es el primo segundo del calamar gigante que vive más profundo de todo el océano?
Curiosamente y debido a los caprichos de la naturaleza, el calamar gigante que habita en las profundidades del Pacífico tiene un pariente algo lejano que es todo lo contrario a él. Apenas mide quince centímetros de largo, mientras que él puede alcanzar los treinta metros. Excepto por el tamaño, son exactamente iguales de estética y de agresividad con el resto de individuos de su hábitat. Lo que a la ciencia le resulta sorprendente es comprender cómo el primo segundo del calamar gigante puede vivir a la misma profundidad que este.

Explica cómo es la Supernova DES16C2nm.
Acaba de aparecer una Supernova en nuestra galaxia que es muy diferente a las demás y que ha despertado la curiosidad de todos los científicos y astrónomos, sobre todo, españoles. Es desde nuestro país desde donde mejor se puede observar. Lo más característico y peculiar de la DES16C2nm es el predominante color verdoso que la diferencia de las vistas hasta ahora. Además, va aumentando de tamaño cada día. Según los entendidos, estamos quizá ante algo excesivamente novedoso en astronomía que puede aportar algo sorprendente al funcionamiento de nuestro sistema solar.

José Carlos Arroyo
Grupo C


Es el examen más difícil que has hecho…..

¿Cuántos granos de arena hay en la playa Pirán de Eslovenia?
En Pirán hay tres playas, las descubrí viajando por el blog Esloveniacity.cómoloves. Los granos serán infinitos, pero siempre multiplicados por tres. Resultado: Granos al cubo. Y con ellos moldeaste el más bello castillo. El agua se filtró. Había foso. Permaneció.

Explica que hizo Fernando II el 3 de marzo de 1147:
Un buen momento para nacer. Tal vez Toledo lo acogió en su seno o tal vez no. Carezco de datos fiables. Voy camino de la hemeroteca. Hace frío.

¿Cómo es el primo segundo del calamar gigante que vive más profundo de todo el océano?
Sus parientes cercanos, creo y sospecho que son los pulpos. Abrazan ocho veces, poniendo sentido y emoción, retuercen sus tentáculos entre ventosas. Intentan no perderlas, podía ser terrible su existencia resbaladiza…

Explica cómo es la Supernova DES16C2nm:
Los científicos consiguen explicar, para los ateos no creyentes, el intento de suicidio de un haz luminoso, material libre y eterno que circula por el Universo. Tal vez, si aprendemos a MIRAR, podemos encontrarla y sorprendernos. Fin de la función. Se cierra el telón.

Guadalupe Sanchón
Grupo C


Es el examen más difícil que has hecho….

1ª pregunta: ¿Cuantos granos de arena hay en la Playa Piran de Eslovenia
Muy bonito Piran. No he estado allí pero por las fotos parece ser que en Piran no hay una playa de arena sino de rocas. Lo siento. No le mandaré un informe. Se ha debido equivocar de playa. Ya me dirá.

2ª pregunta: Explica que hizo Fernando II el 3 de marzo de 1147.
El infante Fernando se levantó ese día con ganas de dar guerra. Por lo demás, desayunó lo de siempre. Subió a la almena contempló el horizonte leonés e imaginó futuras ampliaciones y se largó a molestar al abad más cercano. Comió con él, cenó con sus padres y se durmió prontito. Nada especial.

3ª pregunta: ¿Cómo es el primo segundo del calamar gigante que vive más profundo de todo el océano?
Ese primo en concreto es mucho más joven y por lo tanto más pequeño. Es de naturaleza muy reservada. Inofensivo. No hay fotos de él y mejor que no las haya porque suele ser mala señal. Se supone que tiene todos los tentáculos en su sitio.

4ª pregunta: explica cómo es la Supernova DES16C2nm.
La Supernova DES16C2nm ha puesto un anuncio en nuestra prestigiosa revista 'La Eternidad' que dice: “busco planeta con o sin satélites. Ofrezco brillo y esplendor. Mi calor no se apagará nunca. Estoy en Auge. He superado la Dark Energy Survey (encuesta de la Energía Oscura).Te espero”.

Araceli Sebastián
Grupo C


Es el examen más difícil que has hecho….

¿Cuántos granos de arena hay en la playa de Piran de Eslovenia?
No te gusta hacer castillos en la playa? No deseas terminar como una croqueta de arena?
Has dado con tu destino, su playa ideal es “ Fiesa” Pirán en Eslovenía , esta es de hormigón.
Te ofrecemos: buceos en aguas cristalinas con su correspondiente bandera azul, senderismo en sus bosques muy cercanos, una historia Medieval y buena gastronomía …! Ánimo! EL HORMIGÓN ES LIMPIO..

Explica qué hizo Fernando II el 3 de marzo de 1147.
En esta fecha se publico “El poema de Almería”, donde narran la conquista de su padre Alfonso y el ilustre gallego hombre de máxima confianza de su padre D. Fernando Pérez de Traba de la ciudad de Almería a los musulmanes. Este caballero fue encargado de la formación y educación del futuro Rey. Aquí comienza a ser iniciado en las tareas de gobierno para el trono. En 1157 fallece su padre y tal como había dispuesto en su testamento Alfonso VII, su hijo reinaría en los reinos de León y Galicia. Un hombre Fernando II, que prefirió el diálogo y los acuerdos a las guerras.

Cómo es el primo segundo del calamar gigante que vive más profundo de todo el océano?
Según el investigador “Ángel Guerra Sierra”, estos se pueden llegar a confundir su parecido es grande. El nombre que recibe es “Calamar Colosal”. Vive en las frías aguas del Ártico y al igual que su pariente a grandes profundidades , el Colosal cerca de los 10.000 mt. Tiene ocho tentáculos, de los cuales dos son los más grandes que llegan a medir 18 o 20 metros, y el resto unos 5 mt..Su peso duplica al calamar gigante, sobre unos 500 Kl. En los extremos de los tentáculos tiene unos “Garfios”, son dos ganchos que giran en los extremos y se asemejan a una porra. Su único enemigo en esas profundidades el Cachalote.

Explica cómo es la Supernova DES16C2nm.
Es la Supernova más lejana hasta ahora descuerbierta. Nació hace 10.500 millones de años. El Universo aún era muy joven, se calcula que en unos 13.500 millones de años. Es la Supernova más brillante y rara hasta ahora descubierta. Unas diez veces más brillante que las demás. Su causa fue sobre una estrella de neutrones que es lo más denso que hay en el Universo, hubo una caída de material en su interior y se produjo una gran explosión. La distancia extrema de la DES16C2nm da una visión de el alcance de la fuerza y grandiosidad de estas gigantescas Supernovas

Ana Isabel Diéguez Cordero