Despechá. Literatura y venganza

En la sesión del lunes pasado sonaron muchas voces despechadas. Comenzamos con música e hicimos un repaso por diferentes canciones sobre el tema: "Olvídame y pega la vuelta" de Pimpinela, un clásico de los karaokes; "Voy" de Olga Guillot, completamente arrebatada; "Que te den" de Amparanoia, mucho más alegre; "Que te follen", una balada con mucha rabia; "Ese hombre" de Rocío Jurado, un ajuste de cuentas plagado de adjetivos calificativos y la reina del despecho, Paquita la del Barrio con su "Rata de dos patas", hiperbólicamente descalificadora. Rematamos nuestros discos solicitados con "Despechá" de Rosalía y con cuatro de las canciones que Shakira ha escrito para su millonaria "terapia" de despecho: "Monotonía", "Te felicito", "Pa tipos como tú" y "TQG

En las letras de la colombiana están presentes los tópicos literarios de la "herida de amor" (vulnus amoris), "la ceguera de amor" (caecus amor) y la "ruptura de amor´ (renuntiatio amoris). Hay un interesante artículo titulado "Shakira y la poesía grecolatina de despecho" en el que se comparan algunos fragmentos de las letras con la poesía de Catulo y Propercio.



Imagen tomada de la página

Un artículo interesante para ahondar en el recorrido literario del despecho es el titulado "Despecho, celos, venganza ...y libros" de Winston Manrique Sabogal escrito en 2014. El propio autor amplía este tema años después en el artículo "La fuerza creativa del desamor y el despecho en la literatura, el teatro, la ópera y la música". Pero si además de leer te apetece escuchar otras canciones sobre despecho te dejamos aquí otros dos enlaces: el podcast de "Sangre Fucsia" dedicado al despecho y el artículo de Diego Cuevas "¿Cuál es la mejor canción de despecho de la historia de la música"? en la revista Jot Down.

Completamos esta entrada del blog con algunos de los textos que formaban parte de la ficha que comentamos en la sesión:

Despecho

Los ojos tristes, de llorar cansados,
Alzando al cielo su clemencia imploro;
Mas vuelven luego al encendido lloro,
Que el grave peso no los sufre alzados.

Mil dolorosos ayes desdeñados
Son ¡ay! tras esto de la luz que adoro;
Y ni me alivia el día, ni mejoro
Con la callada noche mis cuidados.

Huyo a la soledad, y va conmigo
Oculto el mal y nada me recrea;
En la ciudad en lágrimas me anego.

Aborrezco mi ser y aunque maldigo
La vida, temo que la muerte aún sea
Remedio débil para tanto fuego.

Juan Meléndez Valdés


Quemá esas cartas

Quemá esas cartas donde yo he grabado
Sólo y enfermo, mi desgracia atroz
Que nadie sepa que te quise tanto,
Que nadie sepa solamente Dios.

Quémalas pronto y que el mundo ignore
la inmensa pena que sufriendo está
un hombre joven que mató el engaño
un hombre bueno que muriendo va.

Te amaba tanto, que a mi santa madre
casi la olvido por pensar en ti
y mira ingrata como terminaron
todos los sueños que vivían en mí.

Yo ya no espero que tu amor retorne
al dulce nido donde ayer nació;
yo ya no creo que tu blanca mano
cierre la llaga que en mi pecho abrió.

Y te perdono... Porque aquel que quiso
nunca maldice lo que ayer besó;
gime y se arrastra sin tomar venganza
muere... En silencio... Como muero yo.

Más cuando en brazos de otro ser dichoso
caigas rendida de placer y amor
recuerda al menos que has dejado trunca
una existencia que mató el dolor.


Juan Pedro López


Venganza

«Ahora tú, vuelta poema,
encasillada en versos que te nombran,
la hermosa, la innombrable, luminosa,
ahora tú, vuelta poema,
tu cuerpo, resplandor,
escarcha, desecho de palabra,
poema apenas tu cuerpo
prisionero en el poema,
vuelto versos que se leen en la sala,
tu cuerpo que es pasado
y es este poema
esta pobre venganza».


Darío Jaramillo

Recomendamos, por último, el álbum ilustrado "Diario de un despecho" de Raquel Díaz Reguera, ilustrado por Irene Mala. En la web de la editorial Thule se presenta así:

Diario de un despecho es un álbum ilustrado sobre una historia pasional. Tras ser abandonada por su amante, una mujer herida de amor escribe para recordar y al mismo tiempo olvidar el ardor de una pasión que decae. El acto de exorcismo, de amor y odio, es una lucha contra el desgarrador paso de las horas, contra la desesperación de ver cómo el amor se escapa sin remedio. La escritura se convierte así en la terapia para un dolor insoportable.
El libro, en forma de diario, consiste en una crónica de los impetuosos sentimientos que provoca la agonía del amor, a través de canciones, citas literarias, poemas, historias de celebridades que sufrieron el desamor, reflexiones, etc. Con todo este material tragicómico, que aúna lirismo, dolor y humor, el lector debe resolver el rompecabezas de una pasión fatal.


Propuesta de escritura

Para la propuesta de escritura tomamos como referencia un fragmento de la novela Palais de Justice, de José Ángel Valente. El narrador recuerda que tiempo atrás una mujer le abordó y tras mirarle las rayas de la mano, le dijo: “Guárdate de lo amarillo”. Se refería a “los perros amarillos del rencor”: “Había el amarillo de la envidia, el amarillo del falso testimonio, el de la cobardía y el de la traición”. Escribe un texto, despechado o no, con ese mismo inicio: "Guárdate de lo amarillo". Que esté dirigido a alguien. Que lleve una advertencia, que nazca del desengaño amoroso. 

Y estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Despechada y mortal

Aquel amor grabado en el anillo,
que otrora suspiró sobre tu pecho,
acabó renegando de tu lecho,
sucumbiendo a otro amor de puro orillo.

Tu alma, filigrana de zarcillo,
creyó que el para siempre ya era un hecho,
mas la infidelidad, monstruo al acecho,
la trocó en un cadáver amarillo.

Y ahora que de ti se ha ido hasta el nombre,
despechada y mortal, eres serpiente,
rebosante de bilis y veneno,

esperando que pase cualquier hombre
al que te puedas enroscar, doliente,
y llevar a tu región de cieno.

Óscar Martín
Grupo A


Guárdate de lo amarillo

Íbamos de la mano, mirándonos a los ojos, como dos locos enamorados por el paseo marítimo, cuando de pronto se nos acercó la gitana más guapa que habían visto mis ojos. El pelo negro como el azabache y unos ojos verdes, intensos y brillantes como la esmeralda. Llevaba una rama de romero en la mano. Se acercó y con voz quebrada pero penetrante se ofreció leerle la mano a mi enamorada.
Guapa! Toma esta rama de romero y deja que mis ojos recorran las líneas de tu mano.
Un escalofrío recorrió su espalda, le cogió la mano y con una intensidad, como si el verde de los mares del sur, desbordaran sus ojos pronunció estas palabras: “guárdate de lo amarillo”.
Desconfiada y preocupada, me miró y me preguntó: que habrá querido decir? Nada bueno. A lo que yo volviendo unos años atrás, le recordé cuando se preocupaba por algo, la frase que siempre tenía en la boca.
No te preocupes cariño, pintamos la barca de amarillo.

Pedro Gómez
Grupo C


El color

Por los campos, las montañas y las ciudades,
libre me veo,
libre como el viento,
libre como el mar.

Ya no existe la intensidad de los días dorados,
del fuego interior,
de la ebullición total,
del éxtasis.

Yo te di todo, todo lo bueno que tenía,
todo lo que amaba,
todo lo que sentía,
todo lo que era.

Fueron aquellos días de champán, vino y rosas,
de mucho vino,
de muchasrosas,
de muchoamor.

Nosotros creamos y recreamos el Romanticismo,
la gran pasión,
el gran ardor,
la gran mentira.

En un, dos, tres… todo fue amarillo para ti,
amarillo el espacio,
amarillo el tiempo,
amarillo yo.

Preferiste el color de los rumores pasajeros
a mi verdad,
a mi persona,
que era tuya.

Me expulsaste de tu vida, la que yo amabatanto,
cerraste la puerta,
me despediste,
me quedé fuera.

Lloré dos lágrimas amargas del color del despecho,
un instante,
solo dos lloré,
solo dos.

¿Quién sabe cuál es el color del despecho?

En ese instante,
yo lo pude ver,
muy nítido.

El color del despecho es el color de la libertad.

Manuel Medarde
Grupo A


Guárdate de lo amarillo

Sale el albo sol
cuídate de lo amarillo
sangra poniente.

No juegues niño
con las ramas del espino
amarillento.

Ya arde el fuego
que devora al polluelo
quema la yesca.

Cuídate mucho
de lo amarillo y seco
salta a la yerba.

Cae la ceniza
sobre el rubio sembrado
y lo tatúa.

Cae la luna
sobre la mariposa
y la apaga.

Aronbanda
Grupo B


Cuídate niña

Mira niña, me gustaría dirigirme a ti y decirte que te guardes del amarillo, que es el color de la mala suerte y que además tú que eres cristiana, sabes que significa traición, no lo manifiestes pues puedes estar dolida pero piensa que ´´ese´´ es muy poquita cosa para cuidar de esta preciosa rosa y que el rencor no te dará el agua, no te dará de la luz que necesitas para florecer.
No te has visto, no te valoras, cómo pretendes que lo haga él, un cualquiera.
Yo no conozco a esa mujer, esa mujer que se deja llevar por el amor y lo ve todo del color de rosa, yo veo a esa niña que quiere ser mujer y escribe temblorosa mirando al firmamento, llorando y llorando, dolida porque la han fallado y solo era eso, una niña.
La verdad es aplastante y la que manda es la mujer pero déjame decirte pequeña que ningún hombre merece que llores por él, ni una sola lágrima, a no ser que sea de felicidad, a no ser que te haga reir, si te deja brillar, si es de emoción.
Quería recordarle que el día que me dijo adiós, aquí me he quedado y después de un año, ya te he superado, pero nunca te he olvidado pero aún así tú vuelves, ahora ya soy esa mujer fuerte que lleva en su cuello una estrella brillante que simboliza a la que un día tanto la lloró, porque ha encontrado un nuevo amor, ha aprendido a confiar y a ti ya te ha apartado, ha aprendido lo que de verdad le aporta.
Ahora esta mujer, tú, sabe a quién amar y regala margaritas con centro amarillo como símbolo de su verdadero y sincero amor.
Yo he aprendido a subrayar de amarillo fosforito lo importante de mi vida, ahora te toca a ti mi pequeña.

Claudia García Santos
Grupo C


Despecho colegiado

Cuando me dijo que quería hablar conmigo en la cafeteríapróxima a su casa a la que íbamos siempre, pensé en una escena propia de Paquita la del Barrio. Fui cargado con la culpa de mi desliz y una maceta de aspidistra.

En aquella epoca de inestabilidad personal tras romper una convivencia de muchos años, comence con Mati una relación diferente, fresca, ilusionante. Pero al poco tiempo tuve una recaída con mi exmujer. Nunca he sido muy hábil mintiendo o escondiendo y Mati no necesitó que le explicara nada. Antes de que hablara con ella, se llevó de mi casa el cepillo de dientes, la poca ropa que tenía allí, una bicicleta que había traído para salir juntos y dejó las llaves sobre la mesa.

Llegué a la cafetería con la aspidistra que me había regalado un mes antes y que a su parecer no podía vivir en una casa sin honor, la mía. La esperé dispuesto a aceptar mi error y sus consecuencias, sin embargo, nada más entrar y tras pedir una caña, me puso al corriente de su decisión. Reunida con sus amigas había redactado una carta con agravios contra mí. Procedió a leerla punto por punto y me comunicó la sentencia: la planta no volvería a mi casa. Ella tampoco, claro.

No había más que hablar, me entregó la carta que más bien parecía un borrador escrito a bolígrafo por varias manos e hizo hincapié en uno de los puntos, supongo que el más ofensivo a su parecer: la tienes muy pequeña.

Siento no conservar el escrito.

Enrique Martínez
Grupo C


Consejos de mamá

Paloma, guardate de lo amarillo, es engañoso, me decía siempre mi madre. Puede parecerte alegre, llamativo, lleno de vida pero en realidad es el color de los celos. Es inútil que pretenda esconderlo, Avelina tiene celos de mí por nuestra relación. Intenta disimularlo, mostrando su dentadura perfecta con esa sonrisa amplia y calculada, aunque no puede esconder los destellos dorados de sus ojos cuando nos ve juntos. Tardé en darme cuenta, pensé que serían suposiciones mías o simples reflejos. Ayer en el cine, a oscuras, pude ver que esa luz está en su mirada. Al igual que las rapaces nocturnas sus ojos, siempre al acecho, destacan en la oscuridad.

Enrique Martínez
Grupo C


Guárdate de lo amarillo

Amarillo es el color de la nostalgia. La lluvia que impregna los viejos cuadernos y las cartas que guardan retazos del pasado y el falso recuerdo de lo perdido.
Amarillo es el reflejo que el torrente del tiempo dejó en los deseos no cumplidos o en los amores imposibles.
Amarillas son esas algas que el rencor y los agravios van dejando en el fondo del vaso medio lleno, amarilla la ira en los ojos del guerrero antes de la batallao en los de la diosa contrariada.
Los ojos amarillos del cocodrilo asomando por la superficie del agua, esperando su presa.
La estrella en el abrigo de un judío en un campo de exterminio, las treinta monedas y el desierto abrasador.
Por eso guárdate de seguir las baldosas amarillas, y persigue otros espectros del color. Más vale fluir con el azul de las aguas cristalinas, refugiarse en el blanco recuerdo de la infancia o ablandar la mirada esperanzadora y verde hacia el futuro.
Guárdate porque más que un color, el amarillo es un DESTELLO.

AMF
Grupo C


Despecho

Antes fuiste la fruta prohibida,
el despertar de los sentidos,
el revoloteo de mariposas,
el acelerado latido,
la lumbre del hogar
y mi mejor amigo.

Después te convertiste en fruta podrida,
aburrimiento infinito,
gusano rastrero,
corazón herido,
manta de hielo
y mi mayor enemigo.

Jamás olvidaré
tu traición,
tu altiva mirada
y tu falsa sonrisa amarilla
de arco iris monocolor.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Lo entendí

«Guárdate de lo amarillo». La gitana lo dijo muy seria, sin soltar mi manoque le estaba revelando los secretos del futuro. Insistió: «Habrás de estar muy atento muchacho, a la envidia, al falso testimonio, a la cobardía y a la traición». Era el de la cíngara un decir cálido, no embustero. Muy de valorar su honradez pues bien sabía ella que hubiera obtenidomayor provechoa su “adivinación” si me dejaba optimista cara al futuro.
Aunque pesimismos pocos,mis años entonces eran dieciocho,losmejores para comerse el mundo. Me acompañaban los dieciséis de Mariajo, quizá la mejor chica de lainsti. Pero tampoco problema en eso; era Mariajo esa tarde, pero había otras chavalas de mérito dispuestas. Di la menguada gratificación a la del pañuelo anudado a la cabeza y a otra cosa, mariposa. Lo de Mariajoluego acabó como acabó y dolió más de lo esperado. Además,otras amarguras llegaron después en cascada,y algunas difíciles de soportar, pero quién a lo largo de la vida no ha caído en desánimo.
Hasta que andando el tiempo alguien me abrió los ojos; nunca viviré lo bastante para terminar de agradecérselo. No me debería centrar en librarme de los males que pudieran venir de otros, sino en evitar que dentro de mí se desarrollaran los sentimientos negativos que la gitana describió en amarillo. Y sobre todo en no proyectarlos sobre nadie pues sería yo el primer receptor.
Lo entendí,por suerte. Me puse a la tarea y, aquí estamos, transitando este valle de lágrimas con muchos menos lamentos de los que suelen escucharse al común de los mortales. Hombre, cómodo no resultaque hayas de ser tú quien asuma responsabilidades, pero merece la pena saber que tu felicidad depende de ti ya que las cosas no nos afectan por lo que son en sí, sino por lo que pensamos acerca de ellas.
Qué razón tienen las gitanas, oye. O tenían las de antes, por lo menos.

Pascual Martín
Grupo B

Carpe noctem


La sesión de ayer transcurrió por la tarde pero la noche aprovechó un pequeño intersticio en un poema para colarse en la sala y desdibujar nuestros rostros en un fundido en negro. Hasta ahora no habíamos dedicado una sesión a la noche. Sí a la cama y al sueño, pero no a este tema tan interesante como obscuro (así lo escribían los clásicos). En la revista Litoral ocurrió algo parecido. Después de muchos años elaborando magníficos monográficos sobre todo tipo de temas José Antonio Mesa Toré propuso abordar la noche y la revista se llenó de versos y poemas y frases de la luna. Es un asunto éste que cuenta con numerosos cómplices en los ámbitos de la literatura y el arte. Así lo cuenta Lorenzo Saval en el prólogo de dicho número.
En medio del silencio, interrumpido en ocasiones por el rítmico taconeo de las palabras y algún que otro carraspeo, fuimos desgranando textos con alevosía y nocturnidad.

Recomendamos "La noche boca arriba" de Julio Cortázar, una historia donde convergen la noche urbana y la noche selvática y en la que los sueños de una y otra historia se confunden; "La noche de los alcaravanes" de Gabriel García Márquez, donde se aunan la ceguera y la noche; "La noche de los feos" de Mario Benedetti, un cuento lleno de ternura en el que dos feos comparten la belleza de sus fealdades y "Ahora me acuesto" de Ernest Hemingway, una historia que nos ayudará a hacer frente al insomino. Hablamos de "La sueñera" de Ana María Shúa y de "Cuentos del libro de la noche" de José María Merino y comentamos brevemente la película "Nosotros en la noche", basada en el libro homónimo de Kent Haruf. La noche se hace larga cuando alguien se siente solo. Quizá la calidez de la conversación y de las confidencias puedan ayudar a soportarla mejor. 

¿Pero qué es la noche? ¿Qué simboliza?, ¿Que trae consigo? ¿Qué seres reales y de ficción la pueblan? ¿Es igual la noche marítima que la terrestre? ¿Es la misma noche la de la ciudad que la del campo?
Señala Fabrizio Caramagna que "Es en la noche cuando se percibe mejor el estruendo del corazón, el repiqueteo de la ansiedad, el murmullo del imposible y el silencio del mundo". Por eso decidimos explorarla, auscultarla, como apunta Rubén Darío en el primer verso del poema "Nocturno": "Los que auscultasteis el corazón de la noche..."


Lope de Vega consiguió atrapar la noche en los catorce versos de un magnífico soneto:

Noche fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista,
los montes llanos y los mares secos;

habitadora de celebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos;

la sombra, el miedo, el mal se te atribuya,
solícita, poeta, enferma, fría,
manos del bravo y pies del fugitivo.

Que vele o duerma, media vida es tuya;
si velo, te lo pago con el día,
y si duermo, no siento lo que vivo.

Lope y Goethe coinciden en la afirmación de que la "noche ha sido el escenario de la mitad de nuestra vida" y de la mitad mejor, según Goethe.

Ida Vitale hace recuento de "Accidente nocturnos" en este poema:

Palabras minuciosas, si te acuestas
te comunican sus preocupaciones.
Los árboles y el viento te argumentan
juntos diciéndote lo irrefutable
y hasta es posible que aparezca un grillo
que en medio del desvelo de tu noche
cante para indicarte tus errores.
Si cae un aguacero, va a decirte
cosas finas, que punzan y te dejan
el alma, ay, como un alfiletero.
Sólo abrirte a la música te salva:
ella, la necesaria, te remite
un poco menos árida a la almohada,
suave delfín dispuesto a acompañarte,
lejos de agobios y reconvenciones,
entre los raros mapas de la noche.
Juega a acertar las sílabas precisas
que suenen como notas, como gloria,
que acepte ella para que te acunen,
y suplan los destrozos de los días.

Luis Alberto de Cuenca consigue decapar el negro de la noche en "La noche blanca":

Cuando la sombra cae, se dilatan tus ojos,
se hincha tu pecho joven y tiemblan las aletas
de tu nariz, mordidas por el dulce veneno,
y, terrible y alegre, tu alma se despereza.

Qué blanca está la noche del placer. Cómo invita
a cambiar estas manos por garras de pantera
y dibujar con ellas en tu cuerpo desnudo
corazones partidos por delicadas flechas.

Nieva sobre el espejo de las celebraciones
y la nieve eterniza el festín de tus labios.
Todo es furia y sonido de amor en esta hora
que beatifica besos y canoniza abrazos.

Para ti, pecadora, escribo cuando el alba
me baña en su luz pálida y tú ya te has marchado.
Por ti, cuando el rocío bautiza las ciudades,
tomo la pluma, lleno de tu recuerdo, y ardo.

Y Guy de Maupassant declara su amor a la noche en su cuento "La noche. Una pesadilla"


Hablamos mucho del insmonio y de otros trastornos o disfunciones relacionados con el sueño, algo muy propio de esta sociedad del vértigo en la que vivimos. ¿Qué estrategias desplegar en una noche de insomnio? Ana María Shúa nos muestra la suya:

Para poder dormirme, cuento ovejitas. Las ocho primeras saltan ordenadamente por encima del cerco. Las dos siguientes se atropellan, dándose topetazos. La número once salta más alto de lo debido y baja planeando. A continuación saltan cinco vacas, dos de ellas voladoras. Las sigue un ciervo y después otro. Detrás de los ciervos viene corriendo un lobo. Por un momento la cuenta vuelve a regularizarse: un ciervo, un lobo, un ciervo, un lobo. Una desgracia: el lobo número treinta y dos me descubre por el olfato. Inicio rápidamente la cuenta regresiva. Cuando llegue a uno, ¿logrará despertarme la última oveja?

Virgilio Piñero hace frente al insomnio con mayor determinación y sin benzodiacepinas en su microrrelato "En el insomnio":

El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que enseguida tome una taza de tila y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.

Sí, el insomnio puede ser algo muy persistente. Quizá un arma cargada bajo la almohada sea la única manera posible de combatirlo. Juan Tallón lo sabe muy bien. Así lo explica en el final de su excelente artículo "El insomnio me mata":

Es la enfermedad y el remedio. Es la oscuridad y la luz. Es la razón y el delirio. Y no tiene solución posible. Aunque Man Ray aseguraba que sí. Lo contó Juan Forn en el diario Página 12. Eran los años treinta, y el fotógrafo tocaba la gloria con los dedos. Sin embargo, eso no bastaba para conciliar el sueño por las noches. Madrugada tras madrugada permanecía en vilo. Hasta que un día conoció al escritor William Seabrook, quien le aseguró que si se acostaba con arma cargada bajo la almohada al fin conseguiría dormir. «No hay nada que no pueda solucionarse con una pistola», dijo.

Otro interesante artículo sobre el insomnio es el titulado "Literatura de insomnio" de Antonio Muñoz Molina.

Comenzamos la sesión con la canción "Negra noche" y la cerramos con el encargo semanal de escritura que a algunos miembros del taller le ocasiona ciertos desvelos.

El título de "Carpe noctem" en un guiño a Horacio, a Juan Antonio González Iglesias (quién impartió una asignatura de literatura comparada con este título) y a Aurora Luque que tituló de este modo un poema y un libro de poemas. Señala Aurora que no trataba de formular una antítesis del "carpe diem", sino una amplificación. El instante del noche, con una densidad poética mayor, lo merece.


Propuestas de escritura

1. Tira del hilo de este verso de Vicente Huidrobro y desmadeja tu poema: "Sobre la nieve se oye resbalar la noche"

2. Sírvete de este microrrelato de Muhammad Al-Magut para transitar por la noche: "Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas".


Estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Recuento

Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas. El resplandor alargaba las sombras y encogía nuestros estómagos. La tierra temblaba y nos apretábamos aún más. Nuestros corazones latían al unísono. Éramos cuatro refugiados, tres maletas, dos hijos y una guerra.

Tomás García Merino
Grupo B


Terapia para dormir profundamente

Me concentro, respiro rítmicamente, escucho mi corazón y siento los pasos de mi mente alejándose. Esta noche, sí. Cuento los latidos de mi corazón, uno-dos, tres-cuatro, … Siento el peso de mi cuerpo, me relajo… El ronquido de mi pareja me hace perder la cuenta. Intento aislarme, hago oídos sordos. Abro un ojo y veo su rostro infantil, aprovecho su bufido para girarme y darle la espalda. Mi cabeza bajo la almohada no me tranquiliza. Abro los dos ojos, veo la hora proyectada en el techo. Me giro, veo su rostro sereno. Le golpeo con el codo, pero nada, solo consigo alterar el ritmo de su bufido. Mi mano siente el frío metal bajo la almohada. Será la solución. He seguido al pie de la letra el consejo: "Si quieres dormir bien, coloca un arma cargada bajo tu almohada".

Tomás García Merino
Grupo B


Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas

Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas que nos llevarían de regreso. Así de fuerte era nuestra emoción después de dos años. Esta es una imagen poética de nuestra última noche, que en realidad duró setecientas ocho horas y diecisiete minutos, por lo que tuvimos mucho tiempo para disfrutarla. El día también duraba otro tanto, por lo que en esos dos años habíamos vividoveinticinco días y veinticinco noches.Todos nuestros hábitos habían cambiado. Al principio nos costó adaptarnos a tantas horas de luz y a tantas horas de sombra, pero al tercer día ya estábamos habituados. El tiempo daba mucho de sí, especialmente por la noches, cuando no había que trabajar y disponíamos de setecientas y pico horas para la diversión y el descanso. Yo siempre había sido un enamorado de la noche, cuando tenía todo el tiempo por delante y no me preocupaba el mañana, que sería otro día. De joven estudiaba por la noche, leía por la noche, salía de fiesta por la noche y me gustaba quedarme hasta el amanecer, tomar unas sopas de ajo o un chocolate con churros, ver salir el Sol e irme a dormir. La Luna siempre estaba ahí, con su luz blanca y sus fases cambiantes, ejerciendo su influjo, atrayendo la mirada, espléndida en su papel de reina, apareciendo y desapareciendo según el antojo del firmamento.
Al fin, mi sueño se había cumplido y los dos años vividos en la Luna estaban a punto de completarse. Había exprimido las noches, interminables noches de copas, interminables noches de música, lectura o cine, interminables noches de amor. Noches dominadas por la Tierra que, con un leve vaivén, permanecía anclada en el mismo punto del cielo lunar. Ese gran círculo multicolor pasaba cada noche por todas las fases, mientras frenéticamente giraba veintinueve veces sobre su eje. No podéis ni imaginaros como es una noche lunar. A pesar de los ciento cincuenta grados bajo cero y tener que vivirla embutido en el traje de cosmonauta para ir de un garito a otro, la noche seguía siendo la noche, pero con la sensación de libertad y de disponer de todo el tiempo por delante multiplicada por veintinueve.

Manuel Medarde
Grupo A


Una lluvia de estrellas

acaricia la noche.
Despacio desaparece el ruido,
de pronto aparece el silencio.
La soledad de esta casa
se ha instalado en mis huesos
por mi cabeza vuelan
Ideas y deseos .
Rayos de luna en mi ventana,
en la oscuridad, sin tregua
susurra el viento.
La noche es larga
mis ojos permanecen abiertos,
mil vueltas en la cama,
en los rincones de mi habitación
el miedo.
Me pierdo entre las sábanas blancas,
sin querer, un sueño.
A mi jardín llega la mañana,
El sol se ha tragado la noche,
el canto de la alondra
el silencio.

Pedro Gómez
Grupo C


No todas las noches son iguales

La noche es la parte del día en que el sol está escondido. Para auscultar la noche es preciso que el sol se ponga. A partir de ese momento podemos explorarla para darnos cuenta que, como ocurre con el día, nos proporciona momentos muy diversos.

Algunos son mágicos ¡Qué decir de un baño a media noche en el mar templado del verano! La negrura  del agua acentúa el brillo del cielo sobre nosotros. Apenas unas luces nos recuerdan que la tierraexiste,el rumor de las olas lo llena todo.

Otros, terribles. Esas horas en la madrugada cuando nos encontramos solos con nuestros temores y preocupaciones. Los fantasmas crecen sin que podamos recurrir a nadie para combatirlos.

Pero la mayor parte son tranquilos, la noche pasa silenciosa y al despertar podemos recordar algún fragmento de un sueño que pronto olvidamos.

Todo sería perfecto si ,como me ocurre cada vez con más frecuencia, no tuviera que levantarme a mitad para ir al baño.

Enrique Martínez
Grupo C


Que no salga el sol

Sobre la nieve se oye resbalar la noche sin luna. Las horas pasan lentamente casi detenidas. Quiero que el sol se pare, que esta oscuridad no acabe, que no amanezca. En esta noche eternadormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas. Lo tenemos todo, estamos juntos. El sol que no salga hoy y que vuelvan las estrellas. Yo te necesito cerca para jugar con tus cabellos.(*)

Mañana volveremos a huir, a buscar qué comer, a intuir por dónde ir.

(*) De la canción Alenar de Maria del Mar Bonet.

Enrique Martínez
Grupo C


Toda la noche

Toda la noche dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas.
Los niños se rebullían en la habitación contigua, ajenos a todo lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor, ajenos a nuestro pánico.
La abuela, que ya había vivido situaciones parecidas en su dilatada vida, durmió bien, pero nos recomendó hacer las maletas "por si acaso". "Por si acaso", así llevábamos años, pendidos de un hilo de ese tipo de "porsiacasos". En medio de tantas incertidumbres que la abuela nos transmitía, habíamos observado que su desconfianza, en la mayoría de las ocasiones, había hecho buenas predicciones.
La noche de luna nueva aumentaba los murmullos nocturnos, el grañido del buho nos estremecía y nos ponía en las peores situaciones. Dormimos abrazados un par de horas, de repente Elena se sobresaltó y ninguno de los dos pudimos volver a conciliar el sueño en toda la noche. Mi corazón latía a cien, en la temible oscuridad de la incertidumbre lo sentía a doscientos. Yo había soñado en esas dos horas que un genio de la lámpara nos vendría a rescatar, pero la vida no es sueño, la vida es vida y no siempre atiende a nuestros deseos. Me quedé traspuesto y vi en mis sueños a mi padre fallecido, muy vivo, inquieto, ajustándome injustamente cuentas del pasado, falsos pensamientos que se le metían en la cabeza por su grave enfermedad mental, en mi sueño lúcido me planteé si era sueño o él estaba vivo de verdad, era tal la realidad de aquel sueño que dudé hasta sobre si era yo el que ya me había ido, si todo hubiera acabado por fin, hasta que por fin me desperté debido a sus gritos oníricos y tan reales a la vez.
Como ya no podía abandonarme al sueño pensando en todo lo que podría traer el día siguiente, me levante, tropecé medio zombi con la pata de la mesilla, llegué a la cocina, me preparé una tila y allí mismo sobre la mesa de la cocina me puse a escribir, siempre me han brotado pensamientos imposibles y maravillosos a esas horas de la noche, donde se destapa el tarrito de las esencias del subconsciente y me permite crear y brillar. Escribí en el relato todos los deseos posibles, adornándolos de datos falsos, pues como no había tenido tiempo de escribir mi nota para la revista literaria, ese mismo relato iría al día siguiente a maquetación.
Elena se levantó, me acarició el pelo, calentó leche y me dijo: "Todo va a salir mal, debemos de estar preparados, no nos engañemos".
De repente me incorporo en la cama, grito, llamo a mi madre, exclamo: "¡Dios!, atrevéos y os vuelo la cabeza". Me siento desorientado, me rasco la cabeza, miro a mi alrededor, ya me deslumbran los primeros rayos de luz, Elena no está, hace años que no está, murió aquella semana en que no tuvimos el valor de agarrar las maletas e irnos. Todos pudimos salvarnos menos ella, que aquella noche tuvo turno en el hospital de campaña bombardeado.

Aronbanda
Grupo B


Querida noche

Quería hablar contigo, decirte que aunque ya lo sabes, hay mucha gente que tiene miedo, quizá por lo oscura que eres, por el misterio que callas o por quién ocultas. 
Siempre será un secreto para mí pero no me importa, quería decirte lo bonita que eres; yo he llorado muchas veces esperando a que amaneciera y tu silencio me ha calmado; he pensado mirando las estrellas que dejas entrever cuando tenía partido el corazón y te sentía cerca. 
Supongo que te sentí demasiado cerca, tu oscuridad se apoderó de mí un tiempo y en realidad sólo deseaba que llegara la noche y poder dormir, olvidarme de todo, incluso no despertar, pero a ti eso no te gustaba así que no me dejabas dormir y me mantenías pensando y pensando; fue entonces cuando me recetaron unas pastillitas con la ayuda de las cuales, similares a la luna llena, conseguía conciliar el sueño, un sueño a veces inquieto que me despertaba con sudores fríos y una sensación de malestar pero si digo la verdad, ahora, de nuevo, quiero que llegue la noche, poder dormir y soñar con todo aquello que no puedo ver hecho realidad o quizá me impulsa a convertirlo en posible.

Claudia García Santos
Grupo C


Cercana oscuridad

Estuvimos el día entero discutiendo, directa o indirectamente, echándonos cosas en cara; yo sabía que no había hecho las cosas bien, que no las había dicho bien pero desde luego no me arrepentía de lo que había dicho, sí de cómo lo había dicho pero en ese momento no sentía arrepentimiento sino rabia. 
Me armé de valor o más bien me comió el orgullo y cuando llegó la noche empecé a gritar a diestro y siniestro queriendo ser escuchada y nadie lo hacía, queriendo sentirme apoyada y nadie lo hacía, me sentía sola, me encontraba vacía y mi mente se había teñido completamente de negro, me producía aún más rabia este sentimiento, aumentaba mi orgullo, prendía más y más la mecha; y una vez que explotó…pum, todo negro carbón, oscuro como una calle de noche sin farolas, no era capaz de ver más allá de la culpa y de su ausencia, ese día dormí sola, bueno, con mis lágrimas y mi almohada empapada de ellas buscando algo de cobijo, algo que calentara mi frío corazón, mi edredón. 
He de reconocer que soy una persona de sangre caliente pero de corazón puro y al día siguiente, dolida fui pidiendo perdón, enfriando la llama de la rabia y vaciando ese cajón que tan lleno de furia se encontraba y fue entonces cuando me encontré vacía, no tenía nada de lo que quería salvo un vago y oscuro recuerdo de algo que no era agradable recordar; así que le dije que viniera a verme. 
Él aún me quería, tal y como yo a él y yo lo sabía pero nos vimos y la oscuridad como si de noche se tratara se apoderó de nosotros, ninguno sabía qué decir ni como actuar así que toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas. 
Hablábamos cada noche y cada una de ellas agarraba con más fuerza las maletas, pero no podía y tampoco quería irme y mucho menos viajar de noche; no estaba cerca de mí pero sí lo sentía a mi lado, pero no era él sino su oscuro y tenebroso recuerdo y mis ganas de tenerlo allí de nuevo. 
Pasaron los días y a pesar de que yo pensaba que con el tiempo todo acabaría, cayó la noche , con ella la venda de mis ojos y vi lo mucho que le quería, vi todo lo que hacía por mí y había despreciado por que solo era capaz de ver oscuridad y oscuridad, pero fue en ese momento que supe que debía luchar por nosotros; una llamada, un te quiero y volví a sentir nuestros corazones unidos de nuevo, sentía que podría volver a abrazarle. 
Se hizo de día y mis ganas de verle crecían, mis ganas de que llegara la noche para poder empezar a soñar con todo lo que íbamos a vivir se apoderaban de mí, hasta que un buen día le vi y estuvimos juntos hasta que cayó la noche y también se calló mi miedo a la oscuridad.

Claudia García Santos
Grupo C


Una noche cualquiera

Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas.
En las maletas, guardamos los sueños que comenzamos a imaginar cuando cerramos los ojos. Sueños que nos transportan a lugares insospechados, lugares a los que en realidad nunca llegaremos, pero fácil de conseguir con la mente, a veces sueños alegres, a veces sueños tristes, que nos despiertan sobresaltados, sudorosos, y que nos hacen levantar y volver a la realidad. A la realidad de la noche, silenciosa, lúgubre, misteriosa, con miedo en consultar el reloj y ver que el tiempo no pasa, deseando que llegue la mañana, ver amanecer, y poder salir a la calle, coger el coche y viajar algún sitio lejano, poner música a todo volumen, abrir la ventana, respirar, respirar y no pensar, no pensar.

Luis Iglesias
Grupo B


Noches formidables

Sobre la nieve, se oía resbalar la noche, mientras Julia esperaba con ansia. Deseaba meterse bajo las sábanas y confiar que el sueño invadiera su cuerpo. Sólo tenía doce años, sin embargo su espíritu soñador la llevaba hasta las nubes.
Cerraba los ojos y aguardaba. El sueño iba arrastrándose desde los pies hasta la cabeza y, como cada noche, empezaba a volar por encima de los sauces del río. Sus brazos se alargaban. Podía subir y descender suavemente hasta rozar las hojas de sus amados árboles.
Los chopos la inquietaban, prefería sortearlos y subir más, casi hasta las nubes. Le encantaba el descenso, no era en caída libre, sino una apasionada y tierna bajada cerca del agua, sin tocarla.
Julia adoraba la noche, era su aliada a los doce años. No recordaba cuando había dejado de volar. Lo ha pensado muchas veces. Debió ocurrir algo extraordinario, sin embargo, no era consciente y su frustración duró mucho tiempo.
Aún hoy, cuando se acuesta, cierra los ojos esperando levantar el vuelo.

JB
Grupo C


La noche

Caminando por el campo a las 2:00 h de la mañana con el cielo encapotado y la luna nueva, se puede vivir de verdad la noche. La noche oscura. La noche negra.
Hoy vuelvo de la guerra de los 100 años; ya dura 10 y me da igual los que vaya a durar.
Estoy solo y derrotado en medio de una noche negra.
No sé ni de dónde vengo ni a dónde voy; tampoco sé quién soy ni a favor de quién luché; tampoco sé muy bien por qué.
Camino sin saber si llegaré a algún lugar en el que sea bien recibido; porque no tengo nada que ofrecer.
La noche me atrapa y me envuelve, creo que no me va a soltar, creo que no voy a volver a ver amanecer.
La próxima vez que tropiece y caiga, ya no me volveré a levantar.
Estoy tan cansado y está todo tan oscuro que no veo la diferencia entre tener abiertos o cerrados los ojos.
Vuelvo a caer. Colocó la espada enfundada debajo de la nuca, me acomodo en el suelo lo mejor que puedo, y me entrego definitivamente a los brazos de Morfeo.

José Luis Fonseca
Grupo C


En tierra de nadie

Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas. Apenas los ruidos impactaron lejanos, sobre nuestras cabezas, reventaban las sienes del sinsentido. Un pequeño silbido sobresaltaba nuestro letargo. Retinas con lagunas del pasado, lágrimas de esperanza, imperceptibles, sumisas...Era el momento de continuar a tierra de nadie, etiquetados y recogidos en alforjas de dudas. Aquellos abrazos de ternura , pasión infinita de segundos que murieron, se disolvieron entre la brisa. Ahora el haz de terror, incertidumbre y miedo, se expandia como gas letal entre nuestros corazones.
Una linterna despejó el instante. "Papeles en la mano" -gritaron; "Iremos por la ruta peligrosa, no quiero sorpresas" -dijeron.
Sonidos de huellas cansadas, el frío silbaba, murmullos de lágrimas y, en el camino oscuro de la noche, una luz tenue. Tal vez, el interruptor del amanecer.

Guadalupe Sanchón
Grupo C


Sobre la nieve se oye resbalar la noche

Sobre la nieve se oye resbalar la noche
Y sobre la noche transitan los recuerdos, los miedos permanentes,las dudas eternas, los amores rotos y la familiar incertidumbre.
Ni rastro de sueño, insomne, escucho los sonidos, el lejano eco del agua y del cárabo, un grito, una respiración indefinida o el ruiseñor de Julieta.
Vuelven también las eternas dudas, los miedos y los espejos insondables.
El sueño en sus dos invocaciones: Como puerta que atraviesas dulcemente dejando al pairo las velas de tu nave.
Y el sueño como retazos de otra vida, revelaciones y símbolos indescifrables, nostalgias de otro mundo a la vez propio y ajeno.
Sobre la nieve se va proyectando la rosada luz de la aurora.
Se ha abierto la cortina,bajo los focos en el centro del escenario, volvemos a representar cada día y cada cual, nuestro espectáculo.

AMF
Grupo C


El tren

Durante toda la noche dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas que guardaban nuestros sueños, tejidos con amor durante mucho tiempo. Deseábamos dejar atrás una vida cómoda, vacía y aburrida para comenzar otra más emocionante, incierta y divertida.
Sentados en un banco del andén esperábamos anhelantes la llegada del tren de las ocho y diez pero ese día, tampoco paró; siguió su camino hacia otro destino.
Con los ojos llenos de lágrimas cogimos de nuevo nuestro equipaje y en silencio, emprendimos de nuevo el camino de regreso a la residencia. Por la noche abriríamos las maletas y dejaríamos escapar todos nuestros sueños.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Noche

Sobre la nieve se oye resbalar la noche
callada, misteriosa y ausente
cubierta por un manto de terciopelo,
con millones de estrellas bordadas
junto a una misteriosa luna
que muestra su más escondida cara.

Eres inspiración de artistas y poetas,
confidente y amante de noctámbulos.
Subyugas por tu misterio,
quietud y sosiego.
Siempre serás reina y soberana
hasta la llegada del alba.

Marian Pérez Benito
Grupo C


Querida noche

Querida noche:
Disculpa si molesta la visita.
Es bastante el tiempo ya pasado;
es, pues, hora que sepas de mi vida.

Todo sigue igual que conocías,
aunque dudo qué sabes o qué ignoras,
pues los días transcurren tan deprisa ...
Más o menos el corazón me late.
Lo he cuidado hasta donde he podido;
pequeñas nubes, nunca les hice caso,
(fantasías volando por los aires)
De problemas, supongo ... como todos.
El vivir cotidiano es el problema.
Sigo dando pisadas al camino,
mas apenas si van quedando huellas.

Querida noche:

Disculpa si te aburren estas cosas.
Yo disculpo las veces que me abrumas
con la densa neblina del recuerdo.
Te disculpo las veces que en promesas
quedaron sólo los comunes sueños.

E. Hernández
Grupo B


Nocturno blanco

Sobre la nieve se oye resbalar la noche*
cubriendo la blancura con su negro sudario,
que pone al día derrotado oscuro broche,
murmurando un responso imaginario.

Luminosa oscuridad, rayo de luto,
un reflejo de luna en la noche nevada,
negra mina que oculta un diamante en bruto,
un párpado de hieloen la tierra callada.

Bajo la noche está la nieve tersa y pura
como helada fuente de agua cristalina
dormida en la profundidad de la espesura,
sonámbula y crujiente su alma cantarina.

Quizá sueña la tierra en su abrazo acunada
con la luz que la salve de su caricia fría,
con una primavera que brille en la alborada,
esperanza de vida que traiga el nuevo día.
*Verso de Vicente Huidobro

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A


Toda la noche

“Toda la noche entera dormimos abrazados, con las manos cogiendo las maletas". Frente a nosotros, el fuego daba calor, y veíamos nuestro hogar arder y ascender en humo. No habíamos llamado a los bomberos al ver la primera chispa saltar a las cortinas; sabíamos que no había salvación posible.
Sobre los ojos de mi querido bailaba el fuego, mientras que por sus mejillas corría agua salada. Su cuerpo temblaba ligeramente, sin ser la causa el frío. Eso era lo doloroso de la situación. No había forma de quitarle el tiritar.
Toda la noche entera vimos temblando nuestra vida arder, con lo que de nosotros quedaba en las maletas.

Sofía Sánchez
Grupo C


Las preguntas

Cae el sol y las sombras ascienden perezosas por la falda de la montaña. Sobre la nieve se oye resbalar la noche, un leve crepitar con que el rocío se acomoda sobre las oscurecidas formas del bosque. El niño tiembla de frío y se encoge bajo la manta. Aprieta contra el pecho el desgastado balón de cuero y mira, por primera vez sin que las lágrimas velen sus ojos, el rostro cansado de su padre. No se atreve a interrogarle de nuevo, porque adivina la respuesta en el ceño contraído, en el mentón que ennegrece la incipiente barba, en el pelo desaliñado…
Nunca había visto en él una mirada tan desvalida y le asustan las profundas arrugas que la desesperación ha ido esculpiendo en su cara, el temblor de la mano con que le acaricia el pelo, la obstinada cerrazón de su boca…
Pero quiere creer que en las palabras se oculta un poderoso conjuro, que mientras las pronuncia nada será definitivo y todo podrá volver a ser como era. Por eso, en voz baja, se repite las mismas preguntas:
-¿Dónde están Agneska y mamá? ¿Cuándo podremos volver a casa?

Pepe Lorenzo
Grupo B


La noche

Tiene la vida un orden de palacios y jardines,
levantados de día,
precisos, cuidados, exactos,
por donde transita el hombre sin caerse,
y progresa, orgulloso, sin tacha,
dejando limpios hasta los márgenes
del río por donde discurre su existencia.
Pero el sol, cuando declina,
saca de su bolsa la llave del trastero de la noche
y abre la puerta por la cerradura del crepúsculo;
porque en él se ha de guardar
todo un mundo de desorden,
fascinante, hiriente, inservible, inexorable,
efímero, inolvidable, vaporoso, frenético…
Entra el sereno en el trastero de la noche
y aprieta el interruptor de ámbar,
encendiendo una luz negra, de polillas,
que distorsiona contornos y sonidos,
como una droga esparcida por el aire,
entrando, acto seguido, en procesión, sin hacer ruido,
las últimas reflexiones de la jornada,
las noticias tediosas, las cenas calientes y frías,
los hartazgos, los bostezos, los pijamas,
las dentaduras en agua, las buenas noches,
los embozos que se abren,
las lamparillas que se apagan,
las almohadas que se aprietan.
Y todo allí se aquieta en su lugar,
como fina y reciente capa de polvo,
haciéndose un silencio de madera,
apelmazado, envolvente, voluptuoso…,
pero no definitivo,
porque de pronto,
primero de uno en uno,
luego en tropel,
y finalmente en tromba,
llegan los operarios de la noche,
que invaden con sus cachivaches el trastero
hasta dejarlo repleto de ojerosos insomnios,
que bailotean al compás
del tic-tac de mil relojes, carillones de cuartos y medias,
despertadores de pila y de cuerda;
amontonando siluetas deformadas
con los bultos del hurto y del robo;
apilando el hedor de borracheras
que llenan camisas y vaqueros de manchas de vino frío,
soltador de lenguas y de bajos instintos;
disponiendo sin orden las malicias obradas
por los crápulas, los parteros de sacrilegios, los pervertidos,
los oficiantes de vigilias macabras;
dejando en cualquier parte filacterias de murciélagos sin escrúpulos
que revolotean en el cielo del maletero de un coche,
donde titilan las estrellas como lágrimas trémulas
y ulula el viento su triste silbo de melodía melancólica.
Y allá en el techo del trastero
también arrima el hombro el vetusto ventilador de cuatro palas,
esparciendo bocanadas de humo de cada último cigarrillo
de cada última cajetilla de un millón de cartones,
y de ronquidos, y de gemidos, y de crujidos de muelles,
y de motores de frigoríficos y ascensores,
hasta que cobra vida una sinfonía que cuaja en el ambiente,
irritante, como sobredosis de cafeína.
El trastero acaba al fin rebosante de mentiras
que borbollean en el suelo e inundan el aire
envueltas en pompas de finísimo cristal,
a la espera de que cante el gallo
y haga una vez más su truco de prestidigitación,
dejándolo nuevamente vacio e impoluto,
a la espera de la próxima noche.

Óscar Martín
GrupoA


Paseo nocturno

Sobre la nieve,
se oye resbalar la noche sin luna,
en un silencio atronador que resuena en la oscuridad,
efímera,
eterna.

Noches de desvelosinconclusos,

agónicos,
rebosantes de vacíos voraces,
de emociones yermas.

Deambulo entre las sombras amargas de los cipreses,
que curvan sus ramas de secretos y penas,
descargando sobre mi un castigo frío y sutil.

Respiro el aire gélido,
que acribilla mis pulmones como una bandada de alfileres
y exhalo como suspiros acartonados de mi alma espesa,
que se pierden en el purgatorio de la noche
como letanías antiguas y mudas

Beatriz Gorjón
Grupo A


Sueño

Me he desvelado,
buscándote en la noche.
El cielo de la habitación
despojado de estrellas,
en los rincones una sombra densa.
Tu cara en la ventana,
huyendo del frío de la calle,
buscaba el calor de mi cuerpo.
Una serpiente enroscada
en mi estomago.
Eran tus brazos?
o era mi deseo?
Imploré tu nombre,
de repente, huiste del sueño.
Rompió a llorar la noche,
con lágrimas
despertó la mañana.
El trino de los jilgueros
se llevó el silencio.

Pedro Gómez
Grupo C

Guardianes de la Lengua

La sesión de esta semana la dedicamos a los guardianes de la Lengua. Así llama Ramón Alemán a María Moliner, Manuel Seco, Andrés Bello o José Martínez de Sousa, sabios lingüístas de los que ha aprendido que en asuntos de la lengua hay que pasar por el doble tamiz de la duda y la tolerancia.
Centramos nuestra atención en su libro Cincuenta sonetos lingüísticos publicados en la editorial Pie de Página.
Ramón Alemán, su autor, recoge en este volumen un amplio repertorio de sonetos que fue publicando en su blog "Lavadora de textos". En cada uno de ellos aborda alguna cuestión ortográfica o lingüística que explica de forma mucho más concreta y con múltiples referencias en prosa.
Dejamos aquí una reseña de Mariángeles García en Yorokobu titulada "La ortografía con sonetos y humor entra"



Juan Cruz Ruiz señala lo siguiente a propósito de Cincuenta sonetos lingüísticos: "Este libro de Ramón me parece una escultura, un edificio, un cuadro, un libro de estilo, un aviso lleno de la música callada de la literatura que biswbiseábamos en las pobres bibliotedas de nuestras escuelas, afincados como niños en la entonces frágil conciencia de parender, gracias a la música, de lo que enseñaban los clásicos que nos llegamos a saber de memoria.
Dejamos por aquí un breve repertorio de sonetos a modo de aperitivo:

El punto más polémico

“El punto lo pondré donde proceda
-sentencia un escritor con fundamento
si es libre la oración, irá por dentro;
si forma parte de otra, vapor fuera”.

Nos habla este señor de ese puntito
que baila con paréntesis, comillas,
corchetes, rayas -dobles puertecxillas
que ayudan a ordenar lo que está escrito-.

Razón no ha de faltarle a este escribiente,
mas todos no le dan su asentamiento;
por eso ahora se ordena lo siguiente:

“Ya nunca esbribirás (es mandamiento)
un punto antes del signo, aunque te tiente;
detrás va siempre y todo tan contentos”.


“Ti”, una palabra sin igual

La tilde diacrítica es invento
para diferenciar voces parejas:
si es átona palabra, así la dejas;
si es tónica la otra, lleva acento.

Ponermos tilde a mí, que es un pronombre,
y no la lleva mi1, que es posesivo;
mas hay quien, sin razón y sin motivo,
le pone tilde a ti: ¡mal hecho, hombre!

No exisgte en nuetro idioma -aquí lo grito-
palabra igual a ti, queda exenta,
por tanto, de trazarle el dibujito.

Aquel que acento a ti le pone atenta
contra una norma clara que, repito,
ordena no tildar más de la cuenta.


1. Aquí el posesivo mi sí suena tónico, de manera excepcional, pues estoy haciendo un uso metalingüístico de la palabra, o sea, la he escrito para hablar de ella, no con la intención de que funcione como posesivo dentro de la cadena hablada.


Defensa del gerundio

Si te pasas el día criticando
al que gerundios usa en sus escritos
porque crees que deben ser proscritos,
te digo que te estás equivocando.

Pensándolo mejor, no es censurable
que, ignorando el trasfondo de este asunto,
te dejes influir en algún punto
por gente que enseñando no es fiable.

Cinco gerundios hay en mi soneto:
relee y analízalos con pausa
y verás que ninguno es omisible.

Si quieres reprobarlos, no me meto:
pero es absurdo el atacar sin causa
a una forma verbal imprescindible.


Leímos también en la sesión dos textos de José Antonio Martín Viñas, escritor y profesor de literatura al que le gusta jugar con las palabras y el lenguaje. Forman parte de su libro Cuentos entre encuentros. El primero se titula "Altibajos" y el segundo "Sustantivos o sustantivas":

Cuando el alto nació, lloró... Pero no por el azote que le había propinado en la cacha el doctor, sino porque venía ya con el mal de altura. A sus padres eso no les preocupó en absoluto, pues tenían altas expectativas para su hijo. Al mismo tiempo, en otro hospital de otra provincia, nacía un niño menudo que al darle el doctor en la cacha comenzó a llorar por lo bajini. El alto, Celso, vino al mundo en las Rías Altas y el pequeño, Paulo, lo hizo en las Rías Bajas. Como todos los niños, estos también fueron creciendo: el alto se hizo más alto y el bajo, un poco más alto respecto a su bajura. Sus vidas se complementaban: si el alto tenía altibajos, el bajo tenía bajialtos. Si el talludo recorría los altozanos, el menudo correteaba por las faldas de la montaña. Cuando el primero estudiaba la Alta Edad Media, el segundo se recreaba en la Baja. Si uno compraba en temporada alta, el otro lo hacía en rebajas. En las vacaciones de verano, el largo se metía en el agua con la pleamar y el achaparrado acudía durante la bajamar.
Por el azar de la vida, los dos visitaron el zoo el mismo día, pero ninguno de ellos se encontró con el otro, porque el espigado estaba contemplando las jirafas y los avestruces y el pequeño no dejaba de mirar las culebras y los erizos.
En sus respectivos institutos, el alto hablaba a voces y siempre escogía palabras de contenido altisonante como megáfono, megalópolis o macrobiótica y el bajo, susurrando, explicaba con naturalidad conceptos como micrófono, microondas o nanotecnología. Ya fuera en el centro educativo, ya fuera en cualquier otro lugar, al alto le molestaba que le dieran el alto, y al bajo, también, en este último caso más que nada porque percibía cierta sorna en quien le daba la orden.
Estaba claro que a ninguno le gustaba quedar a la altura del que betún y los dos porfiaban por sacar notas altas, aunque el bajo siempre temía que los profesores lo puntuaran muy bajo, por eso a veces se mostraba cabizbajo.
Aunque a ninguno de los dos le había dado por tocar instrumentos musicales, un buen día, el bajo comenzó a tocar el bajo y el alto, el contrabajo. Ambos dos realmente tocaban con trabajo. Al alto le gustaba Loquillo y al bajo, Golpes Bajos.
El menudo vivía en el bajo B de una casa vecinal y el largo en el ático A de otro edificio público. Pero cuando se enamoraron, quizá cansados de sus respectivas dimensiones, el bajo cameló a una mujer de altura, y el alto, a una mujer sin tacones lejanos.
Un día, en un aparcamiento, mientras el bajo sacaba su mini y el alto entraba con su furgoneta, rozaron sus respectivas carrocerías. Así fue como se conocieron y como surgió su amistad. Y desde ese momento afrontaron juntos la vida con sus altibajos.

***

Nos conocimos en aquel diccionario, ¿recuerdas? Dos nombres desconocidos que el orden alfabético unió para siempre. A veces salimos del diccionario y jugamos al ser y estar con nuestros y otros atributos, mientras damos rienda suelta a pensamientos copulativos. A veces, te conformas con tenerme como complemento directo, aunque hay ocasiones en las que te vas con una preposición, pero sé que siempre vuelves, pues para otros no pasas de ser un complemento indirecto.
Muchos quieren separarnos, tratan de seducirnos.... para un momento. Son esos complementos circunstanciales, pero nuestro amor puede prescindir del cuándo, del cómo y del dónde. Nuestra sustancia nos mantiene juntos.
Aunque necesitamos combinarnos con elementos que nos predican o nos califican, tenemos nuestra propia personalidad. Somos individuales, somos concretos. Damos forma a la realidad, aunque la realidad nos quiera deformar. Cuanto más nos amamos, más nos ligamos. De hecho, ya casi somos un ser único, una locución indisoluble en este mar léxico.
Nos gusta intercambiar nuestro sexo gramatical, a veces yo soy ella, a veces ella soy yo. Ora somos sustantivos, ora somos sustantivas. Pero siempre nos coordinamos y, cuando de nuestro paseo gramatical regresamos, en nuestra hoja del diccionario nos acurrucamos, para no olvidar que fue allí donde nos conocimos. ¿Recuerdas?



Propuesta de escritura

Escribe un texto relativo a alguna cuestión ortográfica o lingüística. ¿Te imaginas una nana para dormir a un hiato? ¿O una oda a un "tí" acentuado, una elegía al gerundio o un romance sobre el punto y coma? 


Y estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:

Cachivaches

La vida se divide en trozos, pedazos, cachos; elijo uno y resulta que me encuentro con un bache, miro a todos lados y de repente, un cachetazo, otro, otro y el bache sigue ahí, no se inmuta.
Un buen día cogí el cacho del bache y dije: voy a pasar por ahí y no podía, lo intentaba y no podía, quería y no podía.
Al día siguiente volví, seguía enchochada de atravesar el bache que fácilmente ganaba cacho y yo no quería.
Nada, no podía.
Pasaron días, meses, hasta que comprendí que lo que realmente necesitaba era un cacho
del cacho que cachi no notara el bache para así formar un cachivache capaz de cruzar el bache con éxito.
Así que justo cuando iba a pasar por el bache; conocía el proceso; la agarré y la escuché, quería estar con el bache para siempre y por eso era tan agresiva, acto seguido, tomé un cacho de ella con su permiso; más bien cuando estaba despistada; y me agaché a hablar con el bache, le dije que le faltaba un cacho para ser más útil y dejar de fastidiar a la gente, él, algo reticente y testarudo, terminó aceptando y juntos formaron un cachivache que ya no daba cachetadas y ya no hacía falta agacharse para esquivar el bache sino que se complementaban y facilitaban la vida de cualquier cachalote que lo necesitara.

Claudia García Santos
Grupo C


Quizá o quizás

Quizá, una palabra que frecuenta mi vocabulario, a veces dudosa, indecisa, quizá por que
me siento sola y necesito compañía, alguien o algo que me pueda acompañar, quizá lo
mismo le pasa a esta palabra pero, ¿estás segura?, - quizás. No lo sabe pero se siente más
cómoda con esa ese tras la fuerte y tónica a, quizá se siente más fuerte y no es malo pero
quizá sí es raro.
Como ya he dicho, yo la uso a menudo, me parece una palabra tan sonora, aunque yo la
suelo usar sin ese, lo veo raro, aunque hoy me he dado cuenta de que quizá la rara sea yo
porque hay mucha gente que ve más, que usa más esta palabra con ese.
¿Con o sin ese?, esa es la cuestión.
Podría intentar resolverte la duda pero quizá esté equivocada y para ser sincera no puedo
ser objetiva.
Yo solo te puedo decir que aunque se sienta sola, lo prefiero, prefiero ``quizá`` sola que mal
acompañada, que ojo, no digo que la ese sea mala compañía, simplemente me recuerda a
una serpiente y me inspira desconfianza, no sabemos si es venenosa o no.
Así que por si acaso y por paradójico que parezca, yo voy a seguir usando ``quizá´´ sola si
está acompañada y ``quizás`` con ese solo si está sola.

Claudia García Santos
Grupo C


Defensa de las comillas

Tienen nombre de ciudad,
del norte, para más señas,
y aunque de rasgos, pequeñas,
dignas de universidad.

Prenden palabras ya dichas,
presas son las foráneas,
las toscas y espontáneas,
eso sí que tiene chicha.

Corona de la ironía,
dos dedos dicen "¡Atento!",
-este signo es un portento-
y está en el menú del día.

Son pinzas para lo escrito
que se airea en la nieve
del blanco papel y eleve
lo importante como un grito.

Enmarcan las comidillas,
citan títulos y poemas,
¡dejémonos de anatemas!,
yo voto por las comillas.

Marisa Sánchez
Grupo C


De faralaes y mariquitas

Después de reservar los billetes del tren AVE para ir a la feria de abril en Sevilla, Julia cayó en un sueño profundo y reconfortante.

Se vio como un miembro más en una familia de mariquitas que habitaban en una seta de color rojo intenso con puntos blancos. Esta seta crecía, entre otras de la misma especie, en un bosque de pino negro, hayas y abedules, en las laderas de una montaña. Era la seta que contantemente aparecía en los cuentos que más le habían gustado en su infancia a julia, los de historias mágicas de Hadas, Duendes, Gnomos y Elfos.

La mamá mariquita era muy amable y hacendosa, llevaba un mandil blanco y horquillas de colores en las antenas, que le daban un aspecto simpático. Cuando la vio entrar en la seta -vivienda, la saludo como si ya la conociera y no se extrañó nada, parecía estar muy acostumbrada a las visitas de humanos.

Papá Mariquita era el controlador jefe en una fábrica dedicada a la investigación biológica de plagas en jardines y cultivos. Puesto de trabajo que había conseguido siendo el más voraz consumidor de pulgones, ácaros y cochinillas, estaba muy gordo, gordo como un globo, y lo primero que le advirtió fue que no podía comer la seta, ni siquiera un bocadito, era venenosa. Le dijo que fuera a la planta alta que allí estaban su hijita la mariquita Luisa.

Cuando subió Luisa estaba conectada a unatablet, en la pantalla un gnomo del bosque con gafitas redondas y pelo blanco enseñaba geografía e historia.

Julia recordó que a los gnomos se le atribuyen poderes sobrenaturales asociados a su función protectora de la naturaleza, pero sus preferidos siempre fueron los Gnomos de la navidad, los encargados de clasificar los pedidos de los niños y adultos para entregar las listas a Papá Noel, estos Gnomos custodian el espíritu de la Navidad, y la navidad era sin ninguna duda su época del año favorita.

El Gnomo estaba enseñando a la mariquita Luisa y a los demás alumnos conectados, las diferencias entre duendes, elfos y hadas. Les decía que todos estos seres viven en los bosques, que los duendes eran seres humanoides de estatura baja, con cara de niño y cabello oscuro, que eran traviesos o maliciosos, con fama de robar objetos o llevarse a las personas. Que, sin embargo, también pueden ser benevolentes, y en algunas ocasiones son ayudantes de las hadas madrinas. Que los elfos eran seres de gran belleza inteligentes, ágiles y diestros, capaces de realizar magia. Les explicaba que los duendes más famosos eran los irlandeses, conocidos como Leprechaun , que eran capaces de encontrar monedas de oro enterradas en la tierra y las almacenaban todas en una olla que estaba escondida en un lugar incierto. al final del arco iris. Que las hadas eran seres con forma humana femenina, con la habilidad de manipular la magia, inmortales e invisibles ante el ojo humano, que de las hadas de la literatura eran muy famosas; Flora, Fauna y primavera, las hadas de la Bella durmiente, también el hada madrina de la Cenicienta, y Campanilla de Peter pan.

Cuando Julia se despertó, entendió el impulso repentino que había tenido. Ir a la Feria de Sevilla escondía en realidad la necesidad de regresar a su infancia, cambiar la seta roja de lunares blancos por trajes de faralaes, y alternar con seres no mágicos, pero si amables, ocupados solo y sin horario en comer pescadito frito bien regado con vino fino y rebujito. Se pregunto Julia donde empezaba la realidad y donde la fantasía de esa y otras ferias a las que se acude con el ánimo de desconectar de la rutina. Con los billetes en la mano se dispuesto a dar respuesta a su pregunta.

Maria Victoria G.L
Grupo B


Trampantojo

Tener un antojo y comer pan, es una trampa.
Escuchar a Trump es un espanto.
Prefiero a la Pantoja.

Aurora Martín Fiz
Grupo C


Entre paréntesis

Uno de los signos de puntuación
que siempre utilizamos como un par,
abriendo y cerrando en cualquier lugar,
guarda en su interior mucha información.

Detalles que requieren tu atención,
el autor no deja nada al azar,
cuenta lo que te pueda interesar,
muestra siempre su mejor intención.

Indica fechas, lugares y cosas;
incluye algunos datos relevantes,
y aclara algunas ideas borrosas.

Puede albergar a los signos restantes,
tanto ideas serias como chistosas.
Lo llegó a utilizar hasta Cervantes.

José Luis Fonseca
Grupo A


Palabras me dicta el corazón y escribo:

Frases en su conjunto,
de la unión de dos palabras,
un sentimiento, un verso.
Acompañado de otros versos,
lo acuno en un poema ,
con mimo lo adorno con los signos.
Aquí, una coma.
Si las palabras se agolpan,
punto y coma;
más palabras,
más sentimiento,
punto y seguido.
Una interrogación? si pregunto.
una exclamación ! si grito.

Pedro Gómez
Grupo C


Comunicado de prensa

La Asociación de Ninguneadores del Punto y Seguido convoca a todos sus afiliados y simpatizantes a la “Primera Jornada de Lucha” contra dicho aberrante signo de puntuación, que se celebrará el día trece de junio de dos mil veintitrés en el salón Enrique IV del Hotel Bermudo de Madrid, a partir de las diez de la mañana, iniciándose con la presentación por D. Alfonso Albornoz de Sotomayor, presidente de la asociación, del programa de actividades, después de lo cual tendrán lugar tres charlas, de media hora de duración cada una, impartidas la primera por el lingüista D. Demetrio Banderas Muñoz, que versará sobre “el absurdo uso del punto y seguido en la baja Edad Media”, la segunda por el filólogo D. Agustín Enríquez Blanqueño, sobre “la liberación de la escritura no puntuada”, y la tercera por el antropólogo D. Saturnino Navascués Logroño, sobre “la abolición de los signos superfluos: la tontería del punto y seguido”, a lo que seguirá un coloquio abierto a todos los asistentes de otra media hora de duración, para dar paso después a una comida de hermandad, cuyo precio es de veinticinco euros, pudiendo inscribirse los que quieran degustarla en el vestíbulo del propio hotel en el momento de recibir la acreditación, y que incluirá, durante el momento del café, la lectura del manifiesto elaborado por la catedrática de latín Dª. Nicanora Ruipérez Jirafa titulado “Muera el punto y seguido”, del que se repartirán ejemplares firmados por la autora antes de dar comienzo a la proyección del documental del cineasta D. Alejandro Pesetero Pesetero “Qué poco sentido tiene el punto y seguido”, del que se podrán adquirir copias en el vestíbulo del hotel a 10 euros la unidad hasta su agotamiento, y al que seguirá una mesa redonda que someterá a examen las tesis defendidas en el documental, concluyendo la jornada, en cuanto a ponencias se refiere, con la atrevida conferencia que pronunciará el aclamado literato, y último premio Alfalfaguara, D. Lope de Pega, sobre las “ventajas e inconvenientes de abolir también el punto y aparte”, concluyendo la jornada con un cóctel de despedida en la terraza del hotel, amenizado por la orquesta “Tarumba”, con barra libre de agua y refrescos, cortesía de la asociación, quedando todo lo que antecede dicho en Madrid, a quince de mayo de dos mil veintitrés.

Óscar Martín
Grupo A


Los miles de personas

Pobrecitos “los miles de personas”,
cuantas veces de género cambiados
por malos periodistas desalmados,
que les llaman “las miles de personas”.

Deben resultar expresiones monas,
para estos plumíferos refinados
que parecen estar confabulados,
pero no son más que unos pintamonas.

Tendré que explicarles bien, sin retraso,
“miles” es masculino decisivo,
entenderán que “los”, en este caso,

es determinante del sustantivo,
mientras que “personas”, yo les repaso,
es complemento especificativo.

Manuel Medarde
Grupo A


Caracola

Caracola arremolinada
en torno a ti misma,
eres encrucijada
y en tu revuelo se atisba
que ondeas melena al viento
cual despeinada sirena,
tímida en tu canto triste
que se deshace en tu pena.

Insegura, loca arroba,
sola, sin punto com,
Ahora ya nada te estorba,
arroba, en tu ambición,
libre, hermosa arroba,
sola, sin punto…
ni com

Pilar Sánchez Barbero
Grupo C


Lingüística y Literatura

Después de la rutinaria sesión de cine de los miércoles, Julia le comunico, como quien se toma un helado una tarde calurosa de verano, que era hora de poner punto y final a su amistad de más de 20 años. La excusa era según le contó, que no había estado a la altura de las circunstancias, no específico que circunstancias eran o habían sido la causa de ese punto y final irrevocable, ¡ni falta que hacía!
El comunicado fue un verdadero alivio para Inés, muchas veces había tenido el firme propósito de sugerir un momento de inflexión , y tomar distancia para adoptar sobre su toxica amistad ,la mejor decisión de las alternativas posibles ; coma, punto, punto y aparte, punto y seguido, paréntesis … pero nunca había visto el momento adecuado para materializar ese propósito y , decirle a julia que se había cansado de subordinar su agenda a las conveniencias de ella y , sobre todo que estaba harta de tener que adivinar sus deseos, con el único objetivo de evitarle lo que ella en ese afán de prevalecer , consideraba ; “ el engorroso acto de pedir “,desde lego consensuar nunca había tenido cabida en su lingüística. Inés no dijo nada, se limitó a asentir, el punto y final le pareció bien y sin necesidad de discutir, por una vez Julia había adivinado sus deseos.

M. Victoria G.L
Grupo B


Entre tú y yo puntos suspensivos

Tres y no menos,
tres y nunca más,
el triunvirato de los signos ortográficos,
que deja en el aire cierta intriga,
cierto suspense,
que resuelve el receptor a su manera.

Pero entre tú yo…

Entre tú y yo no caben interpretaciones,
se lee con todas las letritas,
aun sin llevar ninguna.

Desciframos con el mismo código,
la misma frecuencia,
jugamos con las mismas connotaciones,
matices,
tonos,
sentidos,



Y se lee de corrido,
como un párrafo explicativo.

Beatriz Gorjón
Grupo A


Oda

Te crees poquita cosa
al lado del punto y coma,
del punto, del paréntesis
y de la interrogación.

Ocupas poco espacio
pero siempre estás presente
en novelas y poemas
de escritores y poetas.

Sentido a las frases das
y eres imprescindible
para las más variadas cosas
enumerar.

Eres la pausa adecuada
que el pensamiento necesita
cuando fluye más rápido
que la palabra.

Permites un respiro al estudiante,
al político y al conferenciante.
Por todo esto y mucho más
el signo más utilizado, siempre serás.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Puntos suspensivos

Si buscas puntuación especial
puntos suspensivos has de utilizar.
Piénsalo bien para no errar,
si lo haces de forma casual.

Tres puntos alineados en horizontal
la oración han de completar.
En mayúsculas debes comenzar
si continuas de forma natural.

Para que no se aburra el lector
así cerrarás la enumeración.
Sin sentir el mínimo pudor.

Si tu pregunta no halla solución
utiliza los suspensivos sin temor.
Del mismo modo con la exclamación.

Eva Hernández
Grupo A


El crimen del alfabeto

-Es un delito repugnante. Una canallada que no puede quedar impune -afirma T categórico.
P cabecea en señal de asentimiento y se pregunta:
-¿Y por qué ella precisamente?
-No seas ingenuo. Todos sabemos los motivos. Se venía hablando de ello desde hace bastante tiempo. Hasta había quien se había atrevido a pedirlo en voz alta.
-¿Pero de este modo tan radical, tan repentino? -reflexiona P.
-La otra ha decidido cortar por lo sano, sin ningún tipo de aviso. No ha querido dar tiempo a que los escrupulosos, los inseguros, pudiéramos poner algún inconveniente.
-Si consentimos esto, ¿quién te dice que esto no se repita? -P le lanza una mirada de preocupación-. Si sólo priman razones de economía y eficacia ¿quién estará a salvo?
-Tal vez todo acabe aquí… -añade T con poca convicción y enseguida reacciona-. Aunque no puedo creerlo. Hoy V ha eliminado a B argumentando su inutilidad. El mismo sonido no necesita dos letras, ha proclamado. Si no la paramos, ¿cuánto tardará en ocuparse de W?
-¿Y no se contagiarán otros? ¿No podría una I acabar con la otra? Y luego, ¿cómo evitar que G y J diriman sus continuas pendencias de manera similar?
-Y el conflicto de las dos voces que comparten K, Z y C no concluiría mejor. Me temo que C, la más débil de las tres, acabará también en la tumba.
-Y si desaparece C, ¿dime tú qué posibilidades tiene la muda?
-¿Quién? ¿H? -pregunta T.
-Sí. C es la única que le presta alguna atención, es la única que la hace sonar. Tendría los días contados…
-Por no mencionar a otras. Fíjate en la pobre Q qué ya solo se desenvuelve apoyándose en U.
-¡Sería el caos del abecedario! -afirma P aterrado.
-Más que eso. ¡Sería el fin del castellano! Nadie sabría ya leer las ediciones originales de las grandes obras de la literatura! ¿Te imaginas? Sería la muerte de Zervantes, de Kalderón, de Kevedo…
-Y de Varoga, de Mygel Ernández, de Garcya Márkez… -concluye el otro desolado.

Pepe Lorenzo
Grupo B


“H”

Algunos desearían que no existiera, a otros les resulto necesaria. Soy insonora, pero ayudo a crear situaciones extraordinarias.
Ahí me tenéis detrás de la “a” para mostrar que lo habéis comprendido, o para sorprender.
Si voy colocada después de la “e”, que sola sirve para muy poco, paso a controlar vuestros movimientos.
Donde me siento más feliz es después de la “o” Oh campana de mi puebloescribía Pessoa con puro sentimiento nostálgico.
No puedo olvidarme de la “u” para llenaros de desilusión.
En el mundo sonoro no existo, pero si acompaño a cualquier vocal, excepto a la “i”, adquiero connotaciones incalculables.

JB
Grupo C


La fobia del conjunto

A Conjunto se le dificultaban las separaciones, por eso procuró estar siempre en consulta psicológica. Ser lógico y racional era a lo que aspiraba respecto a estos temas tan cotidianos: un simple saludo le entristecía por el resto del día. Por eso evitaba “despedirse” en la calle de algún conocido o amigo: aquí nos decimos “¡hasta luego!” y no “hola, ¿cómo estás?”, gemía en su espacio terapéutico. Aunque fuera consabido que los miedos estaban conscriptos a una dimensión oscura de la mente, Conjunto quería dominarlos con el pensamiento, incluso a la hora de escribir: evitaba a toda costa poner puntos y aparte; los puntos y seguidos en casos extremos; el punto y coma con dificultad. Se apoyaba mucho más en la coma. Esto no tenía nada que ver con emular al irreverente Saramago, o consustanciarse con la oralidad desesperada de sus escritos. Más bien era por el Fobos, terror y horror mítico a sentirse solo.
Sin embargo, nada estaba bien definido en Conjunto. Los límites de sus deseos para estar con los otros no los podía definir, y ese era gran parte de su problema. Aunque Conjunto iba siempre acompañado de su pareja, ni con, ni junto a ella lograba sentirse bien. Esto mismo le pasaba con sus amigos, con su familia. Conjunto pasó tiempo en medio de esta confusión, contradicción, conmoción y colisión de impulsos, hasta que conoció a alguien muy distinto: Consigo. Con este gran amigo aprendió, por fin, a convivir con sus miedos, y conciliar sus pulsiones. Abandonó la terapia, consiguió reconciliarse consigo mismo, y con la escritura.

Carmen Elena Ochoa 
Grupo A


Posesiva tónica

Mi vida fue pretérita, a veces perfecta, otras, se le sumaba un prefijo y lo cambiaba todo. Sin embargo, hubo ocasiones donde se excedía con un plus y se volvía pluscuamperfecta. Siempre indefinida.
Mi vida es imperativa, siempre me ordena y me recomienda que no me ahogue en subjuntivos y que viva indicativamente. ¡Ojalá pudiera!
Mi vida será simple, algunos dirán que imperfecta. Eso sí, descartaré las tentaciones de lo compuesto. Eso siempre me ha sonado a conjeturas.
Mi vida fue, es y será absolutamente posesiva tónica, porque es, fue y será completamente mía y yo suya.

Vanina Palomo
Grupo C