Pájaros en la cabeza

La sesión del lunes, 1 de diciembre, la dedicamos a las aves, de ahí el título "Pájaros en la cabeza".
Hablamos de Pablo Neruda y su Arte de pájaros donde se incluyen los pajarintos y los pajarantes, extrañas aves estas últimas inventadas por el poeta.

Incluimos aquí el poema "Cabeza a pájaros" que dedica a su amigo Jean Marcenac, pintor, poeta, experto en vinos y traductor. Los amigos lo llamaban "Jeannot":

El caballero Marcenac
vino a verme al final del día
con más blancura en la cabeza
llena de pájaros aún.

Tiene palomas amarillas
adentro de su noble cráneo,
estas palomas le circulan
durmiendo en el anfiteatro
de su palomar cerebelo,
y luego el ibis escarlata
pasea sobre su frente
una ballesta ensangrentada.

Ay qué opulento privilegio!

Llevar perdices, codornices,
proteger faisanes vistosos
plumajes de oro que rehúyen
la terrenal cohetería,
pero además gorriones, aves
azules, alondras, canarios,
y carpinteros, pechirrrojos,
bulbules, diucas, ruiseñores.

Adentro de su clara cabeza
que el tiempo ha cubierto de luz
el caballero Marcenac
con su celeste pajarera
va por las calles. Y de pronto
la gente cree haber oído
súbitos cánticos salvajes
o trinos del amanecer,
pero como él no lo sabe
sigue su paso transeúnte
y por donde pasa lo siguen
pálidos ojos asustados.

El caballero Marcenac
ya se ha dormido en Saint Denis:
hay un gran silencio en su casa

porque reposa su cabeza.



También hablamos de Miguel Hernández y de cómo para consolar a su hermana Encarna por la muerte del canario que tenían en casa puso en el interior de la jaula un limón. Esta anécdota la cuenta en el poema "Exequias".
Después completamos entre todos un "avecedario de pájaros" y cada cual eligió un ave al que le gustaría parecerse. Y hubo quien escribió más de un trino o tuit enfundado en su nueva piel de pájaro y sin dejar de agitar las alas como Miguel Ángel Pérez, nuestro búho particular: #Tuitbúho: "Cuando tú duermes te observo, pero me mantengo al margen mientras no me busques en los días".

Propusimos dos tareas, a elegir:
a)  Escribir un texto sobre un pajarante (un pájaro inventado), a la manera de Pablo Neruda.

b)  Escribir una historia que comience así: “Érase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros. Un día...”

Y estos son los trabajos de algunos de los participantes en el taller:


Finito

Pájaro, que vuelas entre las rejas,
rompe el silencio
donde tu cuerpo posa.
Canta a la mañana
en la jaula de tus días.
aletea tu plumaje
en el nido de la tarde
para colgar recuerdos a la vida.
Vive tus trinos
con la cabeza alborotada de amor.
Sueña en la cálida luz de la noche
junto a la finitud de las horas,
en los barrotes de tu estancia.

Sofía Montero


Un pájaro de cuentas

Dicen que antaño había,
no lejos de este lugar,
pájaro según me cuentan
“de cuentas” podría llamar.
Visitaba en primavera
las cornisas y el rosal,
apoyando sus patitas
comenzaba a sumar,
a sumar hilos y palos,
telas viejas sin dedal,
y a poco que se esmeraba,
nido, novia y nidal.
Con cuentas de dos por uno,
las cifras no hacía mal,
pues alero que veía
visitaba sin tardar
y al tiempo que conquistaba
casa, novia y nidal,
abandonaba en un vuelo
con promesas de regresar.
A cada nido una copla,
a cada novia un cantar,
al nidal la resta entera,
Pluma y pluma, no va más.
Este pájaro que cuentan
de cuentas sabía mal
y la paloma que creía
a cuco le fue a dar.
Un día que trinaba
“pajarita”, tan galán,
pico, pluma, pajarita,
la suma salió muy mal.
Al salir de cierto alero,
un halcón lo vio volar,
pues sabedor de sus cuentos
a su pía fue a celar.
Ni su lustre, ni gracejo,
ni sus cuentas de llevar,
ni dividendos, ni restos,
ni cuentos ya que contar.
Desplumado el cogote,
quebrialado el volar,
aquel “pájaro de cuentas”
poco habría de operar,
descompuesto y sin novia,
descubierto y sin rosal,
despedido de su alero,
ya no hay cuentas que cantar.

Pilar Luengo


Erase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros, un día salio de casa convencida de que era la reina Leticia, y que tenía multitud de tares reales que desarrollar a lo largo de la mañana.
Acudirían al Palacio Real embajadores de varios países a la recepción de las doce de la mañana, y ella aún no había pasado por la peluquería, ni la noche anterior había decido que vestido ponerse, se encontraba agobiada, y una vez mas volvió a pasar por su cabeza, la vida anterior de periodista, en la cual se movía con total libertad, como un jilguero y no ahora que parecía un pavo real.

Luis Iglesias


Manolita Frondosa

Erase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros.
Un día conoció a Federica, una niña triste, una niña muy muy muy triste, una niña que cubría su cabeza con un gorro de lana gruesa, un gorro de lana muy muy muy gruesa. Un gorro que nunca nunca se quitaba. En la calle, hiciera el tiempo que hiciera lo llevaba, en el colegio, en clase, hiciera el tiempo que hiciera lo llevaba.

Manolita no entendía. Con esa indumentaria, no era posible que los millones de pajarillos que viven anidados en el cabello respiraran. A veces, cuando se quedaba sola en su cuarto escuchando el extraordinario piar que brotaba de su melena, pensaba en Federica, la niña triste. Tal vez, debajo de su gorro viviera algo raro, algo muy muy muy raro, algo que absurdamente la avergonzara o lo que es peor, tal vez debajo de ese gorro de lana ya no viviera nada.

Un invierno, poco después de que las plumas blancas que viven en las nubes cubrieran las calles, Federica desapareció.
La maestra dijo que estaba enferma, muy muy muy enferma y comenzó a explicar matemáticas. La pizarra se llenó de números que se sumaban y se restaban y se multiplicaban en un juego divertido, un juego muy muy muy divertido. Curiosamente todas las operaciones que Doña Pilar realizaba tenían el mismo resultado: Federica.

Ese día cuando Manolita salió del cole, su madre la esperaba.
Se había recogido el pelo en un moño alto, un moño muy muy muy alto, y en ese momento, encaramado en la cúspide, un precioso Ibis se asomaba. En los pelos, que rebeldes se burlaban de las horquillas, se columpiaban un gavilán y una urraca.
Su madre, nada más verla supo que algo pasaba.
La pequeña llevaba las trenzas bien hechas, pero no había ni un piquito, ni un ala que sobresaliera de ellas y las animara. Eran unas trenzas mustias, muy muy muy mustias. Eran unas trenzas apagadas.

Al llegar a casa, Manolita tenía fiebre, una fiebre muy muy muy alta.
Los pájaros que anidaban en sus rizos, asustados, muy muy muy asustados, tiritaban.
Esa noche, tres lechuzas y una grulla velaron su sueño.

Al ver que el amanecer llegaba, y Manolita no mejoraba, enviaron al loro Floro a buscar ayuda. Necesitaban una cabeza sana, una cabeza muy muy muy sana que supiera ver lo que ellos no veían porque las inmensas alas de un Cóndor les cegaban.
Floro no tuvo que volar muy lejos.
En la habitación contigua, a pesar de la desgracia, millones de ruiseñores cantaban y era su canto un trino fuerte y claro lleno de borboteos y silbidos alegres, muy muy muy alegres. Tanto que el propio Floro según los escuchaba notaba como los colores de sus plumas se reavivaban. Absorto como estaba nunca supo decir cómo ni en qué momento, un Ibis precioso se posó en el mechón donde él reposaba y desde el que escuchaba y contemplaba las maravillas que viven en una melena sana.
Sin dudarlo, parloteando como pudo, le contó al hermoso Ibis lo que a la pequeña Manolita le pasaba.

Tras escuchar con atención, la garza se arrancó con su pico curvo una pluma blanca y otra dorada. Sobre la primera escribió con una letra clara, una letra muy muy muy clara: "Hay que quitar a la niña la garrapata negra que desde esta mañana lleva en su cuaderno de matemáticas. Si no lo hacéis, no tendrá mañana. En poco tiempo, ese ácaro parirá una inmensa camada de gatos. Treparán a su cama, se encaramarán a su almohada y devorarán todas sus nidadas. No le quedarán trinos. La niña perderá su frondosa corona de ramas. Sin pájaros su vida será una pizarra aburrida, una pizarra muy muy muy aburrida"

Con la medicina en una pluma, Floro regresó al cuarto donde la pequeña, sin saberlo, luchaba con una garrapata.
En cuanto las lechuzas leyeron lo que el hermoso Ibis les recomendaba, supieron que su sugerencia era acertada.
Llamaron a la garza ganadera que hacía tiempo intentaba dormir y no podía.
Le encomendaron la misión: buscar y destruir el parásito que se había instalado en un cuaderno de matemáticas, al huésped que devoraba uno a uno sus nidos y secaba una a una sus ramas.
Parecía una misión imposible, pero para la garceta, acostumbrada como estaba, resultó una tarea fácil, muy muy muy fácil. Cuando terminó se durmió sobre una pata, no sabía por qué, pero estaba cansada, muy muy muy cansada.

Como en un cruce de caminos, cuando el ave durmió, Manolita despertó.
Millones de ruiseñores cantaban en su almohada. Era su canto un trino fuerte y claro, lleno de borboteos y silbidos alegres, muy muy muy alegres. Tanto que según los escuchaba notaba como la savia circulaba por sus cabellos y como nuevos pichones anidaban en sus trenzas. Unas trenzas encendidas, muy muy muy encendidas. Unas trenzas lozanas.

Cuando llegó la mañana, desde la ventana vio que las plumas blancas que viven en las nubes, habían cubierto otra vez las calles. Todo era nieve.
Esa tarde, caminando sobre la alfombra blanca, fue a casa de Federica, la niña triste que estaba enferma, muy muy muy enferma.
Cuando las dejaron solas, colocó sobre su almohada un nido de mirlos, para que al abrirse le cantaran, y una pluma de águila, para que cuando Federica durmiera, barriera debajo de la cama. Los gatos temen a las águilas.

Una semana mas tarde, Federica volvió al colegio. De nuevo Nevaba
No llevaba gorro de lana y sobre su cabeza se veía como brotaban pequeñas ramas.

Ana Isabel Fariña


Avernino

Hace tiempo se descubrió una especie de ave y no precisamente del paraíso, el “Avernino” especie que según se ha podido comprobar posteriormente con datos fehacientes, es un ave de amplia distribución geográfica que no requiere condiciones especiales para sobrevivir, presenta como característica notable una voracidad insaciable en beneficio propio, omnívoro, se alimenta especialmente del esfuerzo y trabajo de los congéneres de su especie, así como de cualquier especie viviente, siempre trata de obtener el máximo beneficio propio, sin importarle el ecosistema y las consecuencias de su egoísta avidez. Lamentablemente esta especie no está incluida en la lista de la UICN de especies amenazadas.

Alfredo Domínguez


Xitlaloc el pájaro de la lluvia

Xitlaloc es alargado como la luz de una puerta casi cerrada.
Xitlaloc aparece volando siempre tras las primeras gotas, como notas de una hermosa melodía.
Xitlaloc cierra sus pequeños párpados y concentrado siente lo hermosa que es la vida; mientras grises brumas se ciernen sobre nuestras cabezas sin plumas.
Xitlaloc brilla como el Arco Iris en un prisma y refleja la efigie de quien le mira. Provocándole una agradable sensación de bienestar.
Xitlaloc fue creado por el dios de los charcos para mojar a los que no creen en sí mismos.
Xitlaloc es vago y por eso nunca canta ni acompaña, ni cuenta nada. Simplemente se mece al lado de los pocos humanos que caminan sin paraguas. Los persigue con otro ansia. Va deprisa y cuando le ven, se da la vuelta y se para.
Xitlaloc piensa mientras llueve que nadie le ve y cuando deja de hacerlo, que se hace visible y vulnerable. Entonces emite un leve gruñido de triunfo y, despacio, bailando, regresa hasta su casa.
Hasta nuevas lluvias no volverás a gozas de su compañía, a tenerlo tan cerca. Pero si alguna vez te pasa, cierra tu paraguas, nota como te envuelve una maravillosa calma; imita a un Xitlaloc, escucha el leve rumor del agua, siente como fueras un pájaro con un corazón tan bueno que prefieres no cantar ni contar nada.

Chema García


Helario Nébulo
(Vulgo Cencellero)

Nunca verás un Helario Nébulo. Si quieres verlo abrígate bien y agudiza la vista. Aún así, nunca estarás seguro de haberlo visto realmente. Es de hábitos nocturnos y, al contrario que la mayoría de sus congéneres, migra buscando el frío. Anda cerca de masas de agua en zonas de altas presiones, y alza el vuelo cuando cae la noche y la niebla. Entonces bate incansablemente sus alas, con el pico abierto, atrapando infatigable las nubes bajas. Y con cada potente batida de sus alas esparce pequeños cristales de hielo que cubren todo el espacio de su vuelo. No se han podido establecer sus rutas, pues su infatigable vuelo hace que al amanecer todo su territorio brille de blanco helado, sin rumbo definible.

Miguel Ángel Pérez


Pájaros en la cabeza
Érase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros. Un día mientras se lavaba la cabeza se la escaparon todos los pájaros, menos uno, por el desagüe del lavabo. Casiveo, que así se llamaba el jilguero que había permanecido enredado entre los rizos de la niña era un empedernido estudioso de fenomenología aplicada. La verdad que el resto de las cosas le daba igual, a él solo le importaba su ciencia. No perdía ni un momento. Siempre se rodeaba de apuntes, revistas y su tablet de ultimísima generación, que se la había regalado el Águila Selosabetodo por haberle hecho un trabajo fenomenológico de impecable factura.

La niña tan solo había notado una leve sacudida cuando se lavaba la cabeza y luego una sensación de sentirse más ligera, más tranquila, más viva… todo se veía más claro, la vida giraba a su alrededor maravillosamente, las cosas estaban en el sitio que correspondía… su pensamiento era lineal, sin fisuras. No se explicaba lo que había pasado pero algo había pasado. Sin darle la menor importancia se arregló para asistir al colegio, lo hizo de forma perfecta y rápida, estiró la cama y recogió la habitación en un tiempo record, nunca había estado tan ordenada y limpia. Entendió que así había que hacerlo y así lo hizo. Rehízo los deberes y terminó los que le quedaban, todo con una rapidez impensable y con plena seguridad y perfección.

Cuando su madre la vio entrar en la cocina para desayunar se le cayó la jarra de la leche que llevaba y se le agrandaron los ojos como una moneda de dos euros. No era posible, esa niña no podía ser su niña, arreglada como jamás la había visto, una cara viva, despierta… no podía ser… no entendía nada, su niña siempre había sido un desastre con un millón de pájaros en la cabeza. Se sentó en una silla y la contempló y su boca se iba abriendo poco a poco. Con unos modales exquisitos la niña consumía su desayuno. Miró a su madre y no tuvo por menos que con toda delicadeza preguntarle si le ocurría algo. Pero a la madre no se le cerraba la boca y no dejaba de mirarla. La niña finalmente se levantó le preguntó a su madre si le podía ayudar en algo, la madre movió la cabeza negando mientras la miraba. La niña la dio dos besos y se despidió.

Desde la ventana vio cómo se alejaba en dirección al colegio, cuando la dejó de ver fue corriendo a su habitación… “dios mío” exclamó al ver el cuarto perfectamente recogido y ordenado. Al mirar el lavabo limpísimo distinguió junto al desagüe una pequeña pluma de pardal…

Vicente M. Martín


Clara y el Avestruz

Érase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros. Un día se olvidó uno de ellos en el parque. Ocurrió aquella tarde de diciembre, aquella en la que parecía que las ventanas del Norte se hubieran quedado abiertas por un instante y comenzó a soplar a través de ellas un viento fuerte y frío que obligó a Clara y a todos los niños que allí jugaban a salir corriendo asustados hacia sus casas. Tal vez, la mano del invierno quería apoderarse de todos aquellos alegres pequeños y alimentarse con ellos, con sus risas, por eso fue que en unos minutos no quedó nadie en la calle. Unos llevaban la bicicleta, otros llevaban la comba para saltar, en cambio Clara, llevaba la cabeza llena de pájaros que canturreaban al tiempo que ella saltaba alegre mientras entonaba las canciones infantiles que su abuela Ana le cantaba cada noche. Todo quedó en silencio. Las risas infantiles apagaron sus luces y el parque se durmió dejando paso a la que sería la noche más fría del invierno.
Nada más entrar en casa, Clara puso las manos sobre su cabeza intentando contar los pájaros que anidan sobre ella. Sus pequeños dedos estaban tan fríos que apenas tenían la suficiente sensibilidad como para darse cuenta de que Truz, el más pequeño de ellos no estaba. Todo fue distinto a otros días, el viento hacía estremecer los cristales de las pequeñas ventanas sin persiana. Cerraron con llave la puerta de la calle y cenaron más temprano que otras noches, anticipando también la hora de acostarse.
Clara se metió en la cama acompañada de sus pájaros, que parecían estar más arrimados unos a otros casi formando un gorro de dormir entre ellos. Las plumas de Paloma, la más coqueta, caían sobre la frente de Clara, asemejando un pequeño flequillo blanco que hacía resaltar la tez sonrosada de la pequeña. Pero un frío sobrecogedor invadió los sueños de Clara aquella noche, y por más que subía las mantas hasta sus ojos, arrimaba la almohada sobre su cuello y apretaba sus manos bajo el pijama, seguía sintiendo un escalofrío rondar por su cabeza, algo así como el pequeño orificio de un hormiguero por donde parecen estar soplando las dos mil seiscientas cuarenta y dos hormigas que lo habitan, a la vez. Escogió el mejor de sus pensamientos, y al sentir sobre sus pies el calor de su gata Catalina, consiguió dormirse, no sin evitar tener extraños sueños que la llevaban hasta las llanuras de un lugar desconocido aún para ella, aquel lugar del que más tarde descubriría su nombre.
La mañana amaneció cubierta de un manto blanco. La abuela Ana despertó a Clara con un tono extremadamente alegre, con la voz cantarina que la hacía diferente del resto de las abuelas. Clara se despertó sobresaltada. Bajó las escaleras tan rápido como pudo, llevando a sus pájaros enredados en su larga y rubia melena aún sin peinar. Miró a través de los cristales de la ventana de la cocina desde donde contempló la larga sábana blanca que la Reina del invierno había extendido sobre las calles, casas y parques. Estaba alborotada, alegre, hasta que encontró su propia mirada en el reflejo del cristal donde observó con gran disgusto la ausencia de Truz. No buscó en la cocina, ni en la cama, ni en ningún otro lugar de la casa. Supo en aquel momento el significado del escalofrío en su cabeza y salió al parque en su búsqueda. Gritó su nombre por las calles, atravesó la plaza hasta llegar al puente donde a veces, duermen algunos pájaros que los adultos desechan de sus cabezas y dejan que se conviertan en pájaros abandonados, a la espera de que algún soñador les recoja. Tampoco allí. Ni en la cabeza de la maestra, ni en la de Antonia la del quiosco, ni en la de Fernando el zapatero, cada uno llevaba sobre su cabeza sus propios pájaros.
Los días se sucedían sin novedad sobre Truz. Clara continuaba teniendo extraños sueños que cada noche la desvelaban. Lugares desconocidos, donde ella jugaba feliz. Hasta que un día se lo comentó a su abuela Ana mientras comían. Ésta se sorprendió y buscó en uno de los treinta y dos libros que tenía en la estantería de la habitación pequeña, en un libro de la interpretación de los sueños de niñas que tienen pájaros en la cabeza. Pero sólo encontró un pequeño texto que, supuso, nada tenía que ver y que Clara lo anotó en el cuaderno donde todo lo apuntaba:
“Del lejano Oriente llegaron hasta África, donde se quedaron para perpetuar su especie y vivir en la planicie que les dio la libertad, recorriendo kilómetros para, con su gran impulso, intentar alzar el vuelo una y otra vez…”
Historias de princesas, canciones y romances… cada noche la abuela Ana intentaba llenar el vacío de Clara. Ni la codorniz, ni el jilguero, ni el loro, ni el mochuelo… Abuela, háblame de África, le pedía cada noche sin entender el por qué. Y la abuela Ana buscaba en sus libros y le hablaba de las verdes planicies de África, de Tanzania y Kenia. Las noches del invierno transcurrían para Clara escuchando las aventuras africanas. Conoció un lugar llamado Serengueti, aquel lugar por donde pasa el mayor espectáculo natural del mundo: la migración de millones de herbívoros, y se quedaba dormida cada noche junto a la chimenea mientras sus pájaros asomaban entre sus trenzas cubriendo el pequeño cuerpo de Clara con sus plumas para abrigarla una vez más, al tiempo que su abuela Ana le improvisaba alguna canción.
Clara soñaba con Truz cada noche. Ahora le imaginaba corriendo por aquellas lejanas tierras africanas acompañado de jirafas, antílopes, rinocerontes, elefantes, leones y de tantas especies de aves que le protegerían. Sólo así conseguía sentirse tranquila hasta conciliar el sueño.
-¿Tú crees que volverá algún día conmigo, abuela?
- Es posible, Clara. África está en tus ojos. Sólo tienes que desearlo como ya lo estás haciendo.


Al otro extremo del pueblo, un pequeño corral de gallinas había recibido la llegada de un nuevo habitante. Fue la tarde en la que las ventanas del Norte parecían haberse quedado abiertas por un instante y comenzó a soplar a través de ellas un viento fuerte y frío que obligó a las gallinas y a sus polluelos a entrar rápidos a sus nidales. Casi cuando la noche comenzaba a llegar, asomó por un pequeño espacio que quedaba entre la puerta y la pared, el pico curioso de un ser que nunca antes habían conocido. Parecía estar perdido y muy, muy triste. Tan sólo sabía pronunciar una palabra que repetía incesantemente a dos tonos: “Cla-ra,Cla-ra,Cla-ra”. Y allí, entre las gallinas del corral del señor Antonio, consiguió encontrar el calor que la noche le había quitado. A la mañana siguiente, la Reina del invierno había extendido su sábana blanca sobre el ancho prado, incluida la entrada del corral, los caminos, los tejados, las montañas del alrededor. Así pues, un nuevo habitante permanecería durante muchos, muchos, muchos días entre las gallinas.



La lumbre ardió todo el invierno. Las plumas de los pájaros de Clara se iban cayendo, ella las guardaba todas en el interior del cojín donde dormía la siesta su gata Catalina. Unas nuevas plumas aparecían ahora sobre los negros azulados brillantes lomos de la golondrina, verdes las del loro, amarillas las del jilguero,… presumía Clara sobre su cabeza de un extraordinario gorro multicolor. La primavera comenzaba a dar sus primeros pasos, a pronunciar sus primeros bostezos. Los árboles cubrían sus ramas con sus mejores galas y el olor de la pradera se colaba por entre las ventanas que, por fin, empezaban a abrirse de par en par.
Y… llegó un sonido desde no muy lejos. Casi podía pensar que desde el corral del señor Antonio, al otro lado del puente, una palabra repetida continuamente a dos tonos: Cla-ra, Clar-ra, Cla-ra.
Clara salió a la puerta de su casa. Atravesó la calle que va a dar a la plaza, se dirigió hacia el quiosco donde compró una bolsa de chucherías para ella y otra de maíz para esparcirlo sobre el puente donde a veces, duermen algunos pájaros que los adultos desechan de sus cabezas y dejan que se conviertan en pájaros abandonados, a la espera de que algún soñador les recoja.
Esta vez, sintió un leve escalofrío por todo su cuerpo. Todos sus pájaros volaron desde su cabeza y se posaron en las ramas del manzano que comenzaba a florecer. No entendía qué estaba ocurriendo. Giró la vista a su derecha con cierta inquietud, pues una gran sombra se le acercaba.
Al tiempo que arreglaba sus largas y rubias trenzas que los pájaros revolvieron, un sonido familiar acariciaba sus oídos. Dio la vuelta emocionada y allí, frente a ella, encontró unos ojos enooooormes dentro de una mirada que reconoció nada más verle. Su cuerpo había crecido enooooooormemente… ¡Era Truz!. Ahora era más alto que ella. Era como había imaginado que ocurriría, lo había deseado tanto: ¡HABÍA REGRESADO DESDE ÁFRICA.!
Todos los pájaros volvieron a posarse sobre su preciosa cabeza, adornando con sus colores aún más la alegría de Clara. Todos excepto Truz, por supuesto, que, con la ayuda de los demás, subió a Clara sobre sus lomos llevándola por todas las calles, los caminos, escuchando sus canciones y sus risas sin igual, salpicando todo el alrededor con su felicidad.
Aquella noche, Clara le relató entusiasmada a su abuela Ana el momento en que se encontró con Truz. Mientras los colores de los pájaros que llevaba en la cabeza asomaban por las ventanas de sus ojos, le contó el momento en que vio cómo se alejaba en el horizonte la manada de jirafas, elefantes, ñus y un centenar de diferentes aves que acompañaron a Truz, antes de regresar de nuevo a África, a Tanzania en concreto, el lugar donde había pasado el largo invierno.
Los brazos de Ana se abrieron para Clara, donde cayó vencida por el sueño. Un sombrero multicolor de pájaros de plumas brillantes cubrían su pequeña cabeza, protegiendo sus sueños una noche más. Las plumas del pavo real habían crecido y ahora se deslizaban sobre la espalda de la niña, tal como una capa Real que sólo una pequeña princesa como Clara podía llevar. A su lado, su ahora más inseparable que nunca amigo Truz, el avestruz, permanecía con los ojos muy abiertos cerca de ella, contemplando el movimiento oscilante del rabo de la gata Catalina cerca de la chimenea todavía encendida, a punto de dormirse sobre un cómodo cojín hecho de los mejores sueños de Clara.

Tina Martín Mora


El pisacalles

Cuando nadie va caminando, por la calle, aparece él, en la oscuridad de la noche.
Aunque cuando llueve siempre se refugia en algún viejo portal.
Se va comiendo los restos de los gusanitos que dejan los niños en el parque.
O los frutos que caen de los árboles.
Se da algún chapuzón en el río que encuentre más cercano...
He decidido investigarlo a fondo por las noches cuando todos en casa duermen.
Es la única manera de averiguar como es en realidad.
Ya que muchas veces viene a verme, al pie de mi cama, tras largas horas sin poder dormir.

Iria Costa


La niña con demasiados pájaros en la cabeza
Erase una vez una niña con la cabeza llena de pájaros. Un día se despertó con un terrible dolor de cabeza. Mientras desayunaba, unos cuantos gorriones salieron de entre su pelo a por las migajas. Al peinarse, un mirlo salió al pincharle el cepillo. Un águila escapó mientras se vestía, formando un gran revuelo en la habitación hasta que acertó con la ventana abierta. Mientras caminaba hacia la escuela, con cada saltito liberaba una golondrina.

Así fue pasando el día, perdiendo pájaros y cediendo el dolor de cabeza. Al final del día, se encontraba muy feliz, con sólo un pequeño jilguero, su pájaro favorito, cantando en su cabeza.

Miguel Ángel Pérez

Literatura y geometría

La sesión del lunes, 24 de noviembre, la dedicamos a la relación entre amor y geometría.
Para no irnos por la tangente tomamos algunos textos como referencia:

Geometría

La historia es circular
y la felicidad un triángulo de cuatro lados,
nunca podré calcular
el diámetro de nuestros abrazos
ni la fórmula que resuelve
el perímetro de cada despedida.

Convertir en centímetros
los kilómetros cuadrados que separan
                                               nuestras superficies,]
trazar una línea infinita entre nuestros pasos,
recorrer el ángulo recto de tu cuerpo,
pulir nuestras aristas,
olvidar los polígonos oscuros
que habitamos en otros cuerpos
en otros nombres
en otros verbos
en otros meses en los que amar era tormenta,
hacer de la cama un cuadrilátero de derroche
un área restringida de suspiros y silencio.

Éstas son las coordenadas
de nuestra propia geometría perfecta,
la distancia más corta entre dos puntos
que da nombre a todo lo que no existe.

Diego Ojeda


Gemma

Según la geometría, una línea es una sucesión continua de puntos interminables e infinitos, pero durante su recorrido lineal por aquel cuerpo, Armando los encontró todos: el punto de partida, algunos puntos de sutura, los varios puntos de vista, los dos puntos y por fin, el punto final o punto de ebullición. Sólo entonces, llegado al final de su viaje, descubrió el punto débil de ella y en honor a su nombre, lo llamó punto G.


Daniel Sánchez Bonet

Pero la pista principal nos la dio Doloretes, maestra de primaria y responsable de la Biblioteca escolar del CEIP Ferrández Cruz en Elche (Alicante). Así cuenta en su blog el trabajo que hizo con sus alumnos: "en 5º de Primaria han empezado el curso por la geometría. Son los chicos del curso unos jabatos de la regla, el compás, las escuadras y cartabones y los medidores de ángulo. Y mira tú, que se cruza por el camino de la tutora este poema de Alfonso Brezmes:

Buscarte es una elipse.
Soñarte es una curva.
Descifrarte es una pirámide.
Alcanzarte es una hipérbola.
Tenerte es un cuadrilátero.
Amarte es un círculo.
Perderte de nuevo
es una mera parábola
para volver a buscarte.

Al día siguiente de encontrarlo ya estaba leído en clase y el reto propuesto: hacer un poema en el que incluyéramos amor y geometría. Hablamos de amor y desamor. De encuentros y desencuentros. De enamorarse y alejarse. De verbos y palabras que tenían que ver con cada unos de esos momentos románticos o de ruptura". 

Dejamos aquí dos muestras a modo de botón:

Amarte en un pentágono.
Tocarte en un triángulo.
Cantarte en un círculo.
Besarte en un cuadrilátero.
Escucharte en una circunferencia.
Abrazarte en un decágono.
Rozarte en el hexágono.
Hablarte en el rombo.
Pensarte en un trapecio.
Acariciarte en una línea secante.

Nuria Pérez, 5º de Primaria

Tu corazón son triángulos.
Tu mirada es un segmento.
Tus sentimientos son burbujas circulares.
Tus caricias son ángulos llanos.
Tu voz es la bisectriz del eco.
Tus besos son opuestos al vértice.
Tu sonrisa son dos curvas infinitas.
El amor es el ángulo
que llena el círculo
del cuadrado de la vida.

Miguel Aparicio, 5º de Primaria


Tarea de escritura
Escribe un texto de amor o desamor (poema, cuento, microrrelato o haiku) en el que abunden los elementos geométricos, tal y como hacen los chicos de 5º de primaria de los ejemplos.

Estos son los trabajos de algunos componentes del taller:

La geometría del amor (haikus)

Amor sin punto
acaricia la coma,
destruye el gesto.

Curva de labios
se perfila en tu tez,
besa mi piel.

Líneas de mar
humedecen tu amor
con mi silencio.

Rectas se sientan
en tu perfil de amor
para inclinarse.

Amar en línea
me lleva al infinito,
el tiempo duerme.

Curvas y rectas
limitan nuestro amor
entre dos puntos.

Sofía Montero


Mi calma es tu parábola

Mi calma es tu parábola
Mi pasión no son tus curvas o tus rectas,
ni tus cabellos son bosones de Higgs,
ni tu piel son puntos o circunferencias.
Lo que me llena es tu forma de escribir la vida en una esfera.

Mi universo está lleno de cometas, solitarios paralelepípedos
que se vuelven órbita al compás de la sonrisa de tu esencia.

Mi número áureo es tu ausencia
pues la naturaleza no es perfecta.
Por eso cuando me miras, las plantas crecen en progresión geométrica.
No existe vértice si no se mueven tus caderas,
no hay principio ni fin si no subes o bajas las escaleras.

Ojalá fueses un círculo y yo su centro, podría sentirte tan cerca
que los polígonos no tendrían ángulos, sino curvas para acompañarnos,
en ese viaje en el tiempo por salvar a Euclides de la quema.

Barcas y remos, prismas y cilindros,
mi calma es tu parábola, y,
para buscar en las estrellas, vendrá Hypatia
a inculcarnos el amor por la ciencia.

Chema García


La creación

Las curvas de los encuentros
Las curvas de las edades
Las curvas de las vidas
Las curvas de los cuerpos
Las curvas de los dos.

Los giros de la evolución
Los giros de la seducción
Los giros del mestizaje
Los giros de la fecundación

La línea de la integración
La línea de la fusión
La línea de la creación

Las curvas de nuestro abrazo
Los giros de tu corazón.
La línea de nuestro amor.
El círculo de nuestra unión.

Nara Rúbia Zardin


El amor (haikus)

Reto de amor.
Curvas del corazón
Hilos de vida.

Lágrimas cónicas
Corazón curvilíneo
Visión cuadrada

Nara Rúbia Zardin


Círculo vicioso

Tras muchos años de esfuerzo sólo quedaban unas aristas por pulir para cuadrar todo. Había planeado punto a punto cómo pasar el resto de sus días aislado. Al fin cerraba el círculo y los problemas le rozarían tangencialmente nada más. Pero no valoró bien todo lo que dejaba fuera de su limitada área. Las cosas se fueron torciendo lentas pero imparables. Acabó sus días muerto en un polígono.

Miguel Ángel Pérez


Conjugación geométrica

La mañana amanece cuadrada, los puntos se multiplican factorialmente. Una circunferencia fría, silenciosa, se enreda al corazón dentro de un pentágono helado. El momento flota sobre un algoritmo euclidiano y las lágrimas caen triangulares sobre un suelo hexagonal, rotas se dividen en polígonos irregulares indivisibles, forman líneas rectas, indefensas, que se cobijan en un vaso de bisectrices diseccionadas…
Es el momento de las reflexiones piramidales, de las decisiones desde el ángulo obtuso​, descuadrado y deforme desde donde las soluciones se suicidan.
De no permitir que la tristeza que emana de una apotema extraviada nos contagie.
Porque es curva la sonrisa que ilumina la ilusión de perderse en la esfericidad suave de un seno virgen...
¿Por qué los cosenos saltan y se encabritan mientras las tangentes se marchan y se columpian en trapecios helicoidales que dibujan sobre las nubes un dodecaedro regular?
Nunca se sabrá, es como operar con fracciones algebraicas sin incógnitas.
Si pudiera reparar las caricias deshojadas lo haría con los polinomios y vectores que la luna ​arrastra con las mareas​ a playas trigonométricas.
Hoy el corazón recupera su pulso, borda una circunferencia de puntos sin escarcha, unos parámetros de distribución binomial lo acompañan calladamente.
Hoy el amor y la vida se conjugan geométricamente, tejen una melodía matemática como una tela de araña que se extiende, se extiende, se extiende… atrayendo a las estrellas, a las galaxias, al universo entero hasta el infinito… porque solo el amor, tu amor, nuestro amor es infinito.

​Vicente Martín


La amistad es paralela

Entre verdades paralelas
te dejo una palabra curva que nunca llegará a recta,
una palabra paralelepípeda que atraviesa
la carpa del circo para hacerse trapecio
y dibujar en el aire la sonrisa más tierna.
AMISTAD.

Marcé Venttini


Las cosas buenas son redondas
Decía mi padre que todo lo bueno era redondo:

El mundo es redondo
Los planetas son redondos
El sol es redondo
Pasar un buen día, es tener un día redondo
Los balones de fútbol son redondos
Las pelotas de tenis, las de billar etc. son redondas
Unos ojos bonitos son redondos
El pene es redondo (en la punta)
Los huevecillos son redondos
Las frutas con mas vitaminas son redondas (naranja, etc)
Un buen flan siempre es redondo
Dos buenas tetas siempre son redondas
La punta de los bolígrafos es redonda
La cabeza de Monago ahora es redonda (antes de pulir era cuadrada)
La bola de nieve bajando una pendiente de nieve, cada vez mas redonda
El amor sin fisuras siempre es redondo
Los globos son redondos
Las ruedas de los coches son redondas
Las mejores plazas de toros son redondas
Las mentiras piadosas son redondas.

P.D: No estoy de acuerdo con mi padre, para muchas personas el paso por la vida no todo es redondo, habría que pulir muchas cosas.

Luis Iglesias


Otras teorías sobre el Punto G.
Refutando la teoría de Daniel Sánchez Benet, en la que después de multitud de estudios, utilizando la geometría , un tal Armando en honor a su compañera Gemma, descubrió el punto débil de ella y en su nombre lo llamo punto G.
En las antípodas, y sin conocer esta teoría, Venancio, hombre casado desde hacía 40 años, y en continua búsqueda del punto débil de su mujer, ¡Por fin los descubrió! Lo tenía su cuñada.
Existen multitud de teorías, unos investigadores lo localizan en la oreja izquierda, otros en el dedo gordo del pie derecho, en la teta derecha a las tres de la mañana, etc, etc.(son simples teorías), parece ser que cada mujer lo esconde donde puede, es como si dibujamos un foto con forma de mujer y cubierta de G, y la titulamos ¡Donde esta Wally!

Luis Iglesias


Haikus geométricos

Es un pentágono
geometría matemática
arma militar

Circular la vida
cortada en segmentos
una realidad

Curva cerrada
recorrido sinuoso
un accidente

Alfredo Domínguez


Geometrízame

Los números primos gemelos, como las líneas paralelas, nunca logran tocarse, y conviven en una piadosa soledad que parece abocada a una imperecedera pirámide, de esas que no cesan de multiplicar sensaciones de tristeza y soledad.
Siempre pensé que era yo una de esas paralelas hasta que me encontré con tu oblicua,   que me hizo soñar con rombos y con geometrías sagradas, con elevarme a la e de eternidad  y jugamos a formar ángulos agudos y obtusos, a replegarnos sobre nosotros mismos, a formar radios y diámetros de  mundos desconocidos, a girar y girar como las agujas del reloj, para solo rozarnos unos segundos o convertirnos en las doce en punto a perennidad.

Gemma Rojo


Amor y geometría

Soñarte es línea ondulada
Buscarte línea en zigzag
Descifrarte es curva cerrada
Alcanzarte un punto sin mas
Tenerte es recta infinita
Amarte una hermosa radial
Perderte es línea quebrada
que en nada se vuelve a ondular
pues es condición de mis puntos,
converger con suavidad
a un solo punto sin más.

Ana Isabel Fariña


Infinito

Yo no salí a buscarte.
Tú no saliste a mi encuentro.
Fue por casualidad que nos encontramos
en la elipse de mis sueños.
Apareciste al final
de las onduladas y doradas
dunas del desierto del Namib.
Recuerdo tus ojos redondos y negros
como la noche en que las estrellas
parecían caer sobre nosotros.
Aquellas, entonces más cercanas que nunca,
luces de vértices inimaginables que
decoraban el oscuro, el negro firmamento.
Me hablaste de la Galaxia espiral
llamada Andrómeda.
La nombrabas con gran sentimiento
dándole nombre propio,
algo así como “La Reina del Cielo Otoñal”
Me mostraste las Constelaciones
Mientras abrazabas
La circunferencia de mi cuerpo,
nombrándolas una a una
Con tus redondas palabras,
Perfilando uno a uno con tus dedos
los segmentos de Casiopea,
La Osa Mayor y su trapecio,
La Cruz del Sur…
Quise silenciar la curva de tus labios
Con mis besos
antes de que
pudieras pronunciar mi nombre.
Sobre nosotros, varias líneas horizontales
Atravesaban hasta perderse en el Universo.
Un suspiro redondo salió de mi cuerpo,
Al tiempo que regresaba al cuadrado de mis sueños.

Tina Martín Mora


Geometría

No pude adivinar la cuadratura de tu labio. Estabas demasiado próximo, en esa posición secante antes del beso.

Pilar Luengo


Obtusos

A veces cuando amamos nos volvemos un tanto obtusos, andamos sin la graduación precisa, pero siempre tendentes al arco máximo. No damos con la recta entre dos puntos y la curva nos desliza en espiral hasta el vértice truncado del abismo.

Pilar Luengo


Distante de cualquier plano, quedó un punto
Se marchó para disponer de otros ángulos de visión
Observar con otro objetivo la curvatura de la enseñanza
Pero desde la lejanía mantenía
un círculo aconchado con luz propia
como referencia para no perderse
Un punto en su pensamiento de punto
Disfrutó, subió y bajó muchas pendientes
Con distintos grados de inclinación
Le ayudaba mirar hacia el círculo de su recuerdo
Hasta que llegó Navidad y cogió la esfera
Trazó un triángulo desde Brasil con escala y
Regresó al reencuentro con la nube de puntos

Antonia Oliva

La antipoesía

La sesión de lunes, 17 de noviembre, la dedicamos al poeta Nicanor Parra y a la antipoesía.
Señala Osvaldo Ulloa en su artículo "Antipoesía. La escéptica negación":

La antipoesía es una poesía que expresa las vivencias del hombre masa, o el hombre de la clase media en un sistema capitalista.
En la época en que surge la antipoesía, se hablaba de antinovela, antipintura.  La antipoesía es un movimiento que persigue quitarle el carácter serio, solemne, grave, a la poesía que se venía escribiendo.
Algunos han señalado que la antipoesía surge como una corriente anti-nerudiana.  El objetivo que persigue la antipoesía es desacralizar la realidad, es decir, quitarle lo serio, lo sagrado que tienen las ideas, las acciones y los modos de vida.  Para conseguir esta desacralización busca un lenguaje apropiado y lo consigue a través de:

Frases hechas.
Tono de lección magistral.
Tono de conferencia.
Como informe científico o académico.
Modo de reportaje.
Forma de relato periodístico.
Como noticia.
Como aviso comercial.
En forma de advertencia.

Todos estos recursos sin utilizados en un contexto nuevo y eso es lo que hace que el antipoema produzca impacto, desconcierto.  El lenguaje del antipoema busca destruir el lenguaje exquisito en que había caído la poesía.  Ese lenguaje es reemplazado por un lenguaje de la calle, cotidiano, burlesco, irónico.




El propio Nicanor Parra invita al lector a resolver un "test" para decidir quién es antipoeta y qué es la antipoesía:

Qué es un antipoeta:
Un comerciante en urnas y ataúdes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de si mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo?
Hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter?
Un bailarín al borde del abismo?
Un narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento?
Deliberadamente miserable?
Un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeño burgués?
Un charlatán?
     un dios?
         un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?

Subraye la frase que considera correcta.

Qué es la antipoesía:
Un temporal en una tasa de té?
Una mancha de nieve en una roca?
Un azafate lleno de excrementos humanos
Como lo cree el padre Salvatierra?
Un espejo que dice la verdad?
Un bofetón al rostro
Del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
Una advertencia a los poetas jóvenes?
Un ataúd a chorro?
Un ataúd a fuerza centrífuga?
Un ataúd a gas de parafina?
Una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz
La definición que considere correcta.


Propusimos como tarea escribir una advertencia, un anuncio publicitario o una noticia con las características que, según Osvaldo Ulloa, ha de tener un antipoema.
Y estos son los trabajos de algunos de los participantes en el taller:


Se alquila ataúd.
Tiempo ilimitado. Precio 35 euros.
Comida y bebida gratis. A partir de las 12 de la noche no molesten a los vecinos del cementerio.
600-900-300
Dejen sus datos en las oficinas.

Iria Costa


A quien le afecte

Le advierto
por si usted no lo ha advertido,
que su tiempo es limitado
y está llegando a su fin,
pues sus mentiras ya son verdad
y conducirán
sin relajación y acritud
al cambio del paradigma binario
en uno nuevo, participativo
multidisciplinar y complejo
¡Que sea por muchos años!

Alfredo Domínguez


ANTIMODA (anuncio)

No tires prendas rizadas.
Las bolas liberan tu piel aprisionada.
Arco iris de colores,
reciclados en la tela,
despiertan ilusiones en tu perfil,
intensifican tu vida.
La moda limita el pensamiento
si solo dependemos de su recuerdo.
Hablemos de libertad
para vestir nuestro cuerpo
con ropas arrugables, rizadas y restauradas
para dar nuevas formas a nuestro yo interno y externo.

Sofía Montero


Lobos con piel de cordero

Lobos insaciables buscan presa para destrozar,
Solo por saciar el hambre de poder, de tener, de poseer, de follar…
¿Cuántas pieles utilizan?
Religión, patria, cultura, caridad, inteligencia, filosofía, política, amor…
Cualquier piel es válida para representar su papel,
Para esconder sus fauces de depredador despiadado
Incapaces de sentir el menor atisbo de piedad…
Solo satisfacer sus deseos de poseer, poseer, poseer… triunfar, triunfar, triunfar….
Todo vale con tal de ser los números uno.
Atraen con su hipócrita apariencia a las piezas más exquisitas, más dóciles..
Las envuelven con sus encantos que enmascaran las egoístas intenciones.
Una vez satisfechos abandonan las sobras sin el menor pudor.
¡Poseer al precio que sea, es su lema!
Sus presas más codiciadas son las almas y utilizan la piel más apreciada: el amor.
Qué más da quien queda en la cuneta…
Son capaces de poseer toda la mierda acumulada en el universo .

Sí… no te escondas detrás de esa máscara.
Tú que ocultas las enormes orejas bajo una piel hecha a medida.
Sal y da la cara o acaso temes que te la partan.
Despójate de la falsa piel ya manchada.
Muestra tus fauces con los restos de las almas anuladas.

¡Ojalá
Te
Defequen
Todas
Las palomas
Del mundo
A la vez!

​Marcé Venttini​


TAREAS TALLLER ANTIPOESÍA

Red Social

Llegó el viagra para egos,
¡prueba ya la Red Social!
No te la pierdas poeta,
te dejará sin rival.
Hazte experto en soflamas
¡Entra ya en la Red Social!
Hazte experto en pancartas,
lo de menos es pensar.
Puedes ser el rey del mundo,
¡domina la Red Social!
No tomarás café con uno,
pero amigos “a reventar”.

Tonto Aunque Lo Leas

No pienses. No pienses. Deja de perder el tiempo. Ya piensan otros por ti. Decide que piensas, tienes dónde elegir. Hasta puedes pensar lo que te digan que pienses los que dicen que no dejes que piensen por ti.
Yo te digo que está bien. Yo te digo qué está mal.
Yo sé lo que es mentira. Yo te digo que es verdad.
La vida es en blanco y negro, para los de color también; y no te hablo del emigrante, que para esos aún más también. No des una vuelta, ni se te ocurra, no le busques anda bueno a quien quedó del otro palo. Esto es una guerra y no pagan por pensar a los soldados.
No pienses, no vayas a ponerte a pensar qué pensamientos tendrá realmente en la cabeza el que piensa qué debes pensar.

(Sin Título)

Salta. Salta al vacío, joder.
Si ya nos están matando
salta de una puta vez.
¿Qué a lo mejor te matas?
¿Qué tienes miedo a perder?
A lo mejor resulta que vuelas.
O que toda la vida pensando que lo bueno es estar arriba
y abajo sin tanto ruido, sin tanto foco,
es donde se vive bien.

Una Cosa Nada Más

Sólo una cosa.
Sólo una cosa puede machacarte.
Sólo una cosa repetida puede machacarte.
Siempre la misma cosa repetida puede acabar saturándote.
La misma cosa te esta saturando.
Te estás saturando.
Te estoy Saturando.
Te estoy saturando con una cosa.
Te estoy saturando con la misma cosa.
Te estoy saturando repitiendo la misma cosa.
Te estoy saturando de verdad.
Y al final de tanta saturación ¿ qué?
Nada.

(A Chema, por la inspiración)

Pues yo me hice poeta
para bajarme más la bragueta
No hay nada de verdad,
sólo quería follar más.

Haikumercial Desamoroso

Cambio condones
por guantes de boxeo
por falta de uso

Miguel Ángel Pérez


Advertencia a los infelices

Atención. les llamo ahora,
infelices contagiados,
consumir es su inquietud,
dar de comer a sus hambres.
Reaccionan a sus registros,
respuestas no saben dar.
El cansancio rompe la orilla
del río de la atención
Llama, llama, pide, implora,
no basta beber,
Quiere más todo el que sueña
y desvía el interés
El humor se fue una vez
el desencanto lo acompaña
la depresión espera su vez.
El pasaje, la salida
del túnel de la evolución
está donde está la vida.
Los contagios, los dolores
mucho más son de personas
que de bichos inferiores.
¿Qué personas se infectan?
Simples oh, pobre servil.
Las personas que solo lloran,
transeúnte, ¿no conoces?
El viajero descontento
Todo depende de la lente
que vas poner al mirar.
Conforme está la mente,
con todo lo que siente
hasta el aire va hacer falta.
Sacaros las gafas,
llegar más, más cerca
hasta que se pueda ver
lo que sale de ti.
A cada emanación
sale aire, sale olor,
sale sueño, sale vida.
Cuanta dolor, tanto pudor.
todo encadenado,
dentro de tu ataúd dorado
un montón de amor guardado.
Pobre infeliz, maltratado.
iOye, cuidado, alerta,
hay vida en la intención
Ojalá llegue usted
a la concienciación.

Nara Rúbia Zardin


A los dignos hijos de Salomón

Queridos bastardos:
Agradezco "ad infinitum" la oportunidad que hoy me ofrecen la pluma y la noche
Como bien sabéis, hace tiempo que ni como, ni duermo con vosotros
Huérfana vago.
Decís que desprovista del cálido abrazo del rebaño soy solo sombra,
y que sombra que se mueve entre sombras es sólo humo.
Lo admito, soy humo. Más no humo ciego.
Cierro los ojos y os veo. Los abro y también os veo.
Y aunque ésto último parece ser que es lo natural, a la vista de lo que veo,
juro por lo que mas queráis, por vuestro dinero, que de natural, cero.

Os odiaría.
Me gustaría odiaros... pero no puedo.
Como bien sabéis, fui estudiante de mucho mus y poco provecho.
Perdí el conocimiento en todas esas clases
donde con auténtico entusiasmo y sumo celo
explicabais ese sentimiento, que según ese saber vuestro,
para vivir es imprescindible, puesto que convierte la sangre en acero.

¡Cuántas veces postrasteis ante mi
al pequeño del barrio ajeno,
que en el patio, con suave regateo, se hizo con ese balón que con tantísimo desvelo, vuestro sudor, vuestra experiencia y vuestro infinito afecto,
como si de un testigo se tratara, me trasmitieron!
¡Cuántas veces me dijisteis, defiéndete, golpea, no te acobardes,
que entienda, que sepa, golpea fuerte, sin parar golpea
Es el extraño el por siempre equivocado. Tú eres el único acertado

Mantén el mundo en tu mano.
Sé de la esfera el amo!

¡Cuántas veces me entregasteis el cuchillo
con el filo afilado
para que sin dudarlo atravesara la piel del foráneo, del hereje que osara
oponer su paso a mi paso, su voz a mi voz, su mano a mi mano,
y en ese desafío, con ese desafío
en un pulso, en un duelo, cuestionara
la papilla con la que me había alimentado mi rehala,
y pusiera en entredicho la sagrada tiara,
la sacra guirnalda que a fuego lleva marcada mi manada
en las nalgas, en los huesos y en la mirada!

Queridos bastardos
Cierro... Abro... Veo...
Estáis por todas partes. Tenéis pelo en el corazón
Fueron vuestros ancestros quienes con un balón y un cuchillo,
un cuchillo muy afilado,
lo sembraron.

Desde entonces, vuestro linaje -cuna de mi estirpe- es nido de desgracias.

Afirmáis sé y conjugáis disparates.
Densa y muda es la niebla, que con eso que dais en llamar fé o entrega,
tejéis cual topos en las riberas,
alrededor de ridículos misterios. Secretos de los que solo brotan ritos y muertos.

Queridos bastardos
Cierro... Abro... Veo... Estáis...
Voraces, devoráis.
Bien sabéis que mientras podáis; ni comerá, ni beberá, ni disfrutará ningún otro,
de aquello que por la lotería de un nacimiento, es vuestro,
de aquello que por el derecho mas absoluto -la propiedad-
y las pautas de una justicia que vosotros dictáis -la única justicia- os corresponde.
Cuando estáis llenos vomitáis.
Y es vuestro vómito oscuro como vuestros pasos
y fétido como las heces con las que os aseáis.

Queridos bastardos
Bendecidos por la piedad, denunciáis la crueldad
¡Fuera las ablaciones! gritáis con razón,
y con la misma, coséis a vuestros vástagos los párpados,
ajustáis el arnés a sus cuellos y sustituis las tiernas yemas de sus pequeñas manos
por lo que consideráis mas adecuado, prótesis del mas duro titanio
Nada sentirán jamás. Tampoco cuando con ellas, su deber para con el rebaño,
les obligue a robar el pan y la vida a un extraño, a decapitar al equivocado,
o a violar a la hembra que nació con la marca de un barrio impuro y perjuro.

Queridos bastardos
Agradezco "ad infinitum" la oportunidad que hoy me ofrecen la pluma y la noche
para contestar a vuestro reclamo.
Mientras prefiráis partir al mundo recién nacido en dos o en mil partes
y poseer un pedazo de carne o tierra muerta al que enterrar y llorar y sobre el que vengar nuevamente al bebé o al día descuartizado, seguiré huérfana.
Sin pan y sin abrazo cálido, preferiré ser sombra.
Sombra que vaga entre sombras con los párpados abiertos, el corazón calvo,
el cuello sin arnés, la cabeza sin guirnalda y las yemas tiernas
Preferiré ser humo. Más no humo ciego.

Queridos bastardos
Os odiaría
Me gustaría odiaros... pero no puedo.
Como bien sabéis, fui estudiante de mucho mus y poco provecho
Perdí el conocimiento.
No sé cómo convertir mi sangre en acero.
Acero viscoso forjado con odios y preñado de duelos.

Ana Isabel Fariña


Hombre ingenuo

Era ten ingenuo, que su vida transcurrió buscando la felicidad, quería ser feliz a toda costa, miraba mapas, consultaba libros, se desplazaba a lugares lejanos, trataba de encontrar nexos comunes a situaciones idílicas.
Por las noches, le gustaba soñar despierto con la luz encendida, a veces cuando tenía buenas sensaciones, le brotaban lágrimas que no podía reprimir y se despertaba, otras veces tenía fuertes dolores de cabeza originadas por pesadillas incontroladas, llegó a pensar que para ser feliz tendría que cogerse una borrachera, pero solo lo pensaba.
En una hoja arrugada, tenía escrito unos versos, para cuando encontrara a esa mujer que había ido idealizando a lo largo del tiempo: (decían así)

Quiero verte sonreir
mientras caminas a mi lado
mientras recitas un poema
o escribes un relato.

Luis Iglesias


Malditos sean todos los antipoetas

Malditos sean todos los antipoetas
por describir sin más la mierda
en la que el humano pace y yace
Malditos sean todos los antipoetas
que bajan a los dioses del Olimpo
y abandonan al hombre entre sus miserias
Malditos sean todos los antipoetas
que repiten como loros fórmulas populares
y dibujan la bajeza de una sociedad corrupta y abyecta
sin que propongan caminos, salidas o puertas
¿De qué sirve decirle al que cae, te estás ahogando en tu mierda?
Nada se puede hacer
Morirás quieras o no quieras.
Y tus vástagos -como tú- se asfixiarán en su mierda.

Malditos sean todos los antipoetas
que se columpian orondos en un lenguaje cercano
que dicen es más humano
y ufanos se balancean entre sus hamacas feas
como si con ello fueran distintos
de sus engolados hermanos, los poetas criticados

Malditos sean todos los antipoetas
que le dicen al mundo y a la liebre herida
estás herida,
y a una ballena varada,
estás varada
y a un elefante sin colmillos,
te los quitaron para hacer anillos
y a un oso blanco sin hielo
es por el clima y un agujero del cielo
y a un enorme simio prisionero...

Malditos sean todos los antipoetas
que olvidan que una vida sin esperanza,
es una vida marchita, premuerta antes de muerta.
No es falso el Arco Iris,
tampoco lo son sus colores
No son falsas las rosas
tampoco sus olores.
No es falso el ruiseñor
tampoco su trino, llamémosle canto, (aunque la palabra chirríe y no rime)
No es falso el Amor
tampoco la risa, la felicidad y la dicha.

Malditos sean todos los antipoetas
por enterrar la esperanza en sus oscuras y lúgubres maletas
y vaciar el cielo de dioses
en lugar de llenar la tierra de eternos creadores.

Porque los hombres, todos los hombres son dioses
y en este mundo perdido
lo que más se necesitan son divinos soñadores
que del erial hagan vergel
y de una discusión, una ocasión
y de una obligación, una ilusión
y de la mierda por la que caminamos,
una oportunidad para que aprendamos.

Malditos, malditos sean
Malditos sean todos los antipoetas,
si se olvidan de decir que no hace falta vivir
asfixiándose en la mierda de una noche finita y eterna
que siempre huele a mofeta.
Hoy los hombres subieron al Olimpo

Ana Isabel Fariña


Funámbulo

¿Y tú me lo preguntas? Antipoesía eres tú.
Basta rueda que muele las ilusiones de los que viven, sienten y aman. Que sueñan con todo aquello que tú, con pulso firme, descompones en sólo un click de ordenador. Insaciable depredador que amasa día tras día antiesperanzas.
Clarividencia emparedada desde donde tus garras no permiten salir ni el gemido de nuestros ancestros que se retuercen viendo cómo todo aquello por lo que lucharon para dejarnos un legado que imaginaron iba a ofrecernos ciertos privilegios frente a lo que ellos tuvieron, y que en cambio, apenas existe ya. Maldita noche oscura en la que sólo tú quieres brillar, y al amanecer, apagas la luz de los sueños de todos aquellos que sólo queremos respirar y nos perdemos entre el humo negro de la sociedad que se corrompe, mientras vemos que tú y otros tantos como tú os repartís el mundo. Un mundo que, seguirá ahí cuando tú te marches y de tus cenizas ya nadie se acuerde. Tal vez el campesino al que le arrebataste todo aquello que tenía mientras estrechabas su mano curtida y agrietada escondiendo sus ojos grises en la desconfianza, un día se encuentre con ellas mientras las aplasta sobre el estiércol con el que alimentará su huerto. Tu mano no tembló, firma perfecta con garabato incluido. Sí lo hizo la corbata azul marino con pequeños puntos blancos que llevabas aquel día, pues vi cómo tuviste que sujetarla con tu mano izquierda, disimulando.
No, no quiero que digas nada. Has sido capaz de hacerlo, eso es todo. A veces, sé que contemplas la foto que cuelga en la pared del restaurante donde con frecuencia comes, esa que muestra la imagen de un funámbulo se pasea sobre una cuerda floja a más de cuatrocientos metros sobre las aceras de Manhattan, y tus entrañas advierten que también tú tienes una cuerda floja bajo tus pies.

Tina Martín Mora


A cualquiera que pudiera interesarle

¡Qué bobadas son esas poesías¡
Ríos que van a dar a la mar, apacibles y ligeros.
Las vidas son, sin lugar a dudas, una carga muy pesada
sin gracia alguna, en muchos casos.
La vida es lo que transcurre mientras saltamos
los obstáculos que nos ponemos unos a otros
Es la ley del ojo por ojo, es si tú me das yo te doy
La amistad de necesidad o mejor dicho de interés
Espero contar con tu apoyo puesto que yo te lo dí a tí,
si no dejarás de ser mi amigo, sí sí amigo incondicional
siempre que las condiciones implícitas las cumplamos los dos.
Incondicionalmente no te fallaré por que
necesito que incondicionalmente no me falles.
Y aunque sea la mayor tropelía yo te seguiré por que
yo también necesito cometer tropelías y contar con tu respaldo.
Es un pacto secreto. Por que si no, no es posible que se tenga
siempre un criterio tan unánime, en cualquier circunstancia.
Mentira, es mentira la amistad
La amistad interesada, de pacto secreto.

Antonia Oliva


Todo es mentira

Mentira el amor, el sabor, la amistad,
los recuerdos, la bondad,
existen el buenismo y el feísmo.
Mentira la meta, el objetivo.
Mentira el compañerismo,
es rentable ser un trepa.
Mentira la imparcialidad de los padres,
el desinterés, el altruismo.
No es verdad que el cielo sea azul
y tu pupila azul en realidad es el iris
y fue en un momento de obnubilación cuando
a alguien se le ocurrió que me gusta cuando callas.
Mentira los colores, que tú me quieras más que a tí mismo
y que cuando estoy contigo desearía que se detuvieran las horas
por que no se va a terminar el mundo a cuenta nuestra.
No lo llames amor, no lo llames diversión,
no lo llames acompañar en su dolor a alguien.
No lo llames obra benéfica
Nada es verdad

Antonia Oliva


¡Dejad de subiros esas braguetas!
Gritad conmigo: “Soy antipoeta”


Debéis bregad contra vosotros mismos.
No os aduléis los unos a los otros.
Ahora a desposeeros del ego.
Ahora soltad la mirada altiva.
Cambiad toda admiración y el aplomo
por vuestras propias y anhelantes dudas.


¿Quiénes sois vosotros para dictar
lecciones a nadie? ¡Muertos de hambre!
Famélico en vuestras putas pupilas
como miseria en actuar de los ricos.
Vestiros sin palabras, escupid
efigies de letrina egolatría
expelida inmundicia por detrás.
Sino seréis los pomposos políglotas
lenguas de trapo tejidas con versos.

Observad esas hamburgueserías,
el ser humano come no se aburre.
Gritad conmigo: “Soy antipoeta”.
Me da igual quien sufra con mi lectura.
En bajito repetid: “Tú la llevas”.
No escribas sobre princesas, ni hadas.
El mundo es todo barro y quien describe
su belleza se pringa de este fango.

Poeta de ser amigo en la calle
ésta no va a ser vuestra, ni de nadie.
Es de barrenderos y pandilleros
quienes al día la limpian y ensucian.
A vosotros muchas veces no os leen
vuestros nietos, maridos, ni mujeres.

¡Dejad de subiros esas braguetas!
¡Aplacad el ego que os alimenta!

Busque, compare y si encuentra un poemario
más bello quémelo y hará un favor
a toda la humanidad por entero.

¡Dejad de subiros esas braguetas!
¡Aplacad el ego que os alimenta!

Gritad conmigo: “Soy antipoeta”.

Chema García


Bando
Durante esta mañana se hace saber
Que hemos decidido ofrecer a los ciudadanos
Poder acceder de forma gratuita
A los servicios oftalmológicos de la villa.
Si no hay más ciego que el que no quiere ver
Y puesto que dicen que las calles están llenas
De invisibles que sobreviven sin casa ni víveres
Y que gesticulan o vociferan al pasar el gentío.
Se regala de forma adicional una revisión auditiva
Para conseguir solucionar tal sordera selectiva.
Quien no acatare dichas medidas
Será condenado por absoluta ensimismariedad.

Gemma Rojo


Aleluya

A punto de entrar en la recta final del 2014 pido:

Por los albañiles que tenían destajos cuantiosos a la vuelta de la esquina. No supieron ahorrar y ahora “ven las orejas a los lobos”.
Por los que fueron al banco a pedir la hipoteca del piso y les dijeron: ¡toma también! para los muebles y el coche.
Por el trabajador iluso que pensaba que sus derechos laborables eran de por vida.
Por los inmigrantes (las compuertas de la inmigración se abrieron en España de par en par). No soy racista; pido por ellos y por nosotros.
Por los años de bonanza y gloriosos que duraron tan poco (veinte, treinta, cuarenta, ¿Cuántos años hemos retrocedido?)
Para que Dios nos libre de una puta vez de los políticos corruptos y según que artistas, ¡también!
Por los padres de familia que se les termina cobrar el paro y la ayuda de los cuatrocientos euros y… piden “socorro” a los padres de familia.
Por los que tienen que ir a comer a las ONG. No sintáis pudor, miedo, vergüenza ni remordimientos porque a cualquiera nos puede pasar.
Por los afectados por el ébola; enfermedad mortal de moda. ¡Por favor!, no bajéis la guardia al SIDA.
Por la fragilidad de los niños enfermos y por los familiares que sufren por ellos.
Por las madres que son hijas; por las hijas que son madres, por todas ellas…"Basta ya la violencia de género"
Para que cesen las guerras, el hambre, las violaciones de los derechos humanos.
Pido para que reine la calma en la sociedad y para que a las prostitutas no les falte la seguridad social.
Aleluya. Y por todo ello digo:

No son tiempos de poetas ni flores,
ni de bailar bajo los arcos iris.
Son tiempos de romper con la crisis,
de antipoetas reivindicativos.

Nicolás Hernández López

Haikus del mal amor

La sesión del lunes, 10 de noviembre, la dedicamos al haiku. Pero en esta ocasión no pusimos la vista en un paisaje cuajado de cerezos, ni seguimos con la mirada mariposas o libélulas. Nuestra mirada, limpia y objetiva, trató de buscar escenas relacionadas con el desamor, tal y como hicieron en su día alumnos de 2º y3º de ESO del IES Clara Campoamor de Lucena (Málaga) en el libro Haikus del mal amor.



Veamos algunas características del haiku:

El haiku, al igual que otros géneros breves, está de moda. Tal vez por la falta de tiempo a la que nos somete la rutina, o el reto de envasar la esencia en frascos tan pequeños. Lo cierto es que el haiku, en medio de grandes discursos, ensayos y tesis, abre una nueva perspectiva de enfoque de la realidad mucho más directa y con mucha más capacidad de asombro.
Son muchas las exigencias a las que nos somete el haiku aunque en esta sesión hemos tratado de ser un poco flexibles y apartarnos de algunas reglas como el uso del kigo o palabra de estación. Estas son algunas de las coordenadas trazas en el taller:

Desafío: el haiku es un camino de búsqueda en el que tomamos conciencia de nuestra sensibilidad y nuestros mecanismos de percepción. Encontrar las palabras justas y precisas para dar nombre a estos sentimientos y sensaciones no siempre es fácil. Aunque una de las máximas del haiku es la espontaneidad y la sencillez trataremos de ser selectivos con las palabras.

Disciplina: someterse a la rígida pauta silábica (5-7-5) supone un ejercicio de disciplina. No todos los haiku que escribimos son buenos, ni siquiera muchos de ellos son haiku. Debemos aprender a distinguir el haiku de otros géneros similares o de otras formas de escritura breves para tener una visión lo más enfocada posible sobre este arte. En este trabajo debemos de ser humildes (como los japoneses) y críticos (será preciso escribir muchos para lograr para llegar a un buen haiku).

Distinción: no resulta fácil ser original en el terreno minifundista del haiku. Como tampoco lo sería para un gimnasta deportivo hacer un número en un ascensor. Pese a todo trataremos de buscar nuestro propio estilo, nuestra propia voz y temas que no se hayan repetido hasta la saciedad dentro del género. Es importante, para lograr este objetivo, sumar nuestra mentalidad occidental a la filosofía oriental, de modo que no todos los haiku hablen de cerezos, de luciérnagas, de crisantemos, de libélulas y otros muchos tópicos. Se trata de aprender a mirar. De modo que hablemos de todo lo que queda registrado en nuestra mirada, en nuestro objetivo, sea el escenario que sea. Sólo así conseguiremos que nuestros haiku se diferencien de los demás.

Y veamos ahora un fragmento del prólogo, de Jesús Aguado, y una breve selección de haikus del libro: “Y entonces llega Manolo Lara y los pone a escribir haikus (y a leer poesía y a conocer poetas y a pensar en sílabas contadas los grandes problemas del mundo), esa composición pequeña pero flexible que lo mismo sirve de escalera (tres peldaños son suficientes para cambiar la bombilla de la lámpara del techo o para coger un libro del último estante), que de taburete (con lo que ayudan a descansar después de una hora en la cola de la panadería o del partido de fútbol), que de catalejo (hay que ver la de cristales de aumento que tiene un buen haiku, lo que acerca el horizonte) que de anzuelo para pescar ideas, emociones, imágenes o historias [...]

El lector instruido en el haiku, tal vez, disienta de esta última consideración, en lo que se refiere a las ideas. Pero el objetivo de este libro no es tanto la fidelidad al haiku ortodoxo como la expresión libre y espontánea de los chavales.
Muchos de los haiku denotan una gran precisión en la mirada"

Un aperitivo, para abrir boca:

Sobre el 11-M:

La cuna sola.
El peluche no juega.
Sábanas limpias.

Araceli Aroca 

Árboles negros,
capital del dolor:
Madrid en lágrimas.

Ana Alcaide

Sin pasajeros,
las maletas absurdas
por la estación

Soledad Cano

Despertador
roto. Mientras yo sueño,
la pesadilla

Daniel McDyre


Sobre la problemática 
de los malos tratos y 
la violencia de género:

Rosa de mármol.
Con cincel grabado:
veintidós años

Antonio Cantero

La sopa fría.
Niños bajo la mesa.
El tenedor.

Tamara Gutiérrez

La primavera.
Cuando yo me marchito
ellas florecen

Araceli Muñoz

Como un pañuelo
que se mancha y se tira.
Muchacha usada.

Mari Ángeles Pino

Tras el reflejo
de sus gafas oscuras
ojos morados

Julián C. Yepes



Esta fue la propuesta de escritura:
Escribe uno o varios haikus donde se advierta, de forma clara, el desamor. Procura huir del artificio, de la rima y de las figuras literarias. Trata de ser objetivo, como si se tratase de una fotografía sin retoque posterior ni photoshop. 

Y estos son los trabajos presentados por algunos alumnos del taller:


Haikus

Des-amor
Muchacha joven
llora desconsolada
pareja rota.

Robo de besos
noche de borrachera
no lo recuerdo.

Luis Iglesias


Media docena de haikus

La niña llora
la mochila de rosa,
todos al cole.

Charcos por tierra
chubascos  incesantes,
días de paraguas.

Las piedras negras
entre aguas rebeldes,
puentes viejos son.

Sombras en luces
el miedo es tenaz,
¿corro o paro?

Por tu ternura
 dedico este  haiku,       
por tu belleza.

Piel porcelana
recorro tus caderas,
ojos marrones.
   
Nicolás Hernández


Haikus

Una mirada
es todo sentimiento
refleja dolor

El taburete
aparece tumbado
acometida

Por la mañana
una chica golpeada
sufre silente

Alfredo Domínguez


Haikus

Aquella noche
las infidelidades
salieron caras

La lluvia limpia
la huella que ha dejado
el desamor.

Me han seducido
esas lágrimas tristes
evaporadas

Vicente M. Martín


Haikus

Me sangra el alma
Sembrada de aguijones.
Tristes recuerdos.

Están volando
Oscuras golondrinas.
Es primavera.

Mis sueños dulces
No me permiten dormir.
Son ilusiones.

Ramón Sánchez


Haikus 

SE despidieron
hasta mañana amor
sabían que no                        

cerezos en flor
la primavera surgió
en mi casa no.

Porque te quiero
 decía su marido
en paz descanse.

Carmen Alonso


Haikus

sortija al suelo
arrojada con fuerza
después la espalda

flores marchitas
con restos de jarrón
manchan el suelo

manto de lluvia
emborrona la imagen
de los dos juntos

suena la puerta
se encoje un corazón
en la cocina

Sole pasado
un giro de cintura
Patri futuro

Miguel Ángel Pérez


Haikus

Cae la tarde
donde gimen los sauces,
 mueren las hojas.

Pájaros negros
alborotan el cielo,
rasgan las nubes.

Roto el silencio,
despierta la palabra,
se muestra el verso.

Tristes pupilas,
abiertas a la luz,
Rizan la hierba.

Niños y niñas
se pegan en el patio,
amistad rota.

Sofía Montero


El  más  simple  desamor

El tren se marcha.
En el andén, parejas
Nadie la espera

Se acuestan juntos
No hay nieve en las montañas
La cama helada

La mesa en orden    
Dos cafés, dos tostadas
La leche agria

La luna llena     
El sofá sin su manta
La tele puesta

Llegó la lluvia
el columpio está quieto
Nadie se sienta

El parque es viejo
En un banco hay un joven
Lento es su llanto     

Entre vestidos,
las perchas sin corbatas.
El jarrón roto                                         

La joven llora
Mira otra vez el whatsapp
De él, no hay nada

Sangre en el baño  
Él, ronca en el sofá
Ella se lava

Ella no grita
Él gime y se disculpa
Un bebé mama

Ana Isabel Fariña


Ya no se hablan
las dos miradas huyen
la luz se apaga.

Lluvias y lloros
carrera entre los charcos
setas de otoño

Son estas lágrimas
en mares tenebrosos
faros sin luz.

Cafetería
ella sale llorando
un café solo.

Las hojas caen
pisadas en silencio
me pego un tiro.

Raíces secas
asoma cada lágrima
tras ramas muertas.

Embarrancando
dos barcos sin amarras
cielos azules.

Chema y Richar García


Luces de guerra
Corro de talibanes
Entorno al fuego

Noche en el mar
Humo en el horizonte
Pozos quemados

Gritos e insultos
Abusos sexuales
Golpes y cortes

Cuerpo desnudo
Pieles entre las uñas
Braga en la boca

Bebé en escorzo
En la vía del talgo
Tieso de frío

Un manicomio
De amplios pabellones
Gritos y quejas

Indios salvajes
La máquina y el hombre
Otro árbol cae

Joven suní
Contra sus compatriotas
De etnia chií

Antonia Oliva


Fotógrafo del desamor
Cabezas gachas,
verde sin esperanza,
mal de derrota.

Manchas carmín
en la sábana blanca
el viento ondea.

Una guitarra
de cuerdas oxidadas
abandonada.

Noche sin luna
calles desiertas y
casas en ruinas.

Un gato negro
sobre el tejado ve
el fin del día.

Redes raídas
y postes oxidados
en hierba seca.

Daniel Ruiz González


Dos cuerpos yuntos
Uno se marcha
El cielo llora.

Nara Zardin


sopa de sobre
lágrimas que resbalan
y caen al plato

Alejandrina Sánchez


Una nota de suicidio

Rosas rojas,
restos de sangre.
No queda nada.

Una mirada dolorida,
lágrimas verdaderas
ante la soledad.

Cerró la puerta,
de golpe,
una nueva vida.

Iria Costa


noche sin freno
Invento una excusa
Beso de Judas .

bronco discurso
puños como arietes
mejillas rotas .

noches de vino
fulgurante acero
silencio mortal

nada por decir
portazo en la noche
temido final .

falsa quimera
perfume que embriaga
carmín delator.

Fernando de Castro Cardoso


Amores que matan

Porque te quiero
te poseo y por eso
puedo matarte.

Tu maquillaje
esconde sin pretender
su ira certera.

Hechos añicos
tus sueños y tus labios
destilan rojo.

Gemma Rojo


Obsolescencia programada

Mantel de fresas
Adornadas con nata
Sus ojos brillan.

Le esperará
De nuevo se encuentran
Para amarse.

Distinto olor
La tarde es oscura
Lloran los gatos.

El viento gime
Su pelo se enreda
Un coche gira.

Mueren las horas
Los olivos ya duermen
Bajo la luna.

Trenza su pelo,
Recoge sus recuerdos
Desprotegidos.

Apaga la luz,
Ahogando su llanto…
Cortocircuito.

Tina Martín Mora


Dos almas juntas,
dos sueños y un reloj,
uno se marcha.

Dos cuerpos juntos,
uno de ellos se va,
el cielo llora.

Dos almas juntas,
sienten el desamor,
mejor querer.

Nara Rúbia Zardin