Literatura de cordel

La sesión del lunes, 7 de noviembre, la dedicamos a la literatura de cordel
Los días 28 y 29 de septiembre se celebró en Salamanca RECITAACIEGAS, el I Encuentro de Coplas de Ciego, una iniciativa promovida por la ONCE. En ella participaron actores ciegos de distintas compañías teatrales de la ONCE, folcloristas y actores profesionales.
La literatura de cordel recibe su nombre porque los ciegos acostumbraban a colgar sus romances, coplas y aleluyas sobre una cuerda, a modo de tendal, sujetos con pinzas.

En este vídeo, Enrique Sabaté, participante en Recitaaciegas, le pone voz y música, con su rabel, al romance de Federico García Lorca "Muerte de Antoñito el Camborio":


Don Miguel de Unamuno describe muy bien el sentido y la esencia de estas piezas literarias: “Aquellos pliegos encerraban la flor de la fantasía popular y de la historia; los había de historia sagrada, de cuentos orientales, de epopeyas medievales del ciclo carolingio, de los libros de caballerías, de las más celebradas ficciones de la literatura europea, de la crema de la leyenda patria, de hazañas de bandidos y de la guerra civil de los siete años. Eran el sedimento poético de los siglos, que después de haber nutrido los cantos y relatos que han consolado de la vida a tantas generaciones, rodando de boda en oído y de oído en boca, contados al amor de la lumbre, viven, por ministerio de los ciegos callejeros, en la fantasía, siempre verde, del pueblo”


Anverso del pliego de cordel con el romance que Jaime Santos (de La Chana Teatro
propuso para Recitaaciegas


Tarea propuesta
Como tarea propusimos escribir, a modo de pliego de cordel, un romance, unas quintillas o unas aleluyas a partir de los diferentes títulos:  "El desahuciado", "El corregidor y la diputada", "El horrible crimen de la charcutería", "El cura y la viuda alegre", "El niño de dos cabezas", "El santo obispo", "La niña pobre", "El banquero ciego", "La malhablada" o "Los envenenados".

Y aquí están los trabajos de algunos de los componentes del taller de escritura:


Romance de los envenenados

Solía contar mi madre,
en noches frías de invierno,
historias de cuando niña,
al buen amor del brasero.
Todos arremolinados,
camilla y ojos abiertos,
que si alguno descuidaba,
podía perderse el cuento.
Con voz calma y cuidada
el pasado como un eco
vibraba en sus labios finos
y en sus ojos un destello.
Si queréis venir conmigo,
encontraréis algún hueco,
oiréis historias sabias
en el redondel del tiempo.
Que donde comieron diez,
oír bien pueden otros ciento:

“Con el joven Federico
casó Alejandra ha tiempo,
por ser curioso partido,
bien esculpido de cuerpo,
de voluntad llevadera
pocos decires y cuerdos.
Otro costal Alejandra:
alegre, vivaz, sin freno,
la menor de “los Farrucos”,
y sin mesura en el verbo;
liberala y alocada,
para boca audaz, su cuerpo,
que a poco que se probara,
pudiera sacar buen provecho.
¡Tanto, ay,  provecho, tanto!
¡Y cuan sabor ese cuerpo!
¡Probarlo quisieran otros,
aun siendo puro veneno!
Y el tiempo que todo data,
y el diablo que con esmero
azuza la carne débil
y le prepara el infierno,
le puso trampa en la boca
a un buen mozo del pueblo.
Celedonio era su nombre
“Zambarrumbas” para el resto,
con la buena de María
casado llevaba tiempo.
Y ni un mal disgusto de ella,
ni un gesto áspero o feo.

Y bruto, miren que era,
si se le torcía el ceño;
buen labrador con las manos,
fanfarrón y nocherniego.
Así se acercó un día
Celedonio con gran celo
a la huerta de Alejandra
en busca de unos aperos.
Desde la linde la moza
se  lamía con los dedos
el sudor que le corría
salado por todo el cuerpo.
Arremangóse  la falda
por ver si volvía seco
aquel calor del trabajo
sin ver quién miraba quedo.
Celedonio que era hombre
gustoso de buen provecho,
al ver la carne tan tersa,
despertósele el sexo.
Y acercándose a la hembra
ofrecióle su pañuelo
por enjugarle el calor
y así lanzar su señuelo.
La menor de “los Farrucos” ,
no con poco salero,
lo aceptó con buenos modos
y dio comienzo al juego.
¡Ay, esa risa alocada!
¡Ay, sus olores y senos!
¡Qué buen macho con la tierra!
¡Qué buen labrador del lecho!
¡Cuántas tardes de simiente,
cuántos ayes en el pecho,
cuántos dimes y diretes
comenzaron por el pueblo!
-”¿Qué es aquello que reluce
allí arriba en las campanas?
Alejandra y Celedonio
que están durmiendo en la cama.”-
Federico y la María,
cual  ovejas en un cerco,
presos de aquellos dimes
de miradas y recelos.
Y el diablo que no anda solo,
ni engaño sin compañero,
la venganza hilvanando
los despechados tejieron.
Si amor con amor no paga,
para eso sirve el veneno.
La María que entendía
de infusiones y remedios,
ajustó bien unas hierbas
con la mano del mortero.
Y amasó silencio y rabias
del pasado y del momento,
y en infusión maceradas
se las dio a los arteros.
Poco a poco, como el agua,
las hierbas vieron efecto:
los amantes encontraron
la muerte entre unos cerros,
envenenados de  amor
y silencioso veneno.
El agua gasta la piedra,
los celos ponen un velo;
el engaño con amor,
veneno cría  por dentro"..
Si queréis venir conmigo
en otra  noche de invierno,
la camilla estará abierta
y encendidos los braseros,
humeando en la cocina
cien cuentos recién hecho.

Pilar Luengo


Romance del banquero ciego

Existen ciegos muy ciegos
mucho más ciegos que yo
o listos que llaman tontos
a los que tontos no son.
Son los banqueros, señores,
lo mejor de lo mejor,
unos buenos vendedores:
¡consuma, gaste, sin control!
Nos dijeron que podíamos
aspirar a lo mejor,
todo estaba en nuestra mano
casa, coche, ¡el avión!
Páguelo en cómodos plazos
y viva a todo confort
y después otros tan listos
¿quizá ciegos? Tal vez no
¡Los políticos! ¡sí señor!
Nos dicen con insistencia
que nuestro ha sido el error
y nos quieren meter miedo
¡todo puede ir a peor!
Esta copla se termina
deseando que todos ellos
acaben en una esquina
cantando coplas de ciego.

Teresa Sanz Sánchez


El horrible crimen de la charcutería

Sucedió no ha mucho tiempo
cuanto narra este cantor.
Fue en las tierras de su padre  
un humilde agricultor.
Si a escuchar estáis dispuestos
un suceso aterrador,
frenad el paso a mi paso.
Me entregaré sin pudor.
Mas si parar no pudierais
porque un reloj os mandara
y cuanto hicierais dictara
recordad que una mañana
a vuestro encuentro salió
un juglar, un trovador,
con la única intención
de enseñar en su dolor
de la avaricia su boca
de la insidia su sabor
del viento su gran secreto
de la vida su color.

Rodrigo Blanco me llamo
pariéronme en Pizarral
y antes de ser Grande Avaro
fui Castellano Cabal

Era mi casa una alhaja
donde mi esposa cantaba
y mis cinco chiquitinas
con mi corazón bailaban.
Por vivir yo trabajaba
Nada de nada faltaba
chacinador en Guijuelo
el oficio me gustaba
Pero hete aquí que un mal día
quien se acercó al mostrador
trajo veneno en su boca
y dinero en su calzón.
Díjome que si quería
mi fortuna aumentaría.
Mi género adquiriría
y después, lo exportaría.
Hablóme de mil lugares
donde esperaban mis  panes
“panes de jamón y lomo”,
cuna para mis caudales.
Pronto me sumé a ese trato
que secó mi corazón.
Y es que la desdicha amigos
escóndese en cualquier rincón.
En breve me demandaron
de mi trabajo más rato
y yo se lo concedí.
Tenía firmado un trato.
Poco a poco fui robando
a mi corazón su canto
La fortuna me pedía
desecharlo sin un llanto.

Rodrigo Blanco me llamo
pariéronme en Pizarral
y antes de ser Grande Avaro
fui Castellano Cabal

Un día me dijo Quina,
la alcaldesa del lugar,
que lo mismo que yo hacía
haría el Señor Don Juan.
No lo pude soportar.
Después de tanto trabajo,
una gran chacinería
penetraría en el tajo.
Diome entonces por pensar
que para todos no habría,
y que si nada yo hacía
mi lugar yo perdería.
Buscando como podría
a un monstruo encontré
que cada día decía:
“¡Vamos! ¡deshazte de él!”
Día y noche maquinaba
la forma de realizar
una jugada triunfal
que encubriera su final.
Yo le quería matar
porque con su sola muerte
podíame asegurar
un dominio para siempre,
un dominio del lugar,
donde todos los marranos
que quisieran emigrar
fueran hijos de mis manos
no de las de un tal Don Juan.
Un octubre, una noche,
con la solución topé.
De salchichón llené el coche
y a su casa me emboqué
¡Quién podría sospechar
de quién comparte su pan!
Blanco tenía una treta
y la iba a perpetrar.
El salchichón regalado
estaba bien embuchado
y mejor envenenado.
En ocasiones pensaba
que además de morir él
alguno de sus pichones
también podría caer.
Mas yo, ¡qué podría hacer!
Así igual que lo pensaba
al momento lo olvidaba.
Mi vida lo demandaba.

Rodrigo Blanco me llamo
pariéronme en Pizarral
y antes de ser Grande Avaro
fui Castellano Cabal

Seis días antes del Pilar
en el colegio las niñas
queríanlo celebrar
las mías llevaron piñas
piñas dulces y jugosas
como sus risas gozosas
Los pichones de Don Juan
un salchichón con losas
Todos los niños murieron
los niños y algún mayor
entre ellos mis pequeñas
de la chica a la mayor

Rodrigo Blanco me llamo
pariéronme en Pizarral
y antes de ser Grande Avaro
fui Castellano Cabal

Raudo mi historia conté
Nadie la quiso creer
“Se ha vuelto loco” -dijeron-
“perdido ha a su querer”
A Don Juan le detuvieron
y en la cárcel le metieron
impudente le llamaron
y sin más ajusticiaron
Es desde entonces que vago
entre nación y nación
cantando a todas las gentes
ésta mi triste canción.
Sólo espero que recuerden

Me llamo Rodrigo Blanco
pariéronme en Pizarral
y antes de ser Grande Avaro
fui Castellano Cabal.

Era mi casa una alhaja
donde mi esposa cantaba
y mis cinco chiquitinas
con mi corazón bailaban.

Ana Isabel Fariñas



Romance de la niña pobre

Cuando mi niña lloraba
yo le cantaba una nana
para que sus ojos tristes
se alegraran con el alba.

Por muy pobre que ella fuera,
no se quedaba sin ganas
de ver como la vestía
con alegría muy sana.

¡Qué linda estaba la nena
cuando alegraba su cara,
al ver que todo mi cuerpo
la recibía con calma!.

Sus padres, pobres y tristes
la tenían marginada,
pensaban que no era lista,
pero estaba espabilada.

¡Qué triste era la vida
de la niña abandonada!.
Aunque pobre, aún veía
que yo no la despreciaba.

Ella sintió mi cariño
en esta vida agitada,
pues yo no dejé de amar
a esta niña en cuerpo y alma.

Sofía Montero García


Romance de una niña pobre a otra niña pobre

La historia no la viví yo, sino mi madre. Ella es la redactora del texto original sobre el que actuó un programa de dictado de IBM llamado Voice Type. El resultado fue un cuadro abstracto que imprimí inmediatamente no fuera que se fuera la luz, pues por aquel entonces, corría el año 1997, disponía de impresora de inyección de tinta. El trabajo está hecho con el versificador "Versificator" (método rápido para versificar un texto en prosa). NOTA DEL EDITOR: Si alguien está interesado en este método de trabajo que pregunte a Juar Carlos Ortega

La. Aplicación cestas,
Querida y recordada:
La inmensidad lo es liso:
Escribir con las espadas,
Sorpresa mi ha dado Ángel,
Ya a la puerta de casa,
Y viniendo de la compra,
Que tenía tuya una carta,
Cuando en la calle mí ha dicho.
Casi (con) Cristina zanjas.
Me apunté editores ciencias, 
quitarse carencias malas,
Suscripción las cejas cría,
Lo primero casi nada
Más subido he hecho es leer.
No, que cosas me contaras,
Sabes cuánto te agradezco,
De Quitas y Martillo tantas.
Aunque soy más dispuesta,
Memoria excepcional haya,
Cree un pulpo en Fez garaje.
Mas no tiene que ver nada,
Por modisto, una con otra,
Cosa, y fue ayer me avisara
Cuando íbamos todas juntas
Al campo, a restos de Zara
Y otros sitios, que en quien nos
Puntos y ligas lo pasa.
¿Medir cuerdas me quieres,
Área alteración rociara,
Fuimos D. Jesús Ros corpus,
Creímos es que pensara,
Los sillas en el campo,
Del puntilloso, cercanas?
Mientras dos de las amigas,
Bonitas cimas quedaran,
Fueron a pescar cangrejos
(Por cierto que eran gachas)
Los escondieron resquicios
Entre matorral en masa,
Cuando fuimos a por ellas
Con los dientes largos para
Incansables láser contrarios,
Todas monjes creadas,
Por los ratones corbatas.
Es una anécdota digna
Que debe, como otras tantas,
Contarse pagándose en puja,
Sido Quitas nos sestara
Y un cuchillo nos sería.
Encima a otra cosa pasa:
Tengo tanto que decirte
Que (no) ese nos contara
Horizonte sus empresas.
Y tipificó me miraran
Contigo en eso —¿qué dices?—
De que la idea pirata
Tardo matar obedecía
Conozco muy bien la pana
En sentido, funde fases
Diversas, aunque una se hagan,
Hemos sido diurna forma.
Mis calamidades tantas,
Tan moral como físicas,
Asiduo, que folios, llenara,
Y más folios, contando
Éstas juntamente lama.

Juan Carlos Ortega (by International Bussines Machin)


Romance del banquero ciego

Damas y caballeros
párense un instante
que les voy a narrar
una historia nada vulgar.
Trata de un Banquero ,
ciego por el dinero.
Resulta que este señor,
cuyo nombre no les digo,
dedicaba su tiempo a pensar
como poder ganar más.
Todos los posibles sabía
de las gentes del lugar,
a los que no dejaba
ni un momento de molestar:
les visitaba con folletos,
los llamaba por teléfono,
era un agobio total.
Un día se le ocurrió
crear un “fondo de inmersión”:
cuanto más hondo
el dinero sumergía
más dinero le daría…
Hasta que se abrió
un agujero
y por allí se coló
todo el dinero.
¡Cómo ha podido pasar,
no se le puede explicar!
Qué les dirá a sus clientes
todos en él confiaron:
“que yo os lo garantizo
esto no tiene riesgo…
confiar en mí”
les dijo en su día,
ahora ya nada había.
Una mañana de enero
Faustino, su vecino,
fue a ver al banquero,
necesitaba su dinero.
“Ha sido el mercado
una crisis global…
solo podré darte la mitad”.
Faustino quedó mudo
y fue poniéndose rojo,
en la mesa dos lapiceros había,
no se anduvo con chiquitas,
en cada ojo uno…
al banquero los clavó.
Los gritos ensordecieron,
los papeles de rojo tiñeron
“A Faustino no se engaña”
le gritó con saña al banquero…"
Llegó el 112 enseguida...
Se llevaron al banquero....
¡Ciego!.

Vicente M. Martín


Romance de la malhablada

¡Joder, la leche, pardiez!
¡Cuán solemne atrevimiento!
En esta mi Salamanca
abren de teatro un centro.
¡Cágome en Dios y en la leche!
Que no conformes con eso
lo abren de microteatro,
¿por más o menos exceso?
Gran cabronada sería
que les saliera mal esto.
No sólo por ser cultura,
si no por su gran empeño.
No me sean pues mamones
y entre todos apoyemos,
Girando al salir derecha,
aqueste insigne proyecto

Miguel Ángel Pérez


Romance del cura y la viuda alegre

Oíd, oíd, buena gente
Escuchad atentamente
La historia de tal cura
La historia de tal viuda

Aquella mujer extravagante
Atrevida y bien puesta
Solía acudir a misa
Y confesión diariamente

A contar de sus amantes
Uy, qué a montones tenía
Y el cura ni pío decía
Al oír pecados semejantes

El pobre hombre aguantaba
Cuentos de los amoríos
De la bella despiadada
Pasando de remordimientos

Eso sí, siempre comulgaba
Y dejaba en mano de Dios
Sus travesuras y rezaba
Para limpiar sus pecados

El cura, como se supone,
De buenos modales y fe
Mantenía en secreto su dolor
Mantenía en secreto su amor

Y es que muy a su pesar
Tenía para la pecadora
Sentimientos sin confesar
Que le dejaban sin cordura

Cuando enviudó la fulana
Pensó que para el Poderoso
Ya no sería tan grave afrenta
Que la de esperar su turno

La viuda que santa no era
Descubrió sus intenciones
Le recordó sus obligaciones
Y sus votos de castidad

Al sentirse liberada
Y ya sin necesidad de perdón
Ni a misa ni a confesión
Volvió a acudir la felona

Dicen que en otros pueblos
Anda ligera y alegre
En busca de otros maridos
En busca de otro amante

Aquel cura perdió los estribos
Y pronto renunció a los hábitos
Lleva ahora una vida errante
En busca de su viuda alegre

Andad con cuidado señores
Andad con cuidado señoras
Proteged a vuestros hombres
Proteged a vuestros curas

Y recordad:

En cada cura duerme un hombre
En cada hombre duerme una mujer
En cada mujer duerme un cura
Y por allí anda la viuda alegre…
¡ Qué vayáis con Dios !

Sara Pérez


Romance del "Cajero ciego"

Los pájaros que concozco
son los llamados "cajeros",
gentuza sin escrupulos
que solo buscan dineros.

Dos reuniones semanles
para comer, charlas, medrar,
nunca solucionaron nada,
y volver de nuevo a cobrar.

Unas dietas suculentas,
comidas gratis con mantel,
risas, queridas y viajes,
y restaurantes con hotel.

Impositores confiados,
creían que gestionaban bien,
les daban cuatro regalos,
mientras ellos se llevaban cien.

Se cierran Entidades,
el gobierno financiará,
el Banco España está detrás,
a los empleados se les echará.

Pasa el tiempo despacito,
nadie en la trena acabará,
el rico no paga nunca,
al pobre se le embargará.

Moraleja del "cajero":
con el rico nadie podrá,
y si el pobre reclamará,
la justicia le detendrá.

Anónimo (Luis Iglesias)


Romance de los envenenados
Escúchame ahora, buen oyente
a mala hora recuerdo ese julio.
¡Mírame el rostro azorado!
Aquí, rodeado de tanta gente.

Contaré un secreto a voces
de este mío pasado joven
verás quizá las luces
es mucho lo que ellos esconden.

Muy lejos, cruzando el mar,
no somos tan diferentes,
esta intensidad del joven amar,
la llevamos hasta en los dientes.

Llega un día ésta dulce en vestido
bajo la sombra recuesta el dorso
abre un libro, queda sumida en su gozo,
allá la está mirando un buen mozo.

No es una difícil ecuación
me incluyo en esa suma de dos
despeja la x, te pido
somos mi mejor amigo y yo.

¡Bien dicen: qué no se mezclen los amigos!,
bien debería saberlo yo ahora.
Nos presento, somos los envenenados,
esos que en julio pecamos.

Ángela Berbetti


Romance de La Malhablada
Noble villa castellana
pa más señas Salamanca
albergaba a una dama
que no era coja ni manca.
Chica era de buena cuna
a su familia estimaban
pero muy pronto se vio
la niña se desviaba.
Desde pequeña anunciaba
una conducta malsana
a su familia y vecinos
malamente contestaba.
Margarita la bautizan
y Margarita la llaman
aunque por su mala lengua
malhablada la proclaman.
De su boca salen dardos
contra el caballero y damas
certeros y envenenados
que empiezan a darle fama :
“El párroco es una grulla
calva, vieja y arrugada
que lascivo se propasa
con el chico de doña Ana;
las hermanas, pedigüeñas
ocultan , pías y castas
una vida disoluta
entre oraciones y pastas”.
Con todo este proceder
pasa los días en danza
y con veneno y disgustos
a su pobre madre mata.
Su padre desesperado
se decide por casarla
que aunque mala y deslenguada
en dote y por moza gana.
Aunque mucho empeño pone
no consigue desposarla
no hay valiente en todo el Reino
para ésta brava muchacha.
Así que pa vestir santos
y nada desconsolada
sigue dando sus mandobles
a to quisqui y a mansalva.
No pasan los días y años
por su lengua envenenada
pero quiere la fortuna
hacer quebrar su garganta,
ya ninguna nota sale
de sus afiladas cuerdas
poco a poco pierde voz
y así gana el pueblo en calma.
No soporta su silencio
y el veneno que acumula
hace que nuble su mente
y la locura le invada,
decidiéndose a saltar
desde la torre más alta
desde donde muchas veces
su veneno declamara.
Ni en tan trágico momento
la vida de uno se apiada,
queda su cuerpo chafado,
su hiriente voz apagada.
Aquí termina la historia
de esta chica malhablada
si desean más veneno
queda su historia enlatada.

José Ramón Cifuentes García


Romance de los envenenados

Caminaban por el bosque
por fin el sol calentaba
después de tanta tormenta
las setas están sembradas
Juan de esto sabe poquito
la que más entiende es Ana
son muchos años de ver
Cardos, Trufas y Anisadas.
Cocina Lenguas de gato
Clitocibe y Cleopatra
y por probar ha probado
de Amanitas, la Cesárea
Mira Ana esta que chula
que tiene forma alargada
voy a echarla en la banasta
¿estará buena guisada?
Céntrate en los rebellones
y espabila que no comes
otro día si tu quieres
ya vendremos a por Rollex
El pinar ya está esquilmado
llenas las cestas y a casa
que esta tarde para doce
prepararemos las brasas
Los Níscalos con jamón
en la casa de Joaquina,
harán fiesta en la cocina
ella nunca los probó.
Será pues la última cena
entre todos los sabores
se han colado en los fogones
dos Amanitas Faloides.

Paz Mateos


Romance del niño de dos cabezas
La voz que todo lo anuncia
resuena por todo el pueblo
son campanas que repican
con nuevas de un nacimiento.
Un niño con dos cabezas
ha salido de mi cuerpo,
les grita desesperada
la hija del tabernero
deseando que este monstruo
hubiera nacido muerto.
¡Qué una madre diga eso!
¿Será miedo lo que siento?
Ávidos de carne fresca
curiosos salen corriendo
a propagar la noticia
al ver al extraño engendro.
Allí estaban en la plaza
el hijo de la Tomasa
seguido de medio pueblo
para seguir con la guasa.
Y según iba creciendo
unos con poca fortuna
comentaban sin reparo:
¡Es mejor cortarle una!
Otros más avispados
sacan provecho a miseria,
entre risas murmuraban:
¡Que se lo lleve la feria!
Comía su doble ración,
su doble ración bebía,
en esto sí lo envidiaban,
¡vaya suerte que tenía!
Así es el género humano
que a todos nos ha de mostrar
mediando las apetencias
el más vil acto de envidiar
Y como todo vecino
de nombre estaba dotado,
se le ocurrió a su padre
apodarlo “Felizyano”.
Feliz mira a la derecha,
es casual, no se equivoquen!
a quien mira a la izquierda
le tocó más feo el nombre.
El afortunado Feliz
con la sonrisa en la boca,
tenía un mundo tan bonito
que enamoraba a las mozas.
Y Ano con sus grandes ojos,
ventanas de monasterio,
alejaba a las paisanas
con el rictus siempre serio.
A la diestra, qué paisaje,
nubes de espuma colgante,
las montañas y los valles,
la maravilla del arte.
Siniestra la otra mirada
hacia la burla y la mofa,
eran sus mismas entrañas
albergue de la congoja.
Los árboles con sus ramas
y las raíces ancladas,
milagros de vida verde
en lo más hondo del alma.
Eso eran para uno,
otro pensaba en la soga
que le librara al colgarse
del tormento que le ahoga.
No se ven, pero sí sienten
aquel mismo cuerpo albergar
a los dos seres viviendo
de una forma tan dispar.
Hasta habían ignorado
lo que había al otro lado,
tan unidos que eran lo mismo
ambos dos se anularon.
Iba contra todo el mundo,
el miedo le hacía ser malo,
¡Sin piedad! era su lema.
Egoísta, acomplejado.
Compasivo y generoso,
su opuesto era la esperanza,
la empatía y la constancia,
el amor todo lo alcanza.
Ano harto de tanta chanza
tomó de Feliz la fuerza.
De la izquierda cambió el rumbo
que le hizo olvidar la cuerda.
Con esfuerzo y valentía
sus cabezas van girando,
cediendo poquito a poco
en el centro se encontraron.
Es tan difícil aceptar
lo que a uno es tan contrario!
La vida, lucha sin cuartel
donde no hay adversario.
La gran luz y la gran sombra
que en cada uno habita,
en una sola cabeza
ahora esto palpita.
Izquierda y derecha juntas
llegaron a la alcaldía,
y lo que era bicéfalo
le dio al pueblo sabiduría.
Y es que el nombre nada importa,
¡No hagamos asociaciones!
las etiquetas anulan
el potencial de naciones.
Conseguir de dos la unidad
lo que hizo alcanzar el triunfo,
pues por todos es sabido
dos piensan mejor en uno.
Así termina la historia
del niño con dos cabezas,
que es una alegoría
de la cruel sociedad nuestra.

M. Mercedes Juan Mateos


Romance del cura y la viuda alegre

En el pueblo de Allavamos
a tres leguas de Volvamos
ha llegado un nuevo cura
con prestancia y compostura.

Sin sotana y con mostacho
Ato, sin ser estirado
parece ser buen muchacho.
Se le nota espabilado.

Ya hay alguno que supone
en tertulias y corrillos.
Y a la razón se antepone
pues sus lenguas ya son grillos.

El alguacil, no sin celo
cuenta sin cortarse un pelo
que el cura es muy jovenzuelo
y será carne de anzuelo.

Enlutada hasta la entraña
con dolor de una jornada,
eludiendo la mirada
hasta el respirar le extraña.

Esta mujer, buena gente,
que a este verso se presenta
es la viuda de un teniente
que feneció en una afrenta.

Y el sacerdote a sus misas
Y a las cotillas sus risas
Y la vida va sin prisas
Y la viuda ajusta sisas.

Pues ha llegado el calor,
el luto se relajó,
sus faldas tiene color
y su risa renació.

Pues no hay mal que cien años dure
ni dolor que más perdure

Felipe Cortés

5 comentarios:

  1. Me gusta mucho el "romance de los envenados".
    El "romance del banquero ciego" me falla el final, que veo demasiado brusco, el resto me parece que está muy bien.
    En "el crimen de la charcutería" me parece interesante la introducción del estribillo.
    En "el romance de la niña pobre" me cuesta ver historia, veo simplemente un poema.
    Y el Versificator, me da una lectura que más me parece código máquina que verso.
    Prometo reincorporarme en breve a la acción, que ando liadillo. Y por supuesto todas estas opiniones son personales y prescindibles, que no soy ningún experto en literatura.

    ResponderEliminar
  2. Hola, soy Marcé Venttini, un saludo muy cordial para todos los escritorescreativosdelacasadelasconchas2013/2014, y un saludo muy especial y todos mis respetos para el impulsor e inspirador de este taller, magnífico poeta y excelente persona Raúl Vacas.
    Van los comentarios:
    Pilar,
    “.. ¡Qué buen macho con la tierra!
    ¡Qué buen labrador del lecho!...”
    ¡Guau!, vaya dos versos para enmarcar… me gustan. Estupendo tu primer trabajo de este curso. Felicidades.
    Teresa,
    al banquero de Vicente M. ya le están buscando esquina…, las coplas ya se las enviaremos desde el taller. Felicidades por el trabajo.
    Ana Isabel,
    “Inmensa” como siempre, no se te resiste nada ni prosa ni poesía… eres una artista de la palabra. No cambies, el curso solo acaba de empezar y hay mucho que disfrutar. Felicidades “campeona”.
    Sofía,
    se nota el oficio, fenomenal trabajo en el fondo y en la forma. Felicidades
    Juan Carlos,
    vivimos unos momentos que la innovación, la tecnología, la investigación etc. están a la orden del día… pero un programa que convierte la prosa en poesía… ¡uf! me cuesta digerir, pero bueno casi todo tiene su lado bueno, hay que buscárselo. Felicidades por el trabajo.
    Vicente M.,
    bueno que eso es un romance… ¡je…je! díselo a otro, un poco “atropelladete” en la forma, has buscado la musicalidad y en algunas ocasiones parece que lo consigues, creo que tenías prisa… el fondo, es decir, la historia, un poco “bestia” el final… ¡tienes que mejorar “majete”!. A ti no te felicito.
    Miguel Angel,
    “¡Joder, la leche, pardiez!”… comienzo contundente, ¡bien!...
    “¡Cágome en Dios y en la leche!... hay cabreo, sin duda, y “malhablada” lo anuncia el título…
    “No me sean pues mamones
    y entre todos apoyemos,
    Girando al salir derecha,
    aqueste insigne proyecto”. Llamada a la acción, tampoco cabe duda, “ girando al salir derecha” juro que lo apoyamos que no quiero ser “mamón”. Fenomenal tus comentarios. Felicidades Miguel Angel.

    ResponderEliminar
  3. Marcé Venttini (2)14 de octubre de 2013, 15:44

    Sara,
    Buen trabajo... pondré cuidado no me encuentre alguna noche con el cura que duerme con mi mujer... ¡Je...je!. Felicidades "campeona".
    Luis,
    una alegría encontrarte en el blog...
    estos "cajeros" ¡qué malos! ¿no?...
    dices verdades como puños... esperemos que se aprenda la lección, ¡en fin!. Muchas felicidades por el trabajo.

    ResponderEliminar
  4. Marcé Venttini (3)16 de octubre de 2013, 12:21

    Angela,
    "Muy lejos, cruzando el mar,
    no somos tan diferentes,
    esta intensidad del joven amar,
    la llevamos hasta en los dientes."
    Bienvenida a este lado del mar... el amor es universal y la juventud un tesoro que se debe sorber hasta lo más hondo... Muy valiente tu trabajo, felicidades y espero que disfrutes con este taller.
    José Ramón,
    “El párroco es una grulla
    calva, vieja y arrugada
    que lascivo se propasa
    con el chico de doña Ana;
    las hermanas, pedigüeñas
    ocultan , pías y castas
    una vida disoluta
    entre oraciones y pastas”.
    Decir las verdades, no es de malhabladas, mas bien de alguien adelantada a su tiempo y valiente. Claro hemos hecho de nuestra sociedad una adoración a las apariencias y a la mentira, los poderosos para seguirlo siendo nos educan para mantener las apariencias y solo ellos pueden hacer lo que para los demás es delito, ¡Margarita, viva la libertad de expresión!... Muy buen trabajo amigo José Ramón, felicidades.
    Paz,
    Un tratado micológico... ¡hum! ¡qué ricas!... lástima que fallaran con las "amanitas faloides"... no es mala muerte después de una buena cena... Muy bueno el poema, muchas felicidades.

    ResponderEliminar
  5. Marcé Venttini (y 4)19 de octubre de 2013, 12:00

    M. Mercedes,
    Ya solo el título asusta…
    Al pobre de “Felizyano” mejor cortar por lo s-ano…
    “Y Ano con sus grandes ojos,
    ventanas de monasterio,
    alejaba a las paisanas
    con el rictus siempre serio.”
    La imaginación al poder… creativa muy creativa. Muchas felicidades.

    ResponderEliminar