Microquijotes

La sesión del lunes, 27 de octubre, la dedicamos al libro Microquijotes, una antología de textos inspirados en El Quijote seleccionados por Juan Armando Epple y publicados por la editorial Thule.

Señala Epple en el prólogo que "las minificciones no se proponen reinterpretar la obra original, sino intervenir en su lectura y resemantizar episodios para ampliar su radio de significaciones. Con ellos los autores reconocen en el Quijote una matriz fundacional de la literatura, una fuente inagotable que sigue interpelando la imaginación contemporánea".



En el artículo "Tras las huellas de Pierre Menard. El Quijote en el microrrelato hispanoamericano" Rosa Pellicer afirma: "Los autores de microrrelatos acuden al Quijote con el entusiasmo que producen en este tipo de escritura los juegos con la literatura, sobre todo los relacionados con imitación de lo que Jorge Luis Borges llamó “magias parciales” (los juegos realidad / ficción, sueño / vigilia o la obra dentro de la obra).

Prueba de esa relación entre los microrrelatistas y El Quijote es el microrrelato de Rogelio Ramos Signes "De cuerpo presente":

Sólo había tres libros: La Biblia, Don Quijote de La Mancha y Las mil y una noches.
Para él, el enigma era fácil de resolver y se lo hizo saber al juez de paz con total convencimiento.

-No sé cómo se llamaba el escritor fallecido –le dijo (al juez de paz)-, pero estoy seguro de que era un microrrelatista.

Los textos de Microquijotes dialogan con el clásico para ofrecernos nuevas lecturas, En algunos casos veremos al ingenioso hidalgo paseando por una ciudad, o a Sancho Panza como verdadero protagonista del libro. También veremos un papel destacado de las mujeres que aparecen en la novela y textos que trazan otras posibles historias si algunos de los acontecimientos no hubieran sido los mismos. 

Si quieres escuchar en formato MP3 alguno de los episodios de la novela pincha en este enlace.

Ofrecemos, a continuación una breve selección de textos que forman  parte de la antología Microquijotes:

Cervantes

En sueños, su mano tullida escribía el Antiquijote

José De la Colina


Crueldad de Cervantes

En el primer párrafo del Quijote dice Cervantes que el hidalgo vivía con un ama, una sobrina y un mozo de campo y plaza. A lo largo de toda la novela este mozo espera que Cervantes vuelva a hablar de él. Pero al cabo de dos partes, ciento veintiséis capítulos y más de mil páginas la novela concluye y del mozo de campo y plaza Cervantes no agrega una palabra más.

Marco Denevi


Doble personalidad

-Dime Sancho, ¿quién es Don Miguel de Cervantes y Saavedra?
-El autor de vuestras aventuras, mi señor.
-¡El autor de mis aventuras soy yo! ¡Dónde está ese hombre para acusarlo!
-En la cárcel, mi buen señor
-¿Qué? ¿Ya ha sido condenado por plagio?
-No, mi señor.
-Entonces, ¿por qué? ¡Vamos, habla hombre, que no tengo todo el día!
-Pues, por falsificación de identidad. Dice ser don Quijote de la Mancha.
-Qué confusión me has creado, Sancho. Te prohíbo que hables más del tema.
-Sí, don Miguel.

Lilian Elphick


Pensaba Sancho

Concluido el ciclo de sus aventuras, mientras el buen Quijano yacía en espera de la muerte, pensaba Sancho que tanto esfuerzo no debería ser en vano. Se decía: “¿Por qué no hab´ria yo de continuar las hazañas del ingenioso hidalgo? No me lo impiden cuestiones de sangre, pues mi amo me enseñó que cada uno es hijo de sus obras. ¿Osaré proseguir su obra? Tal vez algún historiador futuro hablará de la primera salida de Sancho, el sucesor de don Quijote. Si no fuera tan difícil adelgazar...”

David Lagmanovich


De cómo una vaca pinta ocupa la cátedra de literatura española en la universidad

Un vaquero del rancho “Quijano”, encargado de darle pienso al ganado (llenar los bebederos de agua y los comederos de granos y paja) dejó un día, precisamente sobre los forrajes que acababa de servir, su ejemplar de Don Quijote que leía y releía en sus cortos ocios y regresó a la casa del rancho sin reparar en el olvido. En el corral la vaca pinta, engullendo la pastura, mordió las hojas del libro y en el bolo alimenticio se mezcló el genio de Cervantes. A la vaca le supo tan bien que no cesó de rumiarlo horas y horas. Con tanta lectura tragada y digerida, es natural que la vaca pinta participara, a poco, en la oposición para ocupar la cátedra de literatura española que ahora sustenta.

Raúl Renán


El flaco

Querían alcanzar algún semáforo, un vehículo, un hombre; pero el reiterado trinar de las bocinas y el palpitar anhelante de las ruedas lo impedían.
Los dos hombres se sintieron cansados, desfallecientes, sofocados; sin embargo algunos conductores casi pudieron percibirlos. Fue entonces cuando propuso el flaco:
-Vamos, Sancho, que aquí no podrán vernos ni oír nuestras palabras.

Ana María Mopty de Kiorcheff

Que trata de la indagatoria al ingenioso caballero don Miguel

-¿Lugar?
-De la Mancha.
-¿Nombre?
-No quiero acordarme.
-¿Por qué?
-No sé. No quiero.
-¿Apellido?
-Hidalgo
-¿De cuáles?
-De los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…
-Gracias, eso es todo.
-… una olla de lago más vaca que carnero, salpicón las más noches…
-¡Basta!, ¡Basta!
-… algún palomino de añadidura los domingos…
-¡Basta! ¡BAS-TA! Que siga el próximo caballero.

José Cardona López


Esta es la tarea que propusimos: "El Quijote es una obra que ha inspirado a muchos microrrelatistas. Como hemos visto en la antología son muchos los hilos de los que podemos tirar para recrear un episodio, una escena, un personaje o el libro en sí mismo. Trata de buscar las palabras justas para tu texto".

Y estos son los trabajos de algunos participantes del taller:


El ama en el lecho de muerte de Don Quijote
¡Oh Alonso, mi caballero fiel, enamorado de Aldonza!. ¿No te diste cuenta que mientras bebías los vientos por Dulcinea, yo sufría en silencio el gran amor que he tenido siempre hacía ti?
Ahora ya no nos queda tiempo para vivir esta aventura.
Toma mi mano y siente mi corazón, cómo palpita en mi pecho ardiente, mi anhelo, mi pasión, mis esperanzas, mis sueños...
Te iras, y yo seguiré esperando tu regreso, cómo cuando te ibas a luchar contra esos molinos de viento y volvías malherido y sediento y mi corazón se encogía de verte derrotado y triste.
¡Adiós amor mio, te amaré siempre!

Carmen Alonso


Rocinante enamorado

Te espero,
Y
Tu recuerdo me lleva
A través de la hondonada
Mientras contemplo tu trote
Alzándote ensimismada
E imagino tu larga crin,
Tu cabellera dorada
Unas veces lisa,
Muchas otras trenzada.
Cuando con Don Quijote salgo y
Cabalgamos tan lejos
No hay para mí bellos paisajes
Ni aún con molinos de viento,
Que sepan hacerme feliz
Como cuando voy a tu encuentro.
Todo me lleva a ti,
Mi querida Alitana…,
El último pensamiento del día
Y el primero de la mañana,
Invitándome a soñar
En un lugar de La Mancha.

Tina Martín Mora


Galgo

Galgo permanecía cabizbajo y callado junto a la puerta de la vivienda. Así llevaba dos días. El ama le había dejado las sobras de pollo en un recipiente. Era la primera vez en su vida que le ponían comida, siempre había tenido que procurársela por sus propios medios. Galgo estaba triste y no probaba bocado. A veces, parecía como si sonriera –se acordaba de alguna aventura corrida con su dueño- otras, miraba a la ventana de la habitación donde Don Quijote agonizaba y sus ojos se oscurecían.

Vicente M. Martín


Tareas Microquijotes

Allanando El Camino
La chica, desde muy joven, fue aceptada en la Hacienda como de la familia y, pretendidamente huérfana, fue adoptada por D. Alonso. Desde temprano manejó con astucia las situaciones a las que la enfermedad mental de su tío conducía. Quemando los libros de caballería evitó que se creyera en uno de ellos. Dando el mismo destino a las novelas pastoriles lo mantuvo atento a su finca. D. Alonso parece mucho más centrado, no obstante, desde que comenzara a pretender a su vecina Aldonza. Lo cual antoja un enigma su progreso ahora que ella ha aparecido suspendida de un roble a la salida del pueblo.

Mas el Molino es Gigante
Soy un gigante de montaña y, pese a la supuesta brutalidad de mi especie, un tipo tranquilo. Bajé al llano buscando esa calma, disfrazado, oculto. La ola de racionalidad imperante ayudó a mi propósito. Pero un colgado en un jamelgo parece haberme reconocido y viene cargando como un energúmeno, y me veo en la tesitura de tener que utilizar la fuerza.

Nota de Prensa
La Guardia Civil busca a dos individuos que ayer, a plena luz del día, atentaron contra un alojamiento rural en el municipio de Sotorribas (Cuenca), sito en el antiguo molino de dicho municipio.
Los prófugos embistieron reiteradamente contra el muro del edificio con un todoterreno color blanco de gran cilindrada provisto de defensa hasta hacerlo ceder. Al acudir la Benemérita uno de los individuos (alto, delgado, con barba) hizo además de encarar a los agentes, si bien su compañero (baja estatura, complexión fuerte) lo introdujo en el vehículo y se dieron a la fuga.
Las autoridades solicitan la colaboración ciudadana.

Quijote XXI
Pocos saben que Don Alonso Quijano dejó descendencia.
Menos saben, incluso estos, de que su delirio quedase en herencia.
Manos aún de la obsesión de su tataranieto por la novela negra.
Si saben todos, por la sección de sucesos, las consecuencias.

Pero el Burro Soy Yo
Sepan vuesas mercedes, que respondo al nombre de Rucio. Acompaño en sus andanzas a un hidalgo venido a menos al que abandonó la razón. ¡No pues trata de grand ama a una porquera! Además acostumbra errar en busca de aventuras que lustren su nombre y honor. Grandes hazañas ¡vive Dios!, como emprenderla contra un molino. Y pertenezco al labriego que ha fiado su suerte a las promesas de grandeza de tal hombre, y en base a ellas le sigue al mismo Infierno. Pero descuiden vuesas mercedes, que el burro soy yo.

Bando Anunciando Sentencia de Alonso Quijano
Por la presente, se hace saber:
Que por orden de Su Señoría, el señor Alguacil procederá a aprehender el rebaño de Alonso Quijano, el que se hace llamar Quijote. Y que dichas ovejas serán subastadas, por orden de Su Señoría, y sus beneficios repartidos equitativamente entre aquellos afectados. Añade Su Señoría, que tendrá condición de afectado aquel de quien el Alguacil de fe de que sufrió daños, personales o en sus bienes, cuando Alonso Quijano, llamado Quijote, hizo marchar sobre el pueblo, a modo de carga de caballería, a sus doscientas cabezas.

Se hace saber.

Miguel Ángel Pérez


Loca realidad

El Quijote pasa
por libro oficial
leído en España,
¡qué sensacional!
Don Quijote tiene
gran sabiduría,
todo lo que inventa
suena a melodía.
Sancho Panza habla
de cosas reales
y siempre comenta
aspectos vulgares.
Ambos son distintos,
a la vez sinceros;
realidad y sueño
camina con ellos.
Locura se llama
la de D. Quijote;
al contrario, Sancho,
muy cuerdo y sanote.
Ambos son un dúo
de lo más noblote,
los dos simpatizan
con distinto toque.
Una gran novela
es la del Quijote.

Sofía Montero


Tirando de hemeroteca

Se ha encontrado en la localidad de El Toboso, un manuscrito, en el que se narra como, estando D. Quijote, postrado en la cama, medio moribundo, oyó decir al cura, ! pobre hombre, toda la vida ha vivido como un loco, y ahora que ya le he dado la extremaunción, parece que está cuerdo ¡.
Sabido es, que los moribundos van perdiendo poco a poco todos los sentidos, pero el oído se agudiza cada vez mas, y D. Quijote oyó dicho comentario, y como si tuviera un resorte en las piernas, saltó de la cama, se puso la armadura, y a continuación llamó a gritos a Sancho Panza, el cual se había quedado dormido al lado de la cama, esperando el fatal desenlace.
Dijo, D. Quijote a Sancho, como sé que voy a morir, vamos a la notaría de El Toboso, y te pondré a tu nombre 3 ínsulas, para que que puedas vivir holgadamente, y a mi amada Dulcinea de Cospedal, toda la Mancha, la cual la heredaran de por vida todos sus descendientes.
Y, basándose en este manuscrito, la familia de Cospedal ha ido reclamando a los distintos reyes que han ido gobernando en España este territorio.

Luis Iglesias


Tareas Microquijotes

De la hidalguía y el lechón o de cuándo y cómo los gigantes se convirtieron en molinos y los antes homínidos en ovinos.

- ¿Miopía?
- "Hidalguía"
- ¿Solución?
- Lobotomía
- ¿Es costosa, es gravosa, resulta acaso dolorosa?
- Qué pregunta embarazosa... ¿Para él, para vos, o para nos?
- Para todos buen doctor
- Para él será su vida, para vos y para nos....
- Me asusta cuanto decís. Temo cuanto no decís. ¿Más no hay otra solución..., una tisana, una infusión, un caldito, una emulsión...?
- No seáis lerdo panzón, omitid esos melindres, resolved con prontitud, que en la mesa nos aguarda un magnifico lechón
- ¿La vida por un lechón?....
- Vamos Sancho ¡decisión!

Que trata de la confesión veraz con que el buen hidalgo enteró al cura de sus cuitas a la hora de su acabamiento y de sus inquisiciones y solicitudes últimas en su hora última
"Hizo salir la gente el cura, y quedándose solo con él, lo que iba a ser confesión, convirtióse en extraño testimonio, en turbadora revelación, que por voluntad del premuerto, en ese mismo momento, ningún papel recogió, más tampoco se destruyó, por si acaso el devenir del tiempo... como así fue que sucedió.
"Licenciado Pedro Pérez, en aquesta habitación, presto a dejar este mundo, ya sin fuerzas y sin voz, dígame vuesa mered, con palabra de buena ley, ¿pequé? dígamelo vuesa merced. Dígame si acaso, por algún acaso, por ver en la fealdad hermosura, pequé.
Si por pretender desfacer agravios, pequé.
Si por creer a quien junto a mí yantaba, caminaba, o a quien sin más me albergaba, pequé.
Si por... si por amar como amé, pequé.
Dígame, dígame vuesa merced, porque si bien a todos digo que mi previo proceder locura fue, bien sé yo, que no lo fue.
Desnudo del todo estoy. No mora en mí caballero, hidalgo o intrépido lancero. Dicen que todos mis libros sometidos fueron a un oscuro encantamiento y que por ello, desaparecieron. Bien sé yo que al fuego fueron. Lanzad con ellos ese alzacuellos, y sin más armadura que la verdad más dura, dígame vuesa merced ¿pequé?
Noble es de reconocer que desde que adentreme en Montiel, toda andanza fue aventura pura, toda acometida, vida, vida sin envilecer. ¡Oh, con cuánta dureza se fustiga la pureza!
Dígame, dígame vuesa merced si pequé por qué pequé.
Y si así fue, si usía pudiere, aunque no me arrepintiere, mire si me ha de absolver con la intención licenciado de que yo parta liviano y vos me recordéis sanado.
Y de puestos a decir, dígale, dígale también, al famoso Don Miguel, a esa triste figurilla que gigantes vio en el viento y humanos belicosos en dos rebaños lanosos, si por ver lo que vio, pecó.
Ahora que se fue la gente, mirelé y digaseló
Dígale al caballero Cervantes, si es que decírselo puede, si por hacer de una venta un castillo, de una cueva un soñadero, o de un león fiero un leoncito de suave terciopelo, pecó, o si por dejarme batir con caballeros de blancas lunas, verdes gabanes o mil espejos, pecó.
Dígaselo vuesa merced.
Dígale a ese tullido, a ese manco lepantino, que del lugar donde nací no quiso recordar nombre, si por regalarme lanza y adarga, galgo y rocín, pecó; si por crear a la dulce Dulcinea, a la pobre Dorotea, al bachiller o a vos, al nevado Clavileño o al malvado posadero, pecó.
Mireĺé y digáselo
Y dígale, dígale vuesa merced, si pecó por qué pecó.
Y si así fuere, si usía pudiere, aunque el tullido no se arrepintiere, mire si le ha de absolver, con la intención licenciado de que él parta liviano y vos le recordéis sanado.
Más juremé por su Dios que no le dirá nunca a aquellos que bien nos amaron, que con verdad nos amaron, cuanto le acabo de hablar. Tranquilos han de vivir viéndonos bien escribir lo que se ha de escribir, y sin mancha, morir.
Poco les ha de quedar.
Menos es lo que han de necesitar.
Más si no es mucho pedir, después de tanto pedir, custódiome usté la lanza, que en el mundo por venir, tal vez pueda surgir alguien que la quiera izar y cual pluma aventurera nuestra historia continuar."
Dicen que el licenciado, tras mucho meditar, de ser Pedro pasó a ser Curiambro, y de habitar en un templo a vivir en el campo, sin alzacuellos, sin sotana, sin misal y sin rosario, y que en recóndito lugar se oculta novela ejemplar que relata su suave apacentar.

De cómo todo cambió

Al principio fue el verbo y en él todo fue. Locura y cordura fueron. Después llegó el fuego. El papel ardió. En Alejandría, en la noche de San Bartolomé, millones de cristales rotos sembraron el miedo. La noche se extendió.
Más escrito fue que un dia, un valiente caballero, un hidalgo caballero, con su lanza rasgará todos los velos y montando en su corcel atravesará el cielo. Entonces los locos cabalgarán de nuevo sobre verbos gigantes que custodia un molinero.

Ana Isabel Fariña


Sancho en el siglo XXI

Sancho era un jubilado que después de batallar durante años en el campo laboral sin prebendas ni privilegios, creyó ingenuamente en las promesas del gobierno sobre la posibilidad de disponer de una ínsula, finalmente dispuso de una, la pobreza más absoluta.

Alfredo Domínguez


El viaje truncado de Don Quijote de la Mancha
En un lugar de la Mancha, en concreto, en la barbería de Maese Nicolás, se encontraba acicalándose los bigotes don Quijote. Este confeso al barbero que se disponía a hacer un viaje repentino al Toboso y visitar por sorpresa a su amada Aldonza Lorenzo.

-¿Dulcinea del Toboso? - pregunto el barbero, echando más bálsamo a la imaginación de don Quijote.

Cuando los elogios de bella doncella y Emperatriz de la Mancha, flotaban por el techo de la barbería…, entro la sobrina de Don Quijote. Sabedora de las intenciones de su tío y por sugerencia del ama, se presento en la barbería con un hatillo de pan y chorizo.

-El alma que busca su alma gemela, no necesita pan ni chorizo para el camino.- dijo Don Quijote, ordenando regresar a su sobrina a la hacienda.

Al salir la joven sobrina de la barbería, tropezó en la puerta con Galgo. El perrito fiel no pudo evitar relamerse y olisquear el aire al paso del hatillo; pasándole otro tanto a Sancho que entraba en ese momento.

-¡Sancho! ¿Rocinante está presto? ¿Le has ajustado el pecho petrales, la cincha y la baticola como te dije? – pregunto con cierto nerviosismo Don Quijote.

-¡No mi señor!

Don Quijote enjabonado se alboroto.

-No se mueva vuestra merced, que le puedo cortar. – dijo Maese Nicolás apartando la navaja de la cara.

-Rocinante esta indispuesto por un atracón de algarrobas…, - dijo Sancho con temor y tímido continúo hablando. – Pero me he tomado la libertad de poner la albarda a Rucio…

- ¡Que pretendéis…! ¡Que vaya a corteja a mi Dulcinea del Toboso en asno! ¡Sancho! si continuas herrando, te quitare el privilegio de ser gobernador de la ínsula Barataria.

-¡No mi señor! Si mi Rucio es…

-Yo veo dos inconvenientes. – dijo Maese Nicolás sin dejar hablar a Sancho.

-¿Cuáles? – pregunto Don Quijote apresurado.

- El primer inconveniente es que, no es lo mismo un caballo que un asno. Si vuestra merced viaja en el asno, se echara la noche encima antes de llegar al Toboso. El segundo inconveniente es que ira arrastrando las piernas, dejando surcos en la tierra.

-¡Hombre! Si las levanta un poquito puede que… - dijo Sancho optimista y quitando hierro al asunto.

-¡Sancho! ¿Ha visto alguna vez a algún caballero labrando la tierra? – pregunto el barbero con desdén.

-¡No!

-Y menos con los pies.

-¡Meticuloso, Miculoso!- añadió don Quijote. Y resignándose a su mala suerte, dio por terminada la sesión de barbería; saliendo de ella como alma que lleva el diablo.

-Vuestra merced se olvida el yelmo de Manbrino.- dijo el barbero extendiéndole la palangana de afeitar.

Sin mediar palabra, don Quijote se la encasqueto en la cabeza y como una bala de arcabuz, salió disparado hacia la hacienda. Le seguía de cerca Galgo al trote y Sancho Panza ligero, cabizbajo y pensando que si el viaje de don Quijote se había truncado, su titulo de gobernador de la Ínsula Barataria corría el mismo destino.

Nicolás Hernández López


Triste realidad

Ahora, ya viejo y achacoso, el famoso hidalgo recordaba con nostalgia aquellas andanzas que arrancaron una tórrida mañana de verano en los páramos de La Mancha.

Rememoraba con avaricioso deleite aquellas aventuras, sus decepciones y frustraciones, se acordaba del empuje y vitalidad que le acompañaban en aquellos días. Recordaba a su fiel escudero Sancho, hoy recluido por su irremisible locura, a su amada Dulcinea, convertida en hermosa dama de compañía disputada por las grandes casas de la nobleza, recordaba también a su brioso corcel, Rocinante, reclutado parta acompañar a los tercios en su memorables hazañas por los territorios de Flandes.

Volvió la cabeza y, mirando a su alrededor, contempló la realidad y maldijo con amargura a todos aquellos que se empeñaron en sanarlo de su locura.

Luis Alberto Alvarez Espinosa


Cómo conocí al otro bachiller Sansón Carrasco.

No contaré aquí nada que no sea cierto. De cómo, aún sin explicármelo, el joven bachiller Sansón Carrasco cambió su visión sobre la vida. En fin, sólo soy su fiel escudero, un pobre alma de cántaro que no entiende más allá de lo que ve…

Tras escuchar el golpe fuerte en la puerta con el aldabón, salió de la casona muy temprano la mañana en que tomaría un giro su vida. Acompañado de su mejor amigo, es decir, un servidor convertido en falso escudero, el joven Sansón Carrasco inició el camino que pensó le llevaría hasta don Quijote. Transformado en el Caballero de los Espejos, el bachiller, convencido de querer curar a don Quijote de su locura, quiso enfrentarse al Caballero de la Triste Figura y vencerle hasta hacerle cesar de sus batallas. Mas, todo ocurrió de manera diferente a lo previsto. El amanecer despertaba en un sosegado silencio, pues incluso las aves más madrugadoras aún permanecían dormidas. A lo lejos, en el horizonte, unos diminutos molinos de viento, yo diría que diez, parecían girar sus aspas de forma acompasada unos a otros. Fue en ese momento cuando los bostezos de Apolo iluminaron los campos de Montiel, proyectando una fuerte luz sobre ellos, al tiempo que ésta creaba grandes sombras en el singular paisaje de aspas dibujadas ahora sobre el pedregoso camino, lo cual dio comienzo al nuevo día mientras maullaban los gatos, rebuznaban los jumentos, cantaba el gallo… Y el joven Sansón escuchó el alrededor y miró en su interior, o tal vez, sucedió al contrario. El caso es que se detuvo en medio de su trayecto y proyecto. A pesar de ser fiel seguidor de Aristóteles, no encontró en aquel momento una explicación racional a todo lo que le rodeaba. Creyó que tal vez fue un encantador el culpable de todo lo que estaba sucediendo, del cambio de su visión de la vida, un encantador con quien se habría cruzado en su camino, probablemente, y al que no reconoció. Fue así que se desprendió de su yelmo y de su armadura, abandonándolos tras de sí y convirtiendo aquel instante en el punto de inflexión de su vida. No había un antes. No había un después… Sentía aquel momento como el único de su vida, algo por lo que no se esforzó en entender.

Sansón Carrasco, un joven optimista, miró a su alrededor y cuando lo hubo recorrido con sus ojos lentamente, los cerró y miró en su interior hasta encontrar el punto de locura que hasta entonces desconocía tener, riéndose de sí mismo, comprendiendo en ese instante que la vida es algo más que caminar en línea recta. Entendió que no hay nada mejor que salir cada mañana en busca de esas experiencias que aderezan cada momento del día, de la vida, haciendo diferente el hoy del ayer y del mañana, volviéndolos simplemente especiales… y apostó, entonces, por don Quijote.

Junto a él, yo, su fiel escudero. No entendí nada de lo que allí estaba sucediendo. No quise más que beber un poco del vino de Valdepeñas que llevaba para el almuerzo y subido en mi jumento, di media vuelta retomando el camino de regreso, sin querer articular pregunta alguna. Abandoné aquel instante de mi vida mientras observé cómo el bachiller Sansón Carrasco contemplaba atento la figura lejana de Sancho Panza acompañando a su señor don Quijote al tiempo que se fundían en la silueta de los molinos en el horizonte.

Tina Martín Mora

Le llamaron Quijote
Tras uno años sin trabajo, devorando insatisfecho una televisión extraña, poblada de corazones rotos, monstruos mágicos, obscenas tele-realidades y detectives implacables, encontró su destino: provocador de sonrisas, vencedor de gigantes, ensoñador de quimeras. Y, así, sin más se despojó de su alonsocidad para quijotizarse.

Gemma Rojo


Don Quijote solo quiere leer
Don Quijote yace tumbado con un calor asfixiante, aliviado, en parte, por el ventilador de aspas del techo, en el cuarto del hotel en el que se aloja, mientras espera a Sancho para asistir a las carreras de caballos.

Se levanta y pasea por la habitación con un libro entre las manos.

-Siempre es el mismo, siempre tengo que esperarle, se queja Don Quijote.

Una vez hechas las apuestas se dirigen a comer a Duelos y Quebrantos. Sancho es de buen estómago y se come lo suyo y lo de más allá y le expone que si bien Él, Don Quijote, es su jefe no tiene por qué dirigirle sus apuestas.

-Oiga quiero ser libre en mi elección, no me coaccione, no me haga lo de siempre. Discuten delante de un plato de lentejas.

-Querido Sancho, hazte a la cuenta de que Rocinante si bien no gana siempre, hoy intuyo que lo va a conseguir y debes apostar por él.

-Pues no señor, allá usted pero yo voy a apostar por Rucio, por que estadísticamente sale ventajoso.

-¡Ay, la estadística, Sancho!, que cosas dices, la estadística siempre cae para el lado que interesa, no hay más que incluir las premisas y los datos que más convienen. La gente más ignorante es la que cree en las estadísticas, querido.

-Aparte de que no ves que todo el mundo va a apostar por Rucio, de este modo Sancho, como va a ganar Rocinante nos vamos a forrar y así podremos realizar nuestro sueño: tu isla.

-Entonces, bueno, pues no sé…

-Este mundo está loco, piensa Don Quijote. Allá van todos corriendo. Pues yo pienso verlo en primera fila, subido al mástil y mientras continúo mi lectura,…..la aventura se desenvuelve junto al lago, ¡no me quitarán mi armadura es mi segunda piel!…..

-Tú Sancho, te puedes quedar en la base que yo te lo iré narrando, apostilla Don Quijote.

Antonia Oliva


El soñador diurno
All men dream: but not equally. Those who dream by night in the dusty recesses of their minds wake up in the day to find it was vanity, but the dreamers of the day are dangerous men, for they may act their dreams with open eyes, to make it possible. This I did.



T.E. Lawrence
“Lawrence of Arabia”

Todos los hombres sueñan, pero no igual. Los que sueñan de noche, en los polvorientos recovecos de su espíritu, se despiertan y descubren que era vanidad. Mas los soñadores diurnos son peligrosos, porque viven su sueño con los ojos abiertos, a fin de hacerlo posible. Esto es lo que hice.

T.E. Lawrence
“Lawrence de Arabia”


El sol había comenzado a caer cuando apareció una figura encorvada por aquel singular camino de la Mancha. La silueta del hombre podía verse recortada por la luz, aunque los muchos labradores que trabajaban sus campos no se dieron cuenta de su presencia.

El viajero llegó a su destino, exhausto y empapado de sudor, y recorrió todo el pueblo hasta llegar a la casa, que, sin duda alguna, no era otra que la que buscaba.

Entró sin llamar, puesto que la puerta estaba abierta. Reconoció a todos y cada uno de ellos: el cura, el ama, la sobrina, Sancho Panza y el barbero. Todos lloraban. Incluso el cielo, que comenzaba a tornarse oscuro y lluvioso.

El intruso, ya temiéndose lo peor, se dirigió hacia las escaleras, dejándose guiar por su instinto. Allí arriba, en una pequeña habitación, se encontró a dos hombres. Al que más rápido pudo identificar fue, sin duda alguna, al valeroso caballero Don Quijote de la Mancha, cuyo cuerpo reposaba inerte sobre la cama.

El segundo hombre, un joven de mirada burlona, se sobresaltó en cuanto se percató de su presencia.

—¿Cervantes? ¿El manco de Lepanto? ¿Qué hacéis aquí?

—El mismo —respondió el viajero con un suspiro—. Venía a ver a nuestro querido Don Quijote de la Mancha.

—Me temo que llegáis tarde. Siento que hayáis tenido que recorrer tan largo viaje para nada. —El bachiller, ante los tristes ojos del escritor, continuó—. Permitidme que me presente, soy Sansón Carrasco. Yo mismo informé a Don Quijote sobre vuestro libro.

—Lo sé.

El bachiller soltó una carcajada cargada de ironía.

—Tantas cosas no sabréis si habéis venido buscando a Don Quijote de la Mancha, pues este hombre que aquí se haya sobre la cama no es otro que Alonso Quijano. Así es, nuestro querido caballero recuperó la cordura antes de morir.

—¿Eso es lo que creéis?

—¿Y qué iba a creer si no? Yo aquí solo veo a un hombre que perdió la cordura. Y la locura le llevó a la muerte. ¿Qué es lo que veis vos?

—Podría explicarlo mucho mejor con un poco de tinta y una pluma, pero, en pocas palabras, veo el rostro tranquilo de un hombre que ha cumplido sus sueños.

El escritor, tras observar con cierta nostalgia una vez más al que había sido su personaje, salió de la habitación ante un atónito Sansón Carrasco.

Estaba dispuesto a irse igual que llegó, sin ser visto. Sabía cómo pasar desapercibido, y en aquel ambiente le resultaba muy sencillo.

La guerra y Argel le habían enseñado muchas cosas, pero sobre todo, le habían hecho comprender la vida. Gracias a las heridas y el cautiverio pudo conocer la armonía que rodeaba todo cuanto existía y ver el verdadero sentido de la vida.

Por eso mismo, aquel hombre curtido por el dolor no pudo menos que echarse a llorar, bajo la lluvia, en aquel pueblo perdido de la Mancha.

De pronto, escuchó unas pisadas sobre el barro y sintió cómo una joven se le acercaba.

—¿También conocíais a mi tío?

El escritor se volvió, reconociendo a la sobrina de Alonso Quijano, con el cabello humedecido y las lágrimas surcándole las mejillas.

—Sí, algo así.

Tras un silencio que pareció interminable, la joven habló.

—A veces pienso que perdió buena parte de su vida viviendo una aventura que solo él veía.

—Bien debéis saber que no hay hombre más feliz en esta vida que el que cumple sus sueños. Y vuestro tío, en su imaginación o no, cumplió su sueño.

—Mi tío perdió la cordura y por culpa de eso murió.

—Me reitero, muchacha. Loco o no, vivió su sueño. Y demostró tener un valor que muy pocos tienen. El valor para hacer realidad sus sueños... Vuestro tío soñaba con ser caballero y, como tal, entregar su vida a la justicia y al honor. Quizá no escogió ni el camino más adecuado ni el más apropiado, pues se ayudó de la imaginación y la locura, pero aún así, vivió su sueño y eligió ser dueño de su destino. Ojalá todos tuviéramos ese valor, ¿no creéis?

Daniel Ruiz González


El Quijote de muchos


En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme……bla, bla, bla, Libros de Caballería, bla, bla, bla, Dulcinea del Toboso, bla, bla, bla, Sancho Panza, bla, bla, bla, Los Molinos, bla, bla, bla, bla, Rocinante, bla, bla, bla, el Yelmo de Mambrino, la Ínsula Barataria, bla, bla, bla, El Ingenioso Hidalgo , bla, bla, bla, Aldonza Lorenzo, la pelea contra los pellejos de Vino, bla, bla bla…….. y fin.

Paz Mateos


Soneto "Caballero de la Triste Figura"

Yo lucho y amo en este mundo injusto,
yo brego contra los grandes gigantes,
protejo como los buenos amantes
y cómo humano sufro el mal de Fausto.

Amigo Sancho, quiérote del pueblo
buen Rocinante y Rucio con la suerte,
sé Dulcinea y galgo con la muerte,
"Boticario" y "Curiambro", yo no os tiemblo.

Caballero de la triste figura
¿Soy yo, Alonso de Quijano: "El bueno"?
¿Lope o Cervantes para su lectura?

Pastores faltan y no caballeros
hagamos patria con toda pobreza
amigo Sancho, del pueblo te quiero.

Chema García


De Rocinante y el Galgo

Siempre iban juntos, Rocinante el primero.
Habían pasado batallas, infinidad de veces, por su alocado Dueño Don Quijote.
Se acercaron al bar La Taberna,
Rocinante tomó la paja que había sobrado y empezó a comer.
¡Como le encantaba a El Galgo las patas de pollo que sobraban de las comidas de los ricos! Era la única forma de no pasar hambre.
Empezó a oscurecer, era tarde.
Se retiraron de La taberna, los hombres que no tenían otra cosa que hacer.
Rocinante y Galgo se miraron. No había echo más que empezar.

Iria Costa

9 comentarios:

  1. Carmen Alonso:
    ¡Ahhhhhh! El amor… ¡cuántas cabezas rotas, cuántas locuras en su nombre!
    Ese amor callado de muchas mujeres que viven con sus sueños y que guardan su secreto bajo la almohada… en las noches de luna arrebujan esa almohada contra su pecho y lloran con lágrimas de silencio. ¡Vaya para ellas mi beso de poeta enamorado de la vida y de las mujeres que sufren sin lamentos! Gracias Carmen, me encanta tu texto. Enhorabuena.

    Tina Martín:
    Más amor… pues hoy tengo la tarde con la “diabetes” disparada.
    “Mientras contemplo tu trote
    Alzándote ensimismada
    E imagino tu larga crin,
    Tu cabellera dorada
    Unas veces lisa,
    Muchas otras trenzada.”
    ¡¡¡Que nunca nos falte el amor!!! ¿Qué haríamos sin amor? Esas noches en las que la luna se dedica a acariciar las copas de los árboles y se lanza frenética a una playa solitaria para hacer el amor con el mar… ¡en fin!... Voy a por la insulina para ajustarme…
    Grande Tina, me gusta. Enhorabuena.

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  2. Vicente M. Martín31 de octubre de 2014, 9:11

    Miguel Angel:
    Muy prolífico en esta tarea, se ve que te desenvuelves como pez en agua en el “mar” del “micro”. Me han gustado todos, muy bien llevados, con ingenio e ironía, como se merece “la más grande obra” de nuestra literatura. Nada que objetar. Enhorabuena.

    Sofía:
    Desenfado y gracia:
    “Locura se llama
    la de D. Quijote;
    al contrario, Sancho,
    muy cuerdo y sanote.”
    Muy bien Sofía.

    Luis:
    Un guiño a la “puta realidad” de esta “in-sociedad” de corruptelas. Si Don Quijote levantara la cabeza ¿qué nos diría? Desde luego que a la Cospedal esa la desheredaría seguro. Estupendo, Luis, tu texto.

    Ana:
    Tu segundo texto sencillamente me ha dejado boquiabierto… es una verdadera carga de profundidad (“Bien sé yo que al fuego fueron. Lanzad con ellos ese alzacuellos, y sin más armadura que la verdad más dura, dígame vuesa merced ¿pequé?”) escrito por una mano sensible que el mismísimo D. Miguel se tiene que estar revolviendo en la tumba: “Dígale a ese tullido, a ese manco lepantino, que del lugar donde nací no quiso recordar nombre, si por regalarme lanza y adarga, galgo y rocín, pecó; si por crear a la dulce Dulcinea, a la pobre Dorotea, al bachiller o a vos, al nevado Clavileño o al malvado posadero, pecó.”
    Lo siento mucho Ana pero tengo que confesar mi total adoración a tu forma de escribir y a tus textos (esto no es pecado ¿verdad?). Gracias. Enhorabuena.

    Alfredo:
    Breve y contundente. Ahí queda dicho. Verdades que joden y dejamos que nos sigan jodiendo, ¡si a todo se acostumbra uno!… ¡mientras siga habiendo futbol y televisión!... cuando uno pide perdón es porque ha hecho algo mal, en la religión hay penitencias… aquí se pide perdón y luego se van de “rositas” ¡mecagoenlaleche! ¡cómo nos engañan!
    Bien Alfredo, gracias.

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    1. Vicente... ¿ninguna pega?
      Seguro que muchas y más con tanto texto. A ver si vas a perder la forma :-)

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    2. De vez en cuando hay que dar la paz (también es verdad que no hemos empezado guerra)...
      Es que esto no es el "premio Pulitzer"... pretende ser un taller para disfrutar escribiendo y jugando con la literatura...
      No te preocupes que ya vendrán "pegas" je...je. Un saludo campeón... ¡cuándo se está bien, se está bien! Que no soy yo quien para criticar a nadie. Lo mío son comentarios... por eso de decir: tú escribes, yo te leo... No es eso mejor que decir: ¡Está muy recargadooooo! o ahí en lugar de "mono" le va mejor "chimpancé"... y lo digo con toda la buena intención... Yo comento porque me divierto y si de paso animo pues mejor que mejor o ¿no?

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  3. CARMEN: Ay, es que las realidades siempre son mucho más crueles que las fantasías.

    TINA: Muy original y bien llevado.

    SOFÍA: "pasa por libro oficial / leído en España" Pues eso :-).

    LUÍS: Genio y figura.... Quijote hasta la muerte.

    ANA: Los dos primeros muy grandes. El tercero no es que sea malo, pero después de la demostración de los dos primeros...

    ALFREDO: Muy en tu linea. Muy breve y conciso y muy contundente, clavando en la crítica social.

    Muchas gracias a tod*s por dejarme leer vuestros textos y recordad que todos los comentarios están hechos desde el cariño y el respeto.

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  4. Nicolás:
    “-Vuestra merced se olvida el yelmo de Mambrino.- dijo el barbero extendiéndole la palangana de afeitar.” Irónico, muy irónico Maese Nicolás…
    No está mal tu texto. Enhorabuena. (relee el texto que hay alguna “faltilla”, sobre todo acentos)

    Luis Alberto:
    “Volvió la cabeza y, mirando a su alrededor, contempló la realidad y maldijo con amargura a todos aquellos que se empeñaron en sanarlo de su locura.” ¡Con lo a gusto que está uno sin enterarse de “la puta realidad” de esta “in-sociedad”! Tiene toda la “razón”… Muy bien el texto. Enhorabuena.

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  5. Tina:
    Un bonito texto. Esa ternura siempre a flor de piel. Magnífica, eres una campeona.

    Gema:
    Un micro perfecto. Me gusta, enhorabuena.

    Antonia:
    Este año no faltas a ninguna tarea, me encanta. Tiempo que emerge del pasado y se enrosca con el hoy. No hay barreras para la fantasía creativa
    Enhorabuena y gracias por hacerme disfrutar de tus escritos.

    Daniel:
    Sorprendente tu texto. Impecable. Perfectamente escrito. Tu si que tienes futuro. Enhorabuena.

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  6. Perdón por asfixiarme y no axfisiarme

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  7. Paz:
    "bla,bla,bla...". Genial Paz. Está dicho todo.

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