La guerra en miniatura

La sesión del lunes, 6 de noviembre, la dedicamos al haiku, un juguete poético que nos gusta especialmente en el taller de escritura creativa porque nos enseña a trabajar con los sentidos y a despojarnos de la subjetividad que nos rodea.

Pero no hablamos del haiku vinculado al hecho natural, como es costumbre, sino a la guerra. Y para ello trabajamos con varios libros como Cien visiones de guerra de Julien Vocance, o Haikús en temps de guerre de Miquel Martí i Pol. Pero el manual de referencia para la sesión fue Haikus de guerra de Elena Gallego y Seiko Ota.




En la contraportada del libro nos encontramos con la siguiente información:

En el año 2015 se conmemoró el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Apenas quedan ya testigos directos que puedan transmitirnos su experiencia, pero sí contamos con muchos testimonios escritos. El haiku, por extraño que pueda parecer, es uno de ellos y en esta antología nos hemos planteado acercar el tema de la guerra a los lectores y reflexionar sobre él a través de los haikus y los haijines (poetas de haiku) protagonistas directos del conflicto.
En Japón los haikus que respondían el tema de la guerra empezaron a componerse en mayor cantidad tras el Incidente de Manchuria (1931) pero ya antes los había escrito el gran haijin Masaoka Shiki (en la primera guerra con China en 1894-95), y en las guerras del siglo XX lo hicieron Hasegawa Sosei, Katayama Tooshi, Tomizawa Kakio y Saitoo Sanki. Entre los haikus de guerra pueden encontrarse algunos de carácter militarista, pero predominan los escritos por quienes la sufrieron y manifiestan en ellos su repulsa o su dolor.
La poesía, y en este caso el haiku, es una herramienta de los poetas para expresar, a través de la naturaleza o a veces prescindiendo de ella, sus sentimientos de desgarro, desamparo y terror ante la inmediatez de un bombardeo o las desastrosas y escalofriantes consecuencias de la guerra.

Transcribimos aquí algunos de los haikus del libro:

Al soldado manco
que come fideos,
¡nadie lo mire!

Kasahara Kunio

Escarcha blanca
en cadáveres enemigos
amontonados.

Kimura Syuusei

Cargada va
la camilla, los galones
del abrigo, son de capitán.

Hasegawa Sosei

Balas perdidas.
Olor a medicinas
en el campo seco

Katayana Toosi

Larga la oscuridad,
laraga la oscuridad, la sangre
en la tierra helada.

Katayama Toosi

Fría, la tarde,
tu camilla, ¡cataclán!
a tierra.

Katayama Toosi

El enemigo dormido,
yo dormido,
en la tierra en guerra, la luna

Katayama Toosi

Murió en la guerra,
los treinta y dos
dientes tenía.

Fujiki Kiyoko

Miembro amputado
en la tierra de su lugar
se volverá. Otoño.

Taneda Santooka

En la nieve
como a una bestia
lo matamos.

Hasegawa Sosei

En el rico campo
de algodón, ahora
la guerra.

Hasegawa Sosei

Bajo la estela
de la bala, escondido,
nido de pájaros

Kuriu Sumio

Batalla ganada,
entre tanto silencio
está nevando.

Maeda Fura

Bajo el ocaso va,
bajo el ocaso va
el rojísimo escuadrón

Tomizawa Kakio



Propuesta de escritura

Escribe una serie de siete haikus sobre la guerra. Procura trabajar con los cinco sentidos (¿cómo es el tacto de la sangre espesa? ¿a qué huele el miedo? ¿qué colores dominan en un enfrentamiento armado? ¿A qué sabe la una bala? ¿Qué se escucha en la noche?


Y estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Haikus de guerra

Noches de sangre,
balas en el asfalto,
olor a muerte.

Niños perdidos
pisan cadáveres,
gritan de miedo.

Gente corriendo,
metralletas potentes,
refugios llenos.

Calle de luto,
flores en el asfalto,
velas de muerto.

Casas caídas,
rotas por el estruendo,
ojos de duelo.

Ventanas frías,
cristales en el suelo,
puertas al aire.

Calles sin luz,
comercios muy cerrados,
hombres huyendo..

Sofía Montero García
Grupo B


Haikus de guerra

Saliste pronto
son las diez de la noche
aun te recuerdo

Miro tu cara
mas olvidé tu boca
se ha perdido

Rojo el sudor
ceniza en el cielo
todo fue suelo

Solo la muerte
mi corazón espera
solo la muerte

Oigo la nieve
se acercan soldados
mi cuerpo sangra

Si cae la niebla
vete, busca tu casa
muere, descansa

Nuevas heridas
debajo de mi cama
duerme mi alma

Poli Rubia Navarro
Grupo A


Gloria a los héroes

Llega el cartero.
Palidece la madre
en la cocina.

El tren se acerca.
Jóvenes en el andén
lloran cantando

Olor a pólvora.
Arrasado está el campo.
Cuerpos sin vida

Un dedo aprieta
La muerte en el fusil,
contra un extraño.

Sangre en el suelo.
En la mano una foto.
Llanto en los ojos.

Llama el cartero
Se desmaya la madre
Junto a la puerta.

Sobre la tumba
Una cruz y tres rosas.
Gloria a los héroes.

Evaristo Hernández
Grupo B


Haikus de guerra

Francotirador
disparando sin cesar,
no había nadie.

Se firma la paz,
todos para su casa,
hasta los muertos.

Huele a pólvora
muertos en la carreteras
esto no acaba.

Niños llorando,
edificios destruidos,
pasan los tanques.

No podía dormir,
me tapaba la cara,
fuera la guerra.

Luis Iglesias
Grupo B


Odio sin freno
posturas enfrentadas
carne de guerra.

Se masca el miedo
muchas bombas explotan
silencio roto.

Gotas de sangre
caen de la alambrada
muertos tendidos.

Noches sin sueño
trincheras embarradas
amaneceres.

Bala perdida
un dueño encontró,
amigo muerto.

Carne quemada
parrillas infinitas
hambre feroz.

Fusiles, balas
coladores humanos,
abajo el cierre.

Antonio Castaño Moreno
Grupo A


Caída de una ciudad

Suenan alarmas,
aviones en el cielo,
caos en tierra.

Se muere de hambre,
la ciudad asediada,
se muere de hambre.

Escondido entre
los ásperos escombros
mira un tirador.

Olor a sangre,
sabor a vino malo,
victoria triste.

Entran soldados
en casa de un contable:
buscan a su hija.

Cavan sus fosas,
los soldados vencidos,
en la tierra gris.

Filas de presos
delante de la tapia
esperan su hora.

Óscar Fernández
Grupo B


Referencias de una guerra

Entristecida
en el umbral de casa
queda mi madre.

Con uniforme
camino hacia el tren
me siento en él.

Llega la noche
ni siquiera los grillos
se dejan oír.

En las trincheras
huele a podrido
tengo nauseas.

Balas silbando
cadáveres que flotan
agua helada.

Calienta el sol
es la hora del rancho
comida fría.

Vuelvo a casa
abrazo a mi madre
brillan sus ojos.

José Luis Juan Fonseca
Grupo A


Bombardeo

La tarde en calma.
Saltando alegremente,
un niño ríe.

Vuelan aviones
veo caer las bombas
el sol se pone.

Un gran estruendo y
desaparece el cielo.
La casa cae.

Sangre, escombros,
un muñeco entre ruinas...
Ulula el viento.

Cae la noche.
Desesperadamente,
busca una madre.

Bajo la luna,
un grito desgarrado
y un niño muerto.

Llora en silencio
una mujer vencida.
Está nevando.

Mercedes González
Grupo A


Otros haikus de guerra

Experto en tiro.
En su pupila el cielo
un hombre en su cruz.

Un hombre cae
en tierra de amapolas.
Nadie lo ve.

Espigas verdes
y una flor carmesí
de un pecho brota.

Alguien dibuja
sobre la blanca nieve
lunares rojos.

Desasosiego.
Negras botas se acercan,
rápido el paso.

Espeso el miedo
ante un gran surco abierto.
Fusilamiento.

Como un fantasma
en la ciudad sitiada
el hambre acecha.

Mercedes González
Grupo A


Pierdas o ganes, tú no hagas la guerra,
perdemos todos.


Manos manchadas
con sangre de inocentes
al amanecer.

Tienen cuerpos
las cunetas sombrías
en este país.

La guerra civil
lucha entre hermanos
¡uffff! perdón perdón.

Mentes enfermas
por el horror vivido
sus sueños rotos.

Pisó la bomba
y se quedó sin pierna
el niño llora.

El voluntario
ayudando a la madre
a superarlo.

Flores en armas
júbilo en las gentes
paz merecida.

Luisa Sánchez Mayorga
Grupo A


Cae la escarcha
sobre los milicianos,
no duerme nadie.

Llueven los panes
sobre niños hambrientos
miran al cielo.

Noche cerrada
la trinchera enemiga
brilla un cigarro.

Surcan el cielo
bombarderos de muerte
siembran terror.

Baja la loma
donde encuentra la muerte
un miliciano.

Silban las balas
retumban los cañones
crujen los huesos.

Se oyen sirenas
se amontonan vecinos
en el refugio.

Beatriz Gorjón Martín
Grupo A


Seis haikus sobre la guerra

Gente que corre
Resonar de sirenas
Niño que llora

Una trinchera
Un ruido atronador
La luna llena

Una trinchera
Un ruido atronador
La luna mira

Tanques de guerra
Destrozando la mies
Un ave vuela

Muchas personas
Vestidas de soldados
Fusil izado

Sangre en el lodo
El horizonte rojo
Hombre caído.

Muchos soldados
Armados con fusiles
Sol de verano.

Ramón Sánchez Rodríguez
Grupo B


Haikus a mi guerra

Pájaros cantan,
los fusiles sin balas,
cantan a la paz.

Ya no hay uranio,
los campos están verdes,
vuelan palomas.

Luna redonda,
tanques llenos de flores,
niños jugando.

Allí no hay sangre
son rojas amapolas,
el rio limpio.

Del cielo azul,
llegan miles de globos,
brazos en alto

Llegan aviones,
la guerra ha terminado,
llueven confetis.

Los hombres vuelven,
ni tanques ni pistolas,
manos orando

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


Guerras sin hombres
Se desatan a diario
¡Mentes insanas!

David Vélez Gómez
Grupo A


Mañana tibia
Llega el cartero
Carta certificada

Siento
Gran escalofrío.
Y miedo

Me incorporan
En Siria
Necesitan refuerzos

Llegar.Ese horror
Me anula
Todos mis sentidos

Quiero huir.
Miedo en niños.
Mujeres

Sangre y ruinas
Sed, calor.
Hambre.y fuego

Pepa Agustín González
Grupo B


Guerra y vida

Ambos comiendo.
La guerra ha comenzado.
Se enfría el plato

Pertrechado ya.
Junto a la puerta abierta
la madre llora.

Jóvenes serios.
Uniforme y fusil.
Todos idénticos.

Hombres matando,
edificios que caen.
Sale en la tele.

Noche y silencio.
Algunos cerca duermen.
El fusil listo.

¿Y ahora la paz?
Con miembros incompletos
vuelve a la madre.

Joven se fue,
apenas diecinueve
que no volvieron.

Manuela Sánchez
Grupo B


Una guerrera
traspasada se rinde
a la muerte ¡Fin!

Solo hay silencio
ahumado de pólvora
en la rendición.

Viles granadas
escupiendo metralla
han roto la paz.

Calles desiertas
que calcinan al paso
los bombarderos.

Voz que va al mando
lanza a la tropa al grito
¡A la carga! ¡Bam!

Vuelve la calma
tras la batalla cruenta.
¡He sido padre!

Cantos hebreos.
Pétalos de ceniza.
La araña negra.

Pepita Sánchez
Grupo B


Soldado raso,
Saludando a su líder
La mano en alto.

Noches enteras
Lejos, en la montaña
Se oyen lamentos.

En el camino,
El pequeño agotado
Cae de rodillas.

En aquel árbol,
Columpio del ahorcado,
Llora su pena.

Las moscas verdes
Acuden a la sangre
Del aún no muerto.

Ciudad en ruinas
Todo devastación
Frio acero en la sien.

Caen las ayudas
Del cielo en cajas blancas,
Ya sale el sol.

Esther Yubero
Grupo A


El soldado va
arrastrando sus botas
el Sol lo quema.

Un nuevo día
el campo silencioso
lleno de muertos.

La carretera
un niño inmóvil
muerto está.

Amaneceres
el cielo sin estelas
la paz llegó.

Ricardo Paternina
Grupo A


El tren ya parte
por las vías heladas
va el miedo.

Destellos ámbar
la muerte viaja
en la nieve

Nieve roja
el soldado herido
llora solo

En el silencio
del campo de batalla
las sirenas

La cruz roja
en la noche helada
busca heridos

Cuerpos rotos
la tierra nevada
enrojecida

La enfermera
abriga al soldado
el sonríe

África Gómez
Grupo A


Fragmentos

La anciana mira
aullido de sirenas,
viene un tanque.

Noche sin luna,
un ruido de sirenas,
el gato huye.

En los escombros
de la ciudad en guerra
el sol naciente.

Puerta abierta,
toda la casa huele
a carne muerta.

Ra ta ta ta ta
Pandora abre el cofre,
Desasosiego.

En el alambre
la noche cede al alba,
odioso cuervo.

Un misil vuela.
Fingimos el coraje
en el refugio.

Puertas cerradas,
Resuenan los chillidos
ladran los perros.

Barrio en ruinas
estaba la escuela
ojos de niño.

Lucio Gómez
Grupo A


Haikus de guerra

1

Luces del alba
Ruido de bayonetas
En la trinchera.

2

El objetivo
En el punto de mira
Grandes ojeras.

3

Brazos abiertos
El cadáver se pudre
En la alambrada.

4

Primeras luces
Apaga la colilla
El condenado.

5

La carretilla
Con miembros amputados
La mano tiembla.

6

Tras la batalla
Han quedado abrazados
Paz de los muertos.

7

Mira la foto
La madre del soldado
Un telegrama.

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A


Haikus de guerra

Oscuridad. ¡Booom!
Los miembros mutilados.
Rojo amanecer.

Huesos sin carne,
cuerpos amontonados.
Botín de dientes.

Solo me arrastro,
cadáveres y fango,
la mano tiembla.

Mocos y sangre,
miran otros soldados.
La niña grita. 

Ratas y piojos.
Sífilis con gangrena.
Dientes podridos.

Carlos Matas Gómez
Grupo A


Haikus Tristes – Tristes haikus

Hay cuatro niños,
el menor tiene sangre.
No tienen madre.

Mujeres que huyen.
Se oyen llegar aviones.
Calles vacías.

Un coche explota,
pájaros asustados.
Todo es silencio.

Hombres con armas,
-y son casi unos niños-
van calle arriba.

Fuego en la calle,
grandes gritos de dolor.
Hay algunos muertos.

La anciana cae,
hoy ya van tres o cuatro.
Muerte en silencio.

Veo una bota,
creo que está vacía.
Otras tienen pie.

Javier Portilla
Grupo A


Siete tristes haikus de guerra

Muda la escuela,
tan sólo el libro abierto
bajo el pupitre.

Noche sin tregua,
ensayan las sirenas
otras canciones.

Por negras lágrimas
cambiaron las pistolas
aquel silencio.

Sin dueño ya,
en la zanja tiradas
cientos de botas.

Y junto al tronco,
es la sangre semilla
bajo la tierra.

La hormiga roja
descubre los senderos
entre las cejas.

Una bandera.
Una bandera rota.
Una bandera.

Tina Martín Mora
Grupo B


Haikus

Madre llorando,
Mochila en el andén,
fluyen más lágrimas.

Ramo de rosas
al lado de un fusil,
la novia llega.

Llanura extensa,
disparos por doquier
pájaros caen

En la trinchera
poemas volanderos,
el frío arrecia

No se movían,
miran hacia el ocaso,
sangre por doquier

Camisa verde,
el pecho está manchado,
rosas oscuras.

Los moscardones
danzan en coro negro
rubio su pelo

Camiones pasan,
duermen todos muy juntos,
vuelven a casa

Emilia González
Grupo B


Haikus

Avanza el miedo.
La risa se detiene.
¿Quién da la vez?

Huele el silencio
el hocico de un perro
que ladra y muere.

Siembran los campos
de cuerpos mutilados.
Crece el dolor.

Llueve dolor
sobre la nieve roja.
La noche calla.

Más de mil tanques
destruyendo esperanzas
disparan odio

Irrumpe el alba
llena de miedos crueles.
¿Cuándo la noche?

Miles de estrellas
nos muestran la tristeza.
Los ciegos ríen.

José Manuel Romero
Grupo A


Haikus de guerra

Mesa sin pan
Combate de palomas
entre las espigas

Noche sin grillos
El Rey y la torre. Enroque
Peones muertos.

Nube de gases
entre las uvas blancas
Pueblo sin gente

Uve de patos
Un avión sobrevuela
Cielo y ceniza

Cerca del rio Ota
emerge un hongo enorme
Cerezo en llamas

Viento del norte
Cruces, Arcas y Lunas
Huye el hereje.

Serpientes finas
en el arrozal fértil
Herida abierta.

Ana Isabel Fariña
Grupo B


Haikus en torno a la guerra

Beso de novia
Hacia el frente una hilera
De verde caqui

Noche sin luna
En silencio la tropa
Una bengala

La cara negra
Un disparo a la espalda
Del enemigo

Rastro de sangre
Tras el muro de piedra
Un cuerpo inerte

Cruce de balas
Agonía en el campo
Cientos de muertos

Coche oficial
En el porche la madre
Suelta el oficio

Antonia Oliva
Grupo B


Siete haikus de guerra
Tras la partida… 
albergando un retrato 
en la pechera 

Un estallido. 
Tormenta de cascotes 
suena el silencio 

Roja la tierra, 
salpicada de cuerpos, 
campo de minas. 

En la trinchera 
bajo el fuego enemigo 
un cigarrillo 

Noche en la ciudad. 
Entre sombras combate 
la resistencia 

Mar de fluidos 
hospital de campaña 
tierra de nadie 

Alineados… 
prisioneros de guerra 
un gallo canta

Concha González
Grupo A


Haikus de guerra

Helicóptero,
ahora piso la tierra
arrodillada.

Tanque oscuro,
humo cercano lejos
disimulo ya.

La oscuridad,
fluyó a la nieve, ya
como el humo.

Se sintió dolor
angustia tras el misil
La lluvia cesó.

Iria Costa
Grupo B

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