Persona Paisaje Pasión

En la sesión del lunes pasado hablamos de Miguel Delibes y de la importancia que tienen los personajes en su obra. El autor vallisoletana, todo un referente en la literatura española, consideraba imprescindible en cualquier relato estos tres elementos: "Un hombre, un paisaje, una pasión"
Aprovechamos ese precepto para centrarnos en los personajes: cómo se construyen, como se les da vida, qué nombre ponerles, qué importancia juegan en el poema o en el relato.



Marisa Sotelo Vázquez nos aclara algunas cuestiones en su artículo "Los personajes de Miguel Delibes: Las sucesivas máscaras del escritor". De él hemos tomado este fragmento:

[...] De los ingredientes que se conjugan en la creación de una novela Miguel Delibes ha resaltado siempre la importancia medular del personaje: «crear tipos vivos, he ahí el principal deber del novelista». Y aunque la historia, la fórmula y el tono son también elementos decisivos en la morfología narrativa del escritor vallisoletano, tal como él mismo ha comentado en múltiples artículos, entrevistas y conferencias, todos esos elementos, en última instancia, deben plegarse forzosamente a las exigencias del personaje.
La importancia que Delibes concede al personaje arranca de la concepción unamuniana del desdoblamiento del autor en sus criaturas de ficción, expuesta en Tres novelas ejemplares y un prólogo. Por ello ha escrito: «el novelista auténtico tiene dentro de sí no un personaje, sino cientos de personajes. De aquí que lo primero que el novelista debe observar es su interior. En este sentido, toda novela, todo protagonista de novela lleva dentro de sí mucho de la vida del autor. Vivir es un constante determinarse entre diversas alternativas. Mas, ante las cuartillas vírgenes, el novelista debe tener la imaginación suficiente para recular y rehacer su vida conforme otro itinerario que anteriormente desdeñó. Por aquí concluiremos que por encima de la potencia imaginativa y el don de la observación, debe contar el novelista con la facultad de desdoblamiento: no soy así pero pude ser así». Desdoblamiento existencial que enfatiza la importancia del componente autobiográfico en la creación de los personajes novelescos. Idea en torno a la que articuló Miguel Delibes su discurso de recepción del Premio Miguel de Cervantes el 25 de abril de 1994, cuando tras constatar que ya tenía la misma edad que el viejo contable de Cecilio Rubes, en Mi idolatrado hijo Sisí y, tras ponerse por tanto en la piel de uno de sus personajes de ficción, reflexionaba: «si la vida siempre es breve, tratándose de un narrador, es decir de un creador de otras vidas, se abrevia todavía más, ya que éste antes que su personal aventura, se enajena para vivir las de sus personajes. Encarnado en unos entes ficticios, […] transcurre la existencia del narrador inventándose otros “yos”, […] son seres inexistentes, de pura invención, mas el escritor se esfuerza por hacerlos parecer reales […]. El problema del creador en ese momento es hacerlos pasar por vivos a los ojos del lector y de ahí su desazón por identificarse con ellos. En una palabra, el desdoblamiento del narrador le conduce a asumir unas vidas distintas a la suya pero lo hace con tanta unción, que su verdadera existencia se diluye y deja en cierta medida de tener sentido para él».


Propusimos como tarea escribir una pequeña biografía de un personaje a partir de un ficha con unos datos. Se incidió en retomar el personaje en casa y escribir otro texto centrando la atención en una pasión de dicho personaje y en un paisaje determinado.

Estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Isabel Visaoro Modelo y actriz
Badajoz, 1957 - Cáceres, 2015

“El dueño de la herida es el verdugo y es la víctima”
Antonio Gala

Isabel Visaoro nació en agosto de 1957 en un viejo inmueble de la calle Morales en el evocador barrio judío de Badajoz. Sus padres, procedentes de una alquería cercana a Alange, se instalaron en la ciudad a principios de los años cincuenta buscando una vida más favorable. El padre trabajó de sereno por la zona céntrica pacense y la madre modista con horario de sol a sol.
Se crió en el taller de costura materno entre metros de organza de seda y terciopelo. Allí amenizaba las tediosas tardes con su ingenio y las canciones y versos que aprendía en la escuela. Según iba cumpliendo años su belleza latina de rasgos armoniosos y precoz elegancia no pasaba desapercibida. Era la modelo perfecta que daba vida y fuerza a los trajes que la madre confeccionaba para las señoras de postín de la ciudad. Ella se los probaba y sutilmente desfilaba ante ellas
Con 18 años Isabel ya tenía las cosas claras. Quería ser actriz, una actriz como su admirada Marisol. A veces soñaba compartiendo escenario juntas. En la ciudad del Guadiana comenzó a hacer sus pinitos en una compañía amateur. Los días transcurrían compaginando los estudios, el teatro y la colaboración con su madre. El sentido de su vida, lo que verdaderamente le producía ´vértigo, era interpretar.
Un día todo cambio. Un comerciante de Cáceres visitó el taller de costura. Quería encargar varios trajes a medida para vender en su señorial establecimiento. Se conocieron. Se miraron y sus ojos traspasaron la barrera de alma. El cortejo duro unos meses. Lo que comenzó como una aventura inocente y desinhibida evolucionó a un precipitado matrimonio. Se instalaron en un palacete en la zona antigua de Cáceres, con la promesa de poder desarrollar su talento en la nueva ciudad. El marido resultó ser un hombre paradójico y recio con ausencia de amor que encubría con un exceso de bienes materiales. El lujo la envolvía, pero las ilusiones iban frenándose. Lentamente Isabel entró en un estado de apatía general, invadida de profunda melancolía. Empezó a experimentar la inutilidad de los días. El vacío y la soledad eran sus guías. Los años iban transcurriendo sin esperanza. Para el marido era un objeto más de su vasto patrimonio y ella ya no era ella.
El 23 de agosto de 2015 se marchó sin decir adiós.

M. Pilar Sánchez 
Grupo B


Rocco Maquiatto

Rocco Maquiatto nació en Detroit un trece de diciembre de 1880. Nació en casa. Como era algo cabezón no terminaba de salir, y tuvieron que llamar al ginecólogo, que armado con fórceps de brazo largo consiguió sacar la cabeza; a continuación el resto del cuerpo salió con facilidad. Con este cabezón, comentó su madre, seguro que se le darán bien los cálculos. así fue, el niño destacó en cálculo y contabilidad, teniendo poca pasión por la historia y la literatura.
Los profesores, vistas sus habilidades, le aconsejaron estudiar empresariales. Al cabo de unos años terminó colocándose en la banca. También asesoraba a otras empresas de renombre. Destacó tanto en su oficio que llegó a oídos de la mafia.
Una mañana se presentaron en su oficina del banco tres señores impecablemente vestidos: traje con chaqueta cruzada, corbata de colores llamativos, zapatos de charol brillante y mordiendo sendos puros; dos se quedaron de pié, y el mayor se sentó y habló con Rocco: señor Maquiatto; me gustaría que me asesorara en ciertos negocios que tengo entre manos. Rocco, que era un tipo avispado, intuyó por donde iban los tiros y se ofreció a asesorarle.
Rocco era un hombre minucioso, de costumbres fijas. Se levantaba temprano, se afeitaba todos los días y después se acicalaba con crema hidratante perfumada. Gustaba hacer ejercicios de estiramientos antes de la ducha y controlar su peso. Se vestía ante el espejo. Traje y corbata y sale a la calle.
Suele ir a desayunar al café " Novechento ", situado entre su casa y el banco: banca "Da Fonseca" fundada por unos portugueses que emigraron hace más de cuarenta años a estas tierras. Sentado en una mesa que da ala calle, a la vez que desayuna ojea el periódico y observa a la gente que pasa por allí. En ocasiones se divierte imaginando los oficios, pasiones y aficiones de los transeúntes, sus dramas familiares, en que piensan, que les induce a actuar como actúan, serán creyentes, serán ateos, que les hará sentirse vivos, que objetivo tendrán en la vida, se conformarán con vegetar...
Una mañana que se encontraba sentado en el bar ensimismado, despertó de su ensoñación al sentarse a su lado un hombre trajeado , con al chaqueta cruzada, flor en el ojal de la solapa, y cohiba entre los dedos. Aquí traigo unos cuadernos, le dijo, quiero que los estudie y dentro de dos semanas nos volveremos a ver.
Fueron dos semanas de intenso trabajo: números, cálculos, encaje de bolillos, enjuagues, atajos, más cálculos y al final encontró tres posibles caminos.
La siguiente entrevista con el de la chaqueta cruzada fue fructífera. Le enseñó como ganar más, como lavar el dinero sucio y como engañar al fisco. Corleone, que así se llamaba el de la chaqueta cruzada, quedó encantado con Rocco, le ofreció pingües beneficios y le pagó el cortado que se estaba tomando.
Rocco quedó con sus hermanos para comunicarles la situación, y le advirtieron de la peligrosidad de tratar con ese tipo de gente.
Pasan los años y Rocco se va enriqueciendo. Viste trajes caros, zapatos italianos y se cambia de su apartamento a un ático de lujo. Le había cogido el gusto a "joder", en el mal sentido de la palabra, al prójimo para beneficiarse él. Era consciente de lo que hacía y disfrutaba con ello: que se jodan se decía. Rocco se había pasado al lado oscuro.
Van pasando los años y Rocco se sentía invencible, invulnerable; hasta que una madrugada aporrearon a la puerta de su ático: ¡ policía de Detroit ! ¡ abra la puerta! ; en pijama y con cara de sueño escucha: queda detenido, tiene derecho a permanecer... etc. etc.
Habían detenido a Corleone por evasión de impuestos y este acusó a Rocco como cerebro de la operación.
Tras el juicio y con cincuenta años de edad, Rocco ingresa en la prisión de Alcatraz.
Rocco se adaptó rápidamente a la vida en prisión, y gracias a sus habilidades con los números, el alcaide le hizo gozar de ciertos privilegios a cambio de hacerle la declaración de la renta.
Al cabo de seis años volvió a contactar con Corleone y le plantearon una posible fuga. Lo intentó pero falló; dió un traspiés y cayó a las rocas muriendo en el acto.
Rocco Maquiatto falleció en 1936 en la prisión de Alcatraz a punto de volver a encontrar la libertad.

José Luis Fonseca
Grupo A


Lord Pulligan

Ingeniero textil, nacido en York en 1875 y muerto en Tasmania en fecha incierta
Ya de niño, toqueteaba todas las superficies, incluso las chupaba. Había nacido en una familia inglesa de clase media en el condado de York. Se llamaba James y era hijo único. Tenía otra manía y era contemplar a los nobles vestidos de estantiguas, con sus abrigos impecablemente negros, sus sombreros y sus paraguas. Quería tocar los exquisitos paños y terciopelos. De adolescente, perseguía a las damas no se sabía muy bien si por su belleza o sus vestidos.
Tenía pelo pajizo y muchos granos, así que empezó a imitar a sus modelos calzándose unos sombreros estrafalarios que conseguía en los rastrillos, presumiendo de lord. Su madre reía sus extravagancias y su padre le arrancaba de un sopapo los sombreros y los pisoteaba. A James Smith le encantaba pasear los campos de York; allí había ovejas de lana sugerente y él les tocaba el lomo como un poseso. También acariciaba la hierba con perversión táctil. Consideraba que los jerseys que llevaba el común de la gente eran muy ásperos. Esto motivó su marcha a Edimburgo para especializarse en Lanas y Otros Materiales.
Sus padres financiaron su iniciativa porque les convenció lo de Otros Materiales, en espera de que aquel zangolotino se distrajera de sus veleidades o, al menos sacara algún provecho de su manía. Para James era una torturante pasión encontrar al tacto la esencia de las realidades, pero eso no podían comprenderlo sus progenitores. Se especializó en el devanado de la lana y así inventó el pullover de tacto angelical. Le financió la difusión de su invento la familia Pulligan. Su criatura, tan fina como cálida, se vendió por toda Europa. James se hizo rico, pero no era feliz.
La razón cierta es que le torturaba la esencia de otra realidad que era la piel de la hija mayor de los Pulligan, aunque fuera ser de belleza ausente, pero de piel blanca y aterciopelada. La persiguió insomne y los padres consintieron el matrimonio. Ahora si que se vestía de lord. Lord Pullover y su rica mujer.
Hicieron un viaje de novios que llegó hasta Australia, donde se perdió la pista de la pareja. Se dijo que James murió en Tasmania, en fecha imprecisa, después de accidentarse persiguiendo canguros.

Emilia González
Grupo B


Biografías ejemplares
Valdemaras Sobornis

Embajador de Lituania.
Nacimiento: 1 de Enero d 1968 en Vilna, capital de Lietuvos(Lituania)

Padres: Arvydas y Gabija Deceso: 1 de enero de 2021 Berlín, capital de la República Federal de Alemania. V.S, hijo único, nace en una familia de rancio abolengo jerárquico, dentro del PCL. Su padre era asesor de exteriores del Comitern lituano y su madre medico urologo(casi muere en el parto de V.S).Pasa una infancia difícil y solitaria, su padre hombre muy comprometido con el Partido y su madre volcada en sus pacientes y muy implicada en diversas Organizaciones Humanitarias, apenas le prestan atención.
Esperan grandes cosas de él, pero pierden una gran parte de su esperanza, al revelarse V.S, en la pubertad, como un joven liberal y de ideas contrarias al partido(un gamberro según fuentes familiares).
No muy dotado para los estudios (únicamente destaca en idiomas), su padre, logra su ingreso en la Academia de Exteriores de Lietuvos, en la que se graduará, cuatro años después, con el meritorio último puesto de su promoción en el año 1990, poco antes de la Restauración de la Independencia Báltica, en la que toma parte muy activa.
Su figura pública, sale tremendamente reforzada de este proceso, al haber sido designado por los medios, como preso político en Rusia, durante el exagerado plazo de……..12 días. Ante el reto del nuevo Estado Lituano de normalizar sus relaciones exteriores, V.S es nombrado Cónsul en Colombia en el año 2002.
Allí entra en contacto con los ambientes progresistas de Bogotá, por lo que se aficiona a la buena mesa,al ron, las mujeres y la cocaína(en este orden) .Es esta última afición la que le permite ser muy celebrado por muy buena parte de la diplomacia lituana y también que el ministro del ramo lituano(menos partidario de celebraciones) se fije en él y lo reubique de Cónsul, en la República de Guatemala, donde nada más llegar, se da cuenta de que su nombre es admirado por las pandillas de delincuentes locales (Maras) y con los que inicia sus escarceos en lo que serán dos prósperos negocios, uno de obtención ilícita de pasaportes y otro de venta ilegal de permisos de exportación de armas de fuego(dado su perfecto dominio del inglés y del ruso).
Estando en dicho destino, grandes inversores americanos y rusos comienzan a frecuentarlo y distinguirlo con su amistad, lo que le abre las puertas de las islas paradisíacas de la zona (Caimán,Tortuga,Barbados etc) donde íntima con miembros de la banca local.
Todo ello le permite un lujoso “tren de vida” lo que unido a su repentina conversión al Islam(que le permite a un tiempo ser padre de numerosas familias y concitar el odio del poderoso lobby judío hispanoamericano) le convierte en habitual de las crónicas rosas del papel couché y tertuliano de programas de telebasura(siempre que se lo permiten sus múltiples obligaciones) muy seguidos en su país(lo que aumenta su popularidad con vistas a un futuro político).
Tras un sonado” affaire” con la esposa (colombiana) del presidente del parlamento guatemalteco, es enviado a la República del Congo como Embajador, donde rápidamente se asocia con explotadores de minas de coltán y diamantes. Tras dos años de fructífera estancia en este último país (Sin dejar sus anteriores hobbies) aparece en la revista Forbes como el hombre más rico de Lituania, lo que dada su trayectoria y la posibilidad de comprar dos periódicos en su país(mediante la creación de varias sociedades interpuestas con sede en Gibraltar), le llevan a la dirección de un partido político, de corte nostálgico comunista, denominado Gerais Laikais (G:L ; Buenos Tiempos, en español).
Con el fin de someter a asedio sus líneas de abastecimiento,en Enero de 2019, es nombrado Ministro Plenipotenciario en la República Federal de Alemania, para poder ser vigilado más estrechamente por el presidente de la República y el ministro de Exteriores lituanos, oponentes políticos de V.S.
En este periodo de LIPO( latente inmunidad política) incumple varios acuerdos de venta de armas,” pierde” un importante alijo de diamantes congoleños y no suministra una vital cantidad de coltán a una importante sociedad Chinorusoamericana con sede legal en Liechtenstein, por lo que es llamado al orden por sus, otrora socios y amigos, y su vida y propiedades, dejan de ser objeto de deseo de las grandes multinacionales aseguradoras. Alarmado por estos acontecimientos,en Octubre de ese mismo año, pide la mediación del Presidente de la Federación Rusa el cual le invita a una fiesta en el Kremlin el 28 de Diciembre del año 2020.

(N d Trd: No se encuentran más datos de su vida).

Carlos García Riesco
Grupo A


Kleon Porchiripa

Recibí una carta certificada de la embajada del Líbano en Madrid, en ella se me requería acudiese, en la mayor brevedad y para un asunto de suma importancia, para ser informada del mismo. Mi expectación y sorpresa no tuvo límites, hasta tuve miedo. ¿Qué tenía yo que ver con Líbano? Se me encendió la luz ¡Beirut! Mi tío abuelo Kleon había vivido allí, en Beirut, y tal vez muerto, eso lo desconocía. Pensé que era el único lazo que tenía con ese país.
Aquella noche la pasé en vela, quería recordar todo lo que había oído contar de él, de Kleon Porchiripa.
Mi abuela materna, Celia, “luna, misterio, romanticismo de la noche”, cuyo nombre heredé, era su hermana mayor, hablaba de él con tal pasión, que yo dudaba de si lo que contaba había sido, o era una historia fantástica que inventaba, lo adornaba con tantos detalles que me parecía imposible que su memoria los retuviese.
Kleon nació en 1912 en Atenas, ese año sus padres se trasladaron de la zona griega en posesión de los turcos a Atenas y, allí, un 7 de mayo llegó el niño tan deseado, -por chiripa- añadía yo.
Recordaba su niñez, la unión que tenía con Kleon. Me hablaba de sus horas de estudio, su padre era muy severo, “¡Hay tanto que aprender!”, de sus juegos, sus escapadas a la playa donde con los guijarros y ramas construían barcos, casas, aviones… construir era la afición y pasión de Kleon, estudiar y conocer la obra de Leonardo da Vinci era su obsesión.
Y pasó su niñez y se convirtió en un joven admirado por cuantos lo conocían. Estaba preparado para hacer realidad sus sueños: construir, inventar. Su relación con los altos potentados de Atenas, lo puso en contacto con el gran magnate Aristóteles Onassis, y entró en ese mundo, de lujo, de comprar islas, yates, de bellas mujeres.
Y conoció a Lamya, bien podría ser una de las bellas huríes que promete el Profeta, con ella dio un salto a Beirut. La descripción que me hizo de su boda, era más de lo que nunca hubiera imaginado. Su amor solo se vio empañado por la falta de hijos.
Y allí llegaron los grandes negocios, y también llegaron guerras, y se perdió el contacto.
La muerte de la abuela y el paso del tiempo me hicieron olvidar a Kleon.
Llegué a la embajada, fui recibida con gran protocolo, pasé a un despacho donde me esperaban el embajador y un notario. Con mucha solemnidad me comunicaron la muerte de Kleon Porchiripa, el día 5 de octubre de 1997, calculé rápido 85 años, en acto de servicio, me entregaron sus condecoraciones y, pasaron a leer su testamento.
Salí de la embajada convertida en millonaria. Gracias Kleon Porchiripa.

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


Rocco PPP
PERSONAJE, PAISAJE, PASIÓN – Rocco Macoco – Profesión: Sus negocios – Nació en Detroit en 1880 – Murió en el penal de Alcatraz en 1936

Del penal de Alcatraz nadie sale si no es en caja de pino y con los pies por delante; no iba a ser una excepción Rocco Macoco. Rocco Macoco, nuestro personaje, no pudo verse a sí mismo, es claro. Pero tampoco lo necesitaba, mil veces había imaginado su propio sepelio desde que le fuera comunicada la fecha en que sería ejecutado en la silla eléctrica. Y no andaría muy descaminado en sus conjeturas, teniendo en cuenta que siempre fue muy cumplido, no había dejado de asistir en su ciudad natal, Detroit, ni a uno solo de los entierros de quienes... Pero, se nos perdone la interrupción, cumple hablar primero de paisaje y de pasión.
En cuanto a paisaje, no se piense en la Bahía de San Francisco. Rocco Macoco jamás estuvo en San Francisco hasta el día en que, bien en contra de su voluntad, fue trasladado a la Isla de Alcatraz. Hasta ese momento la vida de nuestro personaje había transcurrido en Detroit, a orillas del río de su mismo nombre. Allí, Rocco mostró desde niño una singular disposición para los negocios, que luego, adulto ya, le absorberían por completo. No se le pregunte por los atractivos de su bonita ciudad, conocida como “París del Oeste”, o cuándo comenzaron a surgir los primeros rascacielos, o qué es eso de la Bella Isla; tonterías. Su territorio eran los muelles, los barrios más poblados, las fábricas donde tantas personas trabajaban.
Porque, digámoslo ya, la pasión de Rocco Macoco desde apenas entrar en la adolescencia, fue ganar dinero; no hubo otra razón que alentara su existencia; ¿qué puede importar lo demás si todo se consigue con dinero? El dinero le permitió lo impensable, ganarse a Bonnie Blue, la explosiva chica de Franky Maltese, uno de sus últimos rivales en lo que luego daría en llamarse crimen organizado.
Y con esto podemos volver a donde dejamos el relato en el primer párrafo. Rocco Macoco, ya se apuntó, era muy cumplido y no había dejado de asistir en Detroit a uno solo de los entierros de quienes tuvieron la osadía de discutir su liderazgo al frente de la organización.
Pero el exceso de confianza es algo que jamás debe permitirse un hombre de negocios. Porque hablamos de Franky Maltese, y él fue quien antes de morir cosido a balazos, había facilitado a la policía los datos que habían de llevar a Rocco Macoco al Penal de Alcatraz.
Entonces, el amable lector habrá de imaginar para los últimos días de nuestro personaje un paisaje bien distinto al de su ciudad de toda la vida. Y entender lo mismo un tanto disminuida su pasión por el dinero. Todo cambia.

Pascual Martín
Grupo B


Ni rastro de ella

Por más que he indagado sobre Rosa Caustica, cronista de sociedad, nada he logrado. Alguien orientó mis pasos hacia Valladolid, como seguro lugar de su nacimiento. Intuí que siendo un tanto volatinera, como me dieron a entender, el barrio de los Pajarillos era el más idóneo. Y allí me zambullí. Interrogué a viejos y jóvenes, guapos y feos, sanos y maltrechos, de ambos sexos: ningún logro. Únicamente el Tío Torrero, llegado de Puente Duero, despreocupada y someramente, aludió a una guapa moza conocida como Rosa la Ácida, nacida en torno al 1920. Dejó claro que lo de Ácida se trataba de apellido; los mozos la conocían como La Dulce. Me presenté en el Registro Civil donde comprobé, para mi frustración, que aquel año, excepcionalmente, no había inscrita ninguna Rosa, aunque sí gran número de Flores. Tampoco hallé pistas en los avejentados legajos de las casi infinitas sacristías que me acogieron, persiguiendo una certificación que testificara su acristianamiento. Encontré una Rosa Mordaz, otra Rosa Punzante y otra Corrosiva. Deduje que estos apellidos, tal vez, surgieran del carácter peculiar de los habitantes de la ciudad. Esto, con cautela; podría tratarse de un juicio inmaduro y desatinado, alumbrado alguna de las muchas noches en que el insomnio me visita.
No cejé hasta recorrer cuantos talleres y redacciones de medios escritos tenían asiento en la ciudad. En el Círculo de Recreo localizaron una Rosa C. antigua cronista provinciana, entendiendo por ello que se desplazaba por los pueblos de la provincia para cubrir fiestas y acontecimientos destacados.
No soy de quienes se rinden con facilidad, ni me justifico con excusas de mal cumplidor. Tengo mi orgullo. Me tracé un itinerario, escrupulosamente detallado, y apenas quedó pueblo de menos de cien habitantes, ni alquería en pie, sin visitar. Resultado:nada que se sustente. Dudo que fuera quien publicaba en el Circulo de Recreo, y menos creíble que embarcara en el vapor de la línea Salamanca-Miami, que atracaba en el muelle de la Fregeneda, como aseguraba Vidal el Cabrero,.
Hasta aquí he llegado. No entra en mis cálculos subir a ese barco. El Duero me marea.
P,D. Enviado este trabajo, me entero que nació en Alcalá de los Gazules y desarrolló su actividad en Mondoñedo. Con Valladolid sólo la unía su abuela materna, nacida en Tordesillas.

Evaristo Hernández
Grupo B


As de espadas

Frank vivió con temor la transformación de su madre cuando le amputaron el pecho izquierdo. El cambio físico fue casi lo menos importante, puesto que apenas era perceptible para los demás, todo lo contrario a su metamorfosis mental, que supuso un gran golpe para todos los que estaban a su alrededor. La alegría y el optimismo que siempre la acompañaban se convirtieron en tristeza y pesimismo; la luz que desprendía su mirada se convirtió en oscuridad y la dulzura de su carácter se volvió amargura. Cuando el hijo percibió la mortificación con que ella arreglaba un sostén para equilibrar la apariencia de sus senos, quiso dedicar su vida a paliar ese sufrimiento, por su madre y por todas las madres que se encontrasen en la misma situación. Y buscó el oficio que le permitiese corregir esos defectos físicos que tanto angustiaban a las personas.
En 1920, Frank era ya un joven universitario bien parecido y de maneras exquisitas, que buscaba su espacio en la facultad de medicina de Hamburgo. Diez años más tarde se doctoró en cirugía plástica y otros diez años después se había convertido en una eminencia, ante cuya consulta hacían cola los personajes más destacados de la élite social.
Pero el Doctor Estein tenía una gran pasión que difería enormemente de su profesión. Mientras en su clínica no dejaba nada a la casualidad y controlaba todos y cada uno de los pasos del proceso y de los materiales, para conseguir los resultados perfectos, su afición se hallaba en las antípodas, se trataba del juego de azar.
Cuando su gabinete médico de Hamburgo gozaba de un prestigio inmejorable, decidió que había que ampliar horizontes y extender su consultorio, abriendo una sucursal en América. La elección de las Vegas se consideró, por parte de los observadores sociales, como un intento de hacerse con la jet set hollywoodiense, ávida de tratamientos regeneradores o modeladores para la nariz, los labios, los pechos o los vientres.
Todos daban por sentado que su fortuna se incrementaría exponencialmente con el nuevo público narcisista de la América de mediados del siglo XX. Por eso no entendieron cómo el negocio se hundía año tras año y la reputación personal, que no profesional, de Frank iba en declive. Había empezado a pedir ayudas, primero, a los más allegados y, más adelante, a los propios clientes a los que requería anticipos sobre sus tratamientos. Se rumoreaba que tenía tratos con prestamistas y que había llegado a codearse con miembros de la mafia. Hasta que, irremediablemente, se descubrió su doble vida cuando se encontró su cuerpo en un callejón oscuro de la ciudad. En la manga de su americana se hallaba escondido un as de espadas.

Maxi Moreno
Grupo B



Janis Carambolos
Atenas, 1912-Beirut, 1997
Profesión: millonario.

De familia más que acomodada, rica, con negocios en el sector de las navieras. Parientes de Onasis, aunque las dos familias rivalizaron siempre, de la misma manera que hoy lo hacen sus herederos.
Durante su infancia, adolescencia y juventud, no le quedó más remedio que someterse a las  estrictas normas impuestas por sus padres. Estudió en los más exclusivos internados de Suiza, Inglaterra e Italia. Realizó sus estudios superiores en una de las universidades americanas más prestigiosas.
Como era hijo único, su futuro estaba más que asegurado y ni siquiera tenía que competir con un  hermano para heredar el imperio familiar.
Su padre nunca confió en él al 100%  y mientras vivió se esforzó por tener en plantilla a los mejores asesores financieros, a quienes pagaba mucho más que nadie en el sector.
El bueno de Janis, después de estudiar y viajar por todo el mundo , huérfano ya de ambos progenitores, llevaba una vida muy sencilla. Hacía deporte, pintaba,  navegaba y tocaba el piano. Personas cercanas a quienes trabajaron para él, e incluso parte de su servidumbre, relatan una insólit a afición por coleccionar objetos sencillos, simples y sobre todo, viejos, como vasos, cubiertos, mesitas, tazas , vasos y demás, todo de materiales de muy baja calidad que encontraba en esas tiendas que fueron el origen de lo que  hoy se conoce  como “los chinos” o en tiendas de segunda mano.
No se casó ni se le conocieron amantes.
Uno de los empleados más jóvenes de la compañía,  que asegura haber tenido bastante trato con él,, sospechaba que era homosexual y lo mantuvo en secreto por temor a las represalias de su padre.
Su muerte todavía es un misterio 22 años después.
Nadie se explica qué hacía en Beirut cuando una bala fortuita le dio en la nuca       


Vicente Peñalba Losada
Millonario y ganadero salmantino

Tuvo la suerte o el acierto de unir la trayectoria de una antigua familia ganadera con sus inversiones inmobiliarias en la Comunidad Valenciana  antes de que estallara la burbuja.
Tuvo tanto éxito que tanto él como su mujer y sus dos hijos pudieron vivir sin trabajar y sin preocuparse por su situación financiera.
Sus dos grandes pasiones son los toros y la política.
Tiene una finca muy extensa en La fuente de san Esteban (Salamanca) Allí disfruta entre encinas y toros.
En la política no acaba de encontrar su sitio. No sabe por qué, pero siente que no confían en él en ningún partido político local.
Está paseando por la plaza  mayor salmantina. Espera al concejal de fomento que tras varios plantones y no pocas excusas ha accedido a hablar con él.
Después de gastarse una millonada en una magnífica finca próxima al río Tormes,no le conceden el permiso de obras para construir la mejor urbanización de la ciudad.
Al final va a tener que llamar a los políticos que conoció en Valencia  para que le echen una mano.

Se lo había dicho su padre muchas veces: nadie es profeta en su tierra.    

Teresa Sanz
Grupo B


La Institutriz

Me llamo Mary Popper. Nací hace sesenta años, en 1939, en la ciudad de la manzana. Antes de mi último suspiro quiero recordar mi vida para ascender con una sonrisa al cielo.
De niña tuve que aprender a moverme en una ciudad de crisis social y conflictos raciales. Con los años, mi fe en Dios se convirtió en el pilar de mi paz. Creo que intuitivamente decidí ser maestra durante veinte años de mi vida porque quería cambiar el mundo. Aunque a la mitad de mi vida me di cuenta que primero tenía que cambiarme a mí misma.
Fui institutriz en una familia patriarcal, difícil función porque nací con mente abierta y convencida hacia los derechos de la mujer. Sin embargo, me siento agradecida con los años que enseñé y aprendí de aquellas dulces trillizas. Cada día compartían conmigo sus aciertos y debilidades; pero especialmente un humor multiplicado por tres. Me recibían cada día con una coreografía diferente. Me saludaban: ¡Buenos días Mary Popper! Me divertía verlas bailar al compás del movimiento de sus cabellos y gestos.
La madre tenía una agenda de vocación social más llena que la del presidente. Sin embargo, siempre se mantuvo atenta con mi trabajo. Al final de cada jornada, me preguntaba con un poco de ansiedad, sobre “el mensaje del día” que había inculcado a sus hijas.
Curiosamente, esa fue la misma pregunta que mi madre me hacía cada domingo hasta cumplir los veinte años. Desde esa época, comenzó mi pasión como institutriz. Fui la mayor de siete hermanas. Mi madre me decía: “Mary, tienes que dar el ejemplo”. Y cuando regresaba del trabajo y yo estaba casi dormida, me susurraba al oído: ¿Aprendieron bien la lección tus hermanas? A veces, me encontraba ya dormida y sentía que su voz era parte de mi sueño.
Desde pequeña fui muy responsable. Cuando llegaba del colegio, hacía mis deberes rápidamente para luego ayudar a mis hermanas. Mi objetivo era que cada una consiguiera un sobresaliente en todas las asignaturas. No siempre ocurría eso, por lo que tenía que soportar, por un lado, las voces de mi madre y por el otro, los llantos de mis hermanas. Mi madre cocinaba manzanas y las vendía en el mercado. A veces tenía que ayudarla a pelarlas; mientras otras, me quedaba en casa y me zambullía dentro de libros que mi padre traía de su trabajo. Mi padre fue guardián de la principal biblioteca de Nueva York. Para mí su oficio fue siempre la mejor profesión porque tenía acceso a toda clase de libros a cualquier hora del día.
Han pasado sesenta años de vivencias y recuerdos. Al final mi vida ha estado llena de rosas y espinas. Las rosas se las debo a aquellas trillizas bailarinas y las espinas me servirán para ser más precavida en mi próxima vida. Seguro esta noche dormiré para siempre. Prefiero dormir soñando en mis años de Nueva York como institutriz, que en los últimos veinte años que viví en La Moraleja. Quiero que mi familia española me recuerde como la Mary Popper de Nueva York.
Hasta siempre.

Lucero Quispe
Grupo A


Beyonde Seemore

─¿Quién fui? ¿Quién fue? ─se repetía como una jaculatoria en la penumbra de su celda. Mientras, los sucesos del día anterior pasaban desordenadamente ante sus ojos. Y la ominosa sentencia volvía a resonar en su oídos: “En el día de hoy, 16 de noviembre de 1854, los ciudadanos del estado de Ohio declaran culpable del asesinato de Mary Stevens a Beyonde Seemore, de Wichita (Kansas) y ordenan que sea colgada de la horca hasta que exhale su último suspiro”.
Ya no había más lágrimas en sus ojos y la cabeza le ardía como si hubiera un horno dentro de ella. Había repasado su vida tantas veces y con tanto detalle que creía haber escudriñado todos los rincones de sus veinticuatro años de vida.
Recordó las primeras manifestaciones de su don, aquella comida del día de Acción de Gracias en la que su difunto abuelo habló por su boca dejando a toda la familia atónita y contrita.
Y más tarde, cuando ya se proclamaba médium y fue mensajera del más allá, trayendo las palabras de muchos que ya no se contaban entre los vivos.
Tuvo que ser uno de ellos el que la indujo a disparar aquel revólver que encontraron, aún humeante, entre sus manos. ¿Pero quién? ¿Cuál de todos los muertos la había poseído de tal manera que se había apropiado, no solo de su lengua, si no de sus manos?
Un sinfín de historias fue desfilando ante sus ojos. La niña Caroline Ballantyne de la calle Elm, La señora Dorothy Seagram conjurada por voluntad de su avaricioso sobrino. El senador Jameson confesando a sus deudos innumerables felonías y ruindades,…
¿Quién pudo ser? ¿Quién guardaría tanto resentimiento como para volver a la vida y matar a su propio asesino? ¿Quizás el implacable juez Grant que envió al patíbulo a docenas de forajidos? ¿O la divina Philipa Walker que tantos secretos conoció en su afamado burdel?...
Conforme clareaba el día el carrusel de personajes acrecentaba su velocidad hasta alanzar un ritmo tan frenético que las facciones y los gestos se fusionaban en un solo rostro de insondable terror. Un rostro en el que Beyonde quiso ver el suyo transfigurado ya por los horrores de la muerte.

─¿Quién fue? ¿Quién fui? ─fue su obsesiva letanía mientras caminaba lentamente hacia el cadalso.

Pepe Lorenzo
Grupo B


Historias de sorianos
Gustavo Libretas, Pocapasta, 1805-1830

Gustavo Libretas, conocido como Pocapasta, nació en Soria en 1805 en el seno de una familia humilde de panaderos. Desde pequeño provocó el enfado de su padre, pues él no quiso seguir con el oficio familiar que se remontaba a cinco generaciones anteriores. Su madre, siempre dispuesta a contentar a su único hijo, lo mimaba y le consentía absolutamente todo. Tenía el pelo negro, muy rizado, y unos ojos azul-grisáceos muy tristes, de nariz aguileña y rostro marmóreo, su mirada era triste como si contemplase una mañana fría de invierno con mucha niebla de forma permanente. Aprendió a leer y a escribir muy temprano, gracias a las lecciones secretas del maestro de la escuela que vivía junto a la tahona donde trabajaba su padre. De vitalidad más bien lánguida, Gustavo fue creciendo y pronto se enamoró de la hija del herrero, Lucía Yunque, que vivía frente a su casa.
Durante algunos años se le recuerda declamando poemas de amor bajo la ventana de Lucía sin ser correspondido y, en más de una ocasión, huyendo del padre de ésta, atemorizado por no recibir una paliza. En aquel tiempo se le veía deambular por las calles de Soria como alma en pena. Finalmente optó por contentar a su padre y se puso a trabajar en la panadería familiar, lo que le garantizó una mísera paga que le franqueó la entrada a su verdadera afición, o vicio según se mire, que era las visitas, cada vez más frecuentes, al lupanar de Manolita. Una noche, huyendo del padre de Lucía, conoció a Flori, una mujer recia de carnes prietas que lo acogió como a un pájaro desvalido y le mostró, ante el asombro y felicidad de Gustavo, los secretos que Lucía Yunque le había vedado. El trabajo en la panadería, que le obligaba a madrugar, hizo que las declamaciones nocturnas bajo la ventana de Lucía se espaciasen cada vez más y que las visitas a Flori fuesen más y más continuadas.
Murió de sífilis en Soria a los 25 años habiendo gastado todo su mísero dinero en regalos para Flori, dejando a su madre desconsolada y habiéndose olvidado de Lucía Yunque para siempre. Su exigua obra poética, recogida por escrito gracias a la tradición oral que la familia Yunque conservó en su memoria, se conserva en el Museo Etnográfico de Soria, gracias a una edición pagada por la Diputación.

Jaume Castejón
Grupo B


John o`Clock

Londonderry es una ciudad al norte de Islandia. La ciudad antigua se extiende al margen del río Foyle, la ciudad también se la conoce como Derry.
Aquí nació nuestro protagonista, en el año 1779.
Paseando a la orilla del río Foyle ví una placa que ponía: “ John A. O'Clock arregla toda las clase de relojes.” Recordé que hacía años que quería arreglar un reloj antiguo.
Llamé a la puerta. Estaba abierta.
Al entrar me encontré con hombre anciano sentado al frente de la ventana con su lente de aumento. Me invitó a sentarme. Estaba terminando de arreglar un reloj. Miré su cara. Transmitía dolor. El silencio era enorme y no me atreví a romperlo. De vez en cuanto levantaba la vista y miraba al vacío sin mirar.
Al cabo de un tiempo terminó sus trabajo.
-¿A qué se debe su visita?
-Quisiera que me arreglara un reloj antiguo.
-Se tardará. Tendrá que venir a menudo
No lo entendí. Después de varias visitas sí: John era un hombre solitario. Tenía una discapacidad que le impedía salir a la calle y relacionarse con la gente. Necesitaba alguien con quien compartir sus pensamientos.
Poco a poco fluyó nuestra amistad. Nos comprendimos. Estuvo enfermo. Siempre tuvo una “mala salud de hierro”. Me habló de su soledad. Miraba por la ventana y se distraía viendo pasar a los padres con los niños chillando, las parejas enamoradas, y al fondo veía las montañas nevadas, oía el sonido del río, a veces tranquilo y otras como si estuviese enfadado. ¡Cómo le hubiese gustado salir de aquella habitación! Correr por los valles verdes de Derry.
Su salud empeoraba. Sabía que no tenía interés de arreglar el reloj, yo tampoco. Un buen día le propuse que se viniera conmigo a Filadelfia.
-Te gustaría ver otras realidades.
-Me lo pensaré. Cada día me siento más débil. Para ti no será agradable de convivir con un anciano
-Al tercer día dijo: “Vale, iremos. Solucionamos todos lo obstáculos.
-”Pedimos ayuda. ¡¡Lo conseguimos!!!
Llegamos a Filadelfia un día frío, su cuerpo lo resintió. No se quejaba. Fue su mejor regalo: iba a cumplir noventa años. El mismo día de su cumpleaños no pudo levantarse de la cama. Le cogí de la mano hablaba, hablaba… Se fue apagando lentamente pero feliz. Sus últimas palabras fueron : “¡Aprovecha a vivir de las pequeñas cosas que nos da la vida! ¡Disfrútalas!”

Josefa Redondo
Grupo B


Biografía de Sony Phillips

Llueven piedras sobre la bahía del puente de San Francisco. Un estruendo recorre la ciudad como fuego contagiado entre las velas. El inicio de la primavera altera la sangre de la Tierra que se acuna a sí misma a la vez que contrae corazones. Las puertas se agitan, las voces se alzan, el mundo se contrae, se agrieta y cambia. En medio de este algarabío, Sony Philips aprovecha para caer del vientre de su madre en mitad del silencio después del pánico. El mismo silencio que agradecieron los vecinos cuando acabaron los estruendos de su concepción a mediados del año cincuenta y seis.
Lo que parecía ser un nuevo amish, pronto se reveló como todo lo contrario. Su rechazo a la sencillez se hacía patente en las notas de su voz y en las de su profesor. También en el conjunto de trazos que adornaban su cuaderno con inventos del ahora. Él quería sonar con fuerza, crear y vivir la tecnología. Así que, en un acto de rebeldía propio de los dieciocho, se fue de San Francisco para no volver. Y lo tuvo fácil, ya que con su porte de metro noventa, sus enormes ojos azules y la gran importancia que tenía para él la imagen que proyectaba, consiguió pagarse los estudios de ingeniería electrónica en un abrir y cerrar de ojos.
Una vez que acabó sus estudios, siendo un estudiante tan sonado, consiguió trabajar para importantes tecnológicas en altos puestos a los ojos de los demás, pero muy bajos para los suyos, que seguían buscando emociones fuertes. Así que Sony Philips probó la pintura, la escritura, el baile, el deporte, la música, y un largo etcétera. Aunque todo en vano porque seguía sin dar con su pasión.
No fue hasta los cuarenta y cuatro años cuando la encontró. Aquella mujer de ojos rasgados, que de asiáticos solo tenían el nombre de Tokio, le sirvió algo más que una ensalada tras sus cabellos negros.
Esta vez Sony Philips no lo tuvo fácil. Tuvo que romper la barrera del sonido para conectar con alguien que nunca conoció las palabras, los susurros ni la música pero que sabía tocar el arpa del aire para expresarse y provocar melodías sobre piano de teclas de carne y hueso. Tuvo que aceptar la sencillez de su ropa sin planchar y la de sus galletas esculpidas con manos de cristal. Tuvo que aprender a bailar sin música ni ritmo, a hablar sin palabras, a hacer fuego sin llamas y a existir con libertad.
Sony Philips murió en Tokio el día 2039 después de haberla conocido por un corazón falto de vida, pero lleno de pasión.
Cambiaría el nombre de Sony Philips por: “Cualquiera” o “Siglo XXI”. Por lo todo lo que el “Siglo XXI” nos ha hecho avanzar con teclas y estancarnos con la mirada, por lo que “Cualquiera” tiene y lo que realmente necesita.

Pilar Zanfaño
Grupo A


Mercedes Romero Martín

Nació en Salamanca, en 1934.
Trabajó en Comercio como Florista
Merche muerde suavemente la primera falange de su dedo índice, mientras sonríe. Retrae su lengua y levanta sus pupilas para fijarlas en mi mirada. Luego cuenta que desde muy joven vivió en Madrid, en el barrio Chamberí. Hubiese querido quedarme en Madrid, pero mis hijos han dispuesto que regrese a Salamanca. Nací en Salamanca, pero pertenezco a Madrid…
Merche cumplió ochenta y cinco años. Nos encontrábamos todas las tardes, a la misma hora, frente al semáforo, para cruzar la avenida Doctor Torres Villarroel. Yo regresaba de mi trabajo; ella salía a buscar a una amiga. Caminaban juntas desde la Puerta de Zamora hasta la Plaza Mayor. Merche siempre me había sonreído y desde hace un tiempo me saludaba: ¡Hola guapa!
Hoy me preguntó ¿Vienes de tu trabajo? ¿Vives por aquí? Mi respuesta no importaba. Merche quería decirme que ella vivía en aquél edificio; pero que hasta hace muy poco vivió en Madrid; y que extrañaba sus paseos por el Parque de Santander, La Plaza de Olavide y sus continuas visitas al hermoso Museo de Joaquín Sorolla. Las obras de este magnífico pintor estimularon su vocación por los arreglos florares. Yo también trabajaba cuando tenía tu edad, y me encantaba. Después trabajé más, cuando se murió mi marido. Tenía tres hijos y una casa qué mantener. Pero también fui mucho al teatro: muerde delicadamente la falange de su índice izquierdo. Sucesivamente, de acuerdo al trozo de historia que me fue contando, Merche iba mordisqueando la primera falange de cada uno de los dedos de sus manos:
Yo era una mujer muy atractiva (índice derecho). En esa época teníamos muchos amigos. Siempre nos reuníamos en las terrazas de los cafés, a charlar y a planificar la celebración de un cumpleaños, o la primera comunión de los hijos; el oportuno ascenso de uno los maridos; la compra de un nuevo coche (índice izquierdo). Y por eso yo siempre tenía trabajo, la decoración para cada evento era mía, (sonríe ampliamente, finalmente toma entre sus diente al meñique). Los amigos son una bendición, pero el tiempo y las circunstancias nos van separando (apoya su dentadura superior sobre la falange del pulgar, y succiona su punta levemente). ¿De dónde eres tú? Mi mejor amiga se fue a vivir a Venezuela hace 40 años. Fue muy dificil despedirme de ella. Después de un tiempo empezó a venir todos los años a España; compró varios pisos en Madrid. Ahora, tuvo que regresar con sus hijos. Ella no quería. Dice que ya no se siente de ningún lugar (mordisquea con más fuerza el dedo medio).Yo ya no me siento de Salamanca. Aquí también tengo amigas, pero allá en Madrid tenía todo, especialmente esos paseos nocturnos, llenos de luces y de gente conocida (de nuevo el índice izquierdo, y una mirada perdida). Luego Merche hizo un largo silencio; reposó su dedo anular sobre la dentadura inferior, y su boca se abrió ligeramente, y sus ojos se perdieron aun más en el celaje del atardecer salmantino.
Cruzamos la avenida de lado a lado.
¡Hasta luego Merche!
¡Hasta luogo, guapa!
Esa fue la última vez que vi a Mercedes Romero Martín.

Carmen Elena Ochoa
Grupo A

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