La escritura

La primera sesión de este curso tuvo como tema principal la escritura. ¿Por qué escribimos?, ¿Para qué escribimos? Escribir es tal vez encender un fuego. Las palabras adquieren, como piedras de sílex, el temblor de la chispa que ha de convertirlas en hogueras altas que arden en la mirada y en el corazón. Palabra sobre palabra, como Ángel González, o verso a verso, como Antonio Machado toma cuerpo el incendio en el que late el cuento o el poema desde su raíz misma en un viaje hacia el sentido o la belleza..

En un texto publicado en el libro "Al fondo a la derecha" traté de escribir una póetica. Estas fueron las palabras:

Nunca escribí una poética. Ni la intuí siquiera. Todo lo que sea interpretar lo que escribo y lo que toco o respiro creo que no me corresponde a mí sino al lector. Yo no sé por qué escribo, ni me importa saberlo. Yo sólo escribo.
Creo en el poema. Como creo en las ninfas azules sin dolor de ovarios y en los cíclopes que se emborrachan los domingos y en los cachorros de pantera y en el país de las corbatas. El resto no quiero saberlo. Igual que la muerte.
Buscad ahí, entre los poemas, sin revolver las vísceras. Adivinar las cosas que no dicen. Merodear en sus envases térmicos las huellas y las sombras, el semen de los sueños, la sangre y la cerveza bombeadas noche a noche. Y si al final de todas las preguntas resulta que escribir es respirar y es una forma de medir el óxido que suman nuestros ojos, entonces quizá escriba. O alguien dentro de mí se encargue de ello aunque jamás razone su existencia; aunque jamás lo vuelva a ver después de la anestesia; aunque jamás vuelva a pensar que en todas las radiografías de todos los hombres y mujeres hay un poeta arrinconado. Un esqueleto sensible e imaginativo al que la carne pone límite. Un tramoyista sin contrato que articula nuestros ruidos. Una explosión, quizá de cuatro tiempos, que nos ayuda a comprender o confundir el mundo y al antropoide anónimo y social que desde siempre nos habita.
Porque resulta que escribir es capturar, desinfectar, diagnosticar, descifrar, autopsiar todo cuanto está en el límite de nuestros ojos, oídos, labios o tacto, las únicas posibles coartadas para el engaño de las musas, las herramientas que dan forma a una palabra o una lágrima o un beso rojo de mujer. Y aquí no hay fórmulas de agua o mecanismos de reloj que expliquen cuanto pasa.

Y en medio del poema y sus tendones, cuando se ablande el hielo, germinarán la noche y los aullidos y un galgo de ochocientos miligramos perseguirá las letras una a una para explicar el tiempo y el amor y el crucigrama de la muerte.

La escritora Leila Guerrero nos habla del pan en su texto "Escribir":

Hay que amasar el pan. Hay que amasar el pan con brío, con indiferencia, con ira, con ambición, pensando en otra cosa. Hay que amasar el pan en días fríos y en días de verano, con sol, con humedad, con lluvia helada. Hay que amasar el pan sin ganas de amasar el pan. Hay que amasar el pan con las manos, con la punta de los dedos, con los antebrazos, con los hombros, con fuerza y con debilidad y con resfrío. Hay que amasar el pan con rencor, con tristeza, con recuerdos, con el corazón hecho pedazos, con los muertos. Hay que amasar el pan pensando en lo que se va a hacer después. Hay que amasar el pan como si no fuera a hacerse nada, nunca más, después. Hay que amasar el pan con harina, con agua, con sal, con levadura, con manteca, con sésamo, con amapola. Hay que amasar el pan con valor, con receta, con improvisación, con dudas. Con la certeza de que va a fallar. Con la certeza de que saldrá bien. Hay que amasar el pan con pánico a no poder hacerlo nunca más, a que se queme, a que salga crudo, a que no le guste a nadie. Hay que amasar el pan todas las semanas, de todos los meses, de todos los años, sin pensar que habrá que amasar el pan todas las semanas de todos los meses de todos los años: hay que amasar el pan como si fuera la primera vez. Habrá que amasar el pan cuando ella se muera, hubo que amasar el pan cuando ella se murió, hay que amasar el pan antes de partir de viaje, y al regreso, y durante el viaje hay que pensar en amasar el pan: en amasar el pan cuando se vuelva a casa. Hay que amasar el pan con cansancio, por cansancio, contra el cansancio. Hay que amasar el pan sin humildad, con empeño, con odio, con desprecio, con ferocidad, con saña. Como si todo estuviera al fin por acabarse. Como si todo estuviera al fin por empezar. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo. Escribir. Amasar el pan. No hay diferencia.

Clara Obligado afirma en "Todo lo que crece":


No soy yo la que escribe, es alguien que me habita. Yo soy la que baña a mis hijas, prepara garbanzos, inventa mermeladas.
La que trabaja, lee y habla con sus amigos, escucha a su hermana, la que siempre está cansada. Dentro de mi hay otra que no quiere dormir y escribe hasta la aurora y espera que píe el primer pájaro para cerrar el cuaderno y descansar. Esa que no soy yo imagina y poda los textos hasta dejarlos en nada, viaja a la semilla, se sorprende con sus propias ideas, baila con el ritmo de las palabras. Esa que no soy yo airea y ablanda las frases, las deja en remojo, busca estructuras fértiles donde sembrar historias. La otra es la que poda las plantas y aprende sus nombres en latín, estudia los catálogos de semillas y es desordenada. La que escribe, en cambio, es exigente, relee en la cama, tacha y comprende que, una vez más, no lo ha logrado. El yo doméstico hace pules. El que escribe encaja las piezas de una vida en la que nunca hay tiempo suficiente par a mí. Escribir es como plantar un jardín.


Y Emilie Pine en "Todo lo que no puedo decir" señala;

Cuando era pequeña y mi padre comenzaba a lidiar con la depresión que ha caracterizado su vida adulta, me hizo prometerle que de mayor no me haría escritora. Pronuncié solemnemente la promesa. Pero en mi interior sabía que haría lo contrario. Porque lo que en realidad me había enseñado mi padre, tal vez a su pesar, era que escribir es una manera de que el mundo cobre sentido, un modo de procesar -de poseer- pensamientos y emociones, un modo de sacar provecho del dolor. Y, por tanto, inevitablemente, sentada su lado en aquellas habitaciones del hospital de Grecia, me pregunté cómo describiría la habitación y al hombre postrado, como si una y otro fueran parte de un decorado. Me pregunté cómo contaría la historia de sangre, de enfermeras y guantes, de médicos y esperas. Me pregunté quién era el protagonista, si mi padre o yo. Y me pregunté cómo emplearía estas notas, si podía, como medio para comprender la historia completa de mi padre y yo.


Propuesta de escritura

Escribir la sinopsis del libro que te gustaría escribir. Busca un título, piensa en el género (poesía, narrativa, cuento, microrrelato…) y dinos de qué trata.


Estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:


Potraje de letrejas

Lo mismo trespa montallas empinosas, que se sumelgue en ocíanos profunderos o corrie los 3.000 mentros oscánulos. Un fortinable ascleta Rubiralto Punticómez.

Pascual Martín
Gurpo B


Descenso a la galería del pozo 13 (Poesía)
Sinopsis

El autor nos invita a acompañarle en el descenso a las galerías de su alma. Nos incita a excavar en las profundidades de las cavidades de su alma en busca de ricos minerales. Poco a poco va colocando puntales en las brechas abiertas para que nada colapse. De su mano, el lector descubrirá pequeñas joyas, aunque para ello necesite apartar muchos minerales de ganga. De una forma, casi irreverente, el autor nos sitúa al borde del pozo para ver la oscura profundidad. Cuando has caminado, agachado, casi sin oxigeno, por las galerías del alma, el lector no sabe en qué pozo está cavando, si en el del autor, o en el suyo propio.

Tomás García Merino
Grupo B


La posada del cuervo

Año 2051 del tercer milenio, la caída del nivel del agua de los ríos y los últimos hackeos informáticos anuncian un apagón energético en Turquía, la guerra con Bielorrusia durante décadas ha dejado tras de sí a la ciudad de Estambul sumida en el desánimo y el abatimiento.
Ayla de 12 años y Amina, su madre, se encaminan a la estación de tren para llegar hasta Çamlik, su ciudad natal donde se encontrarán con su hermano Kadir. Desde allí partirán a Sainte Foy La Grande en Francia, donde su tía Umay regenta “La posada del cuervo”, una antigua pensión reformada que encubre el trajín de una poderosa logia secreta masónica.
Francia es una de las grandes potencias mundiales, allí confían en encontrar una vida mejor.
En la estación de tren de Sirkeci aúllan las alarmas, se provoca un gran tumulto, la multitud corre agitada y grita. Los sublevados visten de negro, se han manifestado hoy por las restricciones energéticas y las limitaciones a la movilidad que se anuncian, arrojan piedras y queman todo lo que encuentran a su paso al grito de “muera la esposa del Virrey Sambali”.
Ayla es arrastrada por la marabunta, todo alrededor se apaga, el griterío tartamudea, se torna sordo.
Cuando la muchacha despierta se encuentra en Bombay, una bella mujer vestida con Sari dorado y violeta le ofrece pan chapati con queso y cilantro...
Ayla tardará años en deducir quién es esa mujer y los secretos de su propio destino.

Aronbanda
Grupo B


Tras el rastro de Julia

Marcos esta hipnotizado con la misteriosa belleza de Julia, una belleza que se proyecta más allá de un físico extraordinario, ha intentado reiteradamente, pero sin éxito acercarse a ella. Está convencido de que julia debe haber experimentado, como las libélulas, sucesivas mudas que le han permitido crecer hasta alcanzar su singular metamorfosis.
Para llegar a julia, Marcos emprende un camino; “en busca de las exuvias de julia”, (exuvias son las cutículas o cubiertas exteriores, exoesqueletos abandonados por los artrópodos, insectos crustáceos o arácnidos).
Marco busca y colecciona incansablemente las pieles que ha dejado Julia tras de sí, ese rastro serán las pistas que le expliquen su esquivo talante.
En este camino que Marcos comparte con el lector, no solo conseguirá desentrañar el misterio de julia, sino que también conseguirá completar su propio ciclo bilógico.

María Victoria GL
Grupo B


Lo que las palabras ocultan

El cuerpo de Herminio yace inerte, con una certera puñalada en el corazón, junto a la puerta de la Casa de las Conchas en Salamanca. Julia, la detective encargada del caso, baraja como detonante de tan horrible crimen, un mensaje de audio enviado, erróneamente, por la victima al grupo de wasap del taller de escritura al que había asistido, por primera vez, apenas unas horas antes de su fallecimiento. En el mismo expresaba a su esposa —o eso creía él— su desasosiego ante el inesperado y desagradable encuentro, en dicha actividad, con la persona que tanto había hecho sufrir, en el pasado, al matrimonio; y su intención de acudir, sin demora, a la policía.

La carrera de Julia pende de un hilo. Encontrar al culpable del asesinato, entre los diecinueve participantes en el taller, es la última oportunidad que tiene para demostrar a su jefe que ha superado sus problemas con el alcohol. Un compañero, del grupo de terapia, le había recomendado apuntarse al mismo. Escribir ayuda a sanar el alma —le había dicho—. Al principio, no reconoció, en la ronda de presentaciones, al entrañable anciano que bromeaba con la pérdida de sus gafas. Habían transcurrido casi quince años desde aquella sentencia en la cual se otorgaba la custodia completa de su hijo a su exmarido, desmoronando la vida de Julia por completo. Ahora, el juez que la había dictado estaba muerto.

Patricia García
Grupo B


Y ahora hablemos un poco

En la España de los años 60, la forma más barata de hacer el bachillerato era el seminario o algún colegio "de curas"; léase internados de las distintas órdenes religiosas, en las que te formaban para ser "uno de ellos".
El libro trata de las desventuras de un niño de 10 años, que estuvo interno en un colegio de Escolapios durante 4 años consecutivos.
El régimen de internado era realmente duro, hasta tal punto que este niño al hacerse mayor y tener que ir a la "mili", aquella le pareció un paseo por el parque comparado con el rigor y la disciplina del colegio de frailes.
Uno de los mejores momentos en aquel colegio era cuando el profesor de francés al terminar el rollo teórico de verbos y reglas gramaticales, hacía una pausa, les hacía cerrar libros y apuntes, y decía: "mentenant parlons un peu". Era un momento sublime, el paso de la teoría a la práctica, del terreno pedregoso al prado verde, del fondo de la mina a la superficie soleada. Entonces empezaban a conocer el idioma en realidad, y entre ellos surgía un clima de complicidad y atrevimiento buscando el ingenio, la chispa que les ofrecía de libertad y a la vez el sentirse compañeros; también en alguna medida el agradar al profesor.
El libro trata de como aquel niño se las apañó para salir airoso de aquella experiencia, cómo la vivió y cómo la vivieron sus compañeros, la forma en que aquello les unió y ayudó a resolver unas situaciones tan peculiares que hoy en día nos resultarían muy difíciles de entender.

José Luis Fonseca
Grupo A


Papel en blanco

Yo no quiero escribir un libro, quiero que el libro se escriba solo, que el papel en blanco vaya dictando a mi mano las palabras que debe ir trazando. Me gustaría que este libro contuviera todos los estilos, todos los géneros, todas las palabras, todos los idiomas, que mezclara la realidad con la ficción, que fuera el orden y el caos. ¿Por qué y para quien escribir el libro?. No hay razón ni hay destinatario ni intención, solo puedo decir que el papel en blanco está ahí y mi mano espera su mensaje para empezar el baile.

Manuel Medarde
Grupo A


La hija del ebanista

La niña Amparo se ve pequeña en el espejo fabricado por su padre, tan pequeña como aquella estrella en la inmensidad de la noche. La niña, como el espejo, está hecha de poesía y taracea, de luz de luna, de talla fina. La niña Amparo sueña hasta que la gripe del 18 se lleva primero a él, más tarde a ella. Amparito lee y cose, y se enamora del soldado apuesto, bruto y airado. En sus días de permiso, engendrarán niños y tristezas. Tendrá los primeros brotes en la frialdad del olvidado taller junto al Santiago Matamoros que talló su padre. Se esconderá en los confesionarios y gritará de guerra. Quizás encuentre el consuelo, el amparo, la niña Amparo, en aquella casa ya derruida al otro lado del puente.

Marisa Sánchez
Grupo C


Historia de un bolígrafo

Pablo, siempre ha tenido guardado un secreto sobre el bolígrafo con el que escribe los relatos del taller de escritura de la casa de las conchas.

Una amiga del taller, un buen día le regaló un bolígrafo, solo le dijo que a partir de ahora cada vez que escribiera un relato se acordaría de ella ...

Luis Iglesias
Grupo B


El club

María entró en la biblioteca sin ser notada. Sintió desasosiego al verle entre los asistentes. El inesperado encuentro la llevó a las páginas tantas veces leídas, a los autores tan queridos, a las palabras nunca olvidadas y a los turbios sentimientos que su presencia le provocaba.
Lo amaba y lo odiaba al tiempo. Amaba su sabiduría y odiaba esa pose del que lo sabe todo. Su solvencia literaria era indiscutible, sin embargo resultaba intolerable el sarcasmo que se intuía en sus silencios.
Recordó mientras se dirigía a la salida aquel libro que tanto interés le había suscitado en el club de lectura. Su autora pasó muchas calamidades en su vida y, a pesar de todo, fue capaz de salir de su propia penuria para dejarnos sus escritos. Leímos con ansiedad “Manual para mujeres de la limpieza” en el que la encumbrada Lucía Berlín desmenuzaba las miserias de los seres humanos. Aún sentía su poderosa voz en sus oídos al recordar la cita: “Adoro la mirada de la agonía porque sé que no miente” y las palabras siguieron ahí, flotando en la sala. Nadie se atrevió a decir nada aquel día. Hoy después del tiempo trascurrido seguía pensando lo complicado que resultaba ser auténtico en ese trance. Nadie habló, sin embargo muchos pensaban como ella.
En la calle, el frescor mañanero la despejó y de un plumazo olvidó aquellas terribles sesiones a las que no podía faltar. No volvería a verlo. Había sido capaz de abandonar la sala y su influjo se disipaba por las calles. No daba crédito a lo que sus ojos habían visto. Emilio estaba otra vez en el mismo grupo que ella, aunque se había cambiado de biblioteca. No estaba dispuesta a seguir soportándolo.
Al llegar a casa, se sintió decepcionada. Había perdido una batalla, pero no estaba dispuesta a perder más. Lucharía para mantenerse viva en medio de la incertidumbre. Sus ojos se fijaron en la lejanía y la luz del Mediterráneo la reconfortó.
Se sentó al ordenador y abrió un documento, ese en el que iba anotando las reflexiones que le producían los comentarios de sus compañeros
Escuchaba las bonitas palabras de Julia recreándose en el extraordinario Erik de Luca: “Se me habían ido las matemáticas de la cabeza” dichas en su boca, sonaban con la inocencia del protagonista, un niño que besaba con los ojos abiertos abriéndose la adolescencia.
Recordó a Emilio mientras llevaba de la mano entre las tumbas de Comala y las palabras de Susana, el último capricho de Pedro Páramo, permanecían en su subconsciente y deseaba, como ella, hundirse en el mar para sentirse mujer.
María se odiaba por dejarse golpear por los ímpetus literarios de este lector de entrelíneas, rastreador de palabras mágicas, buceando en las profundidades marinas.
El timbre del móvil la devolvió al presente. Allí estaba él. Vaciló unos instantes, pero su orgullo la obligó a contestar.

–Hola, ¿cómo estás?
–Muy bien, ¿y tú? No viniste hoy al estreno del nuevo club de lectura. La coordinadora leyó tu nombre y me encantó oírlo, ¡qué bonita coincidencia! No podía creerlo. Así seguiremos adentrándonos en los libros y buscando esas sorpresas que tanto nos gustan y por las que tantas veces peleamos.
–No sé qué haré, estoy dudando aún. Me ata demasiado pertenecer a cualquier grupo.
–No lo dudes, leer te gusta y descubrir autores siempre es gratificante, además me tendrás a tu lado y podremos soñar, como tantas veces.
–Lo pensaré.
–Me encantará tenerte cerca. Stefan Zweig te va a sorprender, es nuestro autor en este nuevo club de lectura. Lee “Carta de una desconocida”, es deslumbrante.

Al terminar la llamada, esas palabras le removieron el subconsciente y supo de antemano que volvería a escucharle, a quedarse ensimismada ante sus comentarios y que odiaría su pose, como otras veces.
Buscó en las estanterías y leyó, con fruición, esa carta de una niña que por amor, se hace mujer, incluso madre y que prefiere la muerte, antes de confesar sus sentimientos. Setenta páginas de la literatura más humana que uno pueda imaginar.
Supo de antemano que el escritor austriaco la llevaría hasta sus brazos y que permanecería en ellos más allá de todas las palabras.

Josefa Briz
Grupo C


La casa de los girasoles.

Marcos decidió regresar a su país y ha olvidado por qué. Ha olvidado por qué escogió una ciudad pequeña para vivir, alejada de su barrio en la capital, de sus amigos ahora más viejos, de esa vida que extrañaba cuando estaba fuera. No entiende por qué quiso mudarse a esa casa de ventanas azules y girasoles en las paredes, una casa bonita y luminosa pero una casa vacía y solitaria. Marcos cree que ha olvidado tanto en los últimos meses que también se ha olvidado a sí mismo, a su yo más cercano, aquel que le gustaba y al que quería mantener vivo. Y en su mesa de madera frente a la ventana, contemplando los tonos verdes del parque, Marcos intenta recordar.

Lía Pérez
Grupo B


La silla azul

Anita , cuando cumplió los cinco años, su vecina Ciriaca le regaló una silla azul. Cada día iba a su casa, en la sala y, sentada en ella, escuchando sus historias, volópor un mundo de fantasía. Con la caracola que tenía de adorno, oía las olas del mar con el que soñaba ver algún día. Le hablaba de señoras elegantes de Madrid, algunas un poco pendonas, eso le sonaba a algo malo, la llevaba a las verbenas, chotis, churros; se ponía triste, se le escapaba una lágrima cuando le hablaba del ruido de las sirenas, las bombas, una de ellas alcanzó a Mariano, su novio, el que había hecho la silla azul.Ciriaca y Anita nos llevan con gran ternura por un mundo de recuerdos.

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


Verano del 75

En ese verano sucedieron muchas cosas, teníamos dieciocho años, aunque seguiríamos siendo menores de edad hasta los veintiuno. Tras mi catastrófico primer año en la Universidad, disponía de todo el tiempo salvo del poco que me quitaban las clases particulares que me permitían una cierta autonomía económica. Mis padres, mis hermanos y sobre todo mis amigos son los personajes principales de este relato que sólo pretende recordar la época en la que nos tocó conocer la vida adulta. Valencia, la casa familiar, el puerto, la Malvarrosa, el Saler son los escenarios a los que íbamos generalmente a pie o en autobús. Esporádicamente podíamos utilizar el seiscientos del trabajo de Vicente o el Simca 1000 de mi padre en el que nunca hice el amor. ­­­­­

Enrique Martínez
Grupo C


Horizontes infinitos
Poesía

Sola frente al horizonte, ante su infinitud, la autora, despliega velas, y a merced de vientos alisios, sucumbe en territorios transgresores, íntimos e incluso apocalípticos.
El arte y la música, se unen a las palabras, y configuran un lienzo paisajístico y una bella partitura intimista.
Después de "Desde mi patio interior", la autora se siente observadora, y contempla, sin más pretensiones que acompañar su paz interior con el ritmo y la magia de las palabras. Tiempos concretos en horizontes infinitos.

Guadalupe Sanchón
Grupo C


Inevitable

Tarde o temprano tenía que suceder. No has encontrado este libro por casualidad. Una serie de historias que te llevaran hacia un laberinto de preguntas donde hallarás la respuesta en su letra pequeña. Una decisión importante o tal vez sólo el argumento de una excusa, son las claves para salir de un conflicto o hacer de él un atolladero para cada uno de los protagonistas de esta obra, en un momento clave de sus vidas. Razones como el miedo, la ira, la nostalgia, la venganza, el amor o la burla harán, que esta serie de cuentos de lectura rápida pero de digestión lenta, sea algo del todo inevitable.

Mamen Somar
Grupo C


Mi voz ahogada

Hay personas que se desvanecen y pasan a formar parte de un añorado recuerdo.
Hay puertas que se cierran de golpe, sin ninguna posibilidad de volver a abrirse. Tras el portazo innumerables emociones quedan atrapadas, suspendidas sin encontrar un rumbo, vagando en el vacío.
Las voces de lo “no dicho” permanecerán ahogadas en las gargantas sin un receptor que las escuche.
Estas páginas recogen esas voces, esas palabras “no dichas”, ese angustioso silencio que no dejará al lector indiferente.

Toñi Martín del Rey
Grupo B


Filo, la gallega
(Cuando el silencio esconde algo más que palabras. Faro de Fisterra)

Caminábamos en silencio por la carretera que nos llevaba a Fisterra. El camino era extremo en belleza y tranquilidad. La naturaleza espléndida nos ofrecía a nuestra paso frutos exquisitos que nos deleitaban. Eran momentos de entrega a nuestros pensamientos. De pronto, escuchamos unos lamentos que provenían de un jardín semiabandonado. Corrimos a toda prisa y encontramos tumbada en la tierra a una mujer de caso noventa años de una fragilidad absoluta. Nos llama entre gemidos. Se presenta; es Filomena, La Filo... y entre lágrimas nos hace partícipes de su vida... Comienza un desahogo sin límites. Este encuentro transformó el sentido de nuestro camino. Ahora tenemos una misión...

M Pilar Sánchez 
Grupo B


"Quizás un amigo"

Eran una pareja singular. Ella, Verónica, trabajaba de relaciones públicas en una discoteca de la ciudad. Él, Pepe, tenía un despacho de abogados.
Llevaban una vida tranquila. Y eran felices.
Hasta que una tercera persona, Víctor, apareció de repente y todo cambió para ellos.
Qué pasó para que dos personas que se amaban, que vivían en un remanso de paz, se dejaran arrastrar por una serie de circunstancias que puso todo del revés.

Teresa González Caballo
Grupo C


El laberinto

Paseando por el parque vi un hermoso laberinto al fondo. Me invita a entrar. El camino es ancho con árboles a los lados dando sombras, me embriaga su olor,
Después de un tiempo caminando, observo que lo estaba haciendo en círculos. Detengo mis pasos bloqueada por el miedo. Está oscureciendo, agotada sin saber por donde salir me siento y poco a poco caigo en un estado de ensoñación.. Me parece oír una voz que dice: Todo es más simple. El laberinto te invita a perderte, una y otra vez, pero también te enseña a encontrar la salida. Representa nuestras propias vivencias

Josefa Redondo
Grupo A


El libro más comentado de los últimos años

Consulta obligada y de referencia para diversos colectivos, (desde Okupas and Sons hasta Davos Procers; desde la Ndrangheta a Open Arm and other subsidiaries and company)

Bendecido por la dirigida clase política de los países del mundo desarrollado.

Consultado en secreto por dictadores a la antigua usanza o por vendedores de igualdad y prosperidad,(para ellos mismos) de otras áreas geográficas del planeta .

Unánimemente reconocida por la aristocracia del mundo árabe y demás componentes del Here Is Oil Club.

Ha recibido los comentarios favorables de las personalidades más relevantes del mundo social, empresarial y de la farándula:
-Brillante” Cheng Yu
-Nos introduce en una red de riqueza” Bill Puertas
-Por fin alguien que comprende y desvela la filosofía dominante en el mundo tras la segunda mitad de cualquier siglo” Jorge Soro
-Otro anuncio más de cómo voy a desarrollar el futuro “ Melón Ask.
-Bien lo podía haber escrito yo. Princesa Belén.

Las secciones literarias de los periódicos más prestigiosos no han escapado a su magnetismo:
-Auténtico camino de iniciación al empoderamiento personal”. Unsupportive Herald Enquirer of NY
-Revela un oficio aún más antiguo que el considerado más antiguo del mundo” The Old and Modern Times of London.
-Por fin alguien pone en letra impresa lo que aquí se lleva practicando desde el Paleolítico“. Aves Ces de Madrid

Con prestigiosas líneas editoriales discrepantes:
-Ataque directo a la revolución. Debemos de estar vigilantes con esas prácticas únicamente reservadas y comprendidas por el Comité” Hong Kong Question Tribune.
“¡Que el cielo lo confunda!” Resaltao Entrekebab hagg Teherán.
“No deja a nadie indiferente”, "Sexta edición agotada.

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Pasta gansa: “El libro”.

Carlos García Riesco
Grupo A


Trasiego

Los versos sueltos en las hojas de este libro serán tan mullidos y volátiles como nubes. Cada palabra dará forma a una imagen, que se desvanecerá en el suspiro final de la lectura. Esto obligará a reiniciar el recorrido por cada poema, una y otra vez, hasta reescribirse en la fantasía del lector; y convertirse en un anexo inesperado de su historia; en una memoria que le ha invadido desde afuera. Será un encuentro telúrico de viento, niebla y sol, que podrá ser capaz de aligerar o acelerar sus tiempos, según las necesidades de economía cronológica. Los nubarrones también atravesarán la metafísica de quien lo lea, y los matices serán mucho más fáciles de apreciar. Habrá humedad, porque las inesperadas formas de las nubes finalmente se transformarán en ese llanto que decanta variados contenidos, esenciales o no (la obviedad también tendrá un lugar).
Puede ser que la sonoridad lingüística de la que esté hecho este libro llegue a los oídos del lector como una plegaria. En este caso no tendría de qué preocuparse: el autor no tiene la intención de aleccionar, ni adoctrinar a nadie. Pero si un mantra o una plegaria se le revela desde los desvanes del poemario, es porque el lector ha aquietado el dibujo de su nube que viaja en ese mismo cielo.

Carmen Elena Ochoa
Grupo A


Años y poemas

Profunda e intimista historia de una mujer que busca la manera de transformar su prosaica realidad en otra llena de color y fantasía, a través de la poesía, que cada día escribe, entre muchas lágrimas y alguna sonrisa.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Ananúr y la voz del fuego

Una niña perdida en medio del campo.
Una niña llena de letras.
Una luna que perdió su brillo, a pesar de estar llena.
Una piscina, ni demasiado grande ni demasiado pequeña.
Aguadillas y miedo. Aguadillas y miedo.
Ananúr no quiere estar con Primo.
Ananúr odia a Primo.
Ella sueña con historias de fantasía.
Con volar más allá de los sueños.
Con vivir una vida que no sea la suya.
Con dar vida a ese grito que ahogaron en la piscina.

Nuria Fernández
Grupo C


Luces de emergencia

Recopilación de pequeños relatos,anécdotas, aforismos y poemas para reflejar el atractivo y sorprendente paralelismo entre el transitar en nuestra vida y el conducir y/o discurrir en la carretera.
La trayectoria y el tránsito.
La carretera como trasunto de la vida.
Así, a modo de ejemplo, la reflexión sobre el “ángulo muerto” que todos tenemos y que sólo nosotros mismos somos incapaces de ver.

Aurora Martín
Grupo C


COPAS AZULADAS,
una obra de teatro

Martín y Julia son dos viejos amigos de la universidad, que se reencuentran por la casualidad en el casco antiguo de la ciudad de su juventud y deciden ir a tomar algo en el garito en el que solían parar.
En la mesa de al lado, un grupo de jóvenes disfruta de otro día normal.
Gracias a un incidente con el camarero, Martín y Julia comienzan a revivir su juventud en diálogos, y descubren los paralelismos entre su pasado y el presente de los universitarios.

PERSONAJES

- MARTÍN: uno de los dos protagonistas. Es un adulto fuerte, de rostro cansado, con un estilo de vestir juvenil y poco acorde con su forma de ser. Se muestra empático y desesperanzado con el futuro. Para él, lo mejor siempre está en el pasado.
- JULIA: una de los protagonistas. Es el cliché de mujer empiédrala, segura de sí misma y orgullosa de haber llegado a donde esta, pero siente una profunda añoranza por el pasado y una gran decepción con su presente, pues se siente alienada por su trabajo y hogar.
- CAMARERO: personaje secundario que tiene gran relevancia para la trama. Gracias a él, se establece un vínculo entre los estudiantes y los trabajadores. Interviene únicamente en momentos imprescindibles y carece de personalidad.
- TINA: es una adolescente con un aspecto bastante descuidado, una estética que se mueve entre lo Vasco y lo grunge. Lleva una camiseta de “La Raíz” y sigue teniendo la esperanza de poder cambiar las cosas.
- BERTO: otro de los adolescentes. Viste con camiseta negra y vaqueros, cuida mucho su aspecto. Es un joven serio y de pocas palabras, que quiere tratar de vivir la experiencia universitaria aunque todo le aburra.
- LUIS: un joven alegre, que siempre tiene una sonrisa y se muestra ilusionado ante los pequeños detalles. Está de acuerdo con Luisa en que se puede cambiar el mundo, pero no cree que su método sea el correcto.
- CARLOTA: es estudiante en la universidad, y si bien su ropa es alegre y colorida, transmite un mensaje de desprecio por todo lo humano. Tiene esperanza con su futuro.
- MIGUEL: otro de los estudiantes. Pertenece al “rollo” vistiendo, y apenas muestra interés por la conversación de sus amigos, que le parece un sinsentido. Lo único importante para él es comer y tener un hogar, además de pasárselo bien.

Sofía Sánchez
Grupo C


Corazón sin pecho 
Sinopsis de libro aún no escrito

Corazón sin pecho es el poemario debut de César Aponte. Un libro sumamente necesario para revisar los cánones literarios, hacia abajo.
Es difícil comprender que se haya procedido a su publicación. Pero sí puede entenderse la renuncia posterior de editores y correctores, del personal de mantenimiento, o la negativa de los riders a llevar pizzas hasta la oficina de la editorial, ahora vacía y fría, de amorfas sombras y gélidos ecos, como los versos que esta obra componen.
Los referentes de la literatura y el arte que prestaron sus servicios como lectores beta fueron unánimes a la hora de expresar su arrepentimiento luego de esta lectura, que se siguió de una persistente sensación de arenilla en los ojos, y de que la pena reemplazaba al calcio en sus huesos, de tiesos a huecos.

“Desperdicio de árboles” (Greenpeace)
“Tarjeta roja como sangre de inocentes” (Marca) “
En verdad, en verdad os digo, que quien esto escribió no puede ser salvo” (Jesús)

César Aponte
Grupo C


El viaje de Davinia

Sinopsis:
Davinia había nacido en el seno de una familia humilde. Supo desde muy pronto que era una niña distinta, diferente a todos los demás niños de su barrio. La aparición en su vida de Bobby, aquel tierno pastor alemán que sus tíos le habían regalado unas navidades, era en muchas ocasiones su único amigo y compañero de aventuras.
Juntos, descubren y viven las múltiples posibilidades que la vida brinda: alejada de quehaceres mundanos, y sumergida en su mundo interior, afrontan con miedo pero también
con determinación todos los avatares y retos que ésta le brinda: el descubrimiento del yo, las primeras amistades, el primer amor, los cambios que se producen dentro de sí al llegar
a la adolescencia, la madurez, la soledad, y también el aprender a despedirse.

La historia de Davinia es la historia de muchas niñas que hoy en día se enfrentan a la aventura de vivir en un mundo complejo y cambiante, lleno de retos y aventuras, y en donde
el coraje y la valentía, a la par que el miedo y cómo se relaciona con éste, son la piedra angular de una vida que pueda ser la de muchas.

Rubén Maneiro
Grupo C


El Proyecto Lazarillo

"El Proyecto Lazarillo" se trata de un pequeño relato de ficción y aventuras.
Juan Manuel nos hace llegar una historia ambientada en la misteriosa, antigua y poética ciudad de Salamanca.
Miguel Ángel, el protagonista, se verá sorprendido por la vida y descubrirá un mundo paralelo que le sembrará conflictos con los valores humanos aprendidos.
La tecnología futurista invadirá la vida del protagonista y le obligará a sopesar temas como el amor, el machismo y la imperfección de los seres humanos. Miguel Ángel tendrá que esforzarse mucho para adaptarse a su nueva vida cargada de retos morales.

Crítica:
(Asociación por la libertad de las mujeres) - Machista, retrógrado y viejuno
(Asociación de hombres libres)- El proyecto es viable, hay que hacerlo realidad

Juan Manuel Elvira
Grupo C


Almar

Los estantes vacíos, la librería cerrada. Tan sólo un libro asoma entre las baldas de madera, bajo la íntima luz. Estoy en una biblioteca, casi todas las otras piezas y estanterías están llenas, pero es este espacio frente a mí el que me llama. Me acerco, abro la puerta de cristal, leo la portada del libro: Almar, curioso título, y empiezo a leerlo: “Quiero almar las palabras con mis manos…” y me ha enganchado ya.

Marian de Vicente
Grupo B

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