Hacer cosas con palabras

La sesión de esta semana giró en torno a las palabras y tuvo como eje central el libro de Rafael Courtoisie Hacer cosas con palabras publicado por la editorial "Los libros de Mississippi"

El escritor y crítico uruguayo es un hacedor, un alquimista de las palabras. Su formación en el ámbito científico y su dilatado oficio en la literatura -donde ha cosechado grandes premios- se amalgaman en este espléndido artefacto poético en el que nos demuestra como las palabras crean identidad, cuerpo y dimensión poética, más allá de la sintaxis y del verso.




El libro recorre la etimología, el alma y la textura de las palabras y nos las muestra con la radiografía exacta del lenguaje, desde su caparazón hasta el tuétano.

Recomendamos la conversación que Carolina Alba tiene con el escritor en el programa "La estación azul" de RNE. En ella nos invita a meditar con una naranja en la mano y nos adentra en la promesa de otra naranja que los gajos guardan en forma de semilla.

Dejamos por aquí un pequeño botón de muestra de todo lo apuntado:


Palabras que contienen

“Taza" lleva la noche caliente y amarga del café al interior del cuerpo para que amanezca
“Taza” también conduce el otoño materno y dulce del café con leche a la niñez que crece en uno con los años, cuando ya "el sírvete materno no sale de la tumba" (Vallejo, "Trilce") y no es la hornalla, sino la calesita boba y absolutamente solitaria del microondas en medio del crepúsculo de la cocina la que entibia el liquido de la ilusión perdida.

La palabra "vaso", infinita en el agua buena, en el agua bendita no por la señal de la cruz sino por los filtros purificadores, tramposa en el agua contaminada de metales pesados y moléculas orgánicas metil cloradas, cancerígenos y lodos tóxicos, glifosato, agua que brota no de un venero, pozo o cachimba, sino del grifo y cae en la piel aviesa, rugosa y compleja del mundo de los hombres y su apuro.

La palabra "copa", cuyo vino recuerda la vida y la sangre de la última cena, cuya transparencia deja ver, desnuda, la oscuridad de la muerte y el misterio de la resurrección en el mismo trago.

La palabra "botella", llena de whisky, miente una abundancia endeble, un remedo grotesco y vago de la felicidad que al cabo de unas horas deviene humor empañado, cefalea y grima.

Las palabras "cántaro" y "ánfora", cuyo sonido esdrújulo se bebe como música, cuya frescura rara y escasa se vierte, envasa y etiqueta en estos días, en alegres mentiras de plástico, en odres falaces de esta época.

La palabra "sueño" contiene el río de Heráclito en una sola noche.

Y la palabra "insomnio" lo vacía.


Propuesta de escritura

Elegir una cosa, un objeto, un concepto y resignificarlo con palabras al estilo de Courtoisie


Estos son algunos de los textos recibidos hasta ahora:


La luz

La luz , la bombilla que se apaga,
la guerra que no cesa,Te
las palabras mudas,
el miedo,
la luz en mi espalda,
la bomba que ilumina, y se apaga.
La luz en la mirada muerta.

Ana Sánchez Taramon
Grupo C


Libro

Un torrente de hojas vivas
que se pasan con el viento.
Páginas que piden paso,
que escupen frases, saltando
al vacío.
Las palabras, dejan de estar
encarceladas.

Pedro Gómez
Grupo C


Transparente Juan

El niño Juanito era un niño transparente. Lo era en el sentido psicológico de la palabra transparente. En Juanito la transparencia era sinónimo de la máxima inocencia, de la inocencia virginal de un recién nacido incontaminado. Los años pasaron por él sin tocarlo, sin tan siquiera rozarlo, sin dejarle una herida abierta, ni cerrada, ni sangrante, sin cicatrices. Se podía ver a través de Juanito cuando expresaba libremente todo lo que tenía encerrado en su corazón, incapaz de mentir como un niño, sin malicia ni dobleces.
Pasado el tiempo,Juanito se convirtió en Jan, un adolescente transparente. Tenía experiencias iniciáticas, pero no le habían dejado marcas ni huellas. Seguía siendo una anomalía dentro de la vorágine, dentro de la alocada barahúnda que nos rodea. Sus palabras fluían como las aguas cristalinas de un torrente de montaña, en las que se puede ver todo lo que contienen.
Ahora, Juan se ha hecho mayor y completamente transparente. Absolutamente transparente. Ninguna ondulación le perturba. Las verdades, las mentiras, la crítica, la alabanza, el amor, el odio, la bondad, la maldad, el bien, el mal le atraviesan como los neutrinos atraviesan un cuerpo opaco. A Juan sólo le faltaba el último peldaño para transcender, y transcendió. Juan se ha hecho físicamente transparente. Ningún rayo de luz interfiere en su materia corpórea. Ya no se produce ninguna absorción, emisión o desviación de las ondas luminosas que lo atraviesan. Sin interferencias físicas o psíquicas, Juan se ha hecho un ser indetectable y no sabemos si sigue vagando por el mundo o si se encuentra leyendo estas líneas por encima de mi hombro.

Manuel Medarde
Grupo A


Elefante

Un elefante, parece fuerte,
llora triste,
no puede esconderse, es muy grande,
aún así, una lágrima comparada con él es muy pequeña
y nadie se da cuenta.
Tiene una mirada triste.
Al lado va su elefantito o elefantita,
tira de él y consigue una pequeña gran pisadita.
Cambia su mirada,
ahora ya está iluminada.

Claudia García Santos
Grupo C


Courtoisie fusilado en el paredón de sus palabras

Demasiadas palabras,
muchísimas para un solo día de musgo y soledad,
excesivas para nombrar lo que no se puede,
demasía que se vuelve escasez,
canto de mudo, murmullo insoportable,
mucho ruido, agudo y grave, ¿nada?
Excrecencia inconsistente en las circunvoluciones del cerebro,
en su pensamiento, en el dulzor invisible de sus gajos oracionales,
equívocos o sencillamente falsos silogismos,
semillas como obsesiones dispersas,
cáscaras envueltas en la pulpa vacía de la forma.
Colaboran, ayudan, son cómplices, están de acuerdo,
extremos de ideología y fines diferentes,
queda solamente el sistema planetario de la cháchara,
un pedazo hueco de conciencia que irá al fin
a parar al vacío existencial de los desechos.
Fantasmas que dibujan palabras en la nada
mientras la poesía pasa de largo,
ideas sin sentido, lodo de cagatintas,
linfa de menesterosos del verbo
que mendigan en las esquinas,
etcétera.

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A


La lágrima

Eres transparente
Si estás turbia
Estás enferma.
Te quiero limpia
Te quiero sabrosa
Te quiero llena
Llena de hormonas
llena de iones
Llena de sabores.
Sabes distinta
Cuando estoy triste
Cuando estoy alegre
Cuando algo me duele
Y sobre todo
Cuando estoy enamorado.
Te cuesta desprenderte
Te sientes muy adherida
Gracias a la tensión superficial,
Pero al final vence
Vence la gravedad.
Pena me dan los astronautas
Los que están en órbita
Porque no pueden llorar.
Tienes forma propia
No eres ovalada
No eres esférica
Eres como una gota que cuelga
La gota que se estira
Del grifo mal cerrado.
Mirando a tu través
Vemos todo aumentado,
Lo que no vemos
Es lo que te ha provocado:
Una Mota de polvo,
Unos granos de polen,
Un mosquito despistado,
Un dolor de muelas,
Un fallecimiento cercano,
Una gran alegría,
Que alguien te tienda una mano.
Y sobre todo,
El sentirte enamorado.

José Luis Fonseca
Grupo A


Una miga de pan

Una miga de pan abandonada en el mantel le recordó su propia desolación. Aquel grumo blanco y seco en medio de la cuadrícula rojiblanca era la mismísima imagen de abandono con la que ella se identificaba.
Quiso apartarla de su vista.
Acercó sus labios a la orilla de la mesa y sopló con fuerza.
Con esa bocanada de aire eliminó la soledad.

Maxi Moreno
Grupo B


El legado opaco

Busqué la lucidez de la ley, y solo la encontré en la física.
El fango empezó a sustituir al excremento, cómo sucede el día a la noche y las sombras iluminaron las instituciones.
La vejez se convirtió en el referente de la economía doméstica y los ancianos comenzaron a ser utilizados, no por su experiencia o sabiduría, si no para anticipar si las urnas deberían o no permanecer imparciales.
Me uní a los que luchaban por la limpieza, pero solo logré evitar el estercolero.
Contemplé atónito, cómo muchos coetáneos se quedaron a vivir allí, y ahí siguen, liderados por ignorantes que para coronar su lucro, le pusieron tasas a la mierda.
La cosa se puso más seria, cuando los guardianes de la transparencia comenzaron a hacer las maletas, al ver a los voceros aceptar la coima, jugando a ocultar hechos y torcer la opinión, para que solo sea una.
Aún así, quedaron unos pocos beligerantes contra la falta de claridad y el exceso de información sectaria y manipuladora.
¡Trataron de contener la contaminación cuando ya estaba a sueldo!.
La Resistencia fue escasa, de guerrillas, el resultado de la contienda incierto y el futuro opaco.
Lo único que resultó realmente nítido, fue la vacuidad de las promesas.
Los poderes hicieron lo imposible para sustituir humanidad por incultura, sólo quieren clientes.
Articularon paraísos mediáticos y telemáticos, dirigidos por legos crematómanos convenientemente adiestrados, para que el rebaño se apacentara en las praderas de la red y pagaran por ser translúcidos.
En este mundo nuevo que prometen, ni siquiera la hierba es verdadera, ni la amistad, ni el amor o la solidaridad.
Ni siquiera el aire es respirable
Ni siquiera el agua es cosa clara…
Hoy ni siquiera tú, aunque te bendigan o caída del cielo, eres transparente. 

Calgari
Grupo A


Algo transparente…

Nada como tu mirada.
Verso cristalino de aguas claras, para desembocar
en mejilla rosada.
Destellos de girasoles se columpian en las pestañas,
cortina de seda negra.
No, mejor hamaca, donde se recuestan los sueños
y los anhelos descansan.
La niña baila, busca, pregunta, desordena, elude,
asiente y cuando quiere confiesa…
Tan grande es, a veces tan pequeña… puede ser
dura pero también tan tierna.
Una boca que hiere y no besa, una mentira, un
arañazo, hacen que se convierta en tiniebla.
Pero la luz, ¡la luz!. La del alma, la de las puertas
abiertas; hace que brille, que se derrame buscando
ladera. El volcán más hermoso, la más preciosa
piedra.

Eva Hernández
Grupo A


Montblanc

La pluma es la batuta del escritor,
con ella dirige y organiza las palabras
y los signos de puntuación,
creando historias de luces y sombras
para transportar al infinito,
el espíritu del amante lector.
Delicada y sumisa
dibuja filigranas precisas,
sin dejar indiferente
a quien curioso,
las mira.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Papel de celofán

Abrazas todo y nada
lo envuelves y lo realzas.
Con un crujir airoso,
conviertes el regalo más pequeño
en grande y hermoso.
Tu vida es efímera
pues te ignoran y olvidan
para contemplar con regocijo,
el regalo que de gala vestías.

Marian Pérez Benito
Grupo A


Lienzo Violeta

Pañuelo de colores que abirgas las gargantas.
Pañuelos que apretando el cuello un día te dejó sin voz,sin palabras.
Marcas rojas de fuerzas extraordinarias que por una envidia te quitó la vida, la sonrisa, el habla.
Envidia de colores que no sabías que provocabas.
Y ahora desde el otro lado luciendo tu lienzo rojo, amarillo, verde, azul y violeta, das consejos
a todos aquellos que siguen luciendo sus colores .
La cabeza bien alta, que el Arco Iris, el Sol y la Luna, son igual para todos, en esta bendita Tierra.

Ana Isabel Diéguez
Grupo C


Papis

A esos seres bajitos, altos, gordos y flacos.
Algunos con sus rotondas y autopistas en blanco.
A aquellos que se pasaron toda una vida con sueños y esperanzas para sus retoños encargados
Gracias, a la cigüeña por entender el mensaje encriptado.
Y ahora nosotros los hijos os recordamos con mucho orgullo a esos padres que aún sin nosotros darnos cuenta, nos siguen llevando de la mano.

Ana Isabel Diéguez
Grupo C


Sonido transparente

No conocí el mar hasta tener tus latidos
junto a mi sal, tensando mi arco con el
sonido transparente de tu aliento.

Tu reflejo mineral de silencio en mi piel
derrite mi lengua en tu desembocadura.
Sonido de náufrago anochecido buscando
tu faro al contestar tus pestañas complacidas.

Tiemblan las ondas antes de saltar a tu abrazo.
Déjame vivir en el submarino de tus ojos caracola.
Atrapada en el anzuelo de tu silencio dormido,
rescataremos febriles la manta oscura de nuestro universo.

Lidia Merchán
Grupo A


Ojos

Los míos,
Los tuyos,
Los otros
Del mundo,
Que se esconden
Detrás
De los ojos
De la luna .
Miradas
Que dicen,
Que quieren decir,
Miradas
Que hablan,
Miradas
Que dibujan
Brisas,
Miradas
Que pintan
Almas.

Pedro Gómez
Grupo C


La sal

Coge un salero, ábrelo, esparce la sal encima de la mesa. El montón de sal es blanco opaco, turbio. Separa de los de los demás el grano más pequeño que encuentres y si observas con atención podrás ver su transparencia. Es puro, cristalino, nítido. Igual ocurre con muchas personas, buenas en solitario dañinas dentro del montón.
La sal es un compuesto formado por cloruro sódico, que sufre un proceso de cristalización en perfectos y minúsculos cristales transparentes, igual que el corazón de un bebé recién nacido natural, perfecto, limpio. Para su comercialización, su puesta en el mundo, esa pureza, esa inocencia, es manchada por moléculas de agua, arcillas, arenas, sulfato de magnesio, mentiras, maldades, egoísmos, soberbias. Y todo se opaca, la sal y el alma humana.
En la antigua Roma, la Vía Salaria era la ruta por donde transportaban los mercaderes la sal, llamada oro blanco en la época por su gran valor. Necesaria como conservante y antiséptico, así como importante para estrechar relaciones sociales y religiosas. Los soldados que garantizaban la seguridad de esta vía recibían parte de la paga en bolsitas de sal, el salarium. Podemos deducir que esa sal no era esos minúsculos y perfectos cristales transparentes de los que hablábamos antes, si no esa otra: sucia, turbia, velada como la mayoría de los salarios.

Beatriz Gorjón
Grupo A.


El mortero

Me metieron en un mortero, previamente pelado, troceado, picado en minúsculos pedazos. El olor aliáceo no me causó sensación amarga. Me mezclaron con sal, pimienta y clavo. Entonces, mis ojos ya lloraban.
Sentí como, sobre mi, caían el verde y refrescante perejil, el estimulante laurel, el tierno cilantro. Me despertaron la esencia del romero, del tomillo del campo, de la intensa menta. La mano empezó a trabajar fervientemente mezclando el almoradijo, de erectos tallos, la salvia, húmeda y suculenta tras el pulso de la maja. Golpes, rozaduras, hasta exprimirlo e impregnarlo todo del jugo y del relente. Yo me dejé aplastar y magullar al ritmo machacón del sauce o del borojó.
Me convertí en la salsa de todos los guisos.
Esto, para los que me preguntan por el secreto de mi riqueza.

Marisa Sánchez
Grupo C

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