En mi vida me he visto en tal aprieto II

La sesión del lunes, 10 de abril, la dedicamos al soneto, ese difícil arte de colocar las palabras y los acentos métricos en catorce versos y organizar las ideas y la rima.
Abrimos la sesión con las palabras de Charles Baudelaire:

“¿Quién es, pues, el imbécil (puede que sea un hombre célebre) que trata de manera tan ligera al soneto y no ve su belleza pitagórica’ Es lo forzoso de la forma lo que hace que la idea brote más intensa. todo va bien al soneto, la broma, la galantería, la pasión, el ensueño, la meditación filosófica. En él se dan la belleza del metal y del mineral bien trabajados. ¿No habéis observado que un trozo de cielo, visto por un tragaluz, o entre dos chimeneas o dos rocas, o a través de una arcada, etc., daba una idea más profunda del infinito que el gran panorama visto desde lo alto de una montaña?”



Después hicimos un breve repaso por la historia del soneto, desde Petrarca, Boscán y Garcilaso hasta los sonetistas actuales –pasando por Baltasar de Alcázar y Lope de Vega y sus sonetos relativos al arte de elaborar esta complicada estrofa– y, tras hablar del endecasílabo y los diferentes tipos de versos de once sílabas, leímos un amplio repertorio de textos tomados del libro “Un siglo de sonetos en español” una extraordinaria antología compilada por Jesús Munárriz y publicada en la editorial Hiperión.

Dejamos aquí varios botones de muestra:

Un soneto me manda hacer Quevedo

Desayunos noticias opiniones
martes lluvias atascos “buenos días”
clases fichas cafés bibliografías
facturas doctorados macarrones

semanas conferencias comisiones
alumnas primaveras guerras trajes
adioses onomásticas viajes
cartas amigos libros vacaciones

y se me van los años y me meto
ya en los últimos versos del soneto
y me alejo de mí en veloz huida

y contemplando tanta nada junta
mi casi medio siglo se pregunta
dónde demonios estará la vida

Miguel D’Ors

Divertimento

“Asísteme en tu honor, oh tú, soneto.”
“Aquí estoy. ¿qué me quieres?” “Escribirte.”
“Ello propuesto así, debo decirte
que no me gusta tu primer cuarteto.”

“No piedo tu opinión. Sí tu secreto.”
“Mi secreto es a voces. Advertirte
le cumple a estrofa nueva al asistirte.
Ya me basta de lejos tu respeto.”

“Entonces…” “Era entonces. Ahora cesa.
Rima y razón, color y olor, tal rosa,
tuve un día con Góngora y Quevedo.”

“Más Mallarmé…” “Retórica francesa.
En plagio nazco hoy, muero en remedo.
No me escribas, poeta, y calla en prosa.”

Luis Cernuda

Soneto

Es media noche y un soneto ensayo:
no es nada fácil, yo no soy poeta,
no viene a socorrerme el mes de mayo
ni me consuela, Lope, tu receta.

Procuro, pues, un quiebro isabelino
ante una inspiración tan torpe y parca
a ver si acaso es este el buen camino
para dejar la senda de Petrarca.

Pero también, ay, Fabio, aquí me pierdo,
me equivoco, tropiezo, cambio el paso
y oigo el eco lejano, dulce acuerdo,
dolorido sentir, de Garcilaso

Permitidme, por tanto, que concluya
en triste réquiem más que en aleluya.

Gonzalo Hidalgo Bayal


Propusimos como tarea escribir un soneto de encargo siguiendo el esquema métrico clásico ABBA ABBA CDE CDE con tema libre.Y estos son los trabajos de algunos de los componentes del taller de escritura:


Escribir un Soneto


Escribir un soneto es grave ciencia,
Tradición y vanguardia del idioma,
Medir cada vocablo, cada coma,
Entreverar sonido y coincidencia.

Hay que pensar primero en el mensaje,
Atender a la forma de la idea,
Y dejarse llevar por la marea
De música y palabra en maridaje.

Al final, todo es literatura,
Concepto que se borda en bello encaje
Entrelazando prosa con poesía.

Pepita de oro, criba de cultura,
Sustancia que no olvida el embalaje
Que rima o va por libre en armonía.

Ignacio Aparicio
Grupo A


Un guiño a Rubén Darío
Me proponen hacer hoy un soneto
será al sol, las estrellas y la luna
no sé si me responderá la pluma
con frecuencia en qué líos yo me meto.

El sol como enorme circonita,
la princesa cogerá la estrella,
la luna es la bella Margarita
un prendedor decorará con ella.

La estrella en su pecho se ilumina
y el corazón de la princesa late
y así el camino ella lo adivina

tiene miedo que alguien la arrebate
y yo sin soneto, solo aspirina
y el prendedor sin decorar remate.

Inés Izquierdo PérezGrupo A


¡Sí!,¡Sí! La vida te lleva por caminos raros

a Quique González

Cuando apago la luz, yo siempre sueño contigo,
me imagino tu cara pegada a la almohada.
Con la sonrisa un poco pilla, pareces un hada,
si tu me preguntas que soñé, no te lo digo.

En cuestiones de amor, parezco un mal mendigo,
agradezco del labrador, su tesón y constancia,
de los marineros, su trabajo en la distancia,
de la higuera de mi corral, !Te daré un higo!

Beberé de tu vaso de cerveza sin avisar,
y cuando te despistes te cogeré la mano,
caminaré junto a tu sonrisa sin molestar.

Por la noche te llevaré a la luna a descansar,
y cuando no tengas sueño, nos vamos a Saturno,
verás como no te gustará a la Tierra bajar.

Luis Iglesias
Grupo B


Sobre el muro en blanco
Tenía el muro una pequeña grieta,
obra de ese temblor que cada día,
con ritmo seco y constante, ascendía
desde el corazón de la tierra inquieta.

Sobre el lienzo pétreo el trazo aprieta,
aquel eco de magma, en su osadía
de insuflar vida a un árbol que nacía
de una herida palpitante y secreta.

Como fruto de la diestra faena,
la cal luce un mosaico sin color
que solo a los fracturados resuena.

Y cuando ellos acarician su pena
los últimos vestigios del autor
caen como pétalos de azucena.

Ismarie Díaz Flores
Grupo B


Pincel de amor

Los árboles , rasgados por el viento,
sollozan con sus ramas atrapadas,
perdidas en el tiempo y deshojadas,
diluvian en la piel del sentimiento.

La brisa cristaliza el pensamiento
con hojas que ayer fueron destrozadas;
despiertas en el sueño de unas hadas,
se mueren con la luz del firmamento.

El tronco se tatúa de ilusiones
vestido de corteza maderada,
de gris, color vacío de tristeza.

Deslumbra su figura de rayones
pintados con cariño hacia la amada
que añora con mil fuerzas su belleza.

Sofía Montero García
Grupo B


No hay verso que no me dé respeto

No persigo ni hacienda ni dinero.
Ni diploma firmado en tinta china,
que esas cosas son dulce golosina
y yo ambiciono honor más duradero.

Un soneto escribir es cuanto quiero.
No me escuece encontrarlo en una esquina,
le daría su punto de sal fina
y a la sazón no resultara huero.

Que no es fácil, la cosa tiene miga,
pues no hay verso que no me dé respeto.
Más ya lo escucho hablar, y liga, liga.

Y acabo como empiezo ¡Qué fatiga!
Venga el honor a mí de este soneto
una vez el poeta lo bendiga.


Pepita Sánchez
Grupo B

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