Ophelia

Propuesta de escritura

El lunes pasado, tras la presentación del libro "Dolencia" de Hélia Correia propusimos escribir un texto en torno a Ophelia




Ophelia, de John Everett Millais


Estos son los trabajos recibidos hasta ahora:


Para Ophelia

¿Que hiciste Ophelia, qué hiciste?
Te cegó el amor, te cegó la pasión, te engañaron, fuiste la víctima inocente en un mundo de hombres enloquecidos.
¿Quién te retorció el alma?
Tu imagen bordeada de flores en el agua heladora de aquel riachuelo, pálida, lánguida, flotando en el más allá, es un símbolo de la mujer engañada en un mundo pensado por y para hombres.
¡Despierta Ophelia!
Vuelve a nosotros y disfruta del mundo cambiante en el que podrías revelarte contra el destino que William te asignó.
¡Sal del agua Ophelia!

Manuel Medarde
Grupo A


Ofelia

¿Tuve alguna vez en las manos mi destino? ¿No fueron siempre los deseos de otros los que marcaron mi rumbo? Primero mi padre, venerado Polonio, aunque más atento a mi honra y a sus ambiciones que a las ansias de mi corazón. Luego mi hermano, querido Laertes, siempre desconfiado, teniéndome por una niña que debía guiar por este proceloso tránsito que es la vida. Y cuando creí que, por una vez, era mi propia voluntad la que marcaba los derroteros de mi existencia: Hamlet. El príncipe abrumado, la flor y esperanza del reino, que jugó voluble con mi inocencia y mis deseos. Fui, al final, marioneta –también él– de las intrigas de la corte y de los intereses del rey. Y el amor se marchitó sin haber, apenas, florecido.
La muerte de mi padre a manos del príncipe agostó la alegría de mi corazón y la cordura de mi mente.
Ahora, sobre esta frágil rama de sauce, veo pasar lirios y violetas, margaritas y narcisos, arrastrados todos por el río que mi llanto hace medrar. Si me dejara ir en dulce indolencia… las flores se engarzarían en mi cabello mientras navegamos juntas hacia el olvido.

Pepe Lorenzo
Grupo B


Ophelia

He visto varios cuadros de Ofelia, una mujer bella, muy atractiva, pero con el rostro triste. Llama mi atención la exquisitez de su vestimenta y lo espectacular del paisaje que la rodea, siempre lleno de flores.
Ofelia es fruto de la imaginación de Shakespeare, y sus retratos fruto de la imaginación de los pintores que la representaron.
Su único mérito es haber tenido una relación con Hamlet, y su triste final el haber subido a un árbol con las ramas poco resistentes.
Su mérito para el recuerdo: murió joven y hermosa, sublime nos la imaginamos, y primorosa nos la representan en los cuadros.
Destaca la pintura de John Everett Millais, en la que podemos apreciar un conjunto de flores con gran simbolismo, la transparencia del agua, y el verdoso paisaje de alrededor.
Hay múltiples cuadros que representan a Ofelia, muchos espléndidos. Todos representan a una mujer hermosa, todos han pensado en una mujer encantadora.
Yo también al pensar en mujeres que admiro, siempre mejoran, siempre ganan en belleza cuando las imagino.

José Luis Fonseca
Grupo A


Para Ophelia

En el manso río de jardín boscoso,
flotando sobre el agua cristalina,
la nívea tez, cual porcelana china,
discurriendo en el ensueño luctuoso.

Ojos azules con el brillo acuoso,
labios con trazas de la rosa fina
y el reflejo de sorpresa genuina
en la boca abierta.Y ese rostro hermoso.

Vestida de gasas, tul y pedrería
collar de violeta, ortiga y camelia
cual diosa flotando en perenne agonía

La infausta doncella que tú fuiste un día
trocaste en sirena, amorosa Ofelia,
en tu lecho de agua y de amores vacia.

Carlos García Riesco
Grupo A


OPHELIA

Everet Millais, ayer soñé contigo, estabas en tu butaca leyendo a Shakespeare; paras tu lectura, cierras los ojos y recuerdas a Ofelia. La historia te cautiva de tal manera que piensas cómo plasmar en tus lienzos la belleza y la muerte.
Coges tus bártulos y te encaminas hacia el lago, lentamente cierras los ojos con el viento suave y el sonido del agua se te aparece Ofelia tumbada rodeada de vegetación, su vestido repleto de flores aumenta su belleza y su paz. Sus manos abiertas hacía el universo parecen decir: “ya estoy preparada, allí donde sea encontraré el amor”

Josefa Redondo
Grupo A


OFELIA

Hundida
absorta en las fauces
del hombre rapaz
me reconozco

Rasgada suelta
a dentelladas
he salvado mi urdimbre
huyo límpida

Pero el desvarío persiste
la luz es dolorosa
el ritmo entreverado
me reconozco
al fin lo inmerecido se descarna

Descubierta, enmudecida
regreso a tu líquida garganta
esta vez me asimilo distinta

Floto en tus aguas
y aunque ya muerta
aun así
soy yo quien te socorra

2 DE Julio 2010

Me desincorporé
de tu vida

En mi desvarío
creo haber llegado
a un cauce

Es hondo y oscuro
ese pasaje

Estoy desnuda
frente al río

aun no me es dado

Carmen Elena Ochoa
Grupo A


Ofelia revisitada
(Divertimento -es un decir- en un Acto)

Hamlet y Ofelia dialogan sobre sus respectivos roles de género, y deciden que será ella quien luche por el trono, mientras que Hamlet se ocupará de las tareas domésticas y los hijos, cuando vengan.
Ofelia, debido a su habilidad política y capacidad estratégica se hace con la Corona, pero por poco tiempo, porque su hermano Laertes le disputa el reino cometiendo todo tipo de crímenes abominables. Mata a la madre de Hamlet al tener conocimiento de que mantiene relaciones carnales con Polonio, el padre de la reina Ofelia y su propio padre, lo que provoca la locura del príncipe consorte, y su consiguiente muerte al ahogarse en un lago en cuyas aguas prístinas se estaba mirando mientras pronunciaba su famoso soliloquio sobre el ser y el no ser.
Ofelia, enajenada por la muerte de su amado Hamlet se enfrenta a Laertes con la intención de matarlo, y cuando estaba a punto de asestarle el golpe definitivo es atacada a traición por Berta Duguesclin, legendaria criminal y Guardia de Corps de Laertes. Es famosa la frase de Berta Duguesclin cuando hunde el puñal en el pecho de Ofelia: “Ni quito ni pongo hembra, pero ayudo a mi varón”.
En definitiva, por mucho que Hamlet y Ofelia cambiaran sus papeles tuvieron el mismo y trágico destino final. Ser o no ser hombre o mujer no les salvó de la desgracia y la muerte, que estaba escrita en la afilada pluma de su asesino, William Shakespeare.

Post Scriptum

Laertes y Berta Duguesclin contrajeron nupcias e inauguraron un largo periodo de Paz y Amor, conocido por los historiadores como la Edad de Oro, turnándose paritariamente en el trono -como Rey y Reina- todos los años, y llevando a su escudo de armas la leyenda “Tanto monta, monta tanto”.

Ignacio Aparicio Pérez-Lucas
Grupo A

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